Cuentos para los hombres que son todavía niños fue publicado por primera vez en 1919 bajo el seudónimo de Teresa de la † , en Buenos Aires. Estos ocho relatos que la escritora dedicó a sus hijas, son un acercamiento a lo definitivo del terror, la soledad y la muerte. Dando voz a una muñeca de trapo, a un burro o al espectro de un arriero que deambula con un puñal en el pecho, Teresa Wilms Montt va enhebrando preguntas tan espeluznantes como reveladoras: «¿Es cierto que la bondad no existe?». Así, por medio de una prosa única y descarnada, advierte a sus lectoras sobre lo crepuscular de la existencia, como si estas páginas fueran consejos de ruta, o quizás también, un abrazo.
Teresa de las Mercedes Wilms Montt, nació el 8 de septiembre de 1893 en la ciudad de Viña del Mar, en el seno de una acomodada familia compuesta por Federico Guillermo Wilms Montt y Brieba, y su señora Luz Victoria Montt y Montt. Dado el contexto social de la época, su instrucción estuvo a cargo de institutrices y profesores particulares. Cuando Teresa tenía 17 años, contrajo matrimonio con Gustavo Balmaceda Valdés. En los años siguientes (1911 y 1913) nacieron sus dos únicas hijas, Elisa y Silvia Luz.
A poco andar el matrimonio, comenzaron las desavenencias entre Gustavo y Teresa, principalmente debido a las molestias del primero ante la personalidad de su mujer, quien había comenzado a frecuentar tertulias y ateneos y se había adscrito a los ideales anarquistas y a la masonería. Gustavo reaccionó resguardándose en el alcohol y el juego; Teresa, por su parte, en su amigo y primo de Gustavo, Vicente Balmaceda Zañartu, El Vicho (al que se referirá más tarde en su diario como Jean). Tras numerosos conflictos conyugales, traslados y cartas de Vicente Balmaceda dirigidas a Teresa, Gustavo Balmaceda convocó a un tribunal familiar, el que decretó su enclaustramiento en el Convento de la Preciosa Sangre, al que ingresó el 18 de octubre de 1915 y del que escapó en junio de 1916 con rumbo a Buenos Aires, ayudada por Vicente Huidobro. Durante su estada en el convento, comenzó a escribir su diario, en el cual consignó sus sentimientos respecto a la pérdida de sus hijas, a su separación de Vicente Balmaceda y las motivaciones de su primer intento de suicidio el 29 de marzo de 1916.
En Buenos Aires, colaboró en la revista Nosotros, en la que también lo hicieron en su oportunidad Gabriela Mistral y Ángel Cruchaga Santa María, entre otros. También, publicó su primera obra Inquietudes sentimentales, un conjunto de cincuenta poemas con rasgos surrealistas que gozó de un éxito arrollador en los círculos intelectuales de la sociedad bonaerense. Lo mismo ocurrió con Los tres cantos, obra en la que exploró el erotismo y la espiritualidad. Dos años después de esta obra, tras viajes a Barcelona y Nueva York, volvió a Buenos Aires y publicó Cuentos para hombres que todavía son niños. En él, evocó su infancia y algunas experiencias vitales, en narraciones de gran originalidad y fantasía.
En la inquietud del mármol se publicó en Barcelona y constituyó una elegía de tono lírico, compuesta por 35 fragmentos, cuyo motivo central fue la muerte. Escrita en primera persona, enfocó su interés en el rol mediatizador del amor de la vida y la muerte. También publicó Anuarí, obra inspirada en un romance que mantuvo con un joven bonaerense que se suicidó. Además, en 1922 apareció Lo que no se ha dicho, en él, se incluyen "Páginas de mi diario", "Con las manos juntas", "Los tres cantos", "Del diario de Sylvia" y "Anuarí".
Luego continuó viaje por Europa, visitando Londres y París, pero manteniendo siempre residencia en Madrid. En el año 1920 se reencontró con sus hijas en París; pero tras la partida de ellas, enfermó gravemente. En esta crisis, consumió una gran dosis de Veronal y falleció el 24 de diciembre de 1921. En las últimas páginas de su diario, escribió: "Morir, después de haber sentido todo y no ser nada...".
La pluma de Teresa siempre logra conmoverme y fascinarme con su belleza.
Cuando la leo me da la sensación de que para ella escribir le era tan natural como respirar. Y con esa fluidez me dejé llevar a través de estos cuentos llenos de misticismo, feminismo, espiritualidad y algunos tintes autobiográficos que nos acercan aún más a quién fue.
Comienza dirigiéndose directamente a su lector(a) y con esa misma intención presentará el último cuento. Cercana, como si nos narrara todo esto al lado de una chimenea tomando té y cubiertas con mantas de crochet.
En su lectura te encontrarás con angustia, visceralidad, preguntas, enseñanzas, un tremendo retelling de "la caperucita roja" que nos habla sobre el abuso y la pérdida de la inocencia, reflexiones sobre la vida después de la muerte, y todo esto con la magistral prosa y belleza poética propia de Teresa Wilms Montt.
Aquí algunas de mis frases destacadas:
"los sueños son trampa de la fea realidad" "Nada hay bajo el sol que no encierre un ejemplo" "No huyas el sufrimiento, (...) solo así alcanzarás serenidad." "Todo ser lleva un tesoro dentro del corazón." "Ella era buena, hija de la tierra, apasionada y calma, hija de mar, fresca y vibrante hermana de la tempestad." "todas hemos sido heridas por el lobo de ojos brillantes, de gestos graciosos, de palabras melifluas..."
Había esperado el momento para leer a esta enigmática mujer, que por su biografía en el libro se ve que su vida era un drama de novela. Pero mas que eso esta autora escribe precioso, aun siendo cuentos se nota la pluma poética. Ahora ire por más, definitivamente una autora que no se puede olvidar. Recomendado.
Me resultó una lectura pesada, no por su narrativa, la cual es fluida, sino por la esencia lúgubre de sus historias. Por momentos conmovedoras pero en su mayoría resultando devastadoras. Incluso tiene algunas reflexiones que sentí como si echase sal en mis heridas. Con una corta y triste vida, Teresa de la † ha sabido volcar en palabras su dolor embellecido con poesía.
“Todos sabemos que los sueños son trampa de la fea realidad.”
De verdad hubiera deseado que los relatos por sí solos me gustaran más. Pero la autora merece todo mi respeto y sin duda la seguiré leyendo.
Tengo algunas quejas con la edición, como por ejemplo en la solapa donde te presentan a la autora "Teresa Wilms Montt nació bla bla" hacen referencia a los diarios y no a los cuentos, o sea hubo un claro copy paste de la presentación de la autora escrita para los diarios publicados por esta mima editorial: "escribió una parte sustancial de ESTOS diarios" cuáles diarios si estos son los cuentos? Bueno, a esto se le suma una gran cantidad de errores de tipeo en los textos prologales tales como: "motivios" o "ressescritura" se nota que faltó revisión. FUERA DE ESTO, siempre es grato leer a la Teresita, tan intensa y profunda como una, me gustaría solamente que el trabajo editorial fuera más serio, creo que la autora lo merece -así que cuatro estrellas para la Teresa -una para el trabajo editorial
Sigo sintiendo el eco de sus relatos, de eses lecturas que te vuelven hablar una vez terminadas. Escrito hace más de 100 años (1919), parecieran tener la vigencia de esas nuevas voces de la escritura chilena. Teresa Wilms Montt en 7 relatos cargados de reinterpretación, denuncia, magia, realismo y por sobre ello: de talento. Atraviesa desde el terror hasta la lógicas burguesas de la época, pasando por la re imaginar un clásico de la literatura. Es una lectura rápida, que no se detiene pero que va dejando un regadero de emociones al pasar de sus páginas. Siempre es bueno re descubrir estas lecturas y volver a verlas un siglo después. Ideal para cuando te encuentres sin motivación para leer, estos cuentos y relatos te ayudarán de manera fácil a salir del atolladero.
Quisiera partir destacando ante todo el tremendo trabajo editorial de Alquimia esta vez. Con prólogos acabados de Gabriela Alburquenque y Macarena Urzúa, completa un trabajo de recopilación, rescate y reedición de estos textos de manera cabal, además de incluir portada, contraportada originales y reseñas periodísticas coetáneas referentes a la escritora.
Luego, estos textos me mostraron una parte de Teresa que antes no conocí, me abrieron a un portal increíble a la escritora, uno cercano a la prosa, la espiritualidad, la trasparencia de convicciones, autobiografía y una ternura infinita; considerando que fueron escritos en dedicatoria a sus hijas, Elisa y Silvia. Algunos cuentos me recordaron a Hesse en el sentido de la búsqueda por trascendencia espiritual. Descubrí una madurez emocional muy acabada.
En textos también descubrí la idiosincrasia chilena mediante leyendas, predominantes sobre todo en el campo, cosa que sinceramente no esperaba encontrar en Teresa y sus vivencias más bien burguesas e intelectuales.
Fue una grata lectura, para qué hablar de la poesía impregnada en su escritura, casi un sello personal que la siguió a cualquier texto en que incursionara.
En general, bueno. Me impacta que este libro tenga más de cien años haha, qué cosas. Me gustó el cuento del burrito que mira al cielo y le encanta, pensé en todos los animalitos usados para trabajos pesados :(
De estas reediciones rescato principalmente los prólogos y su aporte a situar la obra en el contexto actual, así como la importancia de la publicación en su momento. Estos rescates, sobre todo de autoras invisivilizadas, me parecen muy importantes para el desarrollo de la industria.
Teresa es bien conocida por su poesía, y en sus cuentos precisamente lo que más destaca es ésta en su forma de narrar, de ir construyendo el pequeño mundo en que se desarrolla la historia, ya sea una habitación, una casa en el campo, o un bosque completo, se preocupa de añadir pequeños detalles que facilitan el situarnos donde ella quiera que estemos, con figuras literarias preciosas y quizá algunos arcaísmos, que en lugar de dificultar la lectura, le entregan una cierta solemnidad mística. Creo que esa es la palabra clave para definir sus cuentos; místicos, profundamente conectados con el mundo espiritual y con ella misma, pues va dejando entrever en sus relatos pequeñas referencias autobiográficas que logran que comprendamos un poco más a tan enigmática e icónica autora, que si sigue siendo relevante hasta estos días, es por buena razón.
Teresa era poeta y se nota Su prosa es muy muy poética, párrafos cortos, ritmo rápido, por lo que este libro se devora, más rápido de lo que uno esperaria
Tenemos prosopopeyas con muñecas y animales (Job, I feel you), reescrituras brutales, historias de lares idílicos transformados por la tragedia, historias de legado y algunas cosas más.
Cuentos que en su contención, logran brillar y destacar
Teresa Wilms Montt o Teresa de la ✝ es una escritora que hay que leer, con una historia de vida bastante acontecida nos entrega relatos, unos más cortos que otros, en dónde te invita a reflexionar que no todo es lo que parece, que podemos pasar cosas que consideramos que no son nada pero resulta marcar la diferencia, como Job que siempre miró el piso y cuando lo jubilaron descubrió las maravillas de poder mirar el cielo.
habiendo leído Wendy Darling (crítica/retelling) de Peter Pan pienso que deberíamos leerle estos cuentos a les niñes mejor aunque claramente no son para niñes estos, cada día que pasa pienso que los cuentos como Peter Pan tampoco lo eran…
Este es mi primer encuentro con Teresa Wilms Montt, autora olvidada de la literatura chilena, pero que desde hace unos 10 o 12 años ha tenido un resurgir.
Me gustaron mucho los cuentos, encuentro que casi todos son como cuentos de hadas? O al menos cuentos para la hora de dormir, aunque algunos sean bien tristes :c de todos modos me gusta esta atmósfera de ensoñación que le da la autora a todos su relatos.
Mis favoritos fueron "También para ellos..." (te quiero mucho Job ;w;) y "Caperucita Roja" (el último párrafo que dice "Desde entonces todas las mujeres llevamos el corazón cubierto por una caperucita roja de nuestra sangre. Porque todas hemos sido heridas por el lobo de ojos brillantes, de gestos graciosos, de palabras melifluas..." es como una puñalada). Justamente estos dos cuentos son los que creo que podrían ser unos bonitos cortos animados uwu en especial Caperucita Roja, que se adelantó décadas a los retellings feministas que abundan por estos años.
Y ahora que ya le perdí el miedo a Teresa Wilms Montt, espero leer alguno de sus libros de poemas pronto (soy durísima para la poesía, por eso empecé con sus cuentos ajajjaa así que haré el intento) <3
PD: Esta edición tenía hartos errores D: palabras que tenían letras cambiadas y cosas así e_e
Por lo mismo me costó seguirle la pista a la narración (no leo poesía), pero es innegable su hermosura. Eso sí, el trabajo de edición pudo ser mucho mejor: las comas puestas a la chuña y la falta de algunas tildes en pronombres personales complejizó aun más la lectura.
« No desconfíes de mi narración, y si ella te apena, te ruego !oh anciano! Te ruego no llores». Hermanita mía, con que cara dices eso? Jajajaja Te quiero, Teresita.
Inesperado este libro. Es muy breve, pero se nota que fue hecho con cuidado y sentido de lo que se está a escribiendo. Tiene escenas bellísimas. Cuando se migra de la poesía a la narrativa hay que ser cauteloso, sino pueden suceder desastres como "El hondero entusiasta" de Neruda. Sólo cuestiono, a ratos, el lenguaje décimonónico que usa la autora. Es difícil no ser hija de su tiempo.
Cada cuento se siente como un sueño vivido 100 años atrás, por la belleza del lenguaje, la descripción de sus entornos y su efímera duración. Sigo prefiriendo su poesía, pero me encantan estas ediciones que permiten conocer más a Teresa en sus distintas facetas.
Lo leí en la edición que sacó recientemente alquimia. Me llegó a dar pena lo mal escrito que está (fallas en el tipeo, errores ortográficos varios) y me da pena, sobretodo, porque esperé mucho tenerlo, amo a la Teresa Wilms Montt y moría de ganas de leer sus cuentos. Me cuesta evaluarlo realmente después de eso. Los cuentos me gustaron, pero no puedo pasar por alto lo otro, porque llegué a leerlos con mala voluntad y a dudar de si realmente estarían bien “traspasados”. Bueno, sigo amando a Teresa… es una linda publicación.
Con los 3 primeros relatos del libro me costó sentir una conexión. Sin embargo, fui avanzando y me sentí cada vez más atraída por su narrativa delicada y poderosa, por sus denuncias, por frases construidas con una gran belleza. Muestra sus carencias e injuria su suerte, todo entre líneas, entre ficción.
Una vida muy particular la que tuvo Teresa. Una estrella fugaz que se fue apagando entre dolores.
Los cuentos de este libro me gustaron muchísimo. Para aprovecharlos hace falta conocer la historia de Teresa Wilms Montt, y en base a eso leer entre líneas. Entonces saltará a la vista el hecho de que cada cuento esconde algún aspecto de su tragedia personal.
Es el primer libro que leo de esta autora. Me propongo leer otros de sus libros.
Fábulas más que cuentos, las historias de Teresa Wilms Montt develan consejos y viviencias de una mujer que ha sufrido la injusticia y el dolor de perder a sus hijas. Encara ambas situaciones con una prosa emotiva que no disfraza su sufrimiento ni sus esperanzas. Wilms Montt es una narradora magnífica.
Esperaba un poco más. No logré conectar con ninguno.
— Los hijos son el radioso lucero en la noche tormentosa de la vida. Si se van, o se mueren, jamás se les olvida; la ausencia y la muerte, no son capaces contra la gloria única de ese amor. — ¿Cómo haría él para librarse de esta curiosidad que le complicaba?
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