¿Qué permanece en la memoria? ¿Por qué hay situaciones que emergen una y otra vez al pensar en alguien y otras tantas que se nos borran? ¿Qué dice de nosotrxs lo que recordamos? Desde la crudeza de una mirada incisiva, Iveth Luna Flores escarba en su historia personal, en la de su familia y en sus relaciones cercanas para responder esta pregunta. Ya no tengo fuerza para ser civilizada es un libro que de tan honesto, incomoda. Y es que la autora nos adentra en su intimidad para hablarnos de las mecedoras oxidadas de la casa de su infancia, de los vellos encarnados en el jabón que dejan lxs amantes, y de aquella vez en el Carl’s Jr después de que papá salió de rehabilitación. Siguiendo un estilo posconfesional, el trabajo poético de este libro consiste en transformar la materia de la vida cotidiana en poemas que asombran por su precisión al nombrar la complejidad y lo inasible de los afectos humanos. (Andrea Muriel)
“Cualquiera diría que lo amaba con locura, pero el hallazgo era que había descubierto cómo hablar a solas conmigo misma.”
Sin duda alguna me encanta que las escritoras y poetas ya se estén arrancando de la garganta todo lo que tienen que decir. En un poemario intimo, Iveth Luna nos habla de sus amores, sus duelos, sus pensamientos, de su padre, madre y abuela y cómo todo se mezcla para crear poemas que cuenten su historia.
De verdad que yo estoy muy agradecida con la UANL por haberme hecho llegar una copia de este gran poemario. Me encanta inspirarme de gente que ve el mismo cielo que yo.
Me encantó leer a una autora regia y reconocer los espacios y las referencias a las que ella recurre. Es un tipo de poesía muy refrescante, graciosa y oscura. Poesía muy joven, tan temeraria que podría ser un fracaso y sin embargo, es todo lo contrario.
Lqm, voy a leer Comunidad Terapéutica después de este jeje
esta camisa de fuerza va a reventar si me pongo tierna
Me entra una risa pensando en lo mucho que he estado diciendo (últimamente) cómo pese a que estudio literatura la Poesía y yo estamos muy lejos, distantes a más no poder y cada vez que leo poesía pienso que hay algo mal conmigo porque nunca terminó por sentir eso que todos los que leen poesía sienten, y ay qué horror ¿no? Con Ya no tengo fuerza para ser civilizada encontré esa cercanía que no había podido sentir con otros poemarios que han pasado por mis manos. Poemas que hablan de la familia y de las relaciones, junto a una realidad que suele no ser llevada a la poesía y que, por eso mismo, me parece mas cercana. Se los recomiendo mucho mucho mucho.
Tengo experiencia en amar gente triste, fui una silla de ruedas cuando mi familia se rompió las piernas.
Qué maravilla. Nunca un libro de poesía me había hecho sentir tan bienvenida. Tan comprendida. Tan ilustrada. No puedo describir lo físico y terrible que fue el primer poema. Sentí arcadas y ternura y nunca creí que ambas fueran posibles. Por Dios.
Me gustó mucho el poemario de Iveth. Sus letras tienen mucha fuerza y crudeza, pero logra tener una bella melodía de fondo qué no te suelta en todo el libro.
No lo he podido soltar desde hace dos semanas cuando lo compré, había leído "Comunidad terapéutica" de la misma autora, y sólo quiero decir que siempre es un placer leerla. Me provoca tantas emociones que no puedo contenerme y lloro todo el tiempo que lo leo, sus poemas hablando de algo tan personal pero que siento taan míos, ¿Cómo es posible que vuelva mío las palabras de otras? Simplemente su poesía es maravillosa, lo podría leer en repetidas ocasiones por el resto de mi vida.💜
Fue como poder tocar los huecos de un pasado que no te pertenece, pero del que de una o muchas formas, también fuiste parte.
Todas sus palabras eran un lugar común, un abrazo incómodo del que me quité despacio. __
La única ventaja del blanco Es que en él puedes dibujar lo que quieras Así que en esta ocasión te dibujo a ti. Eres una pequeña burbuja que flota en el aire, Te cuido de los ventarrones, Pero el soplo de mi aliento te hace explotar. __
Vas a seguir hablando dentro pero me enseñaré a confrontarte, no con el lenguaje que me diste, sino con el que estoy aprendiendo ahora, un lenguaje de las flores, un idioma del agua, uno más mío, uno que sale de mi.
Desde Comunidad terapéutica la poesía de Iveth Luna Flores me gusta mucho. La sigo en sus redes donde hace algunas lecturas de poesía brasileña y comparte algunas cosas que lee. Este poemario tiene mucha fuerza en sus imágenes. Muchos hablan de su poesía en términos de crudeza, sin embargo creo que hay una sensibilidad muy evidente que conmueve a partir de cómo nombra las cosas cotidianas. Lo conseguí en Casa Tomada y soy un lector muy feliz.
Me parecieron poemas filosos como cuchillos, tajantes. Los que más me gustaron fueron los relativos a la infancia y a la familia, porque evocan atmósferas muy específicas, de las que hacen recuerdos que viven en lo más profundo de una misma. "Abuela, tú siempre estás hablando dentro de mí".
Siento que al leer sus poemas me veo en un espejo.
Reseña: Me gustaron bastante algunos poemas; el deseo, la infancia y felicidad son temas recurrentes en estos mismo y me gustó encontrar familiaridad y calidez en su pluma.
Hermoso. Es muy difícil encontrar publicados este tipo de poemas con conciencia de clase. La poesía mexicana más celebrada quiere vivir en un mundo "neutro".
“Quiero darle aseo a mi lenguaje”- al que - “se le han podrido las palabras por dentro” con este poemario que es pura risa, risa y (de la nada) putazo.
fan de: historia natural de los virus humanos la nostalgia es una enfermedad tortillas quemadas hallazgos bolsita de ziploc (especialmente borrachito) voy hacia los pies de mi madre
Uno de los libros más impactantes para mí. Iveth ha realizado un gran trabajo con la edición de estos poemas. Para mí este libro es un reflejo y un encuentro con lo que somos, con nuestros dolores y con nuestra vida familiar. Y encontramos reconciliación también. Las parejas que invaden toda nuestra casa. Nuestras manías y formas.
Somos todo y nada mientras vemos poemas que se suben al camión. Sus poemas.
Salen a la superficie todas aquellas emociones de la infancia, hay coraje, enojo y nostalgia. Hay bastante cariño también. No conecté del todo con las palabras pero creo que es un poemario fuerte.
No suelo leer poesía, pero cuando lo hago me dan muchas ganas de escribir, es como si algo dentro de mi se fuera despertando al ir leyendo los versos, un algo así como quererme atrever, como si me maravillara tanto lo que estoy leyendo aunque no lo entienda, que me dan ganas de arriesgarme e intentar escribir algo así, algo para no ser entendido, algo que parece que no esta escrito para satisfacer, para gustar, aunque en el caso de los poemas de este libro lo logran todo. Lo leí muy rápido. Creo que cuando lo compré tardé más en la librería decidiendo si lo compraba para darme una oportunidad de leer una autora nueva para mí, que lo que tardé en leerlo. Finalmente agradezco haber tomado la decisión de darme esta oportunidad, aunque claramente el título ayudó muchísimo para que tomara la decisión. Me provocó muchas cosas y me hizo pensar otras tantas. No me gustó, pero sí me gustó, entonces mi veredicto final es que me encantó, porque si fue capaz de haberme provocado gusto y disgusto al mismo tiempo, entonces es un libro que definitivamente disfruté.
La autora realmente hizo poesía desde los lugares más inesperados. Y es que NETA, Iveth dejó atrás toda cursilería y tomó esos escombros que le quedaban de sentimientos, tomó ese dolor que la tenía bajo tierra e hizo poesía.
Aquí hallé a una mujer que se encuentra a sí misma, que se confiesa y que a la vez nos dice quiénes han sido lxs culpables de esta forma tan poética de renegar, de gritar, de arrancarse en letras.
Una poeta que se encuentra expuesta, que se acepta imperfecta y que durante muchos años trató de ser lo que se espera en la sociedad hasta que ya no pudo -ni quiso- más. Y agradecemos este quiebre, esta forma tan feroz de escribirse. Una carta para aquella niña que fue, para su abuela, para su padre, para el amante con el que fantaseó en Fantasías Miguel...
Sin duda, un must en la poesía contemporánea mexicana.
(i)"No se entra al mar con piedras tan pesadas en el pecho. No se intenta nadar con tan poco aire en los pulmones. Pero una se mete así, avienta su cuerpo a un mar picado, las olas te revuelcan."(/i)
Sincera y sencillamente de mis poemarios favoritos del año (y tal vez de la vida). Iveth tiene una escritura muy íntima y que dice mucho de aceptar nuestros demonios y las imperfecciones de los demás (al igual que las propias). Me sentí muy maravillada y tocada por las palabras expresadas en este libro, creo que me llegó en especial por la infancia descrita, repleta de charcos y huevito de mil maneras, del calor y de los árboles, de las sombras acechando nuestra luz, de perder y querer tener el control. Recomiendo mucho este poemario a cualquiera que sienta la necesidad de leer algo fresco, lleno de sentimientos, una poesía única y destacable en toda su forma.
Amor, perdidas, familia, infancia y todo aquello que nos forma como humanos. En general, lo considero un poemario bien construido, aunque hay ciertos poemas que, en mi opinión personal, no aterrizan correctamente y encuentro la mayor fortaleza en los poemas que se explayan más allá de las 3 páginas.
*Nota random: Este libro ha estado en mi TBR List desde 2022 por la recomendación de una profa que conocí en la carrera. Quisiera poder recordar la descripción que nos había brindado y desearía encontrarla para poder comentarlo. Siempre agradecida por las recomendaciones de la profe Michelle.
Aunque disfruté mucho todos los poemas; mis preferidos fueron "La nostalgia es una enfermedad" y "Hace una semana volví de la playa...". Los sentimientos dentro de estos versos están a flor de piel pues van desde el amor, el desamor, la rabia, la nostalgia; pero con un toque cómico que sin duda se vuelve muy acogedor para el alma. Además, al ser escrito por una autora regia, me veía reflejada en muchas cosas a las que hacía referencia dentro de sus textos.