Con "La catedral" (1903) se inicia el ciclo de novelas sociales de Vicente Blasco Ibáñez, que supone, también, el desplazamiento de la acción novelesca a lugares ajenos a la tierra valenciana, marco único de sus primeras novelas. El intruso, La bodega y La horda completan el grupo, en el que encontramos la denuncia de las injusticias sociales, el desigual reparto de las riquezas, los males que acarrean el analfabetismo y la incultura o la omnipresencia de la religión y su influencia opresiva. La catedral es, ante todo, una novela política e ideológica, en la que Blasco Ibáñez, desde una perspectiva republicana y muy próxima al anarcocomunismo y a un anticlericalismo que se nos antoja más un rechazo contundente de la religión, disecciona la sociedad toledana de principios del siglo XX, a través del microcosmos compuesto por las gentes que habitan en las Claverías de la catedral. El amor, las ilusiones y los sueños humanos, la fe y la razón, la avaricia y la soberbia, la ignorancia y el fanatismo, la intolerancia, las pasiones, la religiosidad y la ciencia, y la revisión crítica de la historia de España son algunos de los temas de nuestra novela. La presente edición, a cargo del profesor Juan Carlos Pantoja Rivero, es la primera que cuenta con un estudio preliminar que inserta la obra en su tiempo y en el contexto de la producción de su autor. El libro se completa con los textos de las crónicas de los viajes de Blasco a Toledo en el año 1897 e incorpora por primera vez algunos de los dibujos que el autor encargó al dibujante valenciano José Segrelles.
Vicente Blasco Ibáñez (January 29, 1867 – January 28, 1928) was a Spanish realist novelist writing in Spanish, a screenwriter and occasional film director.
Born in Valencia, today he is best known in the English-speaking world for his World War I novel The Four Horsemen of the Apocalypse. He is also known for his political activities.
He finished studying law, but hardly practised. He divided his time between politics, literature. He was a fan of Miguel de Cervantes Saavedra.
His life, it can be said, tells a more interesting story than his novels. He was a militant Republican partisan in his youth and founded a newspaper, El Pueblo (translated as either The Town or The People) in his hometown. The newspaper aroused so much controversy that it was brought to court many times and censored. He made many enemies and was shot and almost killed in one dispute. The bullet was caught in the clasp of his belt. He had several stormy love affairs.
He volunteered as the proofreader for the novel Noli Me Tangere, in which the Filipino patriot José Rizal expressed his contempt of the Spanish colonization of the Philippines. He traveled to Argentina in 1909 where two new cities, Nueva Valencia and Cervantes, were created. He gave conferences on historical events and Spanish literature. Tired and disgusted with government failures and inaction, Vicente Blasco Ibáñez moved to Paris, France at the beginning of World War I.
The novel is a criticism of the Spanish society, class differences, catholic influence and political issues during the XVIII adnd XIX centuries that can apply perfectly (at some points) on our days.
Focused on daily life in Toledo's Catedral after Gabriel Luna, a revolutionary mind, comes back to his family roots after some revealing years studying and travelling around Europe.
Reflects a different point of view about Spanish History throughout the narrative.
Gabriel (Luna) returns to the Toledo cathedral of his youth after a long exile. He had radical thoughts and had travelled the world, returning ill and wiser. He chats to Mariano the bell ringer, the chapel master Don Luis, Pepi 'the Wooden staff', Eusabio the Sacristan. Gabriel is basically a socialist, scientist and faithless who challenges the church with a finale around the youth misunderstanding the value of revolution.
The novel is set around the late 1870s or so. I didn't find it particularly realist/naturalist especially around the return of the fallen niece but was a good read so I'll probably try another by the author.
As well as being a magnificent novelist Blasco Ibáñez was also a political activist, a republican progressive constantly working to undermine the ossified conservatism of late nineteenth and early twentieth century Spain. It's not always easy to turn political activism into great fiction: all too often, characters turn into mouthpieces of this or political position, this or that ideological stance. Often, Blasco speaks his politics through his characters by 'showing' rather than 'telling'; Flor de Mayo, Entre Naranjos, Arroz y Tartana, La Barraca are all brilliant novels where the characters serve to enact the politics through their behaviour rather than act as megaphones for political positions. From this point of view La Catedral is not a successful novel: there's too much telling and not enough showing. However, the telling is fascinating in its own right. Toledo cathedral (the 'catedral' of the novel's title) stands as a symbol of the privileges acquired by the church in Spain over centuries, and provides Blasco with the the opportunity to have his characters discuss the origins of Spain's decline as an Imperial power, and criticise the malign effect of the Christian kings on Spain's cultural development. There are also some semi-Socratic scenes where the principal protagonist, Gabriel, explains (and criticises) theories of the origins of private property (drawing almost word for word on John Locke), and discusses the insignificance of human beings in the vastness of the cosmos. I imagine his contemporary readers will also have learned from his revelation that light and sound have velocity and that when we look at stars we're looking back into the past. All this in 1903. In sum, as a sounding board for Blasco's social commentary La Catedral is hugely and fascinatingly successful, but as a novel less so.
1° de mis #librosen2021. 257 #páginasleídasen2021.
Estoy familiarizándome con el anarquismo de finales del siglo XIX para poder escribir una novela sin grandes meteduras de pata. Así llegué a esta historia melancólica de personajes tristes y destruidos, que se desarrolla en la catedral de Toledo y que describe un sistema venido a menos después de la desamortización. Gabriel Luna, un anarquista huido de la justicia, vuelve a la catedral que le vio nacer para mal vivir sus últimos años y, casi sin querer, enciende la chispa de la rebelión y despierta la eterna rabia contra la máquina. Hay libros que, escritos en cualquier época, son inmortales, y otros como este que envejecen mal con el paso de los años. La trama pierde protagonismo frente a enormes descripciones y pese a encontrar interesantes dilemas que siempre enfrentan al hombre como el conocimiento frente a la ignorancia, la riqueza frente a la pobreza o la ciencia frente a la religión, su lectura me ha parecido algo pesada. Me quedo con el aprendizaje del peligro de enseñar a los ignorantes en unos cuantos meses lo que requeriría toda una vida de reflexión y estudio. Pobre Luna, con qué marrón se vio entre manos... En fin, que como investigación ha sido un ejercicio muy enriquecedor, pero poco más.
Si la ociosidad es un vicio en los pobres, ¿porqué aparece entre los ricos como un signo de distinción y hasta de elevación de espíritu?
A través de la mirada de Gabriel Luna, trasunto tal vez del propio autor, Blasco hace una crítica despiadada de la Iglesia Católica española y su pésima influencia en los designios del país, dándonos, al mismo tiempo una lección magistral de la historia de la catedral de Toledo, de las religiones, de la sociedad toledana en particular y de la de España en general. Me ha parecido una obra magnífica y otra constatación más de lo relegados que tenemos a los autores patrios en comparación con otros extranjeros a los que no tienen nada que envidiarles, una auténtica pena. ¡Pon un Blasco en tu lista de lectura del año que viene, no te defraudará!
No conocía a Ibáñez, y esta novela fue una muy buena primera impresión. La época (siglo XIX) y la trama principal (las ideas de progreso humano y revolución frente al orden establecido dentro de la micro-sociedad de la Prima Catedral de Toledo) eran lo que al principio me habían convencido a leer, pero muy rápidamente me han entusiasmado los personajes y la pluma del autor, visible en las arengas incendiarias y poéticas del protagonista Gabriel.
Sólamente me perturbó la declaración de amor de Gabriel a Sagrario : ¿A qué venía eso? Gabriel es su TÍO, y Sagrario es su SOBRINA... Y nada en la narración previa apuntaba a esa revelación, no había ningún indicio. No sé, me sigue perturbando. Pero omitiendo esa parte, me ha encantado.
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Inicié el libro con buena velocidad de lectura pues la introducción a los personajes y la exquisita narrativa de los detalles de la Catedral de Toledo anticipaban una trama atrapante.
Después de la página 60 el libro parece no despegar nunca de la introducción. El nudo está tan mezclado con las descripciones hasta la última página que no hay climax en ningún momento. Me resultó absolutamente aburrido. Le pongo estrellas porque la descripción de la Catedral merece un reconocimiento, pero no podría catalogar este texto como una buena novela.
Vicente Blasco Ibáñez dedicó su vida a criticar las estructuras políticas y religiosas que le hacían daño a España. Este tema perdura en el libro. También es una preciosa descripción de la catedral de Toledo. Bien vale la pena leerlo.