Trepas por un acantilado a la orilla del mar y alzas tu dolorido cuerpo hasta la relativa seguridad de un estrecho saliente, soltando un suspiro de alivio por haber escapado de los bandidos que te atacaron en la playa. Te pones en pie y se te corta la respiración al ver a una figura vestida de negro que desciende de lo alto. Cuando la figura llega al saliente y se vuelve hacia ti, ¡ves que se trata de un ninja!
Más abajo que sus compañeros de la playa, el ninja se agacha, adoptando una posición de combate. Un trozo de tela negra le tapa por completo el rostro, a excepción de sus penetrantes ojos. Empuña una katana que sostiene a un lado, en una posición que nunca habías visto antes. Eres consciente de que no has oído hablar de nadie que haya sobrevivido a un combate con un ninja. Necesitarás toda tu habilidad y experiencia para superar este duelo.
Reprimiendo el pánico, sujetas con más fuerza tu espada, Kurodachi. Estás decidido a no ser víctima fácil para este ninja, sea quien sea.
¿Lograrás sobrevivir al ataque del mortífero ninja?
Tira un dado y suma al resultado tus puntos de «kenjutsu». Si el total es igual o superior a 23, pasa al 211. Si es inferior a 23, pasa al 194.
Sea cual fuere el desenlace, sólo tus decisiones y tu suerte con los dados pueden ayudarte a superar La prueba del ninja.
Otra de las series que me leí en mi época de furibundo de elige tu propia aventura. Junto a los clásicos leí varios con temática fantástica y mayor o menor componente de rol. En esta serie arrancabas con un personaje al que dotabas de carisma, fuerza, destreza y suerte con tiradas de dados (2xD6) y luego toda la historia iba basándose en eso. No eran muy diferentes de la otra serie de Dungeons¬Dragons que se publicó casi en simultáneo por Timún Más. En conjunto eran libros entretenidos, aunque incluso a mis tiernos 11 años yo veía que todos tenían un aire de familia bastante marcado. Pero me seguían gustando.