What do you think?
Rate this book
Coleccionistas de polvos raros
La Flaca ha perdido su nombre en la carrera de ascenso hacia ese otro lado de la ciudad, refugio de la gente bien, que ella tanto anhela y que está encarnado en un amor inalcanzable: Aurelio. El Mono y su pasión sin freno por la Flaca también recorren de arriba abajo esa ciudad, un lugar que ha terminado por entregarse a la tentación del narcotráfico. Y en el cruce de estos personajes reconocemos una sociedad signada por las apariencias y embestida por las fuerzas del deseo y el poder.
Con un lenguaje rabioso y sin concesiones, Pilar Quintana consigue un retrato vívido de clases y de juventud, en el que se entrelazan tiempos, historias y figuras que intentan responder la pregunta clave de quiénes son y qué lugar ocupan en el mundo.
Con un lenguaje rabioso y sin concesiones, Pilar Quintana consigue un retrato vívido de clases y de juventud, en el que se entrelazan tiempos, historias y figuras que intentan responder la pregunta clave de quiénes son y qué lugar ocupan en el mundo.
200 pages, Paperback
First published January 18, 2007
24 people are currently reading
641 people want to read
About the author
Pilar Quintana
21 books767 followersPilar Quintana is a Colombian writer. She was born in Cali and studied at the Javeriana University in Bogota. She is best known for her novels La Perra, which won the IV Award Biblioteca de Narrativa Colombiana, and Coleccionistas de polvos raros, which won the La Mar de Letras Award.
Ratings & Reviews
Friends & Following
Create a free account to discover what your friends think of this book!
Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 60 reviews
August 28, 2023
Puede ser mi libro favorito de Pilar Quintana. La manera en la que está narrado te hipnotiza por su frescura, dureza y humor. Hay juegos literarios muy bien logrados: dos voces narradoras y varios tiempos que mezclan pasado y presente de una manera clara y precisa para ir develando los secretos de la historia. Eso, sin nombrar el sarcasmo que me sacó sonrisas varias veces y a la vez un dolor de panza por la verdad que revela.
La primera parte es La flaca quien lidera la narración para mostrarnos la perspectiva de la Cali de los ochenta a través de los ojos de una mujer deslumbrada por la cultura del narcotráfico que quiere pertenecer a otra clase social a como de lugar. Una mujer que en ese camino va a descubrir que lo que ha hecho para ser libre es también su cadena. En esa primera parte conocemos los personajes de esta historia y aunque en ese momento ya estamos enamorados de la historia no sabemos bien para donde va. En la segunda es El mono quien toma la voz narrativa y nos revela los episodios más oscuros de la historia.
Es increíble ese cambio de voces tan impecable. Incluso en cada parte, de La flaca y la del Mono, se mezclan sus voces con la de un narrador omnipresente: es maravilloso y cero confuso.
Cuando me faltaban dos hojas para terminar me empecé a estresar porque no sabía como en ese corto espacio me iban a entregar un final. Cuando lo terminé, mi primera sensación fue: ¡Queeeeeee!, acá falta más. Pero después de procesar lo que acabo de leer lo que siento es que así como la narración juega con varios tiempos, el desenlace se nos entregó de a poquitos antes del punto final. Dan ganas de repetirlo sabiendo esos detalles para entender mejor cada narración.
Recomendadísimo.
Frases que amé:
- “La gente no usa las palabras para mostrarse, la gente usa ls palabras para esconderse.”
- “Yo soy la mentira que he inventado de mi”.
- “El tacto es el sentido que no perdona y todo lo exagera.”
- “… lo ve todo claro y espléndido como si a la memoria le gustara restregarnos los recuerdos que más daño nos hacen.”
La primera parte es La flaca quien lidera la narración para mostrarnos la perspectiva de la Cali de los ochenta a través de los ojos de una mujer deslumbrada por la cultura del narcotráfico que quiere pertenecer a otra clase social a como de lugar. Una mujer que en ese camino va a descubrir que lo que ha hecho para ser libre es también su cadena. En esa primera parte conocemos los personajes de esta historia y aunque en ese momento ya estamos enamorados de la historia no sabemos bien para donde va. En la segunda es El mono quien toma la voz narrativa y nos revela los episodios más oscuros de la historia.
Es increíble ese cambio de voces tan impecable. Incluso en cada parte, de La flaca y la del Mono, se mezclan sus voces con la de un narrador omnipresente: es maravilloso y cero confuso.
Cuando me faltaban dos hojas para terminar me empecé a estresar porque no sabía como en ese corto espacio me iban a entregar un final. Cuando lo terminé, mi primera sensación fue: ¡Queeeeeee!, acá falta más. Pero después de procesar lo que acabo de leer lo que siento es que así como la narración juega con varios tiempos, el desenlace se nos entregó de a poquitos antes del punto final. Dan ganas de repetirlo sabiendo esos detalles para entender mejor cada narración.
Recomendadísimo.
Frases que amé:
- “La gente no usa las palabras para mostrarse, la gente usa ls palabras para esconderse.”
- “Yo soy la mentira que he inventado de mi”.
- “El tacto es el sentido que no perdona y todo lo exagera.”
- “… lo ve todo claro y espléndido como si a la memoria le gustara restregarnos los recuerdos que más daño nos hacen.”
April 5, 2021
Nunca había leído a Pilar Quintana y tremenda sorpresa me he llevado. ¡Su escritura, rápida y ambiciosa, resulta fascinante! En este caso, la autora presenta el drama de la sociedad caleña atada al fenómeno del narcotráfico. Lo verdaderamente interesante es la polifonía, la divergencia entre cada uno de sus personajes. Todos, si bien anclados a la misma realidad, la experimentan de forma distinta. Sus palabras, esquivas y a veces seguras aunque tristes, van en procura de sentido: ¿qué puede hacer uno si, entre estas paredes, es mejor ser rico que pobre? ¿Respetado y respetable antes que un don nadie? El conflicto es que los valores sobre los cuales se erige dicha respetabilidad son nefastos.
Soy de Neiva y, si bien el narcotráfico no golpeó tan duro como en Cali u otras ciudades de Colombia, sí pude ver cómo es que una sociedad se desagrada cuando somete sus ideales a un medio (el dinero) por encima de fines, de bienes en sí mismos. Leyendo a Quintana, tuve la sensación de ver esas calles del dos mil y pico, llenas de pelados en procura de identificarse con el éxito, llevándose consigo a otros en dicha carrera. Recuerdo sus conversaciones, su necesidad de poseer otros cuerpos y sujetos; su afán por vestir de cierta manera y beber ciertos licores selectos para distinguirse de los demás. Su redención era imposible: no existe profundidad en abrazar la superficie. Sobre todo si dicha superficie tiene a su base toda una cultura cimentada en la barbarie y la sangre, en la posibilidad de someter a otro y condenarlo a ser un mero medio de mis caprichos.
Quintana sabe captar dicha problemática sin tejer fábulas morales, sin pretender enseñanzas o educar. Su denuncia, explícita y descarnada, le da voz a todos los partícipes de la misma: a los escaladores sociales; a esos que, en medio de la pobreza, laboran con el propósito de ser mejores; a los ricos caprichosos que, aunque bien intencionados, maltratan a otros o se autoflagelan sin percatarse de ello; a los ejemplares selectos de la cultura del sometimiento, ya sean privilegiados o miserables; a los vendedores de ilusiones, entre otros. Todo esto se construye de manera reflexiva, calma: cada personaje encuentra su voz y se distingue de otros a pesar de pretender la homogeneidad. Los detalles, alguna frase suelta o un gusto no hegemónico, generan el rechazo: la disolución de la comunidad superficial.
Si alguien quiere ver qué ocurre cuando una sociedad se entrega a la razón instrumental, bien puede consultar este libro. La violencia, esa urbana y cotidiana, se explaya sobre el territorio de la ciudad para darle la hostia a cada uno de sus partícipes; sean inocentes o culpables de desearla y reproducirla.
Soy de Neiva y, si bien el narcotráfico no golpeó tan duro como en Cali u otras ciudades de Colombia, sí pude ver cómo es que una sociedad se desagrada cuando somete sus ideales a un medio (el dinero) por encima de fines, de bienes en sí mismos. Leyendo a Quintana, tuve la sensación de ver esas calles del dos mil y pico, llenas de pelados en procura de identificarse con el éxito, llevándose consigo a otros en dicha carrera. Recuerdo sus conversaciones, su necesidad de poseer otros cuerpos y sujetos; su afán por vestir de cierta manera y beber ciertos licores selectos para distinguirse de los demás. Su redención era imposible: no existe profundidad en abrazar la superficie. Sobre todo si dicha superficie tiene a su base toda una cultura cimentada en la barbarie y la sangre, en la posibilidad de someter a otro y condenarlo a ser un mero medio de mis caprichos.
Quintana sabe captar dicha problemática sin tejer fábulas morales, sin pretender enseñanzas o educar. Su denuncia, explícita y descarnada, le da voz a todos los partícipes de la misma: a los escaladores sociales; a esos que, en medio de la pobreza, laboran con el propósito de ser mejores; a los ricos caprichosos que, aunque bien intencionados, maltratan a otros o se autoflagelan sin percatarse de ello; a los ejemplares selectos de la cultura del sometimiento, ya sean privilegiados o miserables; a los vendedores de ilusiones, entre otros. Todo esto se construye de manera reflexiva, calma: cada personaje encuentra su voz y se distingue de otros a pesar de pretender la homogeneidad. Los detalles, alguna frase suelta o un gusto no hegemónico, generan el rechazo: la disolución de la comunidad superficial.
Si alguien quiere ver qué ocurre cuando una sociedad se entrega a la razón instrumental, bien puede consultar este libro. La violencia, esa urbana y cotidiana, se explaya sobre el territorio de la ciudad para darle la hostia a cada uno de sus partícipes; sean inocentes o culpables de desearla y reproducirla.
Read
November 3, 2023Me gustó mucho la historia (las historias), me encantó el lenguaje, ese cambio de tiempos y de la persona que narra.
December 22, 2024
No sé por qué no se habla tanto de esta novela, de las mejores de Pilar Quintana. Una novela cargada de humor para criticar desde la corrupción política y las diferencias de clases, hasta las construcciones en torno a cómo deben comportarse las personajes del acuerdo a su género.
October 19, 2022
“Dejé de ser una escritora joven después de los cuarenta”. Entrevista a Pilar Quintana sobre Coleccionistas de polvos raros
Por: Juan Camilo Rincón. Periodista, escritor e investigador cultural
Regresar a la obra de Pilar Quintana es encontrarnos con las diferentes caras de una Cali convulsa, sensual, explosiva, paradójica: desde aquello que se oculta con vergüenza social hasta los cientos de formas de la música, el amor y las relaciones afectivas. Hablamos con la Premio Alfaguara sobre la reedición de Coleccionistas de polvos raros (Alfaguara) con motivo de los quince años de su publicación.
¿Cómo ha sido esto de encontrarte con una nueva edición de Coleccionistas de polvos raros? La eliminación de las cursivas, por ejemplo…
Yo escribí la versión original sin las cursivas. El editor de ese entonces me dijo que las pusiéramos para hacer la lectura más fácil. Yo le dije que se entendía perfectamente, pero él insistió; dejé que se hiciera así pero nunca me gustó. Ahora les dije a mis editores que yo siempre había soñado con quitar esas cursivas y coincidieron conmigo. Carolina López me apoyó en eso. También corregí el nombre de la mamá de la protagonista, Estelita. Yo lo escribí con dos eles y en España algunos lo leían como Estellita. Lo otro es que la primera edición salió muy sucia porque el archivo que enviaron a la imprenta no era el corregido. Para la segunda edición, que es la española, se corrigieron esos errores pero igual siempre quedan cosas. Para esta edición corregimos todo, alguna frase torcida o que no se ve bien lograda; un párrafo que la editora me dijo que no le gustaba... Son cosas que uno ya no es capaz de ver. Es la oportunidad para que el libro quedara más limpio.
Al volver al libro uno se encuentra con cosas que no vio la primera vez. Hoy siento que es una especie de tragedia griega, eso de ir contra el destino, de lo que ya está escrito.
… y que además ya pasó y no se puede hacer nada al respecto. Son personajes un poco como los de Los abismos, a quienes les están pasando unas cosas terribles y son incapaces de mirarse a los ojos y decir: “estoy tragada de vos”. Después de un polvo no son capaces de preguntar: “¿ahora qué va a pasar con nosotros dos?, ¿quieres algo más?”, como lo harían dos personas adultas. Es algo con lo que siempre he trabajado mucho: esa distancia que hay entre lo que uno siente y cómo lee a los otros, y cómo lo leen a uno. Es el ocultamiento a través de máscaras. Esta es una novela de eso: de personas que se ponen máscaras para no ser vulnerables frente a los demás; no hacerles saber lo que sienten en realidad. La Flaca no le va a decir a Aurelio lo que ella siente hasta no saber si él le corresponde; prefiere quedarse callada. Lo mismo el Mono, que le dice a la Flaca lo contrario de lo que él siente, solamente para no ser vulnerable.
Siento que hubo un experimento narrativo con el final de la novela, unido a esto del destino que ya está escrito. ¿Cómo lo construiste?
Es la novela de una escritora joven que estaba experimentando con lo que tenía, aprendiendo a usar las herramientas de la escritura creativa, los tiempos, los narradores y la arquitectura. Hay novelas que son de personaje, donde el personaje es lo más importante; hay novelas de lenguaje; las hay de universo. Yo creo que esta es una novela de estructura y la hice porque necesitaba aprender a trabajar con unos narradores complicados, jugar con los tiempos narrativos y que el lector entendiera. Yo usé las herramientas para aprender a usarlas. Hacer una novela complicada estructuralmente me dio las herramientas para hacer una novela sencilla y lineal. Ese dominio se aprende en una cosa más difícil y luego puedes hacer una novela de historia, que es lo que más me interesa ahora.
¿Esa es una diferencia, por ejemplo, entre Coleccionistas de polvos raros y Los abismos?
En mis novelas recientes no hay tanta pirotecnia como en Coleccionistas, primero porque ya soy una escritora más madura, y segundo, porque ya tengo claro lo que quiero contar. Aunque el cómo es muy importante, debe estar al servicio del qué. En esa novela yo ponía el cómo primero y el qué por debajo. Es un ejercicio muy típico de escritor joven. Cuando leo a escritores maduros que siguen siendo muy pirotécnicos, pienso que debajo de eso están ocultando que no tienen mucho para decir. Sigo tratando el tema de las apariencias y construyo esa Cali superficial donde las formas, lo que nos ponemos y cómo nos proyectamos hacia afuera es lo más importante, y dejamos de lado lo que en verdad somos. Otra cosa que me impresiona de la actualidad de esta novela es que cuando la escribí nadie sabía que Cali era así de clasista, de racista y con inequidades tan grandes.
Nadie habla de las cosas difíciles de la maternidad, pocos hablan abiertamente de las cosas incómodas del sexo o de la autonomía de las mujeres sobre su cuerpo, y tú lo haces. ¿Qué te lleva a tratar en la literatura lo que socialmente sigue siendo vedado?
… ¡Y nadie dice que Cali es una ciudad traqueta! Lo fue y los narcos fueron unos señores horribles; vengan les digo por qué (risas). No es rebeldía; es simplemente necesidad. Esto es verdad y no lo voy a callar. Yo en Cali siempre me sentí mal porque al que es diferente lo rechazan y le hacen sentir que no está chévere, y me decían que yo era muy sensible, que era exagerada. Eso es dolorosísimo para mí porque uno lo único que uno quiere es que le validen como se siente: “¿de verdad te sentías así? Debió ser doloroso crecer sintiéndote de esa manera”. Eso es lo único que uno necesita, entonces es bueno hacer terapia. ¿Cuál es mi terapia? Escribir libros.
Una cosa bellísima de la novela es que el detonante es la música. ¿Por qué escogiste Pink Floyd para arrancar?
En esa época de mi regreso a Cali tenía un amigo que oía mucho Pink Floyd y siempre iba a mi casa y lo ponía. A mí me parecía un rock demasiado intelectual hasta que me dijo: venga, leamos las letras, y yo dije: ¡uy, esto es literatura! Fue una época en la que yo estaba muy metida con Pink Floyd y encontré ese epígrafe que habla mucho de cómo nos paramos en la sociedad: una máscara y un escudo para protegernos de los otros.
¿Cómo es tu relación con la música en tu literatura? ¿Escuchas música mientras escribes, por ejemplo?
Yo necesito silencio cuando escribo; no podría escribir con música, aunque me encanta. Me pasó algo tremendo y fue que cuando desaparecieron los CD y la música en formato físico, dejé de oírla. Volví a ella ahorita porque volvieron los LP. Me dedico entonces a poner música, a investigar, a comprar un disco. Yo no he sido muy roquera pero he tenido amigos que lo son. A mí me gustan más bien la salsa y la música negra: el bolero, el son. Para mí lo más nuevo es Willie Colón (risas).
En este libro uno ve un ritmo de narración más acelerado si se compara con Los abismos, por ejemplo. ¿Ves eso mismo al revisitar tu obra?
Una escritora, no sé si Yourcenar o Duras, decía que había novelas que un autor no debía intentar escribir antes de los cuarenta. Creo que ella tiene razón en el sentido en que solamente después de esa edad eres verdaderamente adulto. Dejas cierta fogosidad de la juventud y ya tienes la capacidad de llegar a lo profundo, de ver las contradicciones y más poder de observación. Yo creo que me pasó eso: dejé de ser una escritora joven después de los cuarenta. No es que no tuviera nada qué decir cuando escribí Coleccionistas; sí tenía muchas cosas que decir y ahí quedaron plasmadas, pero es una historia sencilla contada de manera complicada. Es como Pulp Fiction: si ordenas la historia, no es interesante; lo es porque está contada al contrario. Eso es lo que cambió: hago historias complicadas contadas de manera simple, y hay que leerlas con cuidado para encontrar lo que hay adentro. Están narradas con un lenguaje tan desnudo y una forma tan sencilla, que algunos creen que ahí no pasa nada. En Los abismos la mamá le puso los cachos al papá, se fueron a una finca y luego volvieron a Cali y ya, eso fue todo lo que pasó. Pero lo que pasó fue que la niña se hizo adulta y descubrió que el mundo era una mierda, que de pronto no fue una niña deseada, y todos a esta edad sabemos que ese es, quizás, el momento más terrible de nuestra vida, cuando despertamos al mundo y decimos: mi mamá es falible y no es perfecta, mi papá tiene un monstruo adentro, y el abismo es horrible y fascinante, y de pronto algún día me voy a tirar ahí. ¡Pasó que a una persona se le instaló su trauma! En Coleccionistas les pasaron unas peripecias a unos personajes, contadas de manera complicada. Es un libro interesante y yo lo quiero mucho porque me sirvió mucho, pero es una novela más joven donde lo que está puesto es un afuera, la sociedad hipócrita y clasista, la desesperanza social… todo eso está dicho, pero no estamos metidos en el interior de un ser humano. Ahí está la diferencia: la otra es una novela más de afuera, que nos narra una sociedad, y las otras son novelas sobre el individuo y, en ese sentido, son sobre nosotros mismos en la violencia que nos habita, el dolor profundo que tenemos.
¿Qué sigue después de Los abismos?
Hice la Biblioteca de Escritoras Colombianas, que fue un trabajo tremendo. Escribí una obra de teatro que se estrena el 27 de octubre, con Antonio García Ángel. Estamos trabajando en un guion y estoy escribiendo una novela. Ya terminé el primer capítulo de seis. La vengo trabajando desde que terminé Los abismos, por los laditos, y está muy bien planeada; me está fluyendo la escritura.
https://www.elpais.com.co/cultura/gac...
Por: Juan Camilo Rincón. Periodista, escritor e investigador cultural
Regresar a la obra de Pilar Quintana es encontrarnos con las diferentes caras de una Cali convulsa, sensual, explosiva, paradójica: desde aquello que se oculta con vergüenza social hasta los cientos de formas de la música, el amor y las relaciones afectivas. Hablamos con la Premio Alfaguara sobre la reedición de Coleccionistas de polvos raros (Alfaguara) con motivo de los quince años de su publicación.
¿Cómo ha sido esto de encontrarte con una nueva edición de Coleccionistas de polvos raros? La eliminación de las cursivas, por ejemplo…
Yo escribí la versión original sin las cursivas. El editor de ese entonces me dijo que las pusiéramos para hacer la lectura más fácil. Yo le dije que se entendía perfectamente, pero él insistió; dejé que se hiciera así pero nunca me gustó. Ahora les dije a mis editores que yo siempre había soñado con quitar esas cursivas y coincidieron conmigo. Carolina López me apoyó en eso. También corregí el nombre de la mamá de la protagonista, Estelita. Yo lo escribí con dos eles y en España algunos lo leían como Estellita. Lo otro es que la primera edición salió muy sucia porque el archivo que enviaron a la imprenta no era el corregido. Para la segunda edición, que es la española, se corrigieron esos errores pero igual siempre quedan cosas. Para esta edición corregimos todo, alguna frase torcida o que no se ve bien lograda; un párrafo que la editora me dijo que no le gustaba... Son cosas que uno ya no es capaz de ver. Es la oportunidad para que el libro quedara más limpio.
Al volver al libro uno se encuentra con cosas que no vio la primera vez. Hoy siento que es una especie de tragedia griega, eso de ir contra el destino, de lo que ya está escrito.
… y que además ya pasó y no se puede hacer nada al respecto. Son personajes un poco como los de Los abismos, a quienes les están pasando unas cosas terribles y son incapaces de mirarse a los ojos y decir: “estoy tragada de vos”. Después de un polvo no son capaces de preguntar: “¿ahora qué va a pasar con nosotros dos?, ¿quieres algo más?”, como lo harían dos personas adultas. Es algo con lo que siempre he trabajado mucho: esa distancia que hay entre lo que uno siente y cómo lee a los otros, y cómo lo leen a uno. Es el ocultamiento a través de máscaras. Esta es una novela de eso: de personas que se ponen máscaras para no ser vulnerables frente a los demás; no hacerles saber lo que sienten en realidad. La Flaca no le va a decir a Aurelio lo que ella siente hasta no saber si él le corresponde; prefiere quedarse callada. Lo mismo el Mono, que le dice a la Flaca lo contrario de lo que él siente, solamente para no ser vulnerable.
Siento que hubo un experimento narrativo con el final de la novela, unido a esto del destino que ya está escrito. ¿Cómo lo construiste?
Es la novela de una escritora joven que estaba experimentando con lo que tenía, aprendiendo a usar las herramientas de la escritura creativa, los tiempos, los narradores y la arquitectura. Hay novelas que son de personaje, donde el personaje es lo más importante; hay novelas de lenguaje; las hay de universo. Yo creo que esta es una novela de estructura y la hice porque necesitaba aprender a trabajar con unos narradores complicados, jugar con los tiempos narrativos y que el lector entendiera. Yo usé las herramientas para aprender a usarlas. Hacer una novela complicada estructuralmente me dio las herramientas para hacer una novela sencilla y lineal. Ese dominio se aprende en una cosa más difícil y luego puedes hacer una novela de historia, que es lo que más me interesa ahora.
¿Esa es una diferencia, por ejemplo, entre Coleccionistas de polvos raros y Los abismos?
En mis novelas recientes no hay tanta pirotecnia como en Coleccionistas, primero porque ya soy una escritora más madura, y segundo, porque ya tengo claro lo que quiero contar. Aunque el cómo es muy importante, debe estar al servicio del qué. En esa novela yo ponía el cómo primero y el qué por debajo. Es un ejercicio muy típico de escritor joven. Cuando leo a escritores maduros que siguen siendo muy pirotécnicos, pienso que debajo de eso están ocultando que no tienen mucho para decir. Sigo tratando el tema de las apariencias y construyo esa Cali superficial donde las formas, lo que nos ponemos y cómo nos proyectamos hacia afuera es lo más importante, y dejamos de lado lo que en verdad somos. Otra cosa que me impresiona de la actualidad de esta novela es que cuando la escribí nadie sabía que Cali era así de clasista, de racista y con inequidades tan grandes.
Nadie habla de las cosas difíciles de la maternidad, pocos hablan abiertamente de las cosas incómodas del sexo o de la autonomía de las mujeres sobre su cuerpo, y tú lo haces. ¿Qué te lleva a tratar en la literatura lo que socialmente sigue siendo vedado?
… ¡Y nadie dice que Cali es una ciudad traqueta! Lo fue y los narcos fueron unos señores horribles; vengan les digo por qué (risas). No es rebeldía; es simplemente necesidad. Esto es verdad y no lo voy a callar. Yo en Cali siempre me sentí mal porque al que es diferente lo rechazan y le hacen sentir que no está chévere, y me decían que yo era muy sensible, que era exagerada. Eso es dolorosísimo para mí porque uno lo único que uno quiere es que le validen como se siente: “¿de verdad te sentías así? Debió ser doloroso crecer sintiéndote de esa manera”. Eso es lo único que uno necesita, entonces es bueno hacer terapia. ¿Cuál es mi terapia? Escribir libros.
Una cosa bellísima de la novela es que el detonante es la música. ¿Por qué escogiste Pink Floyd para arrancar?
En esa época de mi regreso a Cali tenía un amigo que oía mucho Pink Floyd y siempre iba a mi casa y lo ponía. A mí me parecía un rock demasiado intelectual hasta que me dijo: venga, leamos las letras, y yo dije: ¡uy, esto es literatura! Fue una época en la que yo estaba muy metida con Pink Floyd y encontré ese epígrafe que habla mucho de cómo nos paramos en la sociedad: una máscara y un escudo para protegernos de los otros.
¿Cómo es tu relación con la música en tu literatura? ¿Escuchas música mientras escribes, por ejemplo?
Yo necesito silencio cuando escribo; no podría escribir con música, aunque me encanta. Me pasó algo tremendo y fue que cuando desaparecieron los CD y la música en formato físico, dejé de oírla. Volví a ella ahorita porque volvieron los LP. Me dedico entonces a poner música, a investigar, a comprar un disco. Yo no he sido muy roquera pero he tenido amigos que lo son. A mí me gustan más bien la salsa y la música negra: el bolero, el son. Para mí lo más nuevo es Willie Colón (risas).
En este libro uno ve un ritmo de narración más acelerado si se compara con Los abismos, por ejemplo. ¿Ves eso mismo al revisitar tu obra?
Una escritora, no sé si Yourcenar o Duras, decía que había novelas que un autor no debía intentar escribir antes de los cuarenta. Creo que ella tiene razón en el sentido en que solamente después de esa edad eres verdaderamente adulto. Dejas cierta fogosidad de la juventud y ya tienes la capacidad de llegar a lo profundo, de ver las contradicciones y más poder de observación. Yo creo que me pasó eso: dejé de ser una escritora joven después de los cuarenta. No es que no tuviera nada qué decir cuando escribí Coleccionistas; sí tenía muchas cosas que decir y ahí quedaron plasmadas, pero es una historia sencilla contada de manera complicada. Es como Pulp Fiction: si ordenas la historia, no es interesante; lo es porque está contada al contrario. Eso es lo que cambió: hago historias complicadas contadas de manera simple, y hay que leerlas con cuidado para encontrar lo que hay adentro. Están narradas con un lenguaje tan desnudo y una forma tan sencilla, que algunos creen que ahí no pasa nada. En Los abismos la mamá le puso los cachos al papá, se fueron a una finca y luego volvieron a Cali y ya, eso fue todo lo que pasó. Pero lo que pasó fue que la niña se hizo adulta y descubrió que el mundo era una mierda, que de pronto no fue una niña deseada, y todos a esta edad sabemos que ese es, quizás, el momento más terrible de nuestra vida, cuando despertamos al mundo y decimos: mi mamá es falible y no es perfecta, mi papá tiene un monstruo adentro, y el abismo es horrible y fascinante, y de pronto algún día me voy a tirar ahí. ¡Pasó que a una persona se le instaló su trauma! En Coleccionistas les pasaron unas peripecias a unos personajes, contadas de manera complicada. Es un libro interesante y yo lo quiero mucho porque me sirvió mucho, pero es una novela más joven donde lo que está puesto es un afuera, la sociedad hipócrita y clasista, la desesperanza social… todo eso está dicho, pero no estamos metidos en el interior de un ser humano. Ahí está la diferencia: la otra es una novela más de afuera, que nos narra una sociedad, y las otras son novelas sobre el individuo y, en ese sentido, son sobre nosotros mismos en la violencia que nos habita, el dolor profundo que tenemos.
¿Qué sigue después de Los abismos?
Hice la Biblioteca de Escritoras Colombianas, que fue un trabajo tremendo. Escribí una obra de teatro que se estrena el 27 de octubre, con Antonio García Ángel. Estamos trabajando en un guion y estoy escribiendo una novela. Ya terminé el primer capítulo de seis. La vengo trabajando desde que terminé Los abismos, por los laditos, y está muy bien planeada; me está fluyendo la escritura.
https://www.elpais.com.co/cultura/gac...
May 19, 2018
Un libro muy irreverente que nos presenta dos perspectivas, una femenina y una masculina. Nos muestra la fortaleza de cada uno y como se invierten los papeles en este juego de poder. Libro bastante sexual y que se centra en un tema que se puede observar en las calles.
February 23, 2023
Una vez leí, que Pilar decía que ahora era una escritora más madura porque sabía que era lo que quería contar. Este libro es de una mujer más joven, mas experimental
No esperaba encontrarme ni con este tipo de historia, ni con esta manera de narrar, pero fue increíble leer una Pilar más explosiva. Me recordó a mis épocas de leer ¡qué viva la música! En una esquina del patio del colegio y darme cuenta que el tiempo había pasado porque me había empezado a hormiguero alguna parte del cuerpo. Me pregunto, que habría pensado la Sofía de 16 años al haber encontrado este libro. Tal vez habría ahondando en la literatura de mujeres mucho antes.
La Sofía de 21 sintió compasión por La Flaca y asco por El Mono.
En términos de estructura, me encanta cuándo los relatos están narrados a varias voces y de maneras confusas, me fascina ver el cambio de personajes de un párrafo a otro (lograrlo sin hacer que el lector se pierda, es algo increíble, gracias Pilar, gracias Laura Restrepo). Quisiera poder escribir el cómo me hizo sentir, pero creo que fue algo tan honesto que es casi imposible ponerlo en palabras sin verlo profanado.
¿Por qué no es un 5? Porque escribir siendo mujer no es lo mismo que escribir como mujer y para algunas gentes seré una intensa, pero hay cosas que para mí ya no son grises. Tal vez fue mi error el llegar a este libro con la idea de leer a la escritora que venía buscando... Aún así, fue una grata sorpresa
No esperaba encontrarme ni con este tipo de historia, ni con esta manera de narrar, pero fue increíble leer una Pilar más explosiva. Me recordó a mis épocas de leer ¡qué viva la música! En una esquina del patio del colegio y darme cuenta que el tiempo había pasado porque me había empezado a hormiguero alguna parte del cuerpo. Me pregunto, que habría pensado la Sofía de 16 años al haber encontrado este libro. Tal vez habría ahondando en la literatura de mujeres mucho antes.
La Sofía de 21 sintió compasión por La Flaca y asco por El Mono.
En términos de estructura, me encanta cuándo los relatos están narrados a varias voces y de maneras confusas, me fascina ver el cambio de personajes de un párrafo a otro (lograrlo sin hacer que el lector se pierda, es algo increíble, gracias Pilar, gracias Laura Restrepo). Quisiera poder escribir el cómo me hizo sentir, pero creo que fue algo tan honesto que es casi imposible ponerlo en palabras sin verlo profanado.
¿Por qué no es un 5? Porque escribir siendo mujer no es lo mismo que escribir como mujer y para algunas gentes seré una intensa, pero hay cosas que para mí ya no son grises. Tal vez fue mi error el llegar a este libro con la idea de leer a la escritora que venía buscando... Aún así, fue una grata sorpresa
October 29, 2024
Esta historia narrada en dos tiempos, por dos personajes es el retrato de la descomposición de la sociedad por el narcotráfico, donde hay un cruce de personajes que se debaten entre el amor, la rumba, las drogas, trepar socialmente, los abusos y la falta de conciencia.
Cómo siempre la escritora con su lenguaje fácil, cercano, crudo, que incomoda y sin ser políticamente correcta, atina perfectamente la narrativa.
Por demás esta decir que por coleccionar polvos no se está más acompañado, al contrario, la vida se sume en el vacío y la soledad.
Cómo siempre la escritora con su lenguaje fácil, cercano, crudo, que incomoda y sin ser políticamente correcta, atina perfectamente la narrativa.
Por demás esta decir que por coleccionar polvos no se está más acompañado, al contrario, la vida se sume en el vacío y la soledad.
December 25, 2025
De acuerdo con Irene Vallejo
November 30, 2025
La realidad del cómo el narcotrafico en Colombia, permea todas los lugares de la sociedad.
Me gusta el manejo del tiempo y la narrativa delirante.
Me gusta el manejo del tiempo y la narrativa delirante.
September 18, 2023
Hija de una madre humilde y trabajadora, la Flaca desea salir de su pobreza de una manera fácil, rápida e inescrupulosa, intentando obtener un nivel de vida que ha soñado desde niña. Sin embargo, se topa con el mundo de las clases altas de Cali de los años ochentas y noventas, el cual solo contiene mafias, alcohol, prostitución, sexo, drogas, corrupción y tantas depresiones y frustraciones que provienen de un mundo superficial que solo aspira obtener dinero y poder.
La arquitectura de "Coleccionistas de polvos raros" (2007) es diferente a la que encontramos en novelas más recientes de la misma autora, como en los casos de "La Perra" y "Los Abismos". A pesar de manifestarse a través de ese lenguaje directo, desgarrador y sin atenuantes que caracteriza a Quintana, el lector podrá adentrarse en una historia que no es narrada de manera lineal; en un juego lleno de virtuosismo desde la figura del narrador, en donde en un mismo párrafo puede iniciar con La Flaca y terminar con el Mono Estrada (los dos protagonistas). En esta novela se observa a una escritora que explora, que sigue buscando el estilo que, años más tarde, afianzará en sus demás novelas.
La arquitectura de "Coleccionistas de polvos raros" (2007) es diferente a la que encontramos en novelas más recientes de la misma autora, como en los casos de "La Perra" y "Los Abismos". A pesar de manifestarse a través de ese lenguaje directo, desgarrador y sin atenuantes que caracteriza a Quintana, el lector podrá adentrarse en una historia que no es narrada de manera lineal; en un juego lleno de virtuosismo desde la figura del narrador, en donde en un mismo párrafo puede iniciar con La Flaca y terminar con el Mono Estrada (los dos protagonistas). En esta novela se observa a una escritora que explora, que sigue buscando el estilo que, años más tarde, afianzará en sus demás novelas.
February 21, 2024
Estar tragado es enfermizo y un lío tremendo si además se trata de una amiga a quien le gusta otro amigo tuyo. El libro tiene una narrativa increíble que conecta a los personajes más que por sucesos por sus voces. No me encantó la historia, pero tal vez es porque me hace falta un puño en la cara por ser una malparida.
«No todo es ganar, parte del placer consiste en dejar al oponente sintiéndose mal.»
«La gente no usa las palabras para mostrarse, la gente usa las palabras para esconderse.»
Me queda también una canción _curvadísima_ de pink floyd.
«No todo es ganar, parte del placer consiste en dejar al oponente sintiéndose mal.»
«La gente no usa las palabras para mostrarse, la gente usa las palabras para esconderse.»
Me queda también una canción _curvadísima_ de pink floyd.
August 4, 2024
Uno de los mejores libros que he leído ultimamente. Seguramente seguiré con mas libros de Pilar Quintana, quien viene de mi ciudad. Hizo que me conectara con Cali y su historia aunque no haya vivido todo lo que escribió. Aparte de todo esto creo que logra narrar muy bien las motivaciones de los personajes y cuan desesperados están de encajar en la sociedad.
July 15, 2023
«La gente no usa las palabras para mostrarse, la gente usa las palabras para esconderse. Pero las miradas y gestos traicionan.»
📖
En este libro Pilar tiene una forma de narrar que parece que entrara a trompicones, como con rabia y con acelere, pero diciendo muchas verdades en el camino. Toca leerlo con calma para absorber tanta información que entra directa. Refleja realidades manchadas por las apariencias, el prestigio, la pobreza y la soledad.
En algún momento la historia empieza a estancarse en un circulo vicioso en el cual me costaba mantener el interés. No entendía a dónde iba la historia o qué debía sacar de ella. Entonces lo diré en las palabras de la propia autora: esta es una novela de personas que se ponen máscaras para no ser vulnerables frente a los demás; no hacerles saber lo que sienten en realidad. Y como también ella lo dice: una historia sencilla narrada de manera complicada, experimentando con la estructura y los tiempos.
La autora refleja una Cali de diferencias, inequidad y discriminación. Y por eso para pertenecer, toca aparentar. También es una ciudad de traquetos, de torcidos, de traiciones y de sexo.
Hay que tener en cuenta que la autora de este libro es una Pilar más joven (esta es una reedición, la original fue publicada en el 2007), y por lo tanto es más explosiva y experimental, y si buscas el estilo de "Los abismos" o "La perra" no lo vas a encontrar tan parecido, aunque no quiere decir que sea malo, sino diferente. Una historia de personajes buscando su destino, coleccionando polvos raros para buscar la plenitud de sus vidas, sin saber que eso mismo será lo que los hará infelices.
En este libro Pilar tiene una forma de narrar que parece que entrara a trompicones, como con rabia y con acelere, pero diciendo muchas verdades en el camino. Toca leerlo con calma para absorber tanta información que entra directa. Refleja realidades manchadas por las apariencias, el prestigio, la pobreza y la soledad.
En algún momento la historia empieza a estancarse en un circulo vicioso en el cual me costaba mantener el interés. No entendía a dónde iba la historia o qué debía sacar de ella. Entonces lo diré en las palabras de la propia autora: esta es una novela de personas que se ponen máscaras para no ser vulnerables frente a los demás; no hacerles saber lo que sienten en realidad. Y como también ella lo dice: una historia sencilla narrada de manera complicada, experimentando con la estructura y los tiempos.
La autora refleja una Cali de diferencias, inequidad y discriminación. Y por eso para pertenecer, toca aparentar. También es una ciudad de traquetos, de torcidos, de traiciones y de sexo.
Hay que tener en cuenta que la autora de este libro es una Pilar más joven (esta es una reedición, la original fue publicada en el 2007), y por lo tanto es más explosiva y experimental, y si buscas el estilo de "Los abismos" o "La perra" no lo vas a encontrar tan parecido, aunque no quiere decir que sea malo, sino diferente. Una historia de personajes buscando su destino, coleccionando polvos raros para buscar la plenitud de sus vidas, sin saber que eso mismo será lo que los hará infelices.
May 16, 2023
Es una lástima porque Los abismos me gustó muchísimo y creo que la literatura contemporánea colombiana está dando historias muy buenas, pero se nota que fue uno de los primeros libros de la autora. En mi opinión, hay un argumento muy pobre. Le doy dos estrellas porque aun así hay un reflejo valioso de la cultura colombiana y al final es lo que me interesaba. De todos modos, no será lo último que leeré de Pilar Quintana
January 1, 2023
Coleccionista de polvos raros sin duda es un libro fascinante, con demasiada irreverencia.
Es interesante ver el punto de vista que tiene un personaje femenino y otro masculino sobre el sexo, este libro muestra la realidad de nuestro país en décadas pasadas.
Es interesante ver el punto de vista que tiene un personaje femenino y otro masculino sobre el sexo, este libro muestra la realidad de nuestro país en décadas pasadas.
November 10, 2024
Esta ha sido la novela que menos me ha gustado de Pilar Quintana. Siento que estaba tratando de hacer 3 cosas a la vez y ninguna le salió particularmente bien. Definitivamente me parece que mejoró cuando entra el segundo narrador (o personaje, ya hablaré de eso) que es una voz mucho más convincente e interesante que la primera, la cual me pareció que le faltó un montón de (pero que igual lamento que haya dejado abandonada antes de terminar de desarrollarla).
No me convenció el Cali que sale acá, con capos (o bueno, no capos pero segundones de capos) que no son celosos, que le dan un apartamento a la moza para que pueda verse con libertad con otros hombres. Es casi como un cuento de hadas de lo que alguien que no ha tenido ningún tipo de contacto con ese mundo se imagina. Por ende, creo que la crítica (o visibilización, o lo que sea) que hace Quintana de ese Cali se queda corta. En últimas, está denunciando una realidad que no existe y que parece una fantasía adolescente del "lado feo" de Cali. Esto viene de alguien que no conoce Cali, entonces bueno, puedo estar equivocándome en esa crítica.
Sin embargo, le doy tres estrellas y no dos porque la voz narrativa me pareció muy bien lograda, que asume la voz de los personajes (a veces incluso en segunda persona) con comillas implícitas pero de forma muy natural. Muy hábil Quintana con ese juego de voces que estoy segura que sale a relucir con una segunda lectura que desafortunadamente no haré porque no me gustó mucho la novela ni la mirada que le da a los personajes (sobre todo en la primera mitad).
Si pudiera ponerle 2.5, lo haría, pero bueno, redondeo para arriba.
No me convenció el Cali que sale acá, con capos (o bueno, no capos pero segundones de capos) que no son celosos, que le dan un apartamento a la moza para que pueda verse con libertad con otros hombres. Es casi como un cuento de hadas de lo que alguien que no ha tenido ningún tipo de contacto con ese mundo se imagina. Por ende, creo que la crítica (o visibilización, o lo que sea) que hace Quintana de ese Cali se queda corta. En últimas, está denunciando una realidad que no existe y que parece una fantasía adolescente del "lado feo" de Cali. Esto viene de alguien que no conoce Cali, entonces bueno, puedo estar equivocándome en esa crítica.
Sin embargo, le doy tres estrellas y no dos porque la voz narrativa me pareció muy bien lograda, que asume la voz de los personajes (a veces incluso en segunda persona) con comillas implícitas pero de forma muy natural. Muy hábil Quintana con ese juego de voces que estoy segura que sale a relucir con una segunda lectura que desafortunadamente no haré porque no me gustó mucho la novela ni la mirada que le da a los personajes (sobre todo en la primera mitad).
Si pudiera ponerle 2.5, lo haría, pero bueno, redondeo para arriba.
August 18, 2025
Que libro tan espectacular, definitivamente Pilar Quintana es maravillosa contando historias. La forma de narrar la realidad de la Flaca y su deseo de grandeza luego de no haber tenido "nada", en comparación con el Mono Estrada que tenía todo y quería más no de las mejores formas; ambos siendo en su justa medida coleccionistas de polvos raros, sujetos al sexo como forma de expresión y relacionamiento. Aún así, sabiendo que la historia la narraron ambos, quería más de la visión y postura de Aurelio o de Susana. Es bastante particular cómo desde pequeños las historias se entretejían, cómo todos se conocieron y no se recordaron, cada uno marcó un antes y un después en la historia de los otros e incluso "Alguien", y la política del narcotráfico los iba hilando uno a uno en esa enredadera. Indiscutiblemente y aunque queramos taparlo, es un retrato de la realidad colombiana. Súper recomendado.
June 16, 2023
El juego de la temporalidad y las dos voces de los personajes son una maravilla, la estructura del libro es lo más atrapante y admirable, junto con la idea siempre presente de que los protagonistas aquí narrados se hacen a sí mismos, y siempre están convenciéndose de lo que son y lo que pueden ser. La historia algo pobre y repetitiva, no solo en lo que es la novela sino en lo que hay en la literatura colombiana, pero supongo que ninguna autora puede dejar de escribir sobre cómo el narco colombiano definió la vida de todas en su tierra. Aun así, la conexión entre todos los personajes y el círculo perfecto de la historia de cada uno es entretenido e irónico siempre y hace ver a esta Cali de Pilar tan chiquita como un escenario de teatro, esa idea de la ciudad que cree tener divisiones tan abismales pero que a la final está toda sumida en el mismo hueco me pareció muy divertida.
May 18, 2024
Coleccionista de polvos raros. (Pilar Quintana)
Un gran libro con destacada capacidad descriptiva, se hace una inmersión profunda en la ciudad al punto de escuchar los ruidos de sus calles y sentir el clima, casi que termina uno hablando caleño. Ademas, se siente como si se conociera la vida de cada personaje sin que esto se hubiera contado a detalle. Finalmente, incluye 5 curiosas reglas de vida y la sensación de un interés detrás de cada relación. 4_2024
Un gran libro con destacada capacidad descriptiva, se hace una inmersión profunda en la ciudad al punto de escuchar los ruidos de sus calles y sentir el clima, casi que termina uno hablando caleño. Ademas, se siente como si se conociera la vida de cada personaje sin que esto se hubiera contado a detalle. Finalmente, incluye 5 curiosas reglas de vida y la sensación de un interés detrás de cada relación. 4_2024
October 10, 2024
Muy bien escrito, la forma de narrar te hace seguir leyendo. Se lee fácil, los saltos de tiempo y voces te hacen seguir leyendo. Pero la historia no me atrapó, si acabé el libro fue por esa bella forma de hilar las palabras, el humor oscuro y los detalles sobre la ciudad en diferentes épocas. Pero como historia es una historia floja de amores no correspondidos y de resentimiento en muchos niveles, no mis temas favoritos.
April 23, 2025
Me gustó mucho el libro, estoy empezando mi viaje por la literatura y me he dejado llevar por varias recomendaciones, este sin embargo, lo escogí sin saber mucho de la autora o el libro y me llevé una grata sorpresa, fue un libro fácil de leer y rápido, se siente que es escrito en Cali- Colombia y muestra brevemente un poco el tema de las clases sociales en nuestro país. Me gustó mucho y espero poder leer más cosas de esta autora.
December 5, 2022
Es aquí cuando la Flaca descubre que su ciudad no es una sola sino dos muy diferentes. La suya, que está sepultada en un hueco malsano y abismal, a donde ni siquiera entra la brisa que todas las tarde refresca a la otra ciudad, y esta, ubicada en todo lo alto, donde vive la gente como Susana Domínguez Guerrero. El panorama que se le ofrece desde la ventana es revelador.
October 29, 2024
Este es el libro que más me ha gustado de Pilar Quintana.
Un triángulo amoroso que se desarrolla en un Cali atravesado por el narcotráfico y la cultura del consumismo, los excesos y la envidia.
El personaje de la Flaca (⭐) está muy bien construido, su psicología se deja ver a lo largo de la novela.
Un triángulo amoroso que se desarrolla en un Cali atravesado por el narcotráfico y la cultura del consumismo, los excesos y la envidia.
El personaje de la Flaca (⭐) está muy bien construido, su psicología se deja ver a lo largo de la novela.
March 15, 2025
Hacía tiempo que leí por primera vez a Pilar Quintana y fue un placer reencontrarme con ella. La novela es adictiva en todos los sentidos: la historia (o historias), el lenguaje crudo y desenfadado, los personajes, la caracterizaciones, sus diálogos... Todo está perfectamente hilado en un ir y venir constante entre pasado y presente. Merece mucho la pena.
August 19, 2025
Que buen personaje el del Mono. Complejo, obsesionado y 'afortunado'. La tiene clara con su doctrina de coleccionista de polvos y reglas a seguir:
Regla #1: Siempre tener presente las necesidades femeninas de atención.
Regal #2: Ponerlas a sufrir un mínimo indispensable.
Regla #3: Quebrarles la voluntad
Regla #4: Si te lo dan, tómalo
Regla #5: No enamorarse.
Muy entretenido... recomendadisimo.
Regla #1: Siempre tener presente las necesidades femeninas de atención.
Regal #2: Ponerlas a sufrir un mínimo indispensable.
Regla #3: Quebrarles la voluntad
Regla #4: Si te lo dan, tómalo
Regla #5: No enamorarse.
Muy entretenido... recomendadisimo.
September 26, 2022
[3,5 ⭐️] El primer libro que me leo de Pilar Quintana y fue
una experiencia muy refrescante y divertida. Dos mundos,
una colisión y mucha pasión entre besos, sensaciones, dedicatorias… unos personajes con los que uno empatiza, bien o mal. Risas y una lectura deliciosamente liviana.
una experiencia muy refrescante y divertida. Dos mundos,
una colisión y mucha pasión entre besos, sensaciones, dedicatorias… unos personajes con los que uno empatiza, bien o mal. Risas y una lectura deliciosamente liviana.
October 10, 2022
La voz de Pilar Quintana entra como una luz en este espejo perfecto que enlaza dos amantes que no lo son y nos permite ver a toda la sociedad caleña con sus demonios: la prostitución y el narcotráfico. Excepcional y radiante, como siempre. Me arrepiento de haberla juzgado pronto.
April 4, 2023
Dos historias que reflejan el ambiente de los 80s y 90s en Cali. Cruda y triste. La cita que a mi parecer es la esencia de este libro: "Las plata que las puso en la cúspide vino de la misma parte". Me recordó a Los Divinos de Laura Restrepo.
Displaying 1 - 30 of 60 reviews