En pleno periodo de transformación personal y literaria, el narrador de esta novela comienza a observar señales en puertas y en cuartos contiguos, símbolos que comunican París con Cascais, Montevideo, Reikiavik, San Gallen y Bogotá, y que le van devolviendo sigilosamente a la escritura, al deseo de transformar en láminas de vida ciertas experiencias que, como mínimo, piden a gritos ser narradas. «Te has convertido en los últimos tiempos en un escritor al que las cosas le pasan de verdad. Ojalá comprendas que tu destino es el de un hombre que debería estar deseando elevarse , renacer, volver a ser. Te lo elevarse . En tus manos está tu destino, la llave de la puerta nueva.»
Montevideo es una ficción verdadera, un gran tratado sobre la ambigüedad del mundo como rasgo característico de nuestro tiempo, una novela en la que el mejor Vila-Matas encuentra la forma de nombrar nuevamente las cosas cuando todo parece ya dicho; hazaña tanto más admirable porque el núcleo central de su obra no es otro que la modernidad de la novela.
Montevideo. Una ficción verdadera.¿Y si la vida es lo que nos pasa por tener literatura? «Con Enrique Vila-Matas sólo tienes que dejarte llevar porque estás en manos de un maestro.» Paul Auster
«Hay algo en Houellebecq, como hay algo en Enrique Vila-Matas y Roberto Bolaño, que me recuerda a la manera en que Philip K. Dick estaba en el mundo, y es algo propio, único, genial.» Emmanuel Carrère
Enrique Vila-Matas is a Spanish author. He has written several award-winning books that mix genres and have been translated into more than thirty languages. He is a founding Knight of the Order of Finnegans, a group which meets in Dublin every year to honour James Joyce. He lives in Barcelona.
Quererás tu dizer transformando a vida em literatura, disse Tabucchi, porque repara que o próprio facto de me dizeres que em Paris renunciaste a escrever já é literatura, e a essa lei não podemos subtrair-nos, nem tu nem eu, não achas?
Nunca pensei que iria deixar um livro de Enrique Vila-Matas a meio, mas esse dia chegou e estou verdadeiramente chocada. Vila-Matas tem um modus operandis que muito me agradou nos três livros anteriormente lidos: as suas personagens são escritores mais ou menos bem-sucedidos e através das suas crises e divagações, vai mencionando outros autores e incluindo citações. Em “Montevideu”, parece ter optado pelo processo inverso: tem escritores de que quer falar e um molho de trechos anotados, pelo que tem de relacioná-los à viva força, construindo em seu redor uma história totalmente desconjuntada. Em constante bloqueio de escrita, o protagonista realiza ao longo de um período de vários anos o percurso Paris, Cascais, Montevideu, Bogotá, Paris sob o mote do hotel e, mais especificamente, da porta, insistindo num conto de Cortázar, “A Porta Condenada”, com a agravante de eu nem ser apreciadora deste contista argentino. Mais um choque, eu sei. Se o capítulo de abertura revela a riqueza literária e a graça a que Vila-Matas me habituou, com referências muito peculiares a Antonio Tabucchi, quando chega a Cascais, o livro perde o rumo, e torna-se complicado compreender a lógica e a ligação entre as citações, que chegam a ser três por página. É também nesse primeiro capítulo que a metatextualidade parecia realmente aliciante, indo ao encontro do fascínio que, tal como este autor, nutro pelo escrivão Bartleby, figura de que zomba descaradamente em “Montevideu”, num piscar de olho a “Bartleby & Companhia”.
Nunca previu certamente a alegria que me iam causar estas palavras e a sua esplêndida decisão de esmagar, de uma vez por todas, o dito "I would prefer not to", ao qual tenho verdadeira fobia. Mas se eu andava há tanto tempo à espera de que alguém se decidisse a libertar-me dessa insuportável frase, esse tremendo cliché que tanto me persegue desde que publiquei "Virtuosos de la suspensíon", onde já fará 20 anos analisei casos de escritores afetados por essa síndrome do Não a que chamei "síndrome Rimbaud".
Creio que Vila-Matas não só se parodia como, frequentemente, ao aludir a outros, se explica a si mesmo, como com a sua teoria das cinco tendências narrativas.
1-A dos que não têm nada que contar. 2-A dos que deliberadamente não narram nada. 3-A dos que não contam tudo. 4-A dos que esperam que Deus um dia conte tudo, incluindo porque é tão imperfeito. 5-A dos que se renderam ao poder da tecnologia que parece estar a transcrever tudo e, portanto, a converter em prescindível o ofício de escritor.
É provável que todas elas existam em “Montevideu”, mas isso não abona muito a favor da obra.
El año pasado decidí que debía hacer una parada en el recorrido por la obra de Vila-Matas y, habiendo pasado ocho meses, he estimado que la pausa ha sido lo bastante prolongada. Este abril de 2025 leo Montevideo, ya antepenúltima novela de Vila-Matas porque justo ahora ha publicado otra nueva, Canon de cámara oscura.
El reencuentro ha tenido buenas segmentos y otros menos satisfactorios. Hay quien le reprocha que Vila-Matas vuelve a estar a vueltas con su misma novela de siempre, a mí me parece que sencillamente trabaja con los materiales que él mismo ha ido hallando durante su trayectoria. Tampoco en esta ocasión hay propiamente una trama, apenas un narrador fantasmal, más fantasmal que nunca, que mueve la trama utilizando una obsesión por las arañas y una habitación contigua que, por descontado, estamos hablando de Vila-Matas, conoce a través de un relato, en este caso de Julio Cortázar, y que al ir a conocerlo en persona desencadena una deriva que tiene toques fantásticos, por su capacidad de viajar a lugares distantes simplemente atravesando puertas, pero que en verdad es una metáfora del recuerdo, dado que a esos lugares dónde viaja el narrador ya ha estado previamente.
El narrador por descontado es un trasunto del propio Vila-Matas, que en esta ocasión parece que quiere saldar cuentas con el hastío que le trae ser perseguido por la sombra del éxito de Baterbly y compañía, que en esta novela es retitulado como Virtuosos de la suspesión y sustituye el síndrome del Baterbly creado por Meville por el síndrome Rimbaud, en todo caso trata sobre escritores que dejan de escribir y el propio narrador atraviesa una gran crisis de bloqueo, no puede seguir escribiendo, es como si el tema de ese libro le hubiera atrapado. Si se examina esos dos puntos anteriores, se comprueba en ambos lugares hay trasvase entre ficción y realidad y luego de realidad y ficción. Esto sin duda es algo intencionado porque al inicio el propio Vila-Matas introduce un parágrafo acerca de la permeabilidad que existía en la concepción del mundo en la era pre-histórica, dónde las categorías, tales como hombre, mujer, ciervo, no era algo fijo, si no que era móvil, permeable.
En este revuelto es dónde se genera la ficción, curiosamente de la imposibilidad de no poder escribir, cosa que también está en la hoja de ruta del autor porque también menciona un par de veces el hecho de escribir sobre aquello que no permite escribir. En ello encuentro ese ingenio mostrado en letra pequeña, otro juego hábilmente construido por Vila-Matas. El problema quizás es que cuando se ahonda en la obsesión el texto termina haciéndose algo indigesto. El burbujeo inicial termina convirtiéndose en una masa pastosa. Quizás he sido yo que no he estado con los sentidos bien agudizados como en otras ocasiones, porque la brillantez está ahí.
Por otro lado, a Vila-Matas siempre le gusta mencionar cosas muy enormes y tenebrosas como los abismos, le gusta imaginar que sus personajes se mueven por un mundo en ruinas y desballestado, son los exploradores del abismo y cosas de ese estilo. Pero en verdad, mientras lees, aunque te hable de un claro estado de ansiedad y aprensión del personaje, el lector lo que recibe es la ociosa vida de un hombre que va de hotel en hotel persiguiendo sus cuitas, conversando en restaurantes y asistiendo a conferencias o visitando exposiciones. Me parece que el propio Vila-Matas se dio cuenta de esta circunstancia y por eso también menciona ciertos hechos dramáticos que ocurrieron en París en 2015, para realizar ese contraste entre hechos dramáticos de la vida real y el mundo de la ficción que él crea, pero en el fondo también sirve para que comprobemos que la ficción en verdad es un mundo aparte, un espacio imaginario dónde cobijarse, lo cual es una reivindicación velada del poder de la ficción. Diremos que en, todo caso, la carga de auto-indulgencia de los personajes a veces puede atragantarse.
Se comprueba a fin de cuentas que el novelista sigue ejercitándose con una gimnasia mental de lo más elástica, su ojo revista nuevas esquinas en su artefacto literario, su repositorio creador sigue conteniendo sus mejores esencias, nuevos frascos con aromas diferentes y sorprendentes. Sólo habría que solicitarle que también ejercitara el músculo narrativo un grado más.
Enrique Vila-Matas és el mestre de literatura que un estudiant bohemi mudat de gavardina fosca necessita. Els seus llibres són lliçons per a l'escriptor en potència. Són camins envoltats pel dubte i la inseguretat de joves autors que es barregen, fonamentada amb l'experiència de la vida passada, en la veu —ja respectable— de Vila-Matas.
Un viatge improvisat a Barcelona em va portar a recórrer totes les llibreries de la ciutat. A cada una, un llibre diferent i, simultàniament, una nova història. A Finestres, per exemple, sota la veu en off d'una cançó de Manel, una parella d'enamorats llegien «el nou manifest groc de Finestres» i navegaven, amb la incomoditat d'unes mans entortolligades (però verdaderament tendres i envejables), pels llibres de les estanteries. No sé què van arribar a comprar aquells dos, tan ensopits en la seva pròpia història d'enamorats, però de segur que devia ser bona literatura perquè, quan un està en aquest grau d'endolciment, la compra a la llibreria sempre és profitosa. Però bé, Montevideo no va ser comprat a Finestres sinó a La Central (a la del Raval, encara que tinc entès que Vila-Matas sent una fascinació més íntima per la del carrer Mallorca) i va ser l'elegit per distreure'm en un viatge de tornada amb Rodalies sense ja bateria al mòbil. Assegut en un seient amb taula, recordo la mirada de decepció que la dona del davant em dirigia cada cop que abaixava el cap i aclucava els ulls, formalitzant, en aquest moviment pendular, un son irregular. No sé si la mirada anava destinada a mi i, per tant, a fer notar l'insult que suposava cap a Vila-Matas el meu avorriment físic; o, per altra banda, anava dirigida al mateix autor, com a senyal que era culpa seva que la seva escriptura no tingués els ingredients per a què la meva vista es mantingués atenta.
El llibre és boníssim i, per tant, demano disculpes a Vila-Matas i a la senyora del davant per l'insult notable que, en la meva defensa, m'incità a cometre el so mecànic del tren sovint impuntual. El llibre és perfecte i demostra, per part de Vila-Matas, un domini al nivell de Borges o Cortázar, d'inserir realitats i històries com capes d'un sol entramat, formant laberints de portes que sovint, sense el talent suficient, tendeixen a desaparèixer. El que aconsegueix l'autor en la seva nova obra és un depurament del seu estil en un viatge literari que s'endinsa en un fals món interior. Un món interior que no existeix i que basa la seva essència en la sensació externa provocada per històries encadenades, com portes, com literatura solta en l'univers. La catarsi que suposa el llibre permet al narrador sortir d'una espiral d'estancament literari imposat, però podem observar moltes notes dels temes recurrents de l'autor. I és que Vila-Matas es manté proper al seu estil en mostrar, de nou, les preocupacions que sobrevolen la novel·la moderna, l'acte d'escriure, l'aspecte més personal de l'escriptura: els dubtes i pors que poden enfonsar als autors iniciats i experimentats i que sempre giren al voltant d'idees enquistades profundament literàries.
Grans autors de la literatura universal apareixen com a guies en aquest laberint fosc i perdut en el qual es troba el narrador. No sabeu la meva sorpresa (el nom de Montevideo ja em va fer entreveure una esperançada sospita) quan el nom de Cortázar —el millor— es va establir com la gran influència de l'obra i com l'inici de la gran aniquilació de la realitat. La porta entreoberta de l'habitació de l'hotel Cervantes (Katia ja saps perquè em fa gràcia aquest nom) se situa com l'origen del camí impertorbable de portes que, a mesura que avança la novel·la, s'incendien com a fars de ciutats llunyanes a la recerca d'una perduda literatura. Aquesta reafirma l'ambigüitat de la realitat i la falsa dualitat que s'estableix a través de les citacions constants als contes de Cortázar (els quals són més presents que Rayuela, que apareix en detalls còmics francament originals). Borges, Rimbaud i Mallarmé són exemples d'altres autors que apareixen com estels fugaços, com procediments necessaris per a construir una nova literatura, una nova manera de veure el món i de ser-hi que no busca redactar (com els escriptors dolents i amb poca traça) la realitat tal com és, sinó amb la visió provista de l'elevació necessària.
L'autor viatja de París a Cascais, després a Montevideo i a Reikiavik, passant a Bogotà com a l'infern on tot Dante ha de caure i acabant, com a retorn inevitable, a París (que no se acaba nunca). Es forma un mapa mental clarament desdibuixat per les barreres nacionals i les barreres del somni i la impressió quasi literària, que es conté en la verticalitat dels passadissos de mil portes inacabables. Els símbols de l’obra es destaquen en la repetició, en la sobreposició de les figures que, inevitablement, creen un univers particular de, en aquest cas: portes, sectes, aranyes, fantasmes i, en definitiva, ambigüitats. Tot es forma en el diminut espai d’una cambra, atrapada en les negres potes d’una aranya, tan literària com real, com la mateixa cambra. Els personatges es transformen com a interlocutors necessaris per al desenvolupament del narrador, desgranant unes pors pròpies que, sincerament, crec que son tan profundes i elevades que ni el psicoanalisis es veu digne com a eina interpretativa.
M'agradaria que, si esdevinc algun dia escriptor (i amb això em refereixo a un escriptor notable), el nom de Vila-Matas ressoni (com ho fa Cortázar a la novel·la i com ho espero que també ho faci ell a la meva) com a eina que espanti els fantasmes que recurrentment persegueixen als escriptors, tan insegurs en la seva paraula com ho són amb la seva vestimenta. Vull que em fereixin tots els dubtes, que l'experiència, la ciutat, el mar, l'amor, les finestres, els retrovisors, les forquilles o les estovalles, m'impactin de tal manera que pugui veure en aquestes coses una literatura enganxosa dels autors que em precedeixen.
Avui surto de festa a Platja d'Aro. Potser les pampallugues de colors (al so d'un Quevedo repetitiu i d'una Rosalia que comença a ser-ho) em ceguen en el record fugaç d'unes llums llunyanes, d'insectes diminuts i d'un Barcelona somnàmbula. I en el lavabo, ensucrat de l'alcohol retingut a la ceràmica engroguida, les portes desapareguin, mostrant-me una realitat de rectes passadissos que no s'acaben mai.
Volta e meia um autor de que gostamos mesmo muito escreve algo de que gostamos menos. Enrique Vila Matas e o seu último livro, Montevideu, são disso exemplo. Se a abertura, a parte dedicada da "Paris" com as suas múltiplas referências e cruzamentos literários [maravilhosas as referências a Tabucchi] me pareceu que tinha o Vila Matas que aprecio; o restante livro é "devaneio" com um sentido e racionadade estranha que não consegui alcançar. Uma desilusão.
Hay un cuento formidable de Julio Cortázar en el que el cuarto de al lado de una habitación de hotel juega un papel fundamental. Es <>, pertenece tanto al mundo de la ficción como al mundo real, y tiene como escenario la ciudad de Montevideo, en Uruguay. Por eso cuando, no mucho después del funeral de mi padre, me propusieron viajar a esa ciudad, lo primero que pensé, tras aceptar la invitación, fue en una puerta ciega que había detrás de un armario en el cuarto de hotel en el que Cortázar situó <>. Hacía años que deseaba pisar el territorio de aquel cuento de ficción, ver el armario, la puerta que estaba detrás del armario, la para mí mítica puerta condenada, intentar averiguar qué pasaba cuando uno entraba en un espacio de ficción que existía al mismo tiempo en el mundo real o, dicho de otro modo, en un espacio del mundo real que no sería nada sin un mundo de ficción, y a la inversa, y así hasta el infinito.
I) El que se esconde tras su gabardina en el tranvía al ver que estás leyendo su libro y empieza a descojonarse, primero con la risa fácil y luego con una carcajada sonora, sólida, al bajar.
II) El que agarra a la literatura y la convierte en su juguete, en un cochecito de carreras o en un puzzle. Esto sólo para divertirse.
III) El que agarra a la literatura y la convierte en un ensayo, en una novela, en un libro de relatos y en una antalogía de citas. Todo a la vez. Aquí hay tanto de risa como de duda. Seguramente más de la segunda.
IV) Mi favorito. El Vila-Matas capaz de hacerte sentir que vas puesto de tripis mientras lees lo que crees que es una novela, pero en realidad es un recopilatorio de citas y citas, y aún más citas. La enciclopedia andante de la literatura que lleva siempre en el bolsillo.
Bonus track: me imagino ahora a Vila-Matas y Bolaño sentados en el salón, preguntándose uno al otro:
Pues no tengo claro como reseñar esta lectura. Es un ejercicio de expresar la función creativa del escritor, la poética en su más profunda esencia. Es una ficción novelada de forma magistral y es un tostón infumable que, en muchas ocasiones me ha hecho pararme y preguntareme ¿qué pijo hago yo leyendo esto? No es mi primer contacto con la pedantería, con la saturación de conocimiento. He leído a Cortázar, a Joyce, he tenido magníficos maestros de teoría de la literatura y, como digo, no soy un lector de títulos comerciales, después de siete años de carrera con el doctorado. Pero, además de que no se puede comparar el torrente de un Julio Cortázar con esto, me parce que usa y abusa de la erudición. Desde luego no es un libro para todo público. Eso lo sabía antes de abrirlo. Al terminarlo he visto que, incluso con el sombrero del teórico literario, me ha parecido pedante.
Siendo fan de Vila-Matas, he conectado menos con este libro, que si bien tiene todos los elementos de una novela suya —protagonista escritor, viajes constantes, múltiples e interesantísimas referencias a libros, películas, anécdotas—, acaba por ser menos Vila-Matas y más un libro de Aira (al que precisamente descubrí por Vila-Matas). El aura de misterio y lo sobrenatural no acaba de encajar y se dan demasiadas vueltas al mismo tema. Eso sí, siempre me llevo un buen puñado de recomendaciones e ideas, cosa que con pocos autores me pasa.
Montevideo es un casi-thriller sobre puertas. Siempre que leo a Vila-Matas me quedo con una agradable sensación de ambigüedad, una ambigüedad estimulante; me prepara para asistir al "Congreso de la Ambigüedad". Sus libros se han de leer tranquilamente, y solo son aptos para aquellos que amen la Literatura y no teman perderse en sus universos. Vila-Matas es una maestro de escritores que aspiran a ser escritores: siempre me inspira para escribir, y sobre todo, siempre me inspira a seguir dudando.
Enrique es un poeta por eso nunca cuenta todo, sería aburrido contar todo, en este libro abraza por completo la ficción, se lanza de pleno a su habitación contigua, la del mundo fantástico de mano de Cortázar. ¿Será este el último libro de Enrique? ¿Conseguirá elevarse?
Es la primera vez que leo a este escritor y me encanto su manejo del lenguaje. Pero en esta novela ensayo me pareció excesiva su repetición de su relación con la habitación del lado lado de Cortazar. Sobran paginas
Nefasto. La narrativa es pedante y torticera, carente de hilo conector. El afán de resaltar la cultura lectora del autor frena la posible autenticidad demostrable.
Σ’ ένα καλό μυθιστόρημα, είπε, ο συγγραφέας του δεν έχει τίποτ’ άλλο να προσθέσει, τίποτα να διηγηθεί, ή δεν θά ‘πρεπε να έχει αν ο συγγραφέας έχει κάνει καλά τη δουλειά του. Και το γεγονός πως πάντα ισχύει αυτό, οφείλεται στο ότι η ίδια η συγγραφή του μυθιστορήματος είναι ήδη μια εξήγηση κάποιας ιστορίας που συνέβη, στην ζωή ή στον νου του αφηγητή. Κάποιας ιστορίας που απαιτούσε να εκφραστεί με λόγια και κατέληξε να δώσει μορφή στο βιβλίο...
«Mi lascio alle spalle gli attacchi contro il narrabile, contro il narrativo, contro il narrato, contro le trame.»
Enigmatico, labirintico, estenuante. Vila-Matas si muove tra metanarrazione, citazione, invenzione e sospensione, in bilico tra realtà reale e romanzesca: dimensioni inafferrabili che si affastellano, si ingarbugliano, si sporgono entrambe, pericolosamente, in faccia al vuoto. Perché tutto, in fondo, è immaginazione, infinito e imperscrutabile caleidoscopio di combinazioni. Tutto, infine, è mistero destinato a rimanere tale. Tornano alcuni temi dei libri precedenti, come la sindrome del “no” (Rimbaud,Bartleby…) e il blocco dello scrittore. E a partire da questi nodi cruciali comincia un vertiginoso viaggio immaginario e letterario attraverso alcune città mito, città simbolo: Parigi, Montevideo, Bogotà …dove lo ‘scrittore che non scrive’, alter ego dell’autore, si (tele)trasporta cercando l’impossibile punto esatto dove l’immaginario irrompe nel reale e lo contamina per sempre. Quel punto è una porta, si trova in un hotel a Montevideo (l’hotel Cervantes, non a caso) ed è citata in un racconto di Cortázar come intersezione fra due mondi, entrambi imperscrutabili e al limite della narrabilità. Cosa troverà l’inquieto scrittore dietro a questa porta (e non solo a questa) è descrivibile (forse) ma non decifrabile, perché il visibile non è che il residuo minimo dell’immenso invisibile.
(La splendida copertina riproduce le Quattro camere, un quadro del pittore danese Hammershøi).
Με τον Ενρίκε Βιλα-Ματας γνωριστήκαμε μέσω του βιβλίου του Δουβλινιαδα, ίσως το πιο επιδραστικο έργο που διαμορφώνει την αναγνωστική μου εμπειρία για πάνω από 5 χρόνια. Φυσικά στον χρόνο που πέρασε δεν είμαι ούτε εγώ ίδιος, ούτε ο Βιλα-Ματας που δημοσίευσε το τελευταίο του έργο με τίτλο Μοντεβιδέο. Η προσέγγιση όμως αυτού του έργου ήταν γνώριμη: δεν ήξερα τι να περιμένω, αλλά φαινόταν πολλά υποσχόμενο.
Εδώ ο Βιλα-Ματας παραθέτει προσωπικούς αναστοχασμους καλυμμένους με φύλλα λογοτεχνίας, μπερδεύοντας το πραγματικό με το φανταστικό. Δεν το κάνει αναρχικά, αλλά θέτει επί χάρτου τους νέους λογοτεχνικούς κανόνες του, οι οποίοι φυσικά σκοντάφτουν πάνω στο έργο του Χουλιο Κορτασαρ. Ανασκευάζει την δική του ζωή ως μυθοπλασία (και ίσως και ως ντοκιμαντέρ) με στόχο να διαλογιστει πάνω στο σύνολο της λογοτεχνίας και να αναδείξει την ιδιαιτερότητα του Κορτασαρ σε αυτήν. Καταλήγει ως ένα ασυνήθιστο λογοτεχνικό ερωτικό γράμμα απέναντι στην δυνατότητα της γραφής και τον μαγικό κόσμο της λογοτεχνίας, δηλαδή στα στοιχεία που μου κάνουν τον Βιλα-Ματας αγαπητό.
5 χρόνια μετά τη πρώτη επαφή επιβεβαιώνω πως δεν θα είναι η τελευταία και χαίρομαι για αυτό.
Trobo a Babelia aquestes paraules de Noelia Ramírez en una entrevista a Enrique Vila-Matas el 27 d'agost del 2022: «(...) Con él hay algo que nunca cambia: esa capacidad única, pràcticamente màgica, de moverte entre el asombro y la carcajada. De no saber discernir, como en sus novelas, si lo que ahí se cuenta es una chaladura brillante o una tomadura de pelo fantàstica».
L'autor ha deixat prou clara la impossibilitat de l'escriptura de reflectir la realitat: « La realidad es una y los libros son los libros. La literatura a veces se mezcla con la realidad, pero nunca la refleja».
Aquest, és, doncs, un llibre sobre la transformació, el reconeixement i la cerca de la modernitat de la novel. la.
Després d'enumerar les cinc tendències dels escriptors (veure pàg 16), llegim:
«Dejo atrás mis embates contra lo narrable, contra lo narrativo, contra lo narrado, contra las tramas. (...) El fragmento "París" iba a ser el primer capítulo de un libro, ya definitivamente descartado, que pretendía abordar la totalidad de la historia de mi estilo y que pensaba encabezar con una inevitable cita de Nabokov: "Pero la mejor parte de la biografía de un escritor no es la crónica de sus aventuras, sino la historia de su estilo". La nabokoviana frase no podía coincidir más con lo que pensaba, pero he sido toda la vida una persona indecisa, así que no puedo dejar de decirme que una variante de la misma habría podido ser ésta tan maravillosamente modesta de Flaubert : "En mi pobre vida, tan llana y tan tranquila, las frases son aventuras". (pàg 86-87)
A les nombroses recurrències literàries hi ha afegida una estrofa de la cançó de Nada Malanima "Senza un perché" (2004) :
E tutta la vita Gira infinita senza un perché E tutto viene dal niente E niente rimane senza di te. (pàg 269)
Potser aquí, pregona emoció, també hi roman " (...) la llave de la puerta nueva" (pàg 289)
This entire review has been hidden because of spoilers.
Me da la sensación de que Vila-Matas lleva años escribiendo el mismo libro una y otra vez. Pero es que ese libro es siempre tan bueno... Es la única persona a la que dejo que se ría de mí tan descaradamente.
Imposible. Hacía mucho que no abandonaba un libro. No es para mi. No se de qué va, ni qué quiere contar, si ese es el propósito del libro, o es una concatenación de exabruptos. Un horror.
No tinc massa clar què pensar així que em quedo amb una valoració mitjana. Per moments m'ha semblat reiteratiu i autocomplaent, no només pel que fa a aquest llibre, també en relació a la resta de l'obra. Però n'és tan conscient que també això ho converteix en joc i caricatura, d'ell mateix, del món aquest que construeix de referències i cites, i de l'eco esplendoròs dels llibres anteriors. L'autoconsciència paròdica és constant -sembla que bona part del text estigui dedicat a defensar-se de les possibles crítiques- i això el fa simpàtic i entranyable. Però no ambigu, per molt que ho repeteixi, irònicament o no. La construcció és mecànica, sembla seguir la vella fórmula, i al text se li veuen les costures. No sé si ell repapieja o si a mi ja no m'agrada com fa uns anys (i el que repapiejar sóc jo). I tot així dona mil voltes a la majoria de llibres que m'empasso.
No es el mejor libro de Enrique pero como siempre pasa a los que nos gusta Vila-Matas:
Uno no toma un libro de él para esperar encontrar una historia profunda. No, ni de cerca. A Vila-Matas lo que uno viene a hacer es leer un mar de anécdotas y referencias. ¿Reales, ficticias? Nunca se sabe a ciencia cierta. Leer un libro de él es leer otros tantos de otras personas, es 'ver' películas y 'escuchar' canciones o discos, todo a través de la descripción que Enrique ofrece de lo que en ese momento cuenta.
Y eso es lo bonito: Leerlo es como sentarse con él mientras toman café o beben en un bar para escucharlo hablar por un buen rato de cosas que pudieron o no pasarle. Y eso está bien si te gusta leer un libro que puede tratar de todo sin que necesariamente hable de algo.
Vila-Matas es un punkarra listísimo. A ratos es desternillante, a otros, terrorífico.
Hacía muchísimo tiempo que una ¿novela? no me instaba de tal manera a buscar, preguntar, pensar y, sobretodo, pasarlo de locos haciéndolo.
Solo un canalla como él podía hacer algo tan hermoso partiendo de la nada, de la agonía de la nada, de la ambigüedad sempiterna y de poner en entredicho cada paso que se da. Contar todo sobre cómo eres incapaz de contar nada y la angustia que eso te produce. Cerebro galaxia.
El libro con el que Vila-Matas vuelve por la puerta grande a recuperar su estilo imaginativo, cínico y burlón, haciendo gala de su extraordinaria cultura.
El último libro de Vila-Matas es el mismo libro de siempre si no fuera porque transita por un cuento de Cortázar q sucede en Montevideo. Solo para muy fans de ambos como somos en esta casa.