Morir en sábado significa mucho más que morir el sexto día de la semana. Significa morir acompañado, ligero y consciente. Significa morir despierto, atento y generoso.Este libro reseña las experiencias personales y comunitarias de un tanatólogo y cinco niños que murieron en sábado. Cada uno de estos pequeños construyó con su vida y su agonía un regalo extraordinario que permitió, a quienes tuvieron el privilegio de rondar sus camas durante esas últimas semanas, transformar y releer sus propias vidas. Estos niños sabios, santos, revolucionarios y genios, construyeron regalos sencillos pero poderosos, entrañables, inolvidables, útiles.Son cinco experiencias de vida que permiten encontrar sentido y sensatez frente al devastador evento de la muerte de un niño pero, sobre todo, son cinco vidas que nos ayudan a todos a descubrir cimientos desde los cuales construir sentido para nuestras pequeñas pérdidas cotidianas y para las grandes manifestaciones, inevitables, del dolor en la vida humana.Ojalá podamos todos, un día, morir en sábado.
¡¡Hace mucho que no leía un libro que me haya dejado tan marcado!!
Este libro llegó como los buenos libros nos llegan a las manos: de puritita casualidad. Para una tarea de la Universidad tuve que leer el prólogo. El título del libro llamó mi atención, pero al conocer el contenido me empezó a causar un problema. ¿Cómo es que alguien puede hablar de una publicación de forma tan bella cuando habla de la muerte de 5 niños? Al poco tiempo el libro llegó a mi y me armé a comenzar a leerlo. Puedo decir que lloré como nunca había llorado sobre unas páginas de libro, reí, me conmoví y al final del libro entendí que el hablar del fallecimiento de 5 niños es un tema difícil, que no existen palabras para hacer tal experiencia algo hermoso. Lo hermoso, lo realmente bello son las eperiencias que esos pequeños transmitieron a Carlo. Y el las transmite a nosotros por medio de la forma tan bella que tiene de escribir. En lo personal logró hacerme pensar, logró hacerme llorar, me inspiró a entender, a seguir adelante y, sobre todo, a saber que la vida está aqui y ahorita y que hay que vivirla. Y todo eso lo tuve que aprender con personitas que no conocí y que vivieron muchisimo menos de lo que yo llevo en este planeta... que cosas....
Es paradójico, pero este libro trasmite esperanza, fe, sentido de la vida y el dolor. Cada historia tiene relación con una emoción o virtud, con muchas enseñanzas.
Excelente libro, muy triste pero hermoso. Tuve dos cuadernos con frases de este libro y otros, y al parecer hay una maldición o algo porque se perdían. Ya hice las ultimas frases en drive. “Ha alcanzado el éxito quien ha vivido bien, reído con frecuencia y amado mucho. Quien ha logrado el respeto de hombres y mujeres inteligentes y la confianza de los pequeños. Quien ha llenado su nicho y cumplido su tarea, quien ha dejado el mundo mejor de lo que lo encontró, ya sea por una flor mejorada, un poema perfecto o un alma rescatada. Quien nunca dejó de admirar la belleza de la tierra ni de expresar su admiración. Aquél cuya vida sirvió de inspiración, cuyo recuerdo es una bendición.”
Morir en Sábado tocó todas y cada una de las fibras más sensibles de mí. Me encontré convertida en un mar de lágrimas en cada final de capítulo. Me llevo un muy buen sabor de boca con el libro.
En lo personal, me gustan los libros que te hacen llorar, pero estoy acostumbrada a consumir libros de ficción o fantasía, por lo que leer de casos reales, me hizo llorar más de lo normal. Me hacía pensar por qué a niños tan pequeños tenía que tocarles vivir cosas tan duras. Tengo un hermanito de dos años y al leer un capítulo donde dice que un niño tenía tan solo tres años cuando se enfermó, me dejó pensando por un buen rato. No son ni la mitad de un humano y aún así, son más sabios que muchos de nosotros.
Es increíble lo mucho que se puede aprender de los más pequeños, solo es cuestión de ponerles atención. Mientras escribo esto, estoy al borde de las lágrimas, pero creo que eso es bueno. Definitivamente es un libro que me ha marcado. Me encantó.
Esta lectura me ha hecho comprender muchas cosas y preguntarme muchas más. Cada quién tiene un propósito en la vida y un determinado tiempo, pero por qué se van tan pequeños. No soy madre, pero tengo la edad de una mamá muy joven y un hermanito que podría pasar como mi hijo, simplemente no me imagino en la situación por la que estos y más padres deben de pasar. Me ayudó a entender un poquito sobre cómo son las diferentes formas de llevar un duelo, ninguna es igual. Me ayudó a comprender el trabajo de un tanatólogo y lo importante que es para todos, tanto familia como enfermo, el poder aceptar las cosas y dejarse sentir. Creo que para ser tanatólogo se debe de tener mucha empatía y un gran sentido de la humanidad. De nada nos sirve acompañar si actuamos como robots. Es necesario ese calor humano para poder sanar.
A manera de conclusión, puedo decir que las lágrimas que derramé son directamente proporcionales a lo mucho que aprendí y disfruté este libro. Porque, así como lloré y aprendí, también disfruté las historias de vida de estos niños y sus familias, cada uno teniendo una personalidad tan única y que, aunque no los conocí, también me encariñé con ellos.
Es un libro que simplemente todos deberíamos de leer. Te toca el corazón de una manera asombrosa y cambia totalmente la perspectiva de la muerte, al mostrarla a través de los ojos de un niño. Desde el primer caso no pude dejar de llorar.
🌟🌟🌟🌟✨ 4.5 estrellas para este libro, desde hace mucho tiempo debí haberlo terminado, pero sufrí de bloqueos lectores y otras cosas más que me impedían leerlo. Sin duda creo que es un libro maravilloso, llore con el, al ir conociendo a estos hermosos niños, me hizo más sensible y me da algo de fuerza para seguir con mi proceso profesional como Psicóloga. Creo que aunque no seas alguien relacionado con temas de tanatología o salud, deberían leer este libro, ya que nos habla más haya de estos contextos, es simplemente increíble conocer la muerte a través de otros ojos, este libro duele pero también te hace sentir un abrazo y una gran calidez.
Un libro maravilloso, es un libro de pura introspección. Es maravilloso como el autor describe su experiencia y a través de ella empatizas al instante y la haces propia, te va llevando por un sin fin de emociones y te hace llorar por tu propia experiencia y creo que con eso cumple de una manera tan amorosa y profunda con su objetivo tanatológico pues te hace entender la pérdida de una manera más productiva. Es un libro que duele pero se necesita. Me cuesta mucho que tan pocos conozcan este libro porque sin duda es uno que todos deberíamos haber leído ya.
Me super mega encantó!! Me enamoré, me enamoré del libro, de sus enseñanzas, de sus escritos, de sus historias. Me enamoré de la vida y de la muerte. Aprendí a no verlas como opuestos, sino dos partes de un todo. Gracias Maestro Carlo (sin "s") Clerico por compartirnos sus aprendizajes y sus enseñanzas.
Hermoso libro que te muestra la muerte desde otra perspectiva. Muy recomendable para aprender que la muerte es más que dolor y sufrimiento, sino una enseñanza.
Uno de los mejores libros que he leído en mi vida, una mezcla de emociones impresionante, podría mencionar que me mantuvo llorando por muchos lapsos...
Es un libro hermoso que todos deberiamos leer para enfocarnos mas en lo que verdaderamente importa que es la vida misma, tanto la nuestra como de quienes nos acompanan en este camino. Damos todo por sentado y aqui vemos como le cambia la vida a estas familias en un chasquido. Este libro ensena tanto, esos pequenos son unos verdaderos maestros. Es imposible no enganchar con este libro y evitar dejar salir las emociones, es tan crudo y tan real que duele. Cada historia toca el corazon y no se necesita haber perdido un hijo para sentirlo, aunque incluso aquellos que hemos perdido uno, entendemos aun mas lo que esto duele.
Excelente forma de ver la muerte, pero mejor de ver la vida. Los regalos que nos dejan los niños con cáncer y el verdadero sentido de la humanidad y la espiritualidad. Gran libro!