«Canta, oh, musa…», comienza a recitar el aeda, e inmediatamente volamos a la Grecia de la antigüedad. Allí, donde la leyenda, el mito y la historia se difuminan, Homero nos recibe en la llanura. Helena de Esparta, bella entre todas las mujeres, ha sido raptada por Paris, príncipe troyano. Menelao, como esposo y rey, promete venganza, y pronto los ejércitos aqueos, comandados por su hermano Agamenón, cruzan el mar para asediar Troya. Ahora, diez años después, la profecía está a punto de cumplirse. Pronto la sangre y los sueños perdidos cubrirán la llanura. Dos grandes héroes son el símbolo de cada bando: el pélida Aquiles, el de las grebas de oro, y Héctor de Troya, el domador de caballos. Junto a ellos, Príamo, Áyax el Grande, Diomedes, Patroclo, e incluso el astuto Ulises. Pero no es sólo por una cuestión de honor por lo que se enfrentan aqueos y troyanos, tampoco por el rescate de Helena: el control sobre el Helesponto está en juego. Y todo pende de un hilo… hasta que estalla la cólera de Aquiles. Bien conocida es por todos la epopeya que Homero nos legó en la Ilíada. Pero ahora Mario Villén, aun respetando el tono épico y los acontecimientos, insufla vida a esos personajes, los hace respirar y sentir y los empuja hacia su destino en una narración brillante que deja sin aliento. Porque esto, lector, no es la Ilíada, sino Ilión.
Hace unos meses leí 'La canción de Aquiles', de Madeline Miller, y me pareció una estupenda novela que rescribía el mito de Aquiles en clave moderna. La propuesta de 'Ilión' es diferente: Mario Villén ha puesto al día el estilo literario y la estructura narrativa, pero procura ser fiel a las fuentes clásicas y a las primeras versiones de esta epopeya.
El resultado es una novela histórica muy poderosa, que lógicamente sorprende poco en cuanto al relato, pero que logra insuflar vida y tridimensionalidad a personajes arquetípicos.
Me ha sorprendido especialmente el estilo literario: potente, emotivo, muy preciso, cargado de épica... Vislumbro claramente las horas de reescritura detrás de cada párrafo, la obsesión por encontrar la voz adecuada, y lo aplaudo, porque sé lo difícil que es entregar al lector una prosa tan pulida.
Lean a Mario Villén, se toma este oficio tan en serio como los aqueos se tomaban la guerra.
Es hasta cierto punto arriesgado intentar volver a contar una historia que todo el mundo conoce, puede que haya lectores a los que esta particular versión que hace Mario de la Ilíada no les atraiga por saber los principales hitos de la historia y cómo termina. Aun así me atrevo a recomendarle su lectura porque consigue una tensión narrativa y realiza algunas aportaciones bajo mi punto de vista novedosas.
El comienzo me costó un poco, parece que no fuera necesario presentar a los personajes, pero yo al principio me liaba con quien era el rey de cada sitio. Esta batalla, cual partido all Star de la NBA, agrupaba a reyes al frente de sus ejércitos, y ha sido contada y versionada hasta la saciedad. Aun así Mario consigue sacarle punta al personaje de Helena, dejando claro que más allá de sus personales deseos sexuales, este choque de luchas de poder era inevitable y no es justo culpar a una mujer de los salvajes actos de los hombres. Además de la deteriorada relación entre Helena y París también me ha llamado la atención la interpretación de la tensión amorosa entre Aquiles y Patroclo, y la dependencia generada entre ellos. Ulises termina finalmente tomando las riendas de la batalla y y por mucho que consiguiera de cantarla a su favor, su comportamiento está lejos de ser irreprochable.
Si no se acuerdan de cómo iba lo de la Ilíada pasen y disfruten. Y aún si la tienen fresca no dejan de leer esta gran novela.
Hemos comentado esta novela en el podcast del Certamen Internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda, por si os interesa aquí dejo el enlace https://www.ivoox.com/novela-historic...
Me encantó, hubo momentos en que no podía soltar el libro porque las batallas me tenían sentada en la orilla del asiento (¿como que ya vamos a comer? Vayan calentando la comida, ahí voy). Una muy buena manera de meterse en la Ilíada, que como bien dice el autor, está es su versión. Fue un auto regalo de navidad y lo he disfrutado muchísimo.
Si hay algo que valoro en un escritor son la ambición creativa y la valentía y @mariovillen es un autor que cumple con creces. ⭐⭐⭐⭐⭐
En #Ilión @edhasa.editorial asistimos en primera línea a la caída de Troya y habitamos de principio a fin un territorio mítico, suspendido entre lo terreno y lo divino, donde unos personajes muy humanos sobreviven en condiciones muy extremas.
Como me suponía, para Mario (como para los autores buenos de lo bélico) la guerra no es más que una excusa para comprender al ser humano en su rostro más salvaje y animal y encontrar también los restos de humanidad y virtud que llevan, en casos excepcionales, al heroísmo.
La formación de sociólogo de Mario Villén le ayuda, creo, a calar muy profundo tanto los personajes como los grupos humanos (esa manada), dando un retrato muy completo de nuestra especie.
El valor, la locura, la humillación, el desprecio, el orgullo, la compasión... los personajes están enormes, desde los ancianos como Fénix y Príamo, las esclavas, las nobles... y los muy grandes: Aquiles, Héctor, Ulises y Helena.
Todo en Ilión es exceso. Las escenas de violencia y muerte están muy bien equilibradas con esa especia de ansia reproductora que lleva a los personajes a un frenesí sexual de una lógica aplastante. En la novela hay tensión, atropellos, momentos de gloria... y la caída en sí es una destrucción de todo lo humano y lo sagrado, el saqueo en grado sumo. Nunca había visto uno tan bien ejecutado. No queda piedra sobre piedra. Brutal.
Mención aparte merece Helena, que sobresale como una igual a sus pares hombres: heroína, en el sentido de semi-divina, en la vía de Afrodita en vez de la de Ares. Helena se alza como triunfadora, por encima de todas las reglas del mundo mortal y con ello entronca con su mito original indoeuropeo, el de la doncella solar (hermana de los mellizos divinos, Cástor y Pólux), que vemos en culturas afines.
Estoy impresionada por el desmarque que ha conseguido Mario Villén con esta obra. Un creador con criterio propio y firme, con una novela sobresaliente bajo el brazo.
Mario Villén nos trae una reinterpretación, o mejor dicho una nueva versión del clásico griego y de la Literatura Universal La iliada. En ella, con un lenguaje actual y sencillo, nos acerca a un hecho histórico que ha marcado el imaginario colectivo de Europa, y a unos personajes que se han convertido en protagonistas de mitos y leyendas de la Europa occidental. En esta nueva versión o visión, o reescritura, del mito podemos observar con más claridad como los habitantes de aquel tiempo estaban condicionados por sus creencias en la voluntad de los dioses, al igual que ha ocurrido después a lo largo de la Historia, a los que concedían propiedades humanas junto con las sobrenaturales. Junto a esto, también vemos como se ataban por juramentos con poder de ley, los cuales hacían que guerrearan o se enemistaran a favor de sus aliados para que obtuvieran o mantuvieran su poder económico. Este poder es el que movía la ambición de los gobernantes, a los que no les importaba tanto el bienestar de su pueblo como el suyo propio. Aquí, en contraposición con la actualidad, el honor era más valioso que la propia vida. En el caso de la Guerra de Troya se usó como excusa el supuesto rapto de Helena de Esparta para iniciar el conflicto bélico, el cual en verdad, como todos los que han sido y serán, tenía un gran componente político y económico y muy poco de restaurar el honor como se ha ido vendiendo desde siempre. En esta nueva versión, se nos hace ver el papel que jugaba la mujer en la Antigüedad, la cual aunque estaba sujeta a los designios de sus padres, hermanos y/o maridos, también eran capaces de cambiar el curso de la Historia usando sus armas, entre las que destacaba la inteligencia. También nos habla la novela sobre la normalidad que daban al amor entre personas del mismo sexo, incluyendo el acto sexual, en concreto entre los hombres. Al igual que desarrolla las diferentes formas de mostrar el amor y el cariño entre familiares, amigos y parejas. Por supuesto, también narra sobre el honor que mueve a las personas a defender sus creencias cuando las cree justas. Y nos hace recapacitar sobre lo inútil que es la violencia cuando se produce entre pueblos que tienen creencias, historia y costumbres iguales o similares. Y todo por no saber escuchar o dialogar para ceder en determinadas cuestiones. Y para quienes se pregunten si están recogidos los principales hechos cantados en el poema épico del aeda; o aedas que lo compusieron, Homero, si que están descritos pero de una manera más actual de entendimiento, es decir sin tantos recursos poéticos. Personalmente me ha encantado y me ha sumergido de nuevo en las últimas semanas de existencia de héroes como Aquiles o de la ciudad de Ilión (Troya) en Turquía. Es una lectura muy recomendable por su recuperación desde una escritura y lenguaje actual de un clásico.
ILIÓN Autor: MARIO VILLEN LUCENA Editorial: EDHASA Nº. Páginas: 480 Fecha lanzamiento: 26 septiembre 2022 Género: narrativa histórica Época de la novela: Siglo XIII a. C. Localización de los hechos: Antigua Grecia
Reseña de JOSÉ FERNÁNDEZ ÁLVAREZ JotaEfeA
Recién terminé la lectura de ILIÓN de Mario Villén Lucena y aún me siento atrapado. Bien cierto es que no uso en mis reseñas calificativos o expresiones como me enganchó, me atrapó desde el minuto uno o desde la primera página, pero en esta ocasión es que ese “atrapado” no es, no viene a significar que no pudiera dejar de leer la novela, por ser tal su intriga, su fluidez, (que también). Lo expreso así porque sin duda, si hemos de convenir que la lectura de la Ilíada tiene su “aquél”, por los versos, por su longitud, por la aprensión o tendencia a determinado “aburrimiento” y ello cuando hubimos de leerla “por obligación”, quizá también mencionar, por qué no, por lo “infumable” de su comprensión al menos en aquellos venturosos años de la juventud, decir que me siento atrapado es sencillamente porque con una pasmosa soltura y sin dificultades léxicas y/o expresiones arcaicas, Mario Villén nos ofrece con su Ilión una visión muy directa, veraz, y sobre todo muy actual de aquella historia que el aedo griego Homero plasmase en su Ilíada. Pero, y no lo dejo para más tarde, tengamos presente que la novela de Mario no es la Ilíada, él lo dice claramente, sino Ilión. Podríamos preguntarnos, claro está, antes de leer la novela: ¿y dónde estriba la diferencia? Pues no es una, son varias y bien clarificativas. La primera ya casi mencionada o referida es el lenguaje. Aun pudiendo parecer obvio, considero muy importante esta premisa, la del lenguaje porque no olvidemos que se trata de una novela histórica. Un historiador escribe, cuenta los hechos con el lenguaje de su tiempo, del que vive, un novelista del género histórico se informa, se documenta y en la búsqueda de información y documentación persigue hacerse con el lenguaje, con las expresiones, con los dejes, etc. del tiempo que rememora en su novela. Pues bien, afortunadamente Mario Villén nos describe aquellas batallas narradas en la Ilíada con verbos, con expresiones, con lenguaje, en definitiva, de nuestros tiempos. Aplaudo desde ya su valentía y acierto. Otra diferencia, también mencionada más arriba es lo que nos dice el autor en la sinopsis a los lectores. Esto no es la Ilíada, sino Ilión. Ilión es Troya y Mario Villén ha bebido hasta la saciedad, el antes y el después de los acontecimientos narrados por Homero. Ilión es más que la Ilíada, porque como ha referido el autor en determinada entrevista de radio: “No me ciño solo a la Ilíada, también cuento algo de lo anterior, y de lo que sucede después, llegando hasta el saqueo de Troya”. Abunda el autor en dicha entrevista, y esta es la tercera diferencia que, habiendo seguido y respetado el guion básico, “más allá de eso, he añadido, he desarrollado a los personajes más en profundidad, he desarrollado otras historias transversales que complementan ese tronco principal y así he ido conformando una historia más rica y más actualizada, con lo clásico”. Y así es, Mario Villén, igual que ya hiciera con los personajes de su afamado “Nazarí”, ha echado el resto, si vale la expresión, en desarrollar los aspectos psicológicos de los personajes. Aquello de “por su obra lo conocerán”, cobra insignificancia respecto a lo que me estoy refiriendo, porque los personajes de Ilión son harto conocidos precisamente por eso, por sus hechos, por su papel en los acontecimientos, en las batallas ganadas o perdidas. En la novela del pinero (de Pinos Puente), granadino, Mario Villén, los personajes se nos presentan en su faceta más humana, más sencilla, natural y realista. Los presenta como lo que son: personas que tienen sus anhelos, sus ideas, sus sueños, sus sentimientos. Que añoran a sus familias. Que odian la guerra, o como en el caso de Héctor o Aquiles, que ni siquiera la quieren, ni quieren gloria, ni la persiguen. Son los acontecimientos los que los hacen vestir corazas, cubrirse con cascos y tomar lanza y escudo para la defensa y el ataque frente a quien, por otra parte, respetan como rival. No obstante, no son ajenos a lo que a unos y otros les va con ganar o perder batallas, por lo que sus corazones palpitan al lado y al ritmo de lo que va desencadenándose. Si bien la expresión “la madre de todas las batallas” es de cuño o acuñación reciente en la historia, las guerras fratricidas narradas en Ilion son cuanto menos las abuelas, aunque solo sea por la antigüedad. Pues bien, Mario Villén nos propone, aun cuando confiesa que le fue complicado el planteamiento sobre todo porque el punto de partida, el de la historia, está totalmente definido y la gente lo conoce, que con su novela quiere aportar algo novedoso, porque “tampoco, sin aportar nada ¿para qué va uno a escribir una nueva novela histórica? Y sin duda, aporta. A más de todo lo referido con anterioridad, revisa o pone en solfa aspectos tan conocidos y asimilados como si fue o no fue raptada Helena de Esparta. Casi nada la disquisición. Él considera que quizá más que rapto pudiera tratarse de “una huida con cómplice”. Apunta Mario, que Helena, hastiada de su matrimonio bien pudiera haber sido ella quien tomara la iniciativa de que Paris, hijo del rey Príamo de Troya, “la raptara”. En fin, sabido es que, según el poema épico, este hecho fue el detonante para que se efectuara el asedio de la ciudad de Troya por los aqueos, o sea, para rescatar a Helena, esposa del rey Menelao, raptada por Paris príncipe troyano. Después de este hecho se origina la guerra entre aqueos y troyanos. Más aún. Mario Villén también nos hace reflexionar, (lo pone en boca de algunos personajes) que quizá no fuera exclusivamente aquella la causa o casus belli, la del citado rapto. No. Propone y argumenta su propuesta a lo largo de las páginas de Ilión, que Agamenón, el líder de los aqueos, lo que busca es controlar el comercio de metales, oro básicamente y cobre, para producir bronce, comercio que se hacía a través de Troya, por el Helesponto, con los pueblos del mar oscuro, del Mar Negro. Para el autor esta es la motivación principal, lo político y económico frente a lo doméstico o de violación de alcoba. La narrativa de Mario Villén en Ilión goza de frescura, de agilidad, de apasionamiento. Usa de llevar y traer al lector de un frente a otro con relativas cortas escenas. Así, arrancado de la acción última, el lector se presenta en un nuevo escenario que no le es ajeno pues ya lo pisó algunas escenas antes. Ello habla de la agilidad citada, de movimiento constante, de fluidez, como debe transcurrir una novela bien contada, una novela histórica, una gran obra literaria como sin lugar a dudas, y el tiempo lo dirá, es la novela ILIÓN de Mario Villén Lucena.
La leyenda está ahí. Hay maneras y maneras de contarla, y lo que Mario Villén hace en ‘Ilión‘ es, sencillamente, elevar la leyenda a la categoría de obra de arte. Una novela que se te escapa en un suspiro, páginas y páginas que pasan ante tus ojos, personajes que se hacen sentir, que te transmiten la emoción del momento: el anhelo de la victoria, el miedo a la derrota, la desesperación del padre viendo cómo su estirpe se desvanece con la pérdida de su hijos, la argucia como método y el respeto y temor a lo dioses como manera de vivir.
Personajes que ya forman parte de la tradición occidental como Paris, Héctor, el rey Príamo, Agamenón, Helena o Ulises se hacen carne en una novela que nos sitúa ante las puertas de Troya. Una profecía y su destrucción marcan el devenir de aquellos personajes, sus estrategias de lucha, las alianzas que tejen entre sí. Personajes cuya personalidad asoma desde el primer instante. Rasgos precisos, certeros y claros para definirlos, para conocerlos, para quererlos u odiarlos. Y siempre, por encima de los hombres y sus cuitas, el amor en sus múltiples vertientes como arma de destrucción masiva, como fuerza motriz capaz de empujar a ejércitos hacia la victoria o a la derrota; o para hacer enloquecer a un hombre hasta hacerle perder la cabeza.
‘Ilión’ no es la historia de la conquista de una ciudad, ni tampoco la conclusión de una guerra.
Excelente y certera aproximación a la Ilíada. Siendo un tema conocido por muchos (aunque en ocasiones con visiones un tanto adulteradas como por ejemplo la película "Troya"), Ilión relata de manera muy precisa la guerra de Troya: origen, nudo y desenlace.
A los personajes protagonistas ya sabidos (Aquiles, Helena, Héctor, Paris, Agamenón, Menelao...) se unen otros que enriquecen y vertebran la novela : para mí Eneas y Ulises son los verdaderos ejes del relato pero sin olvidar el papel de secundarios como Briseida, Príamo, Casandra...
Brillante la descripción de las batallas (algo que ya demostró el autor en "Nazarí"), los diálogos, la evolución del carácter de los personajes (Helena por ejemplo)...
La recomiendo a todo aquel que le apasione la novela histórica.
Que una historia mil veces contada, mil veces sabida se convierta en una lectura tan amena, tan épica y tan trepidante se lo debemos agradecer a Mario Villén. Siendo licenciado en historia y aunque mi "época" predilecta sea la Edad Media ha sido una de las lecturas históricas que más he disfrutado. He devorado el libro en menos de una semana, se lo achaco a una prosa magnífica y una recreación en los detalles que denota un profundo conocimiento por parte del escritor. Me recomendaron al autor y ahora ya tengo en la lista de pendientes otro de sus libros. No lo dudéis, si os gusta el tema es la narración de la caída de TROYA magnifica.
Si hay algo que valoro en un escritor son la ambición creativa y la valentía y @mariovillen es un autor que cumple con creces. ⭐⭐⭐⭐⭐
En #Ilión @edhasa.editorial asistimos en primera línea a la caída de Troya y habitamos de principio a fin un territorio mítico, suspendido entre lo terreno y lo divino, donde unos personajes muy humanos sobreviven en condiciones muy extremas.
Como me suponía, para Mario (como para los autores buenos de lo bélico) la guerra no es más que una excusa para comprender al ser humano en su rostro más salvaje y animal y encontrar también los restos de humanidad y virtud que llevan, en casos excepcionales, al heroísmo.
La formación de sociólogo de Mario Villén le ayuda, creo, a calar muy profundo tanto los personajes como los grupos humanos (esa manada), dando un retrato muy completo de nuestra especie.
El valor, la locura, la humillación, el desprecio, el orgullo, la compasión... los personajes están enormes, desde los ancianos como Fénix y Príamo, las esclavas, las nobles... y los muy grandes: Aquiles, Héctor, Ulises y Helena.
Todo en Ilión es exceso. Las escenas de violencia y muerte están muy bien equilibradas con esa especia de ansia reproductora que lleva a los personajes a un frenesí sexual de una lógica aplastante. En la novela hay tensión, atropellos, momentos de gloria... y la caída en sí es una destrucción de todo lo humano y lo sagrado, el saqueo en grado sumo. Nunca había visto uno tan bien ejecutado. No queda piedra sobre piedra. Brutal.
Mención aparte merece Helena, que sobresale como una igual a sus pares hombres: heroína, en el sentido de semi-divina, en la vía de Afrodita en vez de la de Ares. Helena se alza como triunfadora, por encima de todas las reglas del mundo mortal y con ello entronca con su mito original indoeuropeo, el de la doncella solar (hermana de los mellizos divinos, Cástor y Pólux), que vemos en culturas afines.
Estoy impresionada por el desmarque que ha conseguido Mario Villén con esta obra. Un creador con criterio propio y firme, con una novela sobresaliente bajo el brazo.
El autor clama que ha intentado no verse influenciado por las reescrituras y percepciones modernas de la Ilíada y sin embargo su misoginia es de lo más contemporáneo que se puede encontrar. Hay una diferencia entre la representación de las mujeres de Homero, llena del sexismo habitual no reflexionado de una sociedad en la que las mujeres se ven y se representan como propiedad, y la representación de las mujeres en Ilión que es plenamente consciente de que las mujeres son personas y sin embargo, está embaduranda, entre otras cosas, de premeditada apología y romantización de la violación. El tratamiento de las mujeres parece más presentismo que fidelidad histórica. Esta reescritura, al fin y al cabo, es inexacta y en su inexactitud, no añade nada bueno.
Mis pensamientos: les comparto,que he pasado unas semanas supremamente sumergida en esta extraordinaria historia, es la primera vez que leo acerca de La Ilíada, he visto varias películas pero nada como este libro tan interesante.
He sido testigo privilegiada de las batallas y del sufrimiento de hombres mujeres y niños durante esa era, sus maneras de pensar y sus costumbres en batallas y fuera de las batallas.
En fin le, los invito a que lean esta gran aventura. Es un libro que merece ser leído. Lo recomiendo 100%