En este monográfico, psicólogas, periodistas y sexólogas escriben, entre otras cosas, sobre BDSM, sexualidad en la maternidad y en la juventud, sobre lesbianismo y penetración, sobre el deseo como conexión, la formación en sexualidad como lucha contra las violencias machistas y las diversas identidades sexuales que no abarcan las siglas LGTBIQ+.
Otro monográfico de Pikara, otro temazo. Aunque, a diferencia del de las cárceles, a este mundo ya me había asomado: pocas novedades.
(Otra vez) el placer como faro cuando nos perdemos huyendo de las violencias.
«”Pero, entonces, ¿el sexo es algo bueno?”. Esta fue una pregunta anónima que recibí en un taller de educación sexual de un alumno de 3o de la E.S.O. Hablar de sexualidad no es hablar de violencia sexual, no va de meter miedos y alertar de peligros sobre todo lo malo que te puede pasar, poniendo imágenes de ITG que hacen que apartemos la mirada. No va de reducirlo todo a genitalidad o reproducción, ni de culpabilizar, instaurar (más) terror sexual o hablar solo de consentimiento. La educación sexual tiene que ver con los derechos humanos. Con el derecho al placer. Con el autoconocimiento, autonomía corporal, a la aceptación, al deseo, a la diversidad, a la exploración, a la erótica, al respeto, a los cuidados… Tiene que ver con quererte más y para eso nos tenemos que cuidar más colectivamente esta esfera que nos vendieron como íntima, pero que es lo más universal del mundo.»