تتويج الأصالة

by Gilles Lipovetsky, محمد بن الطيب (ترجمة), عادل النجلاوي (ترجمة)

«Sii te stesso» è il mantra della contemporaneità, il comandamento che domina incontrastato nella nostra epoca. L’etica dell’autenticità è dilagata nei consumi, nella politica, nella sessualità, nel rapporto con la famiglia, il lavoro e la religione, persino nel turismo, nel cibo, nella moda e nella cosmesi. Essere se stessi non è più un dovere morale, ma un diritto, un valore di culto, la maggiore aspirazione nella «modernità democratica». L’autenticità sembra essere il rimedio a tutti i nostri mali, ma può davvero plasmare il destino dell’umanità? Nel descrivere l’evoluzione di questa ideologia dall’Illuminismo ai giorni nostri, il filosofo e sociologo francese Gilles Lipovetsky indaga gli effetti antropologici scaturiti dall’imperativo di essere se stessi e ripercorre le tappe della sua secolare odissea – la fase eroica, dalla seconda metà del xviii secolo agli anni cinquanta, libertaria, negli anni sessanta e settanta, fino a quella iperbolica attuale, in cui l’autenticità è generalizzata e normalizzata, simbolo e strumento di una rivoluzione che l’ha vista trasformarsi in un feticcio. Spogliata dell’aura filosofica e intellettuale di cui pensatori come Rousseau, Kierkegaard, Nietzsche e Sartre l’avevano ammantata, addirittura rinnegata dalla cancel culture e dall’ondata woke, nella vita quotidiana, avida di identità e realizzazione personale, non incontra più ostacoli. Ma per conservare la sua legittimità deve forse smettere di presentarsi come un modello esclusivo, da applicare a priori, perché «ciò che è autentico non è necessariamente buono, e l’inautentico non è necessariamente da scartare»

Genres: Nonfiction, Sociology

476 pages, Paperback

First published January 1, 2021

About the author

Gilles Lipovetsky (born September 24, 1944 in Millau) is a French philosopher, writer and sociologist, professor at the University of Grenoble.

Lipovetsky began his philosophical career as a Marxist, similar to many others in the 1960s. Lipovetsky’s work focuses on the modern world from the latter 20th century to the present. He has divided this time period into three periods: “Marxist self criticism” (1965-1983), post-modern (1983-1991) and the hyper modern period from 1991 on. Lipovetsky has continued to write on topics such as modernity, globalization, consumerism, modern culture, markets, feminism, fashion, and media, but they have the common thread of individualism

Reviews

[Ed. Tablas · Rating 4 out of 5]

He leído algunos libros de Lipovetsky, y este me ha parecido original, aunque he de decir que repite algunas ideas. Faltó más aporte filosófico que mera observación, pero sin lugar a dudas un buen ensayo.

[Mario Ramos Obregón · Rating 1 out of 5]

Un libro bastante de mierda

[Rivasantos Rivasantos · Rating 4 out of 5]

Conocí a Lipovetsky en una charla que dio en el Festival de las Ideas, en Madrid. Había guardado un libro suyo en pa-leer, pero la verdad que ni me acordaba de este tipo (hay tantas cosas por leer). Su charla fue tan interesante que me lancé a comprar su libro a uno de los libreros que andaban al acecho - e incluso me lo firmó! La charla no dejó de ser un resumen de su libro, todo sea dicho.

Para Lipovetsky, la autenticidad es un ideal que nace en el siglo XIX con Rousseau, evolucionando por las fases romántica, revolucionaria y contrainstitucional, hasta llegar a la autenticidad hipermoderna actual. También nos habla de que, en paralelo a la pérdida de su vigencia como concepto filosófico, se ha democratizado la autenticidad como valor común para los ciudadanos.

La autenticidad es, para Lipovetsky, un valor clave para entender a la sociedad actual. Contamos con una ética de la autenticidad que nos empuja a ser nosotros mismos para ser felices, ya que esta autenticidad parece alimentarse "no tanto de la fuerza de un ideal moral de verdad y responsabilidad, sino del malestar existencial y el deseo de librarse de él".

Todo se resume a ser auténtico para uno mismo. Incluso "la identidad colectiva, lejos de ser despersonalizadora, es personalizadora debido a que es reivindicada por el sujeto". El propio Lipovetsky habla del converso como "el creyente auténtico por excelencia".

Sin embargo, en muchas ocasiones en una autenticidad de parecer, no de ser. Por ejemplo, el turismo auténtico es el que muestra un paisaje natural de Galicia y después te hacen un baile gallego. Es algo que veo difícil de ver como la vida en el día a día de un gallego.

Lipovetsky critica las contradicciones de la autenticidad contemporánea y las tensiones que genera. En esta línea, deja muy claro desde el inicio que "la cultura de uno mismo, al implicar libertad de conciencia y expresión, es totalmente pisoteada y renegada por los activistas fundamentalistas del multiculturalismos y la cancel culture". Porque "la sabiduría que necesitamos consiste en no esperar de la autenticidad más de lo que nos puede ofrecer". Ojo con la "libertad sin freno", que la libertad no es gratuita. ¿O resulta que un pedófilo debe ser también sí mismo?

Un aspecto interesante de Lipovetsky es que, a diferencia de otros pensadores actuales como Byung-Chul Han, no es pesimista. Por ejemplo, Lipovetsky no criminaliza a la tecnología, sino que apuesta por una tecnolofía donde "la autenticidad individual se afirma como una idea-fuerza principal".

Ahora, por mucho que se presente como objetivo, Lipovetsky es bastante francocéntrico y socialista. Destaca siempre que puede eventos históricos franceses como la Revolución de 1789, como si Francia fuera el centro del universo. Que no digo que haya cosas que OK, pero no creo que se pueda comparar Mayo del 68 con el movimiento hippy, por lo menos en cuanto a relevancia de referencias hablamos. Tampoco llega a explicar, por ejemplo, por qué el ecologismo es ceteris paribus mejor opción, simplemente lo asume. Que puedo estar o no de acuerdo, pero creo que para darle un trasfondo filosófico más sólido, debería haber sido más explícito sobre sus razonamientos.

Tampoco veo que aporte mucho a nivel filosófico. Todo de lo que habla es su intuición construida de la sociedad, pero con poca argumentación profunda, más allá de dar su propia narración de lo que detecta como hechos. Sus análisis sobre la expansión de la autenticidad a campos como la moda o las empresas no añaden mucho. Por ejemplo, es difícil bajar al barro del marketing, y decir lo que ocurre, sin tener algo más de referencias. Si bien es cierto que sus apreciaciones me parecen muy acertadas, no deja de ser un constructo con bases filosóficas leves.

Además, lo que cuenta en 420 páginas podría haberlo contado en la mitad. Muchas veces se enzarza en descripciones que quedan chulas, pero que no aportan realmente a la argumentación, y repite ideas que ya ha mencionado varias veces de la misma manera.

En todo caso, es un libro muy interesante para seguir profundizando en el pensamiento actual, donde hay tantas cosas ocurriendo que a veces no es posible si quiera estar al día de lo que nos ocurre.

[Alejandro Mojica Godoy · Rating 2 out of 5]

La modernidad: “ya no se trata de acceder a una vida espiritual más alta, más elevada, más amplia sino solo a una vida que nos gusta, que nos complace, conforme con nuestras aspiraciones subjetivas inmediatas”.

En La consagración de la autenticidad, Gilles Lipovetsky presenta sus ideas en torno a cómo la autenticidad se convirtió en el valor reinante de las relaciones contemporáneas. No obstante, falla en demostrar cómo la mayoría de las consecuencias que enuncia proceden de aquel valor. El resultado es un libro interesante pero sin mayor aportación e innovación filosófica o sociológica, más cercano a una recopilación de críticas a la modernidad que carece de un hilo conductor fuerte.

La tesis del libro es que la autenticidad se convirtió en la idea-fuerza de la contemporaneidad, es decir, el norte moral, el ethos de esta época. La prioridad individual debe ser “vivir en concordancia con uno mismo, mostrarse tal como uno es, sin máscaras ni disimulos, seguir el propio camino”. La nueva moralidad individual de exaltación del sí deprecia las fuentes de legitimidad social previas como la tradición, las instituciones o la costumbre. El afán por ser “único” no es más que la consecuencia de la mercantilización, la sociedad de consumo y la comunicación de masas en todas las esferas de la vida, incluso en la relación y percepción de sí mismo.

Prácticas como el journaling, la meditación, el auge de la psicología son ejemplos de que en la época del Yo (en mayúsculas) la búsqueda y la presión por la autenticidad obliga a una constante supervisión, evaluación y anulación de sí mismo. La solución planteada es “sobrepasar el sí contingente” o “acceder […] a la consciencia de sí como parte de la Naturaleza". O, de manera más simple, darse cuenta de que uno verdaderamente no es tan importante, y que no todo lo auténtico necesariamente está bien; que el yo es flotante, influenciable e irrelevante. Existen ideales, valores y riquezas que solo se encuentran cuando se supera la subjetividad integral.

El libro aborda muchas ideas interesantes: ante la desmotivación y precarización de la fuerza laboral surge el liderazgo auténtico, la familia desinstitucionalizada y la ligereza conyugal, la americanización de la vida política (que se personaliza al estilo de un reality show), la homogenización de las formas de consumo y de ver la vida, la primacía de la autoespiritualidad y las religiones "a la carta", la renuncia al amor por el arte en favor del culto a la fama, etc. Pero en ningún momento se demuestra la conexión lógica entre la primacía de la autenticidad sobre otros valores y todas estas consecuencias. De hecho, queda más la impresión de que la hiperindividualización es la responsable, más no una de sus manifestaciones.

Por otro lado, sus críticas a los movimientos como Me Too o Black Lives Matter son en gran medida infundadas y, en algunos casos, injustas. Los cataloga como exacerbadores del sentimiento de victimización facilista, de una renuncia a la ciudadanía por un sentimiento tribal-identitario y como responsables de bajos logros en la esfera práctica. No obstante, es innegable que la irrupción de estos movimientos generó un quiebre -así sea simbólico- en prácticas institucionalizadas perjudiciales para sectores de la sociedad. Lipovetsky dice que no necesariamente lo inauténtico es malo, pero tampoco todo lo identitario lo es por defecto.

En fin, una premisa interesante que se sobredimensionó.

[Carlos Gómez · Rating 4 out of 5]

Lipovetsky escribe un interesante conjunto de ensayos cuyo corazón es cuestionar la autenticidad, subirla al banquillo y diseccionar con la mayor objetividad posible su historia y aplicación y la actualidad de la misma. Es una lectura ampliamente recomendable pero me parece pertinente señalar que contiene un poco de ese tufo conservador que las personas intelectuales(y dicho sea de paso elitistas) de edad avanzada tienden a tener, sin embargo es injusto exigirle a un autor ideas que existan fuera de su universo solamente para complacer la ideología propia, por lo tanto retomo mi observación sobre que es una lectura que permite la reflexión y el entendimiento. El único capítulo que me parece absurdo y de más es el último, en el cual charla sobre sus conclusiones y se enfoca en agredir ideas políticas sobre las cuales no trabajo tanto a lo largo del libro, fuera de ella no tengo muchas más quejas (tampoco estoy de acuerdo sobre su idea de minorías pero lo puedo pasar por alto).

Lectura ágil y crítica en cierta medida. Lipovetsky es un gran autor para darte tema sobre el cual conversar.

[Alberto Nieto Del Caño · Rating 3 out of 5]

La importancia de tener un buen editor para que te recorte la mitad del libro, y de tener un ego moderado para asumir que hay que filtrar lo verdaderamente relevante de lo pedante.

[Hannah Montana · Rating 2 out of 5]

Después de un trabajo de 60 páginas para la universidad el próximo que me diga se auténtica le tiro el libro a la cabeza

[Marina Gómez · Rating 3 out of 5]

3.5 ⭐️

[Yupa · Rating 3 out of 5]

Se un precedente libro dell'autore (L'era del vuoto - Saggi sull'individualismo contemporaneo), pubblicato qualche decina di anni fa, mi aveva lasciato piuttosto insoddisfatto per vaghezza e superficialità, diverso è il discorso di questo, scritto e pubblicato praticamente di recente.
L'autore intende tracciare il percorso storico e le manifestazioni contemporanee di un'idea, l'autenticità, intesa come fedeltà al vero e, più nello specifico, fedeltà a un vero sé. Le sue origini le individua nel '700 e nel secolo seguente, quando l'idea è ancora patrimonio di pochi intellettuali e artisti, estranei alla più ampia società. È nella seconda metà del '900 che l'esigenza di autenticità travalica i precedenti confini contagiando rapidamente all'intero corpo sociale fino a farsi, negli ultimi decennî, non più qualcosa che distingua, come era per i filosofi o per la controcultura degli anni Sessanta, ma qualcosa che pervade la coscienza collettiva a tutti i livelli, arrivando a una situazione paradossale in cui l'essere sé stessi, cioè la volontà di staccarsi dalla norma sociale, è diventata essa stessa una norma sociale particolarmente forte. Siamo tutti chiamati a essere autentici e a rifuggire il falso.
L'autore sostiene la sua tesi perlustrando svariati àmbiti, dal turismo alla moda, dall'alimentazione alla religione, mostrando quanto sia diventata ineludibile e radicata l'esigenza di autenticità. Qui riesce a superare anche se non sempre, i difetti dei suoi scritti precedenti, che abbondavano di ragionamenti sui principî e poco ancoramento al reale: ora gli esempî abbondano; inoltre, nonostante una certa tendenza a cercare soprattutto conferme e poche smentite, il libro riesce comunque a prendere in considerazione le modalità ambigue, se non conflittuali, con cui l'idea di autenticità si dispiega nei varî campi della società.
È anche in questo modo che, sebbene l'autore dichiari che non sia questo il suo intento principali rimandando ad altri autori, oltre le pagine del suo libro e prendendo spunto da molte delle sue pagine, sia possibile ragionare per conto proprio sulla problematicità, se non sulle doppiezze, proprio dell'idea di autenticità, un'idea a prima vista limpida sino all'autoevidenza, eppure non priva di inganni e opacità. È forse proprio per questo che se, come giustamente osserva l'autore (in questo lontano dai toni uniformemente apocalittici dei suoi precedenti scritti), l'aspirazione all'autenticità è stata ed è un potente strumento di liberazione individuale, è stata ed è anche cooptata da chi, nella politica come nel mercato, ha tutta l'intenzione di usarla come etichetta per imporre o vendere il proprio interesse.
Non si tratta solo di riflettere sul modo in cui nelle pubblicità e sugli scaffali dei supermercati il modo migliore di vendere il prodotto sia ormai quello di spacciarlo come "genuino" e "autentico", qualunque cosa queste parole significhino, e nemmeno di porsi dei dubbî su come ciò che è "naturale" venga automaticamente preso come "buono". Il pericolo è un altro, come giustamente espone l'autore nelle ultime pagine del volume, pagine forti e sentite: il pericolo è una politica in cui una presunta autenticità emotivamente sentita va a prendere il posto di concretezza e programmi, per cui non si vota più il politico per ciò che vorrebbe fare, per il suo programma, ma unicamente per la sua condotta personale, per la sua integrità, onestà, correttezza, in altre parole autenticità; una politica in cui, il che è ancora peggio, salgono alla ribalta figure che affermano di essere autentiche portatrici di una genuina volontà popolare contrapposta a una casta falsa e bugiarda, figure che direbbero "le cose come stanno" contro gli inganni di una élite che va spazzata via. Sono, insomma, i varî Trump, Bolsonaro, Salvini e Beppe Grillo che l'autore cita esplicitamente nome per nome, individui che propalano bufale e frottole di ogni tipo proprio proponendosi al contempo come "dalla parte del vero", senza timore del paradosso, anzi, proprio in questo mostrandola, a chi voglia vederla, la fondamentale ambiguità di ogni discorso che si proponga come autentico, come più vero del vero.