Винаги съм искала да разказвам истории, казва тя. На 14 години исках да стана режисьор, малко по-късно започнах да пиша сценарии. След това разбрах, че това, което най-много обичам, е да си играя с думите, да разказвам истории със средствата на литературата.
И Елиса Ферер си играе с думите, като ни разказва една история на два гласа – единият на момиченцето Нурия с трудно детство, другият на трийсетгодишната Нурия, която се опитва да разплете миналото на своето семейство и влиза в диалог със своя някогашен още непораснал Аз. Това е историята на бавното и мъчително съзряване на героинята – художничка, останала без работа, разделила се с приятеля си и впуснала се в изследване на собствените чувства. Това е история и на надеждата, възтържествувала над болезненото ухапване на осите, които младата жена непрекъснато рисува като символи и вестители на едно ново начало.
Las hojas que flotan en el agua de la piscina, las baldosas sucias, los insectos muertos. Este libro va dejando imágenes como migas de pan que poco a poco construyen el imaginario de una infancia marcada por el abandono pero dorada a pesar de todo, que contrasta con la vida presente, llena de barreras y hospitales. Siempre me da miedo acercarme a los premios editoriales con demasiado hype, pero en este caso el Tusquets no me ha decepcionado nada. Merecidísimo premio.
No estoy pasando un buen momento, y eso lo noto mucho a la hora de sentarme con un libro. No soy capaz de leer cosas que no me convenzan al cien por cien. Me he puesto con libros que tenía de la biblioteca y los he dejado por la mitad. Mi cabeza está juzgando sin remedio todos los libros que considera mediocres y nos les da una segunda oportunidad. Pero no todo iba a ser malo, he empezado a leer libros que forman parte del maravilloso botín que me compré en Madrid, y por eso hoy os puedo hablar de “Temporada de avispas”. ▫️ Me gustan los libros que tratan la cotidianidad, aquellos en los que no pasa nada, pero a los personajes sí les pasa de todo. Especialmente me gustan aquellos libros en los que no hay amoríos. En algún momento, ser mujer y escribir un libro significó tener que hablar irremediablemente de los hombres. Personajes enredados; mujeres buscando un marido, un hijo, una pareja, alguien que las quiera. No sucede así con “Temporada de avispas” donde no hay argumento duro, uno en el cual veamos un guión. Por eso os decía que no pasa nada, pero en realidad muchas cosas conforman este libro. La búsqueda de un padre desaparecido, saltos temporales a un pasado infantil donde vemos a nuestra protagonista lidiar con las decisiones de una madre que nunca ha sido su mejor aliada, y un presente que se nos va desvelando poco a poco. ▫️ Me ha gustado la forma de narrar de Elisa, tan diferente a lo que había leído hasta ahora. Personajes que charlan sin los típicos espacios y guiones, charlas que están enraizadas en la propia narración. He disfrutado mucho de esta lectura; ganó el Premio Tusquets Editores de Novela y debo añadir que es el segundo libro de esta editorial que leo y en ambos casos me he quedado encantada con las obras. Tendré que seguir investigando entre los títulos de la editorial.
La autora escribe bien, aunque no me guste su estilo en este libro, pero no tiene nada que decir como para ser contado, aunque se empeñe en numerar una cosa detrás de otra, a veces sin ton ni son, cual diario o blog perdido en la nube. Muy flojito.
Una novela en la que, aparte de lo que dice la sinopsis, pasan pocas cosas. Se empieza a poner interesante a mitad del libro para luego decaer. Conocer la historia real de su padre hace que Nuria recuerde su infancia, recuerdos sesgados, por supuesto, por el desconocimiento de esa realidad. Nada en especial.
Si las peripecias de una diseñadora madrileña que dibuja avispas, pierde su trabajo en una revista y encuentra a un padre que ha abandonado a su familia muchos años atrás, son la trama de una novela, el éxito de ésta se debe en gran parte a la calidad de la escritura y la fuerza narrativa. Elisa Ferrer mantiene una prosa viva, interesante, bien construida, cuyo fluir está dotado de esas mismas alas de las avispas que Nuria dibuja en servilletas, cuadernos y programas y que en mucho representan su vida.
Y si bien nuestro presente es el resultado de vivencias pasadas, la novela intercala de manera exitosa capítulos narrados en segunda persona, donde recorremos los años de su infancia y comprendemos que hay heridas que quizá nunca sanan.
Ganadora del XV Premio Tusquets Editores de Novela en 2019.
Esta espectacular novela me ha durado apenas unas horas. ¡Qué sorpresa descubir a esta escritora! Su prosa es ligera, inteligente y crítica. Los personajes de "Temporada de avispas" cautivan desde las primeras páginas por su humanidad y su fuerza. Nuria, la protagonista, esconde una vulnerabilidad entrañable debajo de su aparente dureza. La voz narrativa de la Nuria niña es maravillosa, con su candor y su personalidad tan genuina. Me entusiasma el estilo en que está escrita la novela, con el cambio a segunda persona para distinguir los capítulos de la infancia de Nuria y esa forma de escribir los diálogos dentro de frases larguísimas, como un stream of consciousness. Es el mejor libro que he leído en muchísimo tiempo y no pienso perderle la pista a Elisa Ferrer, ávida por volver a tener entre mis manos otra novela suya.
Bonita y nostálgica historia la de temporada de avispas. Me ha encantado la forma de estar narrada. Nuria, la protagonista del libro te lleva a sus recuerdos de infancia. La comparativa de las avispas con episodios de su vida me ha fascinado. Es una lectura muy agradable y donde se ve el gran talento de Elisa Ferrer. Totalmente recomendable. ⭐️⭐️⭐️⭐️
No sé si es la forma tan íntima que tiene Elisa de narrar el pasado, lo evocador que puede ser para muchos de nosotros sus descripciones del verano o que me recuerda mucho a una amiga que pasó por algo parecido. Igual es una mezcla de todo ello, siendo el resultado encantador. No le doy 5 estrellas porque se me ha hecho cortito.
La historia se trata de una chica, Nuria, que, mientras se encuentra en una crisis personal, intenta comprender algunos episodios de su vida.
Es una de esas novelas donde no pasa mucho. Narrada desde lo cotidiano, la historia se desarrolla entre el presente y el pasado de la protagonista. A través de sus recuerdos, vemos cómo va desenredando los nudos de su propia historia.
Te lo pone muy fácil Elisa Ferrer en esta novela para engancharte y que la leas de tirón, no porque haya ningún misterio oculto que resolver (bueno, sí, lo hay, pero se va desvelando de forma natural) si no porque es todo muy fluido. Es el estilo “diario íntimo” lo que te atrapa, ese sentir que estas compartiendo con la protagonista una parte esencial de su vida en primera persona, y con un lenguaje de charla entre amigas que hace que enganches un capítulo con otro casi sin darte cuenta. Son vidas reales las que aparecen en la narración, es la manera en que Nuria, la protagonista, asume el trauma de su niñez y cómo seguir adelante con todo lo que descubre por el camino. Y recolocar los papeles de sus personas más cercanas, el re-conocimiento de su madre, es de lo mejor. Lectura ágil y sentida.
No soy el público objetivo pero me sorprende que OTRO libro dedicado a las rumiaciones divagantes de una mujer de 30-40 años, especie de monólogo interior de informaciones varias que no se utilizarán, gane premio 😅 Paso con otro Tusquets y dos Seix Barral Biblioteca Breve (premios españoles bastante importantes)
Debido a lo anterior me pareció poco creativo, aburrido, sin norte claro y repetitivo… pero evidentemente no soy el lector objetivo de este tipo de literatura 🙏🏿
Me gusta como está escrito, te hace sentir partícipe de unas vivencias muy personales. A ratos me he sentido muy reflejada en Nuria. Pero no me ha conquistado, la verdad.
Nuria vive rodeada y marcada por hombres infieles a los que le pesan muchísimo los huevos. Su jefe la despide porque hay que recortar plantilla, pero le confiesa que está enamoradísimo de ella, le da un ataque de pánico y lo tiene que cuidar su mujer; su ex, Juan, se sigue acostando con ella, “ahora viene Julia, vamos en serio, esto no cuenta porque tú estabas antes”; por último, su padre, que parece fan del rey emérito y que las abandonó cuando su madre estaba embarazada del segundo hijo. Núria se encuentra en su nido de avispas y transita hilando su pasado con su situación actual hasta encontrar la aceptación y, con ella, la paz. Y ligada a la paz, su madre.
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Novela que se lee en un pis pas no solo por su brevedad sino por un estilo que te va llevando por diferentes caminos de forma ágil. Y es curioso porque no hay ningún guión de diálogo en todo el libro. Éstos están habilmente entreverados en la narración. Gracias a eso (y a que el libro tiene pocas páginas, claro) he podido llegar al pico de la historia sin casi darme cuenta. A pesar de todo esto, hay cosas que no me han acabado de convencer. La historia me ha parecido una especie de electrocardiograma bastante plano con un pico muy pronunciado en el centro. Al principio no va pasando nada. Se va dibujando poco a poco a la protagonista, no así a los demás personajes, que quedan en la niebla. De repente, ¡boum! llegas a la cima y te enteras del meollo del asunto. Para ir decayendo de nuevo, eso sí, con una pequeña elevación a modo de repecho que te da unas esperanzas en cuanto a trama que no se llegan a cumplir. Y es que lo que yo quería era historia. No me interesan, a parte de lo necesario para la construcción del personaje, todas las disquisiciones y toda la autocompasión de una JASP(*) del siglo XXI. Ese rollo de joven amargad@, muy modernillo él (o ella), que ha tenido malas experiencias sentimentales (vaya, bienvenid@ al mundo real), que fuma porros con su colega en la terraza y que se levanta a la una del mediodía con un resacón del 15 porque el universo conspira contra él (o ella) ya me supera. ¡Ah! y eso de coger lo primero que pillas en el cuarto de baño de un colega, sin saber de qué se trata, es un detalle bastante cutre.
Mi conclusión es que no es un libro desaconsejable. Hay fragmentos muy bonitos y me ha gustado la forma de escribir de la autora. Pero a mí me ha fallado la historia. Me ha faltado más desarrollo, más chicha. Se ha quedado demasiado en aspectos de la vida actual de la protagonista en detrimento de un pasado que podría haberse explicado más. Pero como siempre, contra gustos no hay nada escrito.
(*) Los que hayan disfrutado de los ´90 lo entenderán. Los que no, para saber qué es un JASP buscad el anuncio del Renault Clio de 1992.
A Nuria le dan alergia las avispas, las de verdad, que si le pican pueden matarla; pero también le provocan reacción aquellas avispas que imagina y que llegan a gobernar su vida, que ahogan su día a día con sus picotazos, llevándola a un desasosiego con el q perder el norte. Pero el picotazo de verdad le llega cuando el pasado se instaura en el presente, cuando llegan las respuestas a sus porqués...pero sobre todo, cuando descubre la verdad del veneno que el aguijón más importante ha dejado a su paso.
Esta historia habla de verdades a medias, de mentiras a medias, de entender con el paso de los años aquello que de pequeños no queríamos afrontar, pero sobre todo habla de segundas oportunidades y de cómo de repente puedes volver a apreciar aquello que siempre has tenido delante pero no has sabido ver.
🐝 No subestimes el poder de lo pequeño 🐝 El niño que llevamos dentro nunca puede estar contenido con las decisiones que tomamos 🐝 Un hijo, un ser que respira, expulsarlo un día para enseñarle a vivir en un mundo en el que nos cuesta vivir 🐝 Quererse a veces no basta 🐝 La autopsia de una vida que es difícil de descifrar porque su examen no conduce a ningún diagnóstico 🐝 Y no tiene miedo, sólo ganas
Leer Temporada de Avispas es echar un ojo a escondidas al diario que Nuria escribe desde que es pequeña, donde odia a Javier, hasta que en la treintena describe cómo odia su trabajo. Es echar la mirada atrás, a la infancia. Es mirar a tu madre y saber que ella lo hizo lo mejor que sabía y podía, y que no es la mala de la historia. Es un relato íntimo, que pasa volando, en un suspiro. Un diálogo sin diálogos, imagen tras imagen. Es una historia tranquila, sin pretensiones, pausada, calmada. Donde no pasa nada, y a su vez pasa todo. Es una reconciliación con un padre ausente, con una familia extraña. Es un recorrido por los fantasmas del pasado y del presente. Es un perdón, y un lo siento. Es la casa de la playa, las calles de Madrid, es el hospital, la revista, el colegio, el autobús, la piscina. Son las avispas, las hojas secas, los bichos muertos flotando en el agua. Son las fotos y las cartas. Son los recuerdos. Es la precariedad, la treintena, los pisos zulos. Es el trabajo de mierda, el paro. Son los libros, cuadernos, rotuladores, cómics y servilletas.
Había terminado de leer «Los nombres propios» y me había quedado huérfana de una historia que se sintiera como casa.
Si has crecido en algún rincón del Mediterráneo en los 80s vas a encontrar muchos aspectos en los que reconocerte en este libro.
Acompañamos a la protagonista en una crisis existencial cuya detonante es descubrir que su padre está grave en el hospital, padre que cuando ella era mu pequeña y su hermano todavía un feto fue al videoclub a por una peli y nunca volvió.
Es una lectura ligera, que se lee fácil y de la que te apetece saber cómo termina.
Como pega diría que muchos de esos detalles con los que decía que resulta fácil conectar, me resultan relleno puesto ahí con ese fin, de forma muy evidente y me sacan de la lectura. Me cuesta buscar una distinción entre los detalles de este libro y los de «Los nombres propios» o «Memorias del alhambre», no sabría explicarlo mejor e igual es una impresión y punto. Me gustaría saber si os ha pasado también a quienes lo habéis leído?
Uno de los mejores libros que he leído últimamente. Me ha sorprendido la manera tan aparentemente sencilla de narrar una historia en la que parece que no pasa nada pero pasa de todo y que te engancha aunque no haya un gran misterio que descubrir. Sí que hay una historia que quieres saber el porqué, y se va descubriendo poco a poco de manera natural. Me ha gustado mucho la parte de la Nuria niña en segunda persona, sientes lo que siente La Niña. Te metes en la historia y en su piel de manera que las sensaciones se hacen muy nítidas y casi propias. Merecidísimo premio Tusquets. Enhorabuena Elisa Ferrer!!
Una narración super personal e introspectiva en la que, desde el momento que empezamos el libro, nos convertimos en Nuria, su protagonista. La narración carece de diálogos per se, y sólo los incluye como parte de los párrafos, hace que nos sintamos más aún como su voz interna y empaticemos con las desventuras de Nuria. Tal y como promete una de las críticas de la contraportada, no importa si las descripciones de los personajes o las nuestras interacciones con ellos son súper breves, Elisa Ferrer consigue que los personajes se sientan como si los conociéramos de toda la vida.
Me ha gustado mucho, es la segunda vez que intento leerlo, la primera me ha dado flojera lo dejé en la pagina 40, pero no sé, no me gusta dejar los libros sin terminar y volví a empezarlo, no había puesto atención la primera vez, y esta vez lo hice, me gustaron esos capítulos que alternaban su infancia con su adultez, el dolor que sentía, la forma en la que su padre estaba clavado en su mente, la forma en la que le dolía y esos recuerdos de su niñez, que dolorosos, que tan certeros y el final me encantó.
Elisa consigue que te transportes a ese Madrid canalla gracias a unas descripciones realistas, sin esperpentos. Una preciosidad de libro lleno de evocaciones, de sinceridad, de sentimientos... de cómo la vida puede ser dura y maravillosa a la vez si sabes mirarla con la perspectiva adecuada. Un libro muy recomendable que, aunque al principio cuesta un poco de entrar por el estilo narrativo, en cuanto te acostumbras te engancha como la mejor de las series.
Esta novela hace referencia a nuestros miedos, traumas, complejos, fantasmas de nuestra infancia, quien no los ha tenido!!!!, y nos marcan durante toda nuestra vida, Nuria pasa toda su adolescencia y hasta edad adulta obsesionada con su padre, lo idealiza como a un héroe pero al final lo importante es que se da cuenta que la verdadera heroína es su madre, que el único error que ha cometido en mi opinión es no contarles antes la verdad a sus hijos.
Se me ha hecho algo pesado, no puedo decir que no me haya gustado pero ( para mí , claro) las idas y venidas del pasado al presente me constaba centrarme de que estaba hablando. Los recuerdos de la niñez están descritos tal cuál una niña de corta edad lo relataría y eso está bien pero corta el ritmo del relato. https://sonrieangela.blogspot.com/202...