Entre todas las incertidumbres del presente, una certeza se abre paso: con el siglo XXI empezó una nueva era, la era del conspiracionismo. El 6 de enero de 2021, el mundo asistió azorado a un acontecimiento que parecía irreal: cientos de fanáticos –portando hachas, cuernos vikingos, bates de béisbol y banderas confederadas– irrumpieron en el Capitolio norteamericano para impedir que se proclamara el triunfo de Joe Biden en las urnas. Para el autor de este libro, el asalto al Capitolio fue un parteaguas, el resultado visible e inquietante de la legitimidad y el poder de movilización que ha alcanzado en nuestra sociedad la cultura de la mentira. Estas páginas cuentan cómo se pueden construir millones de conspiracionistas en todo el mundo, cuando una verdadera industria de fake news y oscuros activistas digitales se combina con la experiencia personal de pobreza y falta de oportunidades para lograr que cada vez más personas se convenzan de mentiras infundadas y defiendan teorías insólitas. Con su prosa ágil e incisiva, Ramonet sostiene que es hora de tomar en serio a estas minorías intensas, que hasta hace poco parecían grupos de marginales paranoicos y hoy se organizan a nivel internacional, ocupando posiciones de poder sin que el sistema político encuentre los anticuerpos para combatirlas. Mientras tanto, por debajo, las ideas racistas y violentas inspiran la formación de milicias y la "justicia" por mano propia. El extremismo ya no es una distopía de ficción; ha comenzado una nueva era.
Demasiado superficial. Se lee casi como cualquier otro título que en la portada tiene a Trump haciendo caras. Es una lástima, porque el tema es interesantísimo (dudé cuando vi la portada, pero confiaba en Ramonet, y el tema me fascina), pero apenas ahonda en él, y cuando lo hace, es para repetir lo mismo que hemos leído miles de veces en WaPo, NYT, etc.. Parece que no entiende del todo los fenómenos que describe. QAnon es algo mucho mucho mucho MÁS loco que solo un culto supremacista blanco que "cree en mentiras". Tienen una onda teológica y numerológica con Trump y JFK Jr. que ningún autor quiere tocar, pero eventualmente tendrán que.
Entre otros de los errores de Ramonet... hay una línea muy difusa entre la conspiración real y a lo que él le dice el "complotismo" que es necesariamente falaz. Hay muchas instancias en las que el autor mismo suena como o podría ser acusado de conspiranoico (hablando de la guerra en Ucrania, de la construcción de narrativas complotistas). Esto tiene poco que ver con la veracidad de las afirmaciones, pero es por eso que su manejo de la categoría se me hace burda sino es que inútil y hasta perjudicial. Prácticamente no hay reflexión al respecto. Ramonet parte desde lo que han dicho los medios y políticos liberales y casi no elabora (hay una cita muy importante de Obama respecto a la manipulación de redes y sobreinformación para dirigir narrativas... Ramonet ni siquiera señala la ironía, que la administración de Obama fue pionera de esa instrumentalización).
Creo que el libro fracasa en sus intentos de definir el complotismo o pensamiento conspiracional de forma útil. Se cuestiona a una corriente política —desenfrenadísima, demente— pero nada más. No hace falta un libro así para reconocer la locura de QAnon, y no hace lo suficiente para comprenderla mejor (otra queja: su manejo de "clase media blanca" es demasiado amplio y creo que puede estar hablando de básicamente cualquier blanco americano. No sirve.). Pienso que valdría incluir un análisis del conspiracionismo demócrata (ej. Russiagate), de cómo se corresponden un bando al otro, o de cómo la categoría de "teoría de conspiración" también se instrumentaliza contra posturas oficialistas hasta para describir hechos históricos documentados (digamos, el papel de la CIA en la política internacional, la infiltración de COINTELPRO en la contracultura y vida política americana). Ramonet hasta es un poco culpable de esto, apostando con demasiada fuerza por la "coincidencia". El caso Wayfair probablemente no haya revelado una red de pederastia internacional, pero probablemente fue algún tipo de broma por un empleado, no un caso de sincronicidad pura. El caso de Jeffrey Epstein *efectivamente revela* conexiones entre el poder y el abuso sexual de niños, aunque no valide todos los delirios de QAnon o el Pizzagate, y merece más que ser descartado como caso aislado.
Si podemos aplicar el abanico de "complotismo" tan libremente como para rechazar cualquier articulación de ideas que culpe a un sector específico de todos los males, acusándolos de sólo mirar para adentro, de ignorar la información que lo contradice... podríamos decir que Ramonet escribió un libro complotista. Pero no lo voy a decir. Porque sigo sin convencerme de la pertinencia del concepto definido de tal forma, que a menudo es de lo más hipócrita. Claro que opino que Ramonet se aproxima más a la realidad que QAnon y que hay razones para descalificarlos, pero eso no tiene nada que ver con la presencia del proceso conspiranoico en sus razonamientos, porque eso se encuentra en ambos, en muchas de sus fuentes y hasta en sus lectores.
Una obra breve que nuestra los riesgos que experimenta la democracia en una era marcada por la posteridad, con particular énfasis en la centenaria democracia de os Estados Unidos. El relato llega hasta los aciagos momentos del asalto al Capitolio el 6 de enero del 2021. Concluye Ramonet: “La embestida de las turbas trumpistas contra el corazón de la democracia norteamericana fue el resultado de un profundo lavado de cerebro a base de narrativas conspiracionistas y de relatos complotistas, principalmente difundidos por el propio Donald Trump, un presidente sin ley, convertido en ejemplo universal de la infamia. Y que sigue intrigando y conspirando para regresar al poder…”
Una crítica muy completa al conspiracionismo, una exploración por la influencia que han tenido los movimientos de estas características en la política estadounidense de los últimos 6 años y las razones por las que estás han tenido auge.
Buen cuadro estructural de época, un poco repetitivo y tautológico, aunque bien informado y con ganas de dejar sentada una opinión en los tiempos que corren.
El libro trata un tema muy interesante, pero no profundiza en nada en particular. Sirve para tener una idea general sobre teoría conspiranoicas y fake news presentes, mayoritariamente, en EEUU.