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Cuando fuimos inmortales
La investigación de una hija por conocer la verdad sobre su padre. Un viaje trepidante a la música de finales del siglo xx . Una conmovedora novela repleta de intriga y nostalgia.
¿Qué secretos esconde la misteriosa desaparición de una leyenda del rock de los noventa?
Lola Acosta viaja de Madrid a Londres tras la pista de su padre biológico, Peter Russ, la mayor estrella de la música española de los noventa, que desapareció veintitrés años atrás al inicio del concierto más importante de su carrera. Su investigación irá revelando cómo el suceso transformó a todo su entorno: el hermano del cantante, la exnovia, el mánager, los amigos, el padre, la madrastra# Poco a poco, Lola descubrirá qué le sucedió a su padre hasta conocer una verdad que quizá hubiera estado mejor escondida.
Una historia adictiva que habla de los pecados de juventud, las relaciones sentimentales prohibidas, la crueldad de los celos y la envidia y la épica del amor a través de una trama tejida con mucha habilidad y narrada mediante una prosa sencilla y virtuosa.
Una magnífica novela plagada de intrigas y secretos que explora los claroscuros del amor y la familia con la música como hilo conductor y la nostalgia de los noventa como telón de fondo.
¿Qué secretos esconde la misteriosa desaparición de una leyenda del rock de los noventa?
Lola Acosta viaja de Madrid a Londres tras la pista de su padre biológico, Peter Russ, la mayor estrella de la música española de los noventa, que desapareció veintitrés años atrás al inicio del concierto más importante de su carrera. Su investigación irá revelando cómo el suceso transformó a todo su entorno: el hermano del cantante, la exnovia, el mánager, los amigos, el padre, la madrastra# Poco a poco, Lola descubrirá qué le sucedió a su padre hasta conocer una verdad que quizá hubiera estado mejor escondida.
Una historia adictiva que habla de los pecados de juventud, las relaciones sentimentales prohibidas, la crueldad de los celos y la envidia y la épica del amor a través de una trama tejida con mucha habilidad y narrada mediante una prosa sencilla y virtuosa.
Una magnífica novela plagada de intrigas y secretos que explora los claroscuros del amor y la familia con la música como hilo conductor y la nostalgia de los noventa como telón de fondo.
336 pages, Paperback
Published January 19, 2023
2 people are currently reading
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Community Reviews
Displaying 1 - 10 of 10 reviews
August 31, 2023
Bueno, pues va a ser complicado para mi reseñar este libro.
Creo que está bien escrito y lo que cuenta la sinopsis es de lo más atractivo, pero lo que me he encontrado al leerlo no ha sido lo que esperaba. No sé si estoy ante una de esas sinopsis engañosas que son mejores que el contenido, o se trata de que no he conectado con una historia que catalogan como thriller y en la que no he sabido encontrar esa etiqueta.
Unos personajes a los que une un pasado en común y que me han parecido resentidos, rencorosos mentirosos, despectivos, traidores, antipáticos y desagradables desde el primero hasta el último. Es que ni uno solo de ellos me resultaba agradable.
Creo que ha sido uno de los retos más difíciles a los que nos hemos enfrentado #thefastreaders como lectoras, con varios momentos de indecisión sobre si continuar o no con la lectura.
Creo que está bien escrito y lo que cuenta la sinopsis es de lo más atractivo, pero lo que me he encontrado al leerlo no ha sido lo que esperaba. No sé si estoy ante una de esas sinopsis engañosas que son mejores que el contenido, o se trata de que no he conectado con una historia que catalogan como thriller y en la que no he sabido encontrar esa etiqueta.
Unos personajes a los que une un pasado en común y que me han parecido resentidos, rencorosos mentirosos, despectivos, traidores, antipáticos y desagradables desde el primero hasta el último. Es que ni uno solo de ellos me resultaba agradable.
Creo que ha sido uno de los retos más difíciles a los que nos hemos enfrentado #thefastreaders como lectoras, con varios momentos de indecisión sobre si continuar o no con la lectura.
August 21, 2023
Abandonado.
Sorry. Pero no.
Sorry. Pero no.
August 24, 2023
Interesante...Pero no es para mí.
April 20, 2023
— GUSTARÁ:
A los exploradores del pasado. A todos los lectores que bucean en las circunstancias que los han traído hasta aquí. Cuando fuimos inmortales es una lectura ideal para aquellos que valoran contextos descriptivos, introspectivas, búsquedas personales y dolorosas confrontaciones con uno mismo y con el entorno. También atraerá a aquellos que vivieron, soñaron y saben identificar la nostalgia por el entonces. En definitiva, es para todos aquellos lectores que prefieren el estilo directo, natural y cercano para acompañar a un interesante y nutrido plantel de heterogéneos personajes.
— NO GUSTARÁ:
A aquellos lectores que, pese a observar que la novela trata de una investigación e intento de desvelación de unos oscuros sucesos del pasado, piensen que la presente lectura irá por el camino del thriller, el noir o la criminalística. Cuando fuimos inmortales busca caminos costumbristas y reflexivos sin atarse a las normas del género negro en el que abundan factores más gráficos y descarnados. Pudiera ser que tampoco sea del interés de todos aquellos que no hacen buenas migas, ni de manera tangencial, con los años noventa.
— LA FRASE:
«Nuestra juventud fue un accidente que nos dejó tullidos a todos».
— RESEÑA:
Hoy traemos para reseñar: Cuando fuimos inmortales de Gabriela Llanos. Una novela adulta y contemporánea que hace de su naturalidad y cercanía con el lector su punto fuerte. Es más popera que Roxette y más roquera que Bon Jovi. Es un auténtico vehículo de entretenimiento que equilibra a la perfección la trama con el contexto, la descripción con la introspección, la nostalgia con el pulso moderno. La autora hilvana un mundo infinito de referencias musicales (solo tenemos que atender a la rica lista de reproducción de entrada a cada capítulo) para entender por dónde van los tiros. Pero, aunque los pilares de la narración se hunden en la melomanía, hay más, mucho más. La obra se inunda hasta el paroxismo de toda una época que rompió con los ochenta y que sufrió sus últimos estertores con la entrada del siglo XXI. La última década antes de la digitalización y la domotización de una sociedad que nunca volverá a ser la misma. Las relaciones, la comunicación, la creación artística… Todo ha cambiado. Y es en los noventa cuando dentro de muchos años miraremos hacia atrás para poder decir: «Hubo un lugar (un sitio de recreo que cantaría Antonio Vega) donde las personas se miraban a los ojos y los teléfonos estaban atados a sus clavijas, mientras éramos libres y deambulábamos sin interrupciones ni atención multifocal. Un tiempo en el que no era posible lanzar la piedra y esconder la mano en las redes sociales…» Fue una época de decirse las cosas a la cara, con las consecuencias que aquello trajera para los contendientes.
Cuando fuimos inmortales es el idóneo título de la presente obra. No hay nada más inmortal que un pasado vivido a golpe de percusión por la mañana y a sedente abrazo de cuerda frotada por las noches. Todos los que han llegado hasta el presente se preguntan cómo pudieron sortear tantos obstáculos, miedos, caídas, pérdidas, conflictos y fiebres del sábado noche salpimentadas de riesgo, pasos secretos, encuentros esporádicos y pelea de titanes que solo atisbaban a ver las primeras luces de la mañana antes de que la adultez les pillase con el pie cambiado. Es precisamente de aquellos instantes, que se perderán para siempre como lágrimas en la lluvia, donde la autora hace fuerte y vigorosa su pluma cuchicheando una retahíla de secretos al oído del lector para que este se ponga cómodo con las pantuflas caseras y deje volar su nostalgia hacia la lucha de su pasado. De esta manera se suceden complicidades para todos los gustos. Hay algo más ecléctico que reunir en la misma narrativa a: Jabba el Hutt, el radiocasete de un Seat Ibiza, Los Rolling, Camden Town, Milla Jovovich, Led Zeppelin, Tarantino, Carmen Maura, las Spice Girls, Los Secretos, Los 40 principales, una generosa ración de fish and chips, R. E. M., Álex Ubago, Kurt Cobain, Historias del Kronen, The Verve…
Cuando fuimos inmortales traslada muy bien, a su polifacética narración, la cuestión de la búsqueda de la verdad con las aristas y múltiples caras de esta, así como la pertinencia de ahondar en ella a riesgo del daño que pueda suponer el esclarecimiento de unos hechos enterrados en lo más profundo del alma. También se interna en la formación del recuerdo de cada individuo, en el imaginario del pasado colectivo y en los intereses personales de sacar a la luz o de mantener en la sombra ciertos asuntos. De esta manera es cómo la autora sitúa a la protagonista. Una punta de lanza de la acción rodeada de un plantel de secundarios que irán formando y transformando el relato al que esta debe enfrentarse antes o después.
Del pasado al presente, Gabriela Llanos articula un juego de espejos enfrentados en el que los reflejos del primero se incardinan en el segundo. De esta manera logra que dos espacios y tiempos diferentes se vayan retroalimentando hasta formar una circunferencia completa en donde todo encaja y se funden ambas secuencias. Porque de aquellos polvos estos lodos. De lo que fuimos a lo que somos. Del palo de la camaradería, las fiestas, las irresponsabilidades, el libertinaje, las relaciones efímeras y los atracones de vida, a la astilla del pesar, el tiempo perdido, el desencuentro, la búsqueda infructuosa y la reflexión sobre el lugar al que perteneces. Y todo ello salpimentado con quien no dice la verdad, o al menos no toda la verdad. Los secretos pululan por toda la obra. El Cluedo está servido. Las pistas se sirven en bandeja de plata en un escenario de juego en el que algunos tienen mucho que ganar y otros algo que perder. La información está diseminada a lo largo de toda la narración gracias a la utilización del recurso de los capítulos alternos, por lo que la diseminación progresiva de la información mantendrá la atención del lector.
Una de las características principales del texto es el numeroso plantel de personajes secundarios y la introspección o reflexión de estos. Las descripciones personales superan a los diálogos, pero no por ello la obra carece de ritmo o cae en momentos de adormidera, ya que esto sirve al lector para concretar la personalidad de cada personaje. Así, llegados al momento de poner las cartas sobre la mesa, nos importará el destino y la implicación en los hechos de cada uno de ellos. Es gracias al dibujo de todo el círculo que rodea a Peter Russ, la mayor estrella de la música española de los noventa, cómo el lector irá engranando las piezas del puzle, al mismo tiempo que irá haciendo sus propias apuestas para desentrañar la intriga que nos propone la autora.
Cuando fuimos inmortales es un microclima que funciona con total identidad y personalidad propia. Apunta intriga, pero también reflexiones. Muestra cómo la vida puede ser vivida de muchas maneras dependiendo de la implicación, el acompañamiento y la actitud de los que te rodean. Con caminos regados de pétalos de rosa o de zarzas puntiagudas. Con el recibo efímero de aquello que solo puede tocar el recuerdo antes de que se cierre el telón o con la fotografía desgastada que llora a una chica perdida en el ayer.
Reseña completa en forolibro.com
A los exploradores del pasado. A todos los lectores que bucean en las circunstancias que los han traído hasta aquí. Cuando fuimos inmortales es una lectura ideal para aquellos que valoran contextos descriptivos, introspectivas, búsquedas personales y dolorosas confrontaciones con uno mismo y con el entorno. También atraerá a aquellos que vivieron, soñaron y saben identificar la nostalgia por el entonces. En definitiva, es para todos aquellos lectores que prefieren el estilo directo, natural y cercano para acompañar a un interesante y nutrido plantel de heterogéneos personajes.
— NO GUSTARÁ:
A aquellos lectores que, pese a observar que la novela trata de una investigación e intento de desvelación de unos oscuros sucesos del pasado, piensen que la presente lectura irá por el camino del thriller, el noir o la criminalística. Cuando fuimos inmortales busca caminos costumbristas y reflexivos sin atarse a las normas del género negro en el que abundan factores más gráficos y descarnados. Pudiera ser que tampoco sea del interés de todos aquellos que no hacen buenas migas, ni de manera tangencial, con los años noventa.
— LA FRASE:
«Nuestra juventud fue un accidente que nos dejó tullidos a todos».
— RESEÑA:
Hoy traemos para reseñar: Cuando fuimos inmortales de Gabriela Llanos. Una novela adulta y contemporánea que hace de su naturalidad y cercanía con el lector su punto fuerte. Es más popera que Roxette y más roquera que Bon Jovi. Es un auténtico vehículo de entretenimiento que equilibra a la perfección la trama con el contexto, la descripción con la introspección, la nostalgia con el pulso moderno. La autora hilvana un mundo infinito de referencias musicales (solo tenemos que atender a la rica lista de reproducción de entrada a cada capítulo) para entender por dónde van los tiros. Pero, aunque los pilares de la narración se hunden en la melomanía, hay más, mucho más. La obra se inunda hasta el paroxismo de toda una época que rompió con los ochenta y que sufrió sus últimos estertores con la entrada del siglo XXI. La última década antes de la digitalización y la domotización de una sociedad que nunca volverá a ser la misma. Las relaciones, la comunicación, la creación artística… Todo ha cambiado. Y es en los noventa cuando dentro de muchos años miraremos hacia atrás para poder decir: «Hubo un lugar (un sitio de recreo que cantaría Antonio Vega) donde las personas se miraban a los ojos y los teléfonos estaban atados a sus clavijas, mientras éramos libres y deambulábamos sin interrupciones ni atención multifocal. Un tiempo en el que no era posible lanzar la piedra y esconder la mano en las redes sociales…» Fue una época de decirse las cosas a la cara, con las consecuencias que aquello trajera para los contendientes.
Cuando fuimos inmortales es el idóneo título de la presente obra. No hay nada más inmortal que un pasado vivido a golpe de percusión por la mañana y a sedente abrazo de cuerda frotada por las noches. Todos los que han llegado hasta el presente se preguntan cómo pudieron sortear tantos obstáculos, miedos, caídas, pérdidas, conflictos y fiebres del sábado noche salpimentadas de riesgo, pasos secretos, encuentros esporádicos y pelea de titanes que solo atisbaban a ver las primeras luces de la mañana antes de que la adultez les pillase con el pie cambiado. Es precisamente de aquellos instantes, que se perderán para siempre como lágrimas en la lluvia, donde la autora hace fuerte y vigorosa su pluma cuchicheando una retahíla de secretos al oído del lector para que este se ponga cómodo con las pantuflas caseras y deje volar su nostalgia hacia la lucha de su pasado. De esta manera se suceden complicidades para todos los gustos. Hay algo más ecléctico que reunir en la misma narrativa a: Jabba el Hutt, el radiocasete de un Seat Ibiza, Los Rolling, Camden Town, Milla Jovovich, Led Zeppelin, Tarantino, Carmen Maura, las Spice Girls, Los Secretos, Los 40 principales, una generosa ración de fish and chips, R. E. M., Álex Ubago, Kurt Cobain, Historias del Kronen, The Verve…
Cuando fuimos inmortales traslada muy bien, a su polifacética narración, la cuestión de la búsqueda de la verdad con las aristas y múltiples caras de esta, así como la pertinencia de ahondar en ella a riesgo del daño que pueda suponer el esclarecimiento de unos hechos enterrados en lo más profundo del alma. También se interna en la formación del recuerdo de cada individuo, en el imaginario del pasado colectivo y en los intereses personales de sacar a la luz o de mantener en la sombra ciertos asuntos. De esta manera es cómo la autora sitúa a la protagonista. Una punta de lanza de la acción rodeada de un plantel de secundarios que irán formando y transformando el relato al que esta debe enfrentarse antes o después.
Del pasado al presente, Gabriela Llanos articula un juego de espejos enfrentados en el que los reflejos del primero se incardinan en el segundo. De esta manera logra que dos espacios y tiempos diferentes se vayan retroalimentando hasta formar una circunferencia completa en donde todo encaja y se funden ambas secuencias. Porque de aquellos polvos estos lodos. De lo que fuimos a lo que somos. Del palo de la camaradería, las fiestas, las irresponsabilidades, el libertinaje, las relaciones efímeras y los atracones de vida, a la astilla del pesar, el tiempo perdido, el desencuentro, la búsqueda infructuosa y la reflexión sobre el lugar al que perteneces. Y todo ello salpimentado con quien no dice la verdad, o al menos no toda la verdad. Los secretos pululan por toda la obra. El Cluedo está servido. Las pistas se sirven en bandeja de plata en un escenario de juego en el que algunos tienen mucho que ganar y otros algo que perder. La información está diseminada a lo largo de toda la narración gracias a la utilización del recurso de los capítulos alternos, por lo que la diseminación progresiva de la información mantendrá la atención del lector.
Una de las características principales del texto es el numeroso plantel de personajes secundarios y la introspección o reflexión de estos. Las descripciones personales superan a los diálogos, pero no por ello la obra carece de ritmo o cae en momentos de adormidera, ya que esto sirve al lector para concretar la personalidad de cada personaje. Así, llegados al momento de poner las cartas sobre la mesa, nos importará el destino y la implicación en los hechos de cada uno de ellos. Es gracias al dibujo de todo el círculo que rodea a Peter Russ, la mayor estrella de la música española de los noventa, cómo el lector irá engranando las piezas del puzle, al mismo tiempo que irá haciendo sus propias apuestas para desentrañar la intriga que nos propone la autora.
Cuando fuimos inmortales es un microclima que funciona con total identidad y personalidad propia. Apunta intriga, pero también reflexiones. Muestra cómo la vida puede ser vivida de muchas maneras dependiendo de la implicación, el acompañamiento y la actitud de los que te rodean. Con caminos regados de pétalos de rosa o de zarzas puntiagudas. Con el recibo efímero de aquello que solo puede tocar el recuerdo antes de que se cierre el telón o con la fotografía desgastada que llora a una chica perdida en el ayer.
Reseña completa en forolibro.com
November 7, 2023
Es un libro duro. Durísimo. Cuenta la historia de una estrella de rock and roll que desaparece del panorama por un trágico accidente. Se entreteje su historia con personajes de su juventud: una ex-novia maltratada, un manager cansado de insistir, un mejor amigo obsesionado, un hermano negado, una (nueva) manager interesada en el poder y una hija perdida que recupera la historia oscura de su padre.
Escuchar a Gabriela en el club de lectura fue impresionante - su forma de hablar, su visión de la historia, sus consejos narrativos. Me sorprendió mucho ver la separación de artista/narrador/persona y todo lo que una mente creativa puede producir, aún alejado a la realidad del autor.
Lo recomendaría mucho si quieres salirte de lo normal / mainstream. También es un buen ejemplo de novela coral.
Escuchar a Gabriela en el club de lectura fue impresionante - su forma de hablar, su visión de la historia, sus consejos narrativos. Me sorprendió mucho ver la separación de artista/narrador/persona y todo lo que una mente creativa puede producir, aún alejado a la realidad del autor.
Lo recomendaría mucho si quieres salirte de lo normal / mainstream. También es un buen ejemplo de novela coral.
November 3, 2025
Cuando fuimos inmortales es la tercera novela de periodista y escritora, Gabriela Llanos. Una obra que nos recuerda la fugacidad y fragilidad de la existencia; cuando somos jóvenes y nos creemos eternos, hasta que pasamos los treinta y algunas malas decisiones y/o acciones podrían haber marcado nuestro futuro para siempre.
Lola Acosta acaba de llegar a Londres para conocer a su padre biológico. Tras más de veinte años sin saber de él o de su madre, Lola se encuentra ante Peter Russ, un cantante que estuvo en la cima de la ola en la década de los 90, pero que desapareció justo cuando iba a dar un concierto en el Vicente Calderón. Postrado en una silla de ruedas, Peter le pide que lo ayude a reunir a viejos conocidos del pasado y juntarlos a todos en su mansión, a las afueras de la capital británica; una exnovia, un amigo drogadicto, su mánager argentino o las integrantes del dúo musical, Las jueves, irán haciendo su aparición en escena desvelando su papel en la vida de una estrella de la música. Mientras, Lola tendrá la oportunidad de leer el diario que Peter escribió en un cuaderno de partituras, explicando por qué hizo lo que hizo y las consecuencias de todos sus actos, hasta que ya no hubo vuelta atrás.
No sabría bien en qué género literario incluir esta novela. Sí que hay una desaparición y no queda claro, hasta el final, lo que ha pasado, pero no diría que sea un Thriller al uso; quizá una mezcla con otros géneros como la historia, el amor y desamor…
La obra nos presenta diferentes personajes con personalidades muy dispares: un padre con dinero, pero con un hijo que ha decidido meterse en el mudillo de la música; el hermano de Peter, Polo, que sí ha ido por un mejor camino y se preocupa por el bienestar de la familia; la madrastra; la exnovia del cantante, que se piensa que le es fiel; el amigo drogadicto y su pareja; su manager, el Lobo, que lo saca de embrollos y relanza su carrera a lo más alto… y la hija de la que nunca pudo hacerse cargo. Y todo esto, en un ambiente noventero, donde las drogas, el sexo y el desfase campan a sus anchas en las conversaciones o actuaciones de los protagonistas.
La narrativa se va intercalando, descubriendo y viviendo los hechos junto con todos los implicados y, a su vez, unas cuantas páginas de cada capítulo incluirán una entrada del diario de Peter con su propia visión de lo sucedido. Además, el tono de la autora te transporta directamente a aquella época, con exprexiones o frases hechas que muchos todavía usan o recuerdan.
Algo que llama la atención en el libro son los fragmentos de canciones al inicio de cada capítulo, como Bitter Sweet Symphony, de The Verve o Live Forever, de Oasis; así hasta treinta y siete estrofas de las más clásicas de los 90. La autora cree que, igual que es imprescindible la literatura, la música también debe acompañarnos y da por sentado que todos tenemos una canción especial de la que siempre nos acordamos y que nos amina tras volver a escucharla.
En definitiva, creo que estamos ante algo diferente. Una historia particular sobre el mundo de la música, la cresta de la ola y el «puedo con todo hasta que el cuerpo aguante», pero cuando ya no aguanta te arrepientes de tus palabras. Unas páginas llenas de indecisión, discusiones, llantos y una pizca de esperanza dentro del caos que Peter Russ ha provocado a su alrededor.
Lola Acosta acaba de llegar a Londres para conocer a su padre biológico. Tras más de veinte años sin saber de él o de su madre, Lola se encuentra ante Peter Russ, un cantante que estuvo en la cima de la ola en la década de los 90, pero que desapareció justo cuando iba a dar un concierto en el Vicente Calderón. Postrado en una silla de ruedas, Peter le pide que lo ayude a reunir a viejos conocidos del pasado y juntarlos a todos en su mansión, a las afueras de la capital británica; una exnovia, un amigo drogadicto, su mánager argentino o las integrantes del dúo musical, Las jueves, irán haciendo su aparición en escena desvelando su papel en la vida de una estrella de la música. Mientras, Lola tendrá la oportunidad de leer el diario que Peter escribió en un cuaderno de partituras, explicando por qué hizo lo que hizo y las consecuencias de todos sus actos, hasta que ya no hubo vuelta atrás.
No sabría bien en qué género literario incluir esta novela. Sí que hay una desaparición y no queda claro, hasta el final, lo que ha pasado, pero no diría que sea un Thriller al uso; quizá una mezcla con otros géneros como la historia, el amor y desamor…
La obra nos presenta diferentes personajes con personalidades muy dispares: un padre con dinero, pero con un hijo que ha decidido meterse en el mudillo de la música; el hermano de Peter, Polo, que sí ha ido por un mejor camino y se preocupa por el bienestar de la familia; la madrastra; la exnovia del cantante, que se piensa que le es fiel; el amigo drogadicto y su pareja; su manager, el Lobo, que lo saca de embrollos y relanza su carrera a lo más alto… y la hija de la que nunca pudo hacerse cargo. Y todo esto, en un ambiente noventero, donde las drogas, el sexo y el desfase campan a sus anchas en las conversaciones o actuaciones de los protagonistas.
La narrativa se va intercalando, descubriendo y viviendo los hechos junto con todos los implicados y, a su vez, unas cuantas páginas de cada capítulo incluirán una entrada del diario de Peter con su propia visión de lo sucedido. Además, el tono de la autora te transporta directamente a aquella época, con exprexiones o frases hechas que muchos todavía usan o recuerdan.
Algo que llama la atención en el libro son los fragmentos de canciones al inicio de cada capítulo, como Bitter Sweet Symphony, de The Verve o Live Forever, de Oasis; así hasta treinta y siete estrofas de las más clásicas de los 90. La autora cree que, igual que es imprescindible la literatura, la música también debe acompañarnos y da por sentado que todos tenemos una canción especial de la que siempre nos acordamos y que nos amina tras volver a escucharla.
En definitiva, creo que estamos ante algo diferente. Una historia particular sobre el mundo de la música, la cresta de la ola y el «puedo con todo hasta que el cuerpo aguante», pero cuando ya no aguanta te arrepientes de tus palabras. Unas páginas llenas de indecisión, discusiones, llantos y una pizca de esperanza dentro del caos que Peter Russ ha provocado a su alrededor.
February 3, 2023
Es una historia que está narrada a muchas voces y con saltos al pasado que leerá la "protagonista" de un diario de su padre.
He resaltado lo de protagonista, porque realmente aunque todo gire en ella, realmente son tantos personajes en esta historia que no le daría el protagonismo a uno solo sino a todos, porque cada uno de ellos nos va a narrar lo que pasó en ese pasado y en este presente que hará que esten donde estan cada uno de ellos.
Yo esperaba una historia con investigación, y me he encontrado algo totalmente diferente, aún así me ha gustado la historia. Eso si, decir que diálogos no tiene muchos, es más un tipo de reflexión de cada uno de ellos.
He resaltado lo de protagonista, porque realmente aunque todo gire en ella, realmente son tantos personajes en esta historia que no le daría el protagonismo a uno solo sino a todos, porque cada uno de ellos nos va a narrar lo que pasó en ese pasado y en este presente que hará que esten donde estan cada uno de ellos.
Yo esperaba una historia con investigación, y me he encontrado algo totalmente diferente, aún así me ha gustado la historia. Eso si, decir que diálogos no tiene muchos, es más un tipo de reflexión de cada uno de ellos.
November 12, 2024
Un libro demasiado pretencioso, tiene una idea central buena pero no está bien desarrollada. Muchos personajes que quedan inconclusos o que no se profundiza suficiente en ellos como para conectar.
Muchos datos que no aportan nada y que convierten el libro en una lectura muy farragosa.
Una decepción.
Muchos datos que no aportan nada y que convierten el libro en una lectura muy farragosa.
Una decepción.
March 5, 2023
impactante , intenso 🔥
Impactante , intenso , una generación en su constante batalla con la vida , sentimientos guardados que implosionan , un paseo en una montaña rusa llena de adrenalina ! 🤩
Impactante , intenso , una generación en su constante batalla con la vida , sentimientos guardados que implosionan , un paseo en una montaña rusa llena de adrenalina ! 🤩
April 11, 2024
Superficial, vacía, agresiva y resentida…
Me resultó difícil conectar con la historia, sentía que tenía descripciones extensas e innecesarias. Describe elementos que luego se olvidan y no se utilizan.
Me parece que los personajes son planos y superficiales, se preocupan muchísimo y gastan energía en analizar cómo se ven ellos mismos y cómo ven físicamente a quienes los rodean. Las descripciones de su aspecto se repiten a lo largo de la novela, una y otra vez.
Siento que no es una novela que me invite a reflexionar sobre distintos temas, simplemente me está contando , ni siquiera mostrando, una historia, lo que es válido, posiblemente ya eso hable mas de mi como lectora y de mis gustos que de la misma.
Hace representaciones algo caricaturizadas de personas de diferentes edades y las generaciones. Siento que le pudo haber sacado más provecho y darle más profundidad a los personajes, pero el espacio que pudo aprovechar para reflejar algo interesante, lo hace para describir su físico una y otra vez, se vuelve algo tedioso. Googlea: “Generación Z” y refleja lo primero que se encuentra.
Si quiero escuchar rock de los 90 busco un playlist y ya, este libro se esfuerza mucho por buscar referencias que no me resultan interesantes. Es literatura, no una lista de spotify.
Mucho esfuerzo por contar una historia en lugar de transmitir algo. Tiene muchos personajes, sí, pero no noto la diferencia en ninguno, entiendo que el narrador es omnisciente, pero todos -y digo todos- los personajes tienden a criticar todo de una manera tan despectiva y resentida que resulta agotador.
Me resultó difícil conectar con la historia, sentía que tenía descripciones extensas e innecesarias. Describe elementos que luego se olvidan y no se utilizan.
Me parece que los personajes son planos y superficiales, se preocupan muchísimo y gastan energía en analizar cómo se ven ellos mismos y cómo ven físicamente a quienes los rodean. Las descripciones de su aspecto se repiten a lo largo de la novela, una y otra vez.
Siento que no es una novela que me invite a reflexionar sobre distintos temas, simplemente me está contando , ni siquiera mostrando, una historia, lo que es válido, posiblemente ya eso hable mas de mi como lectora y de mis gustos que de la misma.
Hace representaciones algo caricaturizadas de personas de diferentes edades y las generaciones. Siento que le pudo haber sacado más provecho y darle más profundidad a los personajes, pero el espacio que pudo aprovechar para reflejar algo interesante, lo hace para describir su físico una y otra vez, se vuelve algo tedioso. Googlea: “Generación Z” y refleja lo primero que se encuentra.
Si quiero escuchar rock de los 90 busco un playlist y ya, este libro se esfuerza mucho por buscar referencias que no me resultan interesantes. Es literatura, no una lista de spotify.
Mucho esfuerzo por contar una historia en lugar de transmitir algo. Tiene muchos personajes, sí, pero no noto la diferencia en ninguno, entiendo que el narrador es omnisciente, pero todos -y digo todos- los personajes tienden a criticar todo de una manera tan despectiva y resentida que resulta agotador.
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