Pedro Ballester Arenas falleció en Manchester, a los 21 años, víctima de un osteosarcoma. Tuvo una vida ordinaria, que dejó una huella extraordinaria. En su funeral, el cardenal Arthur Roche explicaba: «Pedro tocó las vidas de muchas personas que ni siquiera él llegó a conocer, con su paciente, alegre y atractiva capacidad de superar, lleno de fe, estos tres años de enfermedad, sin quejarse y con una valentía que da testimonio de la belleza de la vida… Cuando Pedrito se comprometió como numerario del Opus Dei, con la generosidad característica de la juventud, no era consciente de cómo le llamaría el Señor a seguir sus pasos compartiendo su Cruz y dando su vida por los demás. Cada mañana al levantarse, incluso desde la cama del hospital cuando podía, besaba el suelo y repetía el lema de san Miguel Arcángel: “Serviam!” – ¡Serviré! Y eso es lo que hizo con su vida, con gran magnanimidad, con paciencia y buen humor».
El testimonio que deja Pedro Ballester es profundo: se trata de un santo en nuestra generación. Fue a la universidad, usó smartphone como cualquier otro, tuvo muchos amigos, enfermó gravemente a corta edad y, esto es lo que más resalta, vivió las virtudes en grado heróico. Fue alguien atravesado por el profundo amor de Cristo y un invitado especial para cargar con su Cruz. Su sonrisa, insiste el autor, fue prueba innegable de ello.
Mi calificación del libro no es, ni mucho menos, una evaluación de su ejemplar vida; se trata más de una evaluación de la narración. A momentos sentí saltos temporales que pudieron haberse corregido en la edición. Otras veces me pareció que el libro se alejaba de tener un alcance universal, que me parece es su propósito, y se tornaba un relato solo comprensible para creyentes. Como fuere, no deja de ser un libro inspirador y una historia que ve hacia las profundidades de la fe. No esperes cosas vistosas ni raras en la historia de Pedro: su heroísmo lo vive en la más simple cotidianeidad y con ello lo hace asequible para todos.
Me llevo un fresco impulso para vivir como se debe: por los demás. Pido también la intercesión de Pedro para que sepamos vivir en el Amor y en la entrega absoluta, se nos pida lo que se nos pida.
Mi queridísimo Pedrito. Que gran descubrimiento 🥰 que ejemplo de vida. Este libro es el testimonio de Pedro, una vida dedicada a Dios y a sus amigos. Un verdadero ejemplo de felicidad, amistad y santidad.
Es muy bueno este libro!!!! Me encanto! Te inspira a ser mejor! Es muy bonito proque entiendes que muchos santos como Pedro viven a tu lado. Me ayudo porque puedes ver que el tenia sus luchas, fue una persona joven muy normal, el sufrimiento le hacia llorar o a veces por el dolor perdia la paciencia, pero fue una persona tambien santa: sabia como aceptar el cruz y llevarlo con alegria.
¡Qué ejemplo de vida! De Pedro me llevo mucho qué aprender: su sencillez, su alegría, su fortaleza en la enfermedad, el saber poner atención a los demás, hacer sentir a cada uno importante... Y, además, el libro está muy bien escrito. Me ha fascinado.
¡Un libro maravilloso! La vida de una persona maravillosa, aprendí mucho, su ejemplo me ha ayudado a vivir mi propia vocación, su generosidad inspira, anima, y su historia es un claro ejemplo que si se puede vivir muy cerca de Dios en esta época, que es posible ser esa luz para las demás personas, sin hacer cosas raras, diferentes, siendo personas normales, personas que ama y que se saben amadas por Dios.
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