En su primera recopilación de ensayos, que tiene por eje la contradicción entre la realidad y la apariencia del México de nuestros días, Monsiváis investiga las raíces de los mitos sociales, artísticos y políticos; desmenuza al detalle las grandes ceremonias que presiden la vida nacional; comparte el latido de la inconformidad juvenil, sin dejar de tener ante ella una actitud crítica... Un estilo audaz, tan destructor como renovador del lenguaje, expresa una visión lúcida, regocijada, dolorida, y hace del humor una punzante forma de lirismo.
Escritor y periodista mexicano, cronista de la Ciudad de México.
Desde muy joven colaboró en suplementos culturales y medios periodísticos mexicanos. Estudió en la Facultad de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y teología en el Seminario Teológico Presbiteriano de México. Gran parte de su trabajo lo publicó en periódicos, revistas, suplementos, semanarios y otro tipo de fuentes hemerográficas. Colaboró en diarios mexicanos como Novedades, El Día, Excélsior, Uno Más Uno, La Jornada, El Universal, Proceso, la revista Siempre!, Eros, Personas, Nexos, Letras Libres, Este País, entre otros. Fue editorialista de varios medios de comunicación.
La crónica y el ensayo forman la mayor parte de su obra literaria. También escribió cuentos, fábulas y aforismos entre otros géneros literarios. En su Autobiografía (escrita a los 28 años de edad), escribió: «acepté esta suerte de autobiografía con el mezquino fin de hacerme ver como una mezcla de Albert Camus y Ringo Starr». Una de las principales características de su obra es el humor ácido, la ironía y la sátira política. En su columna «Por mi madre, bohemios» (que se editó por décadas en diversas publicaciones del país) compiló declaraciones de políticos, empresarios, representantes de la Iglesia y otros personajes de la vida pública, satirizando su ignorancia o de su visión limitada del mundo y exhibiendo la demagogia de la clase gobernante en México.
De entre sus libros destacan Días de guardar (1971), Amor perdido (1977), Nuevo catecismo para indios remisos (1982), Escenas de pudor y liviandad (1988), Los rituales del caos (1995), Salvador Novo. Lo marginal en el centro (2000) y Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina (2000), entre otros. Entre los múltiples galardones que recibió se encuentran el Premio Nacional de Periodismo, el Premio Mazatlán, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Lya Kostakowsky, el Premio Anagrama de Ensayo y el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo).
Sinceramente es el primer libro completo que leo de Monsiváis y simplemente me encantó. No es en balde la fama que tuvo en vida (y en muerte) sobre su manera de escribir y enlazar los temas más inesperados en sus crónicas y ensayos.
(La comparación de la afición de los mexicanos con la muerte y las flores plasmada al periodismo fue espectacular)
El primer libro de ensayos de Monsiváis, escrito del 68 al 70. Es un libro bastante dispar, creo que los ensayos se pueden clasificar en 2 grandes grupos, los ensayos que versan sobre temas generales y otros, un tanto más difíciles de leer, sobre temas específicos que ya han quedado en el olvido y cuyo interés se ha perdido con el tiempo; sobra decir que el libro esta escrito bajo el contexto de México, va dirigido a un público mexicano y que requiere que el lector tenga cierta afinidad con la cultura mexicana.
Es un libro lleno de gemas que se encuentran ocultas en la retórica de Monsiváis, una suerte de oráculo verborreico que al citar y hablar de todo un poco, tarde o temprano encontrará la verdad. A continuación unos breves comentarios sobre algunos de los ensayos del libro:¹
Sobre el uso de los eventos/montajes del gobierno para afianzar su poder en el pueblo; todos sabemos que esta inauguración/discurso/etc. es un montaje, ustedes pueblo hacen como que no se dan cuenta, y yo gobierno hago como que es real. Ambos ensayos son un tanto repetitivos pero en general se disfrutan.
Los 3 ensayos son bastante parecidos, los tres hacen referencia a conciertos musicales: Raphael en la Alameda, Los Byrds, The Doors. Estos 3 ensayos tienen un enfoque muy similar, en el cual el evento es narrado a partir de la relación que hay entre el interprete y el pueblo. Monsivaís también aprovecha para hacer una disección, muy acertada, de las clases sociales que acuden a dichos eventos, sus virtudes y sus demonios.
En estos 3 ensayos Monsivaís resume un poco el sentir y los ideales de su generación. Los 3 son bastante buenos ensayos.
𝑫𝒊𝒐𝒔 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒆.
Un ensayo en el que Monsiváis habla de todo un poco pero en el fondo dice poco. Muy buenas las partes en que habla del caló de la onda, pero el resto no lleva a ningún lugar.
𝑴𝒂́𝒔 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒂 𝒚 𝒎𝒂́𝒔 𝒂𝒄𝒕𝒓𝒊𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂.
Un excelente ensayo sobre la nota roja y la sección de sociales de los periódicos y la influencia sobre la sociedad mexicana. Sin duda, uno de los mejores ensayos del libro.
𝑰𝒎𝒂́𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒍𝒊𝒃𝒓𝒆.
Por mucho el mejor ensayo del libro, si este ensayo fuera el único, 5 estrellas no serían suficientes para calificar este libro. Un análisis de la psique del mexicano a través de la forma en que entiende y gestiona el tiempo libre; éste ensayo es una lectura indispensable para entender las jerarquías sociales y la compleja psicología del mexicano; debería ser lectura obligatoria en la escuela.
Estos 3 ensayos son un buen ejemplo de lo que mencioné de ensayos sobre temas muy específicos que son difíciles de leer si no viviste en ese periodo de tiempo. Los 3 ensayos incluyen un montón de referencias sobre personajes culturales que hoy en día ya han caído en el olvido; un buen ejemplo es el de Bertha Singerman, si no es por este libro, jamás hubiera escuchado sobre ella.
Me quedo con la excepcional crónica del concierto de Raphael y el subsecuente analisis de la psicología de masas . Muy entretenido pero algunas crónicas muy cansadas
Muy buena lectura. El libro reúne crónicas ensayísticas sobre la cultura y la política del México inmediatamente anterior y posterior a la matanza de Tlatelolco, retratando satíricamente un país que va sin mucho rumbo hacia la globalización. Vemos aquí una nación que vive entre la banalidad y la barbarie a partir de reflexivas crónicas sobre cosas como un mitin político asediado por un descontento obrero que recrudece cada vez más; el estreno de un musical con la ñoña farándula mexicana en su desabrida copia de la farándula gringa; un concierto de jazz en Puebla; la inauguración del mural efímero de José Luis Cuevas; un eclipse de sol desde Puerto Escondido; conciertos de Rafael, The Byrds y The Doors en la Ciudad de México. También hay algunos incisivos y chistosos ensayos sobre el camp en México; el tiempo libre; el colorido y venturoso microcosmos de Tepito. Entre todas estas cosas vemos la matanza de Tlatelolco al mismo tiempo como hecho aislado y como hilo conductor de la política y la cultura mexicana, porque dentro de la burbuja de la farándula de quinta y la clase alta alienada en su dinero y sus dramas, esto es como si nunca hubiera pasado, porque pareciera que su mundo se reduce al consumo y al estrecho círculo de familias adineradas de la ciudad, de la gente bien vaya. Lo mismo sucede con la política, que tiende cada vez más a la propaganda populachera con edecanes y banderitas, dejando atrás la severa y grandilocuente oratoria de los políticos porfiristas. Los políticos de estas crónicas optan por dos alternativas: rodearse de militares para intimidar, o transigir a las exigencias de la muchedumbre enardecida. Por otro lado está la juventud, a la que también vemos desorientada, imitando también a los esnobs de Europa y también a sus revolucionarios, por más que el movimiento haya sido necesario, y justo porque la matanza no hizo más que subrayar con sangre inocente la necesidad de una transformación política. Monsiváis rondaba los 30 años cuando escribió este libro, sin embargo, ya no se identifica con la juventud, la percibe con empatía paternal, no se deja encantar por el rock ni por su lenguaje coloquial. No es, por ejemplo, como José Agustín, quien parece escribir inmerso en el horizonte juvenil de su época. Por otra parte, la verdad es que la inocencia de los jóvenes que retrata Monsiváis, su despreocupación, su incipiente cultura, etc., humaniza aún más a las víctimas de la masacre de la plaza de las Tres Culturas. En particular en la crónica del eclipse de sol en Puerto Escondido, donde la juventud que había adoptado la moda y el discurso hippie, me hizo sentir una lacrimógena nostalgia por una época que nunca viví y me hizo recordar mucho las anécdotas que me platicaba mi padre sobre esos tiempos. Creo que eso es lo que más me gustó de todo el libro, la imagen tan viva que Monsiváis da de la gente de esa época, porque aunque su estilo es satírico nunca estereotipa a la gente ni la reduce a sus rasgos más ridículos. Claro que cuando se aproxima a los hechos más ultrajantes del '68 reflexiona en un tono muy ecuánime, sin rebajarse a sentimentalismos ni consignas vacías. Hay una crónica sobre el funeral de un joven asesinado en Tlatelolco en donde Monsiváis se centra en la madre del muchacho que camina junto al féretro con una inquebrantable expresión estoica, sin llanto ni dolor visibles, sobre la cual reflexiona que con el 68 murió también una forma de luto, murió una forma de ver y pensar la muerte, y murió también una forma de civismo, ese antigüo civismo que consistía en acatar y venerar a ciegas a las autoridades, como viviendo en una soleada inocencia infantil, en la cual, no obstante, pareciera vivir todavía una buena parte de la sociedad mexicana, por lo cual todas estas otras frivolidades parecen teñidas por notas más sombrías, que la voz satírica de Monsiváis capta de forma muy precisa y bella. En fin, me gustó mucho el libro.
Estás crónicas tienen todo el sarcasmo y buen humor de Monsiváis. Van desde el primero de enero hasta el 31 de diciembre. Cabe mencionar que las escribió desde 1968 hasta 1970, por lo que está muy presente el movimiento estudiantil.
Aquí se incluye una crónica de Raphael, la irrupción del mural efímero de Cuevas, sobre la onda, el camp, el debut de The Doors en México, el movimiento del 68. En una cuenta que va a la toma de protesta de Echeverría para postularse como candidato: "Me llamo Carlos Monsiváis y no quisiera sentirme acarreado", dice entre el tumulto.
Cada texto es un desplegado de inteligencia, de análisis que a veces tiende a la divagación, pero que siempre vuelve al punto. Leer esto es echarse un clavado a un periodo muy específico de la historia de México desde el particular punto de vista y prosa del gran Monsi.
Carlos Monsiváis nos presenta un abanico de ensayos con su innegable estilo lírico nos da muestra de la doble moral y el sentido contradictorio de las muchas realidades de México, haciendo latente la inconformidad de la juventud de los años 60’s, con ese estilo audaz de periodismo nos lleva por este recorrido de ideas que hicieron tan patente el descontento social de aquellos años y que lastimosamente aún -ante la indolencia de la clase gobernante- sobrevive en nuestro país. Me parece un excelente texto pero un tanto desfasado, el problema no ha dejado de ser “el problema” pero... hoy en día se anexan muchos más elementos a nuestra realidad y el devenir de una posible solución.
This book just did not work for me and is one of the few that I did not finish. I just did not like it. For me it had too many words with too little information. I wish I had not spent $10 for it in a used bookstore - no wonder the store had many unsold copies.
Una excelente comparación de cómo los rituales mexicanos se han comercializado por ánimos capitalistas, mientras que al enfrentarse a una tragedia se le devuelve el sentido a la tradición y al culto.
The reading was such wonderful, reading it is like to listening Monsivais on videos; especially this book is composed by several essay of Monsivais early beginnings where you can find some extracts of Mexican Contemporary history.
La Biblia del DF. No hay mejor escritor que haya intelectualizado la cultura popular del mexicano en el siglo XX que Monsiváis. Actualmente no se encuentra ningún ejercicio como el que él realizó.