Las dos obras que integran este libro son, sin duda, en la producción teatral del autor de El retrato de Dorian Gray, de las más significativas y definitorias. Se caracterizan por su brillante animación, fluidez en los diálogos, acción rápida, y una corriente subterránea de amarga conciencia de sí. Esto último abre la vía para una crítica del orden social y moral, que si bien otros concretaron más, en ninguno estuvo acompañada de la calidad que Wilde le imprime. Irlandés, educado en Oxford, Oscar Wilde frecuentó, por su posición y relaciones, los encumbrados círculos de la aristocracia británica, y su crítica mordaz a la sociedad victoriana fue tolerada e incluso celebrada por ésta, hasta que su despreocupación y la intrepidez con que sostuvo su peculiar conducta provocaron la repulsa y un largo proceso cuyo resultado fue su ruina física e intelectual.
Oscar Fingal O'Fflahertie Wills Wilde was an Irish poet and playwright. After writing in different forms throughout the 1880s, he became one of the most popular playwrights in London in the early 1890s. He is best remembered for his epigrams and plays, his novel The Picture of Dorian Gray, and his criminal conviction for gross indecency for homosexual acts. Wilde's parents were Anglo-Irish intellectuals in Dublin. In his youth, Wilde learned to speak fluent French and German. At university, he read Greats; he demonstrated himself to be an exceptional classicist, first at Trinity College Dublin, then at Magdalen College, Oxford. He became associated with the emerging philosophy of aestheticism, led by two of his tutors, Walter Pater and John Ruskin. After university, Wilde moved to London into fashionable cultural and social circles. Wilde tried his hand at various literary activities: he wrote a play, published a book of poems, lectured in the United States and Canada on "The English Renaissance" in art and interior decoration, and then returned to London where he lectured on his American travels and wrote reviews for various periodicals. Known for his biting wit, flamboyant dress and glittering conversational skill, Wilde became one of the best-known personalities of his day. At the turn of the 1890s, he refined his ideas about the supremacy of art in a series of dialogues and essays, and incorporated themes of decadence, duplicity, and beauty into what would be his only novel, The Picture of Dorian Gray (1890). Wilde returned to drama, writing Salome (1891) in French while in Paris, but it was refused a licence for England due to an absolute prohibition on the portrayal of Biblical subjects on the English stage. Undiscouraged, Wilde produced four society comedies in the early 1890s, which made him one of the most successful playwrights of late-Victorian London. At the height of his fame and success, while An Ideal Husband (1895) and The Importance of Being Earnest (1895) were still being performed in London, Wilde issued a civil writ against John Sholto Douglas, the 9th Marquess of Queensberry for criminal libel. The Marquess was the father of Wilde's lover, Lord Alfred Douglas. The libel hearings unearthed evidence that caused Wilde to drop his charges and led to his own arrest and criminal prosecution for gross indecency with other males. The jury was unable to reach a verdict and so a retrial was ordered. In the second trial Wilde was convicted and sentenced to two years' hard labour, the maximum penalty, and was jailed from 1895 to 1897. During his last year in prison he wrote De Profundis (published posthumously in abridged form in 1905), a long letter that discusses his spiritual journey through his trials and is a dark counterpoint to his earlier philosophy of pleasure. On the day of his release, he caught the overnight steamer to France, never to return to Britain or Ireland. In France and Italy, he wrote his last work, The Ballad of Reading Gaol (1898), a long poem commemorating the harsh rhythms of prison life.
Dos historias y dos joyas de Wilde, como bien se dice en la introducción, Wilde dejo joyas antes de partir, y cuanta razón.
Creo que mi relato favorito por historia fue la del abanico, pero la de Ernesto me hizo reir mucho, dios, hubiese dado lo que sea por vivir en esos tiempos y poder disfrutar de estas obras en el teatro. Lo bueno es que como lectores, tenemos imaginación.
Dos obras de arte, y sigo enamorada de este autor y lo reafirmó con cada historia que leo de él.
Sin duda Wilde mostraba su alma por medio de sus obras y personajes. Y en estas dos nos podemos dar cuenta. Imaginen, hasta sus personajes inventan personajes para vivir y hacer lo que les gusta; que genielidad.
Wilde fue un escritor prolífico, de eso no cabe duda alguna: cuentista, ensayista, novelista, poeta y dramaturgo. Es decir, abarcó todos los posibles medios de expresión de su época y, en todos, dejó al menos una obra de renombre. Sin embargo, creo que es posible que jamás hubiese obtenido la misma atención, sino fuese por dos razones específicas:
1) Su conversación. 2) Las constantes polémicas en las que se vio inmerso, siendo la principal de ellas, aquella que le llevó a la cárcel.
Comedias de época y de enredo muy ingeniosas a las que no afecta el paso del tiempo. Me ha recordado ligeramente a las de Jardiel Poncela. Esta edición es una maravilla, llena de notas, aclaraciones, con un ensayo previo...Inmejorable
-La verdad rara vez es pura y nunca simple. Afortunadamente. La vida moderna sería aburridísima si fuera así, y la literatura moderna completamente imposible.
-[…] El mundo es el mismo para todos, y el bien y el mal, el pecado y la inocencia, se pasean por él cogidos de la mano. Cerrar los ojos a esa mitad de la vida, con la esperanza de poder vivir en el sosiego, es como si nos cegásemos voluntariamente, a fin de caminar sin miedo por un terreno lleno de precipicios.
“Mi ideal siempre ha sido amar a alguien que se llame Ernest. Hay algo en ese nombre que me inspira una confianza absoluta. En cuanto Algernon mencionó por vez primera que tenia un amigo llamado Ernest, supe que mi destino sería amarle.”
Disfruté mi relectura de La importancia de llamarse Ernesto, pero creo recordar que disfruté más la primera vez que lo leí, de cualquier manera fue muy entretenido.
El abanico de Lady Windermere fue bastante bueno, tenía mis dudas al principio pero lo para el segundo acto ya está completamente inmersa en la historia.
si no sabéis qué regalarme, compradme libros de Oscar Wilde, da igual que ya lo haya leído, seguro que esa edición no la tengo y seguro que lo vuelvo a leer
Comencé con un audiolibro mientras leía porque creí que no iba a engancharme rápidamente con la lectura, me equivoqué. Estas fueron las dos horas más adictivas de mi tarde. Qué buena obra. No lo puedo creer. Primero que todo, fue súper divertido. Un gran humor aunque la obra se escribió hace cientos de años. Segundo, el uso de las repeticiones me dejó enamorada. Me encantó tanto que quiero analizarlo ahora. Modo ñoña activado. Tercero y último, el plot twist del final. No me lo esperaba en absoluto. Épico.
El abanico de Lady Windermere
Chisme del bueno. Muy entretenido. Muy gracioso, me encantaron los diálogos de Wilde. Definitivamente voy a leer más de su trabajo.
Recomiendo mucho, 10/10. Leí ambas obras de teatro en una tarde.
Bueno, inicio explicando que de obras de teatro en mi biblioteca no hay casi nada. He leído desde siempre muy poco. Creo que aquí tengo registrado como leído solo "La vida es sueño" de Calderón de la Barca, "Hamlet" y "El rey Leal" de Shakespeare y por leer tengo "La casa de Bernarda Alba" del Federico García Lorca.
Esta es otra excepción, que leí porque Oscar Wilde me gusta mucho y esta pieza teatral es muy entretenida (claramente debe ser más entretenido verla representada) me resulto una comedia liviana, con un toque acido que disfrute. Un dato dicen que en la traducción se pierde mucho según dicen los que leen en ingles, que parte por el nombre. Algunos traductores prefieren cambiarlo por "La importancia de ser Honesto" o "La importancia de ser Severo" que es el punto que quiere demostrar el autor sobre los valores de la sociedad.
Pero siempre me quedo con la impresión que me falta algo. Por eso las 3 estrellas, no porque a Oscar yo le tenga que criticar algo. Bueno ya les contaré como me va con el gran Federico.
Es mi primera experiencia leyendo teatro. Me parecieron unas obras llenas de picardía, al estilo británico, nunca latino. Con sarcasmo y crítica social, burlándose de los excesos, vicios y puritanismo de la aristocracia inglesa.
Obras con brillante creatividad, con argumentos que parecen superficiales y sencillos, pero que en las formas de los personajes, pero sobre todo en el fondo, se mofan del carácter conservador de la aristocracia, siempre llena de apariencias que resultan vacías.
Por el argumento coloquial y la dinámica de la historia se lee con un buen ritmo y te lleva de la reflexión a la risa como de una frase a otra.
Luego de una buena experiencia con la lectura de "Salomé" -mi regreso a la lectura de teatro luego de casi 15 años, alejado por una muy mala experiencia juvenil-, tenía curiosidad por leer el clásico que es "La importancia de llamarse Ernesto" ("of being Earnest", en sus dos acepciones de interpretación). En la edición que encontré, venía acompañado de "El abanico de Lady Windermere", así que decidí leer ambas obras, acompañado de un brevísimo prólogo de una relativamente joven Mariana Enríquez. Comprendiendo que son dos obras en una, voy a comentar mis impresiones acerca de cada una de ellas por separado, pues las sensaciones son muy distintas en uno y otro caso. Lamentablemente, ello se dio a causa del PÉSIMO trabajo de traducción, redacción y hasta confusión de los personajes, lo cual ocurre especialmente con descaro en la segunda obra.
Pero vamos por partes. "The Importance of Being Earnest", ¡qué maravilla! La escritura de Wilde de cada uno de los diálogos en esta obra, su forma de crear un ambiente de complicidad entre los personajes en cada una de sus escenas, la forma de abordar la problemática del amor y el matrimonio por conveniencia, la crítica a las costumbres victorianas y su énfasis absurdo por las apariencias frente a todo lo demás -incluso la sinceridad- es realizado de manera magistral. Al ser una comedia -en el sentido griego del término-, es de esperarse un final feliz, el cual llega y deja con una sonrisa de oreja a oreja por la resolución tan inesperada como lógica dentro de su obra -aunque, como se verá en el caso de la segunda obra, no siempre termina siendo del todo "orgánica". Esta "comedia para gente seria" tiene la característica de hacer estallar de risa en varios momentos y proveer una lección moral pese a ser una crítica velada a las normas morales de aquella época. Sin duda, una de las mejores obras leídas últimamente, tanto que estoy deseoso de leerla nuevamente -quizás en inglés, para evitar llevarme malos ratos.
A diferencia de "El abanico de Lady Windermere", si bien es un drama que puede considerarse también una comedia que critica las costumbres victorianas de la época en torno al amor, la familia y el control de las pasiones, la trama demora más en construirse y, siendo una obra en cuatro actos, pareciera que se pierde la fuerza con la que uno ingresa expectante a la obra. Los diálogos cumplen su función, y los protagonistas son medianamente simpáticos: el que la trama gire alrededor de la señora viuda genera un halo de misterio que se explora correctamente en la obra, pero tampoco genera del todo esa complicidad que había en los protagonistas de la obra anterior -Jack y Algy-; en ese sentido, en comparativa, va por debajo de "The Importance...". Nuevamente, el desenlace es alegre y mediante una resolución que se trabajó -a mi parecer, de manera alargada- entre el Acto III y IV, llegando a un clímax y resolución que, si bien no parece del todo inesperado, sí es lógico, mas ello no implica que todas las consecuencias de la acción determinante de la trama se resuelvan orgánicamente: la cuestión del "secreto" final y el destinatario final del abanico, si bien cierran correctamente la trama, esta se veía venir desde hacía buena parte del Acto IV.
Por otro lado, acá debo volver a insistir en el PÉSIMO trabajo de redacción de la obra: ¿cómo es posible confundir a Lord Windermere con Lord Darlington cuando, en varios pasajes, ellos dos interactúan? Los diálogos eran confusos y no fue sino hasta el final del Acto III que caí en cuenta de que mi intuición acerca de la confusión entre voces de los personajes -o del mismo personaje, que acaso podrían ser dos desdoblados- sino en un error GARRAFAL de traducción y redacción. Ello, definitivamente, empañó mi experiencia de lectura de "El abanico...".
En conclusión, este libro presenta dos obras clásicas de Wilde que expresan el repertorio estilístico y temas principales que el autor presenta en el formato de teatro. No me quedan dudas de por qué "The Importance..." es considerado un clásico; sin embargo, "El abanico..." se queda atrás, aunque, quién sabe y quizás llegue a darle en un futuro una nueva oportunidad, esta vez en inglés. Creo que, en estos casos, sí es importante leerlo en el idioma original para poder comprender mejor los diálogos en las obras.
-El abanico de Lady Windermere es la primera obra de teatro que leo de Óscar Wilde, y como sinceramente esperaba, no me ha decepcionado. La trama nos habla de una joven llamada Lady Windermere (Margarita) muy apegada a la tradición y las buenas costumbres, que de un día para otro se ve enfrentada a la supuesta infidelidad que su esposo, Lord Windermere (Arturo) está teniendo con Lady Erlynne, ese personaje se convertirá en un elemento crucial en la historia. Le doy 5 ⭐ , ya que para ser la primera obra de teatro que he leído, me ha gustado muchísimo. - No tengo palabras para definir lo que me ha gustado esta obra de teatro. Una MARAVILLA. Había giros en la trama cada dos por tres, algo que evidentemente me ha gustado muchísimo. Los personajes están tan bien construido que es sumamente difícil no encariñarse con ellos. Si os gusta la comedia ¡No os podéis perder "La Importancia de llamarse Ernesto"!. ¡¡¡Le doy ⭐ infinitas!!!
Dos obras excepcionales y muy distintas entre sí. De "La importancia de llamarse Ernesto" me quedo con la perspicacia del humor tan crítico con la clase burguesa y con el hilo de la historia, perfectamente enredado y desenredado. "El abanico de Lady Windermere" me ha parecido muy buena también, en especial por esos momentos tan dramáticos a pesar de ser una comedia. Ambas consiguen mantener el interés y sacarle más de una carcajada al lector/espectador. Me queda muy claro por qué ambas fueron éxitos en su momento y por qué se siguen representando a día de hoy. Merece la pena también destacar el prólogo de Alfonso Sastre de esta edición, que analiza la figura de Oscar Wilde de una manera muy ágil y ligera.
La importancia de llamarse Ernesto – La comedia de la doble moral Pocas obras han capturado con tanta agudeza la hipocresía de la sociedad victoriana como La importancia de llamarse Ernesto. A través de una trama ingeniosa y un humor que roza lo absurdo, Wilde expone las frivolidades de su tiempo con una precisión quirúrgica.
Cada línea está cargada de ironía, cada personaje es una caricatura exquisitamente dibujada, y el juego de identidades falsas no es solo un recurso cómico, sino un comentario sobre la necesidad de encajar en los rígidos moldes sociales.
Una obra maestra de la comedia, cuyo ingenio sigue siendo insuperable.
Oscar Wilde had and will always surprise me. These two plays were particularly funny and made me feel like I was actually watching the plays in the theater (now a goal of mine!). I also never expected to find so many of his famous quotes in such short coulple of stories. If you are looking for a timeless classic, funny, quick and as always very thought-provoking read go ahead and pick this pair up! You won't regret it.
Definitivamente Oscar Wilde no me deja mal, todas sus obras me encantan contienen tantas verdades y criticas a la sociedad que mezcla a su vez con algo de humor y drama haciendo que las disfrutes muchisímo, me la pase muy bien leyendolas, diviertiendome y suspirando por cada cosa que ocurría, me gustaron mucho.
Pues 4.5 por que al fin entiendo la importancia de llamarse Ernesto. Y es que de verdad es una de las mejores comedias que he leído y me encantó que aunque al principio se ven a los hombres hasta lo alto ya al final se bajan tan tanto. Me encantó. Y me hizo reír. Él abanico me puso a pensar pero de verdad que no se me hizo tan divertido. Pero puedo decir que me gustó mucho.
Estaba en las 3 estrellas pero al leer "el abanico de lady windermere" se llevó 4 estrellas. Hace mucho no leía un clásico menos una obra de teatro. Ingenioso, divertido, crítico y reflexivo son las mejores cualidades de esta obra y por cierto con ganas de seguir leyendo más de Óscar Wilde.
Tras leerme La importancia de llamarse Ernesto hace ya casi dos años y darle 5🌟, retomo el teatro de Oscar Wilde con una obra algo menor pero que posee unos diálogos tan maravillosos y geniales, como irónicos. Creo que ya es hora de ponerme con su famoso retrato... 🖼️
Crítico con todos, inconformista genial que divierte y alerta. Me quedo con un libro lleno de hojas dobladas y apuntes al margen, solo puedo que dar gracias.
"-¿Y qué es un cínico? -Alguien que conoce el precio de todo y el valor de nada"