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Las drogas: De los orígenes a la prohibición
Por droga –psicoactiva o no– seguimos entendiendo lo que hace milenios pensaban Hipócrates y Galeno, padres de la medicina científica: una substancia que en vez de ser «vencisa» por el cuerpo es capaz de «vencerle», provocando grandes cambios orgánicos, anímicos o de ambos tipos. Antonio Escohotado, profesor de derecho, filosofía y sociología sucesivamente de la Universidad de Madrid, estudia Las drogas desde sus orígenes a la prohibición en 1920, destacando lo que tiene de relevante en el desarrollo de la mentalidad religiosa, de la medicina, la creación artística y los mecanismos de control social.
96 pages, Paperback
First published January 1, 1994
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About the author
Antonio Escohotado
68 books285 followersPensador, ensayista y profesor universitario español cuyas obras, si bien centradas principalmente en el derecho, la filosofía y la sociología, han abordado una gran variedad de campos. Obtuvo notoriedad pública por sus investigaciones acerca de las drogas, y son conocidas sus posiciones antiprohibicionistas. El leit motiv de su obra es una afirmación de la libertad como antídoto frente al miedo o las coacciones que empujan al ser humano hacia toda clase de servidumbres.
En el plano profesional ha desarrollado una ingente tarea como traductor que abarca más de cuarenta títulos, entre otros las obras de Newton, Hobbes, Jefferson y Bakunin, y ha divulgado especialmente la obra de Thomas Szasz y la de Ernst Jünger. Ejerció hasta su jubilación en 2013 como profesor de Filosofía y Metodología de las Ciencias Sociales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED.
En el plano profesional ha desarrollado una ingente tarea como traductor que abarca más de cuarenta títulos, entre otros las obras de Newton, Hobbes, Jefferson y Bakunin, y ha divulgado especialmente la obra de Thomas Szasz y la de Ernst Jünger. Ejerció hasta su jubilación en 2013 como profesor de Filosofía y Metodología de las Ciencias Sociales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED.
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Community Reviews
Displaying 1 - 9 of 9 reviews
March 9, 2021
Muy interesante el recorrido histórico que Escohotado nos enseña en este pequeño libro. He disfrutado adentrándome en las distintas épocas y en los distintos lugares en los que se muestra el uso de las drogas.
Me ha resultado fructífero conocer la procedencia de algunas plantas y drogas, como es el caso del cáñamo y de la planta adormidera. Por otra parte, la clasificación que realiza el autor sobre los diferentes tipos de drogas es esclarecedora, pues las divide en plantas alucinógenas, de tipo visionario, anestésicas y estimulantes. Además, he podido aprender algunos datos para mí desconocidos, como que la morfina se extrae del opio.
Aunque este libro se centra en cómo se empleaban las diferentes sustancias a lo largo de la historia y cómo las sociedades iban modificando su comportamiento para con ellas, me habría gustado que se explicasen un poco más en detalle los efectos causados por las mismas. También, en ocasiones he percibido que no se profundizaba sobre la concepción que se tenía sobre una determinada droga en un contexto dado; digamos que a menudo no queda claro qué alcance podía llegar a tener cierta sustancia en el lugar y momento que se describe.
Reconozco el trabajo de investigación que el escritor deja plasmado en esta obra, pues, con todo, convierte este libro en un buen texto de consulta. No sé si mi crítica será acertada, pero diría que se podría haber mencionado alguna droga más, puesto que se enfoca en pocas, aunque, eso sí, son las más relevantes históricamente.
Me ha resultado fructífero conocer la procedencia de algunas plantas y drogas, como es el caso del cáñamo y de la planta adormidera. Por otra parte, la clasificación que realiza el autor sobre los diferentes tipos de drogas es esclarecedora, pues las divide en plantas alucinógenas, de tipo visionario, anestésicas y estimulantes. Además, he podido aprender algunos datos para mí desconocidos, como que la morfina se extrae del opio.
Aunque este libro se centra en cómo se empleaban las diferentes sustancias a lo largo de la historia y cómo las sociedades iban modificando su comportamiento para con ellas, me habría gustado que se explicasen un poco más en detalle los efectos causados por las mismas. También, en ocasiones he percibido que no se profundizaba sobre la concepción que se tenía sobre una determinada droga en un contexto dado; digamos que a menudo no queda claro qué alcance podía llegar a tener cierta sustancia en el lugar y momento que se describe.
Reconozco el trabajo de investigación que el escritor deja plasmado en esta obra, pues, con todo, convierte este libro en un buen texto de consulta. No sé si mi crítica será acertada, pero diría que se podría haber mencionado alguna droga más, puesto que se enfoca en pocas, aunque, eso sí, son las más relevantes históricamente.
December 5, 2017
Antonio Escohotado nos trae un interesantísimo ensayo que aborda a breves rasgos el uso y prohibición de las drogas a lo largo de la historia de la humanidad. Las drogas, sustancias capaces de “vencer al cuerpo”, de “sanar y matar”, de provocar éxtasis orgiásticos, paradisiacos e infernales son inherentes al ser humano como la comida o el agua. Ligadas a la magia y la medicina, la espiritualidad y la hechicería, el placer y la prohibición, la alquimia y el ritual; sus diversas formas de consumo y efectos recaban detractores, defensores y consumidores en todo el planeta.
Las plantaciones de “adormidera” que se ubican en Egipto, al sur de España, al noroeste de África, en Mesopotamia y en Grecia son las primeras plantaciones que se conocen en el devenir de los hombres, 3 milenios antes de Cristo. El opio tebano aparece en la Odisea como algo “que hace olvidar cualquier pena”. De igual manera: el cáñamo y el tabaco, las solanáceas alucinógenas como el beleño, belladona, daturas y mandrágora; las plantas visionarias como el peyote, hongos, San Pedro, e iboga, los estimulantes como la coca, guaraná, mate, cacao y café; junto a plantas y procedimientos para obtener vinos y licores, se conocen a la par que se descubre el fuego y la agricultura.
Cada civilización creó sus mitos y referencias en torno a estas sustancias, prohibiendo unas, utilizando otras con fines médicos y otras con fines rituales o espirituales. En un principio la curación estaba ligada a la sanación del alma, por tanto, se utilizaban plantas y brebajes que al restablecer la salud ofrecían una experiencia alucinógena y extrasensorial (viaje) hacia los confines de uno mismo y del universo. Este tipo de tratamientos ligados a la hechicería pululan en la edad antigua en todas las latitudes, en América su uso ceremonial es extiende hasta entrados los Siglos XVI Y XVII, cuando llega la conquista y la colonia. El consumo de sustancias tenía un marcado carácter religioso y en algunos lugares estaba restringido a ciertas clases sociales, mientras en otros los prescribía el curandero o se conseguían libremente, conociéndose casos de personas habituadas a ciertas sustancias (adicciones) sin que eso significara un problema (moral) individual o social.
De hecho, nunca se asoció lo inmoral a las drogas hasta la llegada del cristianismo, que, reconfigura los antiguos rituales paganos de consumo de kykeón (harina parasitada con hongo visionario) y latinos de consumo de vino, en torno a la eucaristía. En tiempos de los primeros cristianos se conocen de verdaderas fiestas alcohólicas y excesos que fueron paulatinamente marginados y prohibidos cuando se establecían los Paulistas como los únicos herederos de la doctrina de Cristo. Los excesos llegaron con la prohibición. El erotismo se coliga con la magia y las sustancias, se conocen casos de ungüentos elaborados con hierbas especiales aplicados con ramas y palos de escoba en la vagina y ano de mujeres para producir un intenso y sensual viaje orgásmico (probable origen del mito de la escoba voladora). A partir de ahí y hasta la llegada de la edad moderna las bacanales dionisiacas y Sabbaths fueron perseguidas y asociadas al ángel caído y la brujería.
El encuentro entre la civilización europea y nativa americana llevó una serie de plantas estimulantes al viejo mundo como la coca, tabaco, cacao, mate y guaraná que se debatieron en un principio en entre la prohibición y el beneficio económico a través de la exportación y los impuestos. Por supuesto el dinero es lo más importante y con este fin, se comercializó unas y prohibió otras, acorde a las circunstancias favorables para el capital, como sucede hasta ahora. Esto supuso entre otras cosas la Guerra del Opio. El auge de la alquimia y después de la química propicio el aislamiento de los componentes activos o alcaloides de las plantas y su comercialización primero en jarabes y remedios caseros para las enfermedades y después en sustancias milagrosas como la morfina, heroína y cocaína.
Las drogas coexistieron desde siempre y no es sino entrado el Siglo XX que los puritanos consiguen prohibirlas relacionándolas con los grupos de inmigrantes marginales en estados unidos y con la moralidad pública. Es a raíz de la ley seca (derogada poco después) y de la prohibición de las drogas que su comercio y consumo se asocian al crimen y la delincuencia, a la violencia y a la indecencia, y a todos los estigmas de lo “perverso” y “dañino” en una sociedad que juzga al que se fuma un porro mientras sostiene un frasco de Valium en la mano.
Las plantaciones de “adormidera” que se ubican en Egipto, al sur de España, al noroeste de África, en Mesopotamia y en Grecia son las primeras plantaciones que se conocen en el devenir de los hombres, 3 milenios antes de Cristo. El opio tebano aparece en la Odisea como algo “que hace olvidar cualquier pena”. De igual manera: el cáñamo y el tabaco, las solanáceas alucinógenas como el beleño, belladona, daturas y mandrágora; las plantas visionarias como el peyote, hongos, San Pedro, e iboga, los estimulantes como la coca, guaraná, mate, cacao y café; junto a plantas y procedimientos para obtener vinos y licores, se conocen a la par que se descubre el fuego y la agricultura.
Cada civilización creó sus mitos y referencias en torno a estas sustancias, prohibiendo unas, utilizando otras con fines médicos y otras con fines rituales o espirituales. En un principio la curación estaba ligada a la sanación del alma, por tanto, se utilizaban plantas y brebajes que al restablecer la salud ofrecían una experiencia alucinógena y extrasensorial (viaje) hacia los confines de uno mismo y del universo. Este tipo de tratamientos ligados a la hechicería pululan en la edad antigua en todas las latitudes, en América su uso ceremonial es extiende hasta entrados los Siglos XVI Y XVII, cuando llega la conquista y la colonia. El consumo de sustancias tenía un marcado carácter religioso y en algunos lugares estaba restringido a ciertas clases sociales, mientras en otros los prescribía el curandero o se conseguían libremente, conociéndose casos de personas habituadas a ciertas sustancias (adicciones) sin que eso significara un problema (moral) individual o social.
De hecho, nunca se asoció lo inmoral a las drogas hasta la llegada del cristianismo, que, reconfigura los antiguos rituales paganos de consumo de kykeón (harina parasitada con hongo visionario) y latinos de consumo de vino, en torno a la eucaristía. En tiempos de los primeros cristianos se conocen de verdaderas fiestas alcohólicas y excesos que fueron paulatinamente marginados y prohibidos cuando se establecían los Paulistas como los únicos herederos de la doctrina de Cristo. Los excesos llegaron con la prohibición. El erotismo se coliga con la magia y las sustancias, se conocen casos de ungüentos elaborados con hierbas especiales aplicados con ramas y palos de escoba en la vagina y ano de mujeres para producir un intenso y sensual viaje orgásmico (probable origen del mito de la escoba voladora). A partir de ahí y hasta la llegada de la edad moderna las bacanales dionisiacas y Sabbaths fueron perseguidas y asociadas al ángel caído y la brujería.
El encuentro entre la civilización europea y nativa americana llevó una serie de plantas estimulantes al viejo mundo como la coca, tabaco, cacao, mate y guaraná que se debatieron en un principio en entre la prohibición y el beneficio económico a través de la exportación y los impuestos. Por supuesto el dinero es lo más importante y con este fin, se comercializó unas y prohibió otras, acorde a las circunstancias favorables para el capital, como sucede hasta ahora. Esto supuso entre otras cosas la Guerra del Opio. El auge de la alquimia y después de la química propicio el aislamiento de los componentes activos o alcaloides de las plantas y su comercialización primero en jarabes y remedios caseros para las enfermedades y después en sustancias milagrosas como la morfina, heroína y cocaína.
Las drogas coexistieron desde siempre y no es sino entrado el Siglo XX que los puritanos consiguen prohibirlas relacionándolas con los grupos de inmigrantes marginales en estados unidos y con la moralidad pública. Es a raíz de la ley seca (derogada poco después) y de la prohibición de las drogas que su comercio y consumo se asocian al crimen y la delincuencia, a la violencia y a la indecencia, y a todos los estigmas de lo “perverso” y “dañino” en una sociedad que juzga al que se fuma un porro mientras sostiene un frasco de Valium en la mano.
November 20, 2022
Ensayo diacrónico acerca de la historia de los estupefacientes. Desde la Edad Antigua hasta la actualidad, la sociedad ha tenido muy presente diferentes tipos de sustancias. No tan sólo para uso médico, sino también para uso evasivo y recreativo. Desde un capricho de las clases más altas de la sociedad, hasta llegar a ser perseguida por la Inquisición y considerada como productos de brujería, hacemos un largo recorrido por el cáñamo o el cannabis, los opiáceos, la mescalina, la heroina, el alcohol... Principal fuente de ingresos del comercio en las primeras civilizaciones. Presentes incluso a principios del siglo XX en muchísimas farmacias como remedios milagrosos. Un producto social que alberga una perspectiva poliédrica. A favor o en contra de su consumo, lo que está claro es que las civilizaciones han recurrido a ellas por alguna razón y aún persisten en la contemporaneidad.
May 1, 2023
Una obra sucinta, de fácil lectura, que da cuenta de la larga e indisociable relación de las distintas sociedades humanas con las drogas (“Salvo los alimentos, nada hay sobre la tierra tan íntimamente asociado a la vida de los pueblos, en todos los países y tiempos”, cita el autor). Origen, descubrimientos, progresión, condicionantes sociales e históricos… Figura mas que suficiente en sus pocas páginas.
Prima el cómo se han tratado a tales sustancias y su consumo desde el poder, sea la Iglesia o el Estado, con sus dobles morales, intereses, sinsentidos y consecuencias. Manteniendo una linea continua de rechazo a tal injerencia y las pretensiones prohibicionistas, estableciendo una correlación positiva entre el aumento de tal ejercicio de represión y las peores consecuencias del consumo de drogas (adicción, muerte), previamente no vistas.
Prima el cómo se han tratado a tales sustancias y su consumo desde el poder, sea la Iglesia o el Estado, con sus dobles morales, intereses, sinsentidos y consecuencias. Manteniendo una linea continua de rechazo a tal injerencia y las pretensiones prohibicionistas, estableciendo una correlación positiva entre el aumento de tal ejercicio de represión y las peores consecuencias del consumo de drogas (adicción, muerte), previamente no vistas.
August 12, 2023
A pesar de su brevedad, constituye un repaso bastante decente de la historia de la relación de los hombres con las drogas, ideal como una introducción en el tema. A pesar de su carácter histórico y descriptivo, Escohotado deja entrever la tesis según la cual una relación absurdamente prohibitiva con relación a las drogas no puede sino llevar a una debacle civilizacional, a una caza de brujas nacida de la ignorancia y destinada al fracaso por tener como efecto la amplificación de lo que busca prohibir.
July 1, 2022
Quedó más marcado que Stallone en Rambo
July 12, 2025
'El droguero es un mago, y la magia está prohibida.'
February 23, 2018
Lectura sencilla en la que se puede ver el proceso aleatorio por el que una droga es permitida o prohibida desde un punto de vista social y político.
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