Nada hay más terrible en este mundo que sufrir la partida de un ser querido. Recuperarse de tan duro golpe no es tarea sencilla. Hacen falta muchas horas de llanto y meditación para comprender un hecho innegable que en esos momentos es imposible aquel que se va ya no sufre más.
Aceptar la muerte es la prueba más cruel que enfrentamos en la nos recuerda que no somos eternos, y que el tiempo tarde o temprano habrá de alcanzarnos.
Sin embargo, hay una luz al final del camino. Y esa es la promesa de una vida nueva...
***Más de 100 microtextos sobre la superación del duelo te aguardan en este libro, donde el Mictlán (el mundo de los muertos en el Anáhuac) juega un papel fundamental como hilo conductor.***
“Dicen que cuando uno de los tuyos muere, una parte de tu alma se va con él. No es cierto. Cuando uno de tus seres amados se va, una parte de ellos se queda contigo. Así sucede hoy, así sucederá mañana. El cuerpo perece, pero el recuerdo vive para siempre.”
Microrelatos sobre la muerte y la llegada al Mictlán que recalcan que solo estamos aquí de paso. Me gustó que también hay varios alusivos a la muerte de las mascotas.
Todos morimos, esa es una verdad. Muchos no viven por temor a morir, y muchos mueren por querer vivir. Este libro nos muestra que nuestro camino es el mismo, que estés donde estés, seas quien seas, pobre, millonario, miserable o asalariado, todos nos vamos a morir. Cuando aceptamos esa idea, nos es más fácil aprender y empezar a vivir de verdad.
"Perdidos en la inmensidad, cuatro cenzontles entonaban una triste melodía; lamentaban el no poder verse, pero lamentaban aún más el no poder encontrarse"
Dicen que son microtextos pero para mi, les hizo falta decir que es también poesía. Es un libro breve, muy mexicano a su manera, hablándonos de la muerte y desde la muerte, con un entorno prehispánico que no es difícil de leer ni de entender. Lloré, y vaya que lloré, pensé mucho en mis abuelitos fallecidos. Tengo mis poemas favoritos, algunos pegaron más que otros.
El duelo se experimenta de formas misteriosas pero llama la atención que encontremos refugio en las mismas palabras y los mismos anhelos. Reencuentros, perdones, segundas oportunidades. Ojalá este libro llegue a todo el que lo necesite.
Más de 100 microtextos sobre la superación del duelo te aguardan en este libro, donde el Mictlán (el mundo de los muertos en el Anáhuac) juega un papel fundamental como hilo conductor. Algunos microtextos son repetitivos pero es entretenido.