"Очерки преступного мира" Варлама Шаламова - страшное и беспристрастное свидетельство нравов и обычаев советских исправительно-трудовых лагерей, опутавших страну в середине прошлого века. Шаламов, проведший в ссылках и лагерях почти двадцать лет, писал: "...лагерь - отрицательная школа с первого до последнего дня для кого угодно. Человеку - ни начальнику, ни арестанту - не надо его видеть. Но уж если ты его видел - надо сказать правду, как бы она ни была страшна. Со своей стороны, я давно решил, что всю оставшуюся жизнь я посвящу именно этой правде". В состав книги вошли также циклы рассказов "Воскрешение лиственницы" и "Перчатка, или КР-2".
Varlam Tikhonovich Shalamov (Russian: Варлам Тихонович Шаламов; June 18, 1907–January 17, 1982), baptized as Varlaam, was a Russian writer, journalist and poet.
Alternate spellings of his name: Варлам Шаламов Varlam Chalamov Warłam Szałamow Warlam Schalamow V. T. Shalamov Varlam Șalamov
Esta vez ensayos. Mi opinión sobre los 6 libros: Me gusta la fina ironía que destilan algunas de sus frases. El formato elegido: Las mismas historias relatadas varias veces. Cada una es diferente al rememorarla, como sucede en la realidad. Leer los seis libros es toda una experiencia. Un argumento tan terrible contado de una forma tan bella. Para mí, de ese tipo de libros tras lo cual ya nada es igual. Solo eso.
Me cuesta bastante escribir fluidamente sobre esta obra. No solo porque, al ser seis volúmenes, haya mucho contenido, sino sobre todo porque es difícil de procesar.
El autor pasó un total de 18 años condenado: tres en los Urales (1929-1932) y 15 en Kolimá (1937-1952), en Siberia. Fue condenado por trotskista y, como tal, por el artículo 58, el de las “actividades contrarrevolucionarias”, a quienes se aplicaban los trabajos (y los tratos) más duros.
Consiguió sobrevivir porque, a partir de 1946, hizo unos cursos que le habilitaban como practicante médico, y a partir de ahí pudo acceder a un trabajo que no le iba a matar.
El autor escogió el formato del relato porque pensaba que era el más adecuado para contar el horror de lo que había visto. Una novela con demasiadas descripciones y florituras le parecía inadecuado, y un ensayo no habría logrado captar la cotidianeidad. Semprún estaba de acuerdo con esto último; por cierto, llegué a este libro precisamente por Semprún, que en *Aquel domingo*, explica cómo la lectura de Shalámov le hizo ver en la experiencia de los gulags su propia experiencia en Buchenwald, y cómo esto fue decisivo para su ruptura con el PCE.
Los relatos son un horror tras otro. Las minas de oro a 60 bajo cero, con un trabajo y unas raciones que hacen que la esperanza de vida sea de 5 semanas, los guardias que pegan con impunidad y constantemente a los “enemigos del pueblo”, mientras que los “amigos del pueblo”, criminales comunes como ladrones, asesinos o parricidas acceden a los mejores trabajos, donde no sufren hambre ni frío, y los hampones alcanzan pactos con la administración para no trabajar, mientras desvalijan al resto del barracón.
No solo es atroz, sino que encima siempre encuentra una nueva forma de sorprender, con historias a cada cual más cruel de una forma más original que la anterior. Cada relato es un mundo en sí mismo.
Todo esto además lo narra con un tono sobrio y claro, que he apreciado mucho. Lo que cuenta es lo suficientemente fuerte como para tener sustancia por sí solo, no hace falta ponerle adornos.
En medio de todo esto, impresionan mucho unos pocos relatos en los que se encuentra un poco de serenidad y hasta de belleza. Por ejemplo, a Shalámov claramente le gustaban mucho los alerces, veía mucha poesía en el único árbol que crece en el Lejano Oriente, soportando inviernos de nueve meses a -60. Dedica varios relatos a hablar de ellos, de cómo se tumbaban en invierno y se enderezaban al sentir el menor calor. De hecho, el último relato del quinto volumen, al que da título, “La resurrección del alerce”, transmite con muchísima delicadeza una esperanza muy fina, pero a la vez muy bonita. Y eso no es fácil en medio de todo el horror que describe.
Los relatos más emotivos son aquellos en los que habla de las personas que le ayudan. Él mismo describe muchas veces que en el horror de los campos no se podía contar con nadie: cada cual para sí mismo; Papá me ha dicho que Primo Levi dijo lo mismo de los campos nazis (por cierto, Shalámov usa con cierta frecuencia la expresión “Auschwitz sin hornos”). Y sin embargo, en muy contadas ocasiones algunas personas sí le ayudaron, y fue gracias a ellas que consiguió sobrevivir, haciendo los cursos de practicante. El más bonito de todos me pareció el que le dedica a aquel médico del hospital al que fue a parar desde la mina de oro como terminal, un saco de huesos al borde de la muerte, y que, con la excusa de jugar al dominó le invitó a gachas y té (¡con azúcar!). Años después, el autor le admitió que no le gustaba el dominó, y que solo había jugado con él en aquella ocasión, a lo que el médico le contesta “Yo también. Pero quería hacer algo por ti”.
Estos actos de bondad en un entorno tan duro son extraordinarios. Shalámov explica que la verdadera amistad puede aparecer en situaciones duras, pero no en las extremadamente duras: ahí nadie puede permitirse pensar en otro que no sea él mismo. Por eso, esas muestras de humanidad, y encima hacia un preso del artículo 58, con el riesgo cuyo contacto implica, son absolutamente extraordinarias. Y más aún en el 37, cuando se fusilaba a los trotskistas por pelotones enteros.
Shalámov tenía una moral de acero absoluto. Durnte todos esos años no quiso ser soplón, jefe, o ningún cargo desde el que fuese a hacer daño a otros a cambio de garantizar su vida. Es cierto que para esto no tenemos más fuente que su propio testimonio, pero yo creo que es sincero en esto. Por lo que se ve, era una persona con una solidez moral a prueba de bombas, que no se callaba ni se sometía.
Obviamente esto, además de dejarme muy admirativo, me hace preguntarme: ¿que haría yo en su lugar? ¿Estando a 60 bajo cero, trabajando 14 horas diarias y con una ración de 300g de pan al día (o ni eso), yo me mantendría fiel a mis principios? ¿Qué clase de persona aguanta eso? También me hago la variante de qué haría yo si fuese a parir ahí con una persona muy querida para mí: ¿cuidaría de mi hermano? ¿le daría mi ración? ¿Seguiría siendo humano?
Al final, leyendo esto, me aparece una reflexión que también Aleksiévitch hace explícita: es en los contextos de gran dureza cómo es la gente de verdad por dentro. Todo el mundo puede ser generoso en la abundancia, pero ya se verá qué hace cada cual cuando tenga hambre. Ojalá no averiguarlo.
Há uma sensação de algo espremido de um fruto desidratado pairando sobre esta obra. A boca fica seca pela leitura, mais um pouco ao virar cada página. Prepare-se.
What an interesting book! I read it nonstop and then bought an audiobook to listen to. It's about a new world with dangerous creatures that no one can stop. Law enforcement can't handle them, and everyone is scared. The book also explores their relationships with women, family, and literature.
I love audio version of this book. The narrator is professional and very good.
Друга книга Варлама Шаламова, яку я прочитав, і прочитать яку мене надихнули "Колимські оповідання". В принципі, у відгуку то і писать нічого, лише те, шо я на всі 100% згоден із висновком у кінці книги. Шаламов пояснює та зображує світ профессіональних злодіїв справжнім, таким, яким він був на той час, і від рук яких він тех, скоріш за все, не раз страждав. З основною метою, яку він описав у першій частині. Це уродливе, цинічне, підступне та брехливе обличчя, яке повинні були побачити всі і не зачаровуватися.
Отличная книжка. Жестко опровергает всю тюремную и блатную романтику. Обычно литература и фильмы сильно романтизируют преступников, а тут прям все это сведено на нет и показана истинная сущность всей этой дряни. Такие книжки нужно вводить в обязательную программу школьной подготовки, чтоб детки не бегали в восторге от благородных преступников и поменьше верили во всякую чушь типа воровской чести.
Голос Чонишвили меня завораживает и заставляет слушать определённый набор книг, но Очерки - неожиданно прекрасный выбор. Это очень интересно, взрывает голову и образовывает. Заставляет с иной стороны увидеть мир, романтизированный в кино и литературе. И шутки про выбор из двух стульев становятся резко не смешными