Entre las herramientas aquí reunidas se encuentran tanto telescopios y astrolabios como teorías y experimentos; tanto artefactos materiales que auxilian a manos, ojos y oídos, como instrumentos intelectuales que ayudan a la razón en la tarea de explorar y entender el universo. Quien se ponga a jugar con esta caja y sus contenidos obtendrá un panorama de cómo han trabajado los astrónomos a lo largo de la historia y cómo lo hacen hoy día, pues aquí no sólo están guardadas las herramientas, sino también la mano, la vista y la mente de quienes las han guiado, así como el entorno y las condiciones en que estas personas han hecho ciencia, las ideas que las encauzaban. Lo que ya no cupo en la caja son los objetos astronómicos en ella no se habla mucho de los planetas, los cometas y los hoyos negros como tales. Esto no se debe a un problema de espacio propiamente dicho, sino a que la Caja de herramientas para hacer astronomía, más que transmitir conocimientos sobre el cosmos y las cosas que lo pueblan, está hecha para enseñarles a los lectores en qué consiste la investigación en astronomía, cómo trabajan los astrónomos y cómo hacen sus descubrimientos. Es una caja apta para gente de todas las edades y con todo tipo de inquietudes, pero sin duda divertirá especialmente a quienes de vez en cuando voltean al cielo a ver las estrellas.
Estudió la licenciatura en física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y el Doctorado en Astrofísica en la Universidad de Manchester, Reino Unido.
Desde 1996 trabaja en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia. En el área de divulgación se ha centrado en temas de la historia de la astronomía y ha producido cuatro libros, numerosos artículos y conferencias y guiones para dos exposiciones.
En el área de historia, estudia la historia de la astronomía en México y la historia de la comunicación pública de la ciencia. Sobre estos temas ha coordinado dos seminarios, dirigido tesis, publicado dos libros como coordinadora y varios artículos y capítulos en libro.
Desde 2007 dirije la organización de varios archivos históricos de la astronomía mexicana.
Uno de los potenciales peligros de las compilaciones es el de la repetición: de los temas, de las descripciones, de los conceptos. A la divulgación de la ciencia en México le viene bien contar con autores ya conocidos, como Sergio de Régules o la propia Susana; sin embargo, "Caja de herramientas..." me dejó un mal sabor de boca. No sólo por la mención de las repeticiones, sino porque uno echa de menos elementos gráficos que acompañen a los textos: sólo hay un par de gráficas en 130 páginas; mientras que en otro texto, "Alicia en el país...", publicado en Cómo ves, ni siquiera la ilustraciones de la revista se retomaron para el libro. Sorprende que los mismos autores no defiendan una propuesta iconográfica para que sus explicaciones terminen por tener "punch". Además, en trece años el libro ha envejecido bastante. Como tal vez no pase con otro tipo de textos, en la divulgación sí se notan los ayeres. Leer en 2017 sobre las maravillas que habían provocado, hasta 2004, la web, el correo electrónico o las computadoras, sólo aporta como testimonio histórico. Aquí sí fue mi problema, pues debí (si se puede decir así) leer este libro el año de su publicación.
Es un libro que te lleva, como si fuera línea del tiempo, por todos y cada uno de los descubrimientos que se hicieron con relación a la astronomía y de cómo esta ciencia fue evolucionando, así como todos los artefactos o herramientas de cualquier tipo que se utilizaron para su estudio. Es didáctico y se lee fácilmente.