“My main objective in life is to write,” declares Antonio García Ángel. With only one novel to his credit, the 36-year-old author is considered one of Colombia’s best young writers. Much to his delight, he will be working with his literary hero, fellow South America, Mario Vargas Llosa. “Vargas Llosa has already had a fundamental influence on my work,” says García Ángel whose style echoes that of his Peruvian mentor.
García Ángel’s talent for writing was first recognised at Bogotá’s Pontificia Universidad Javeriana where he received degrees in both literature and communications. Since then, he has taught at the university (1998-2001), worked as a writer and host for Caracol Television, produced two documentaries, written television scripts and articles, and, for the past year, served as an editor of SoHo magazine. He also found time to fulfil his ambition to write his first novel – a thriller set in Bogotá. Humour and Intrigue
Captivating from the first page, the highly acclaimed and best-selling book – Su casa es mi casa (Your House is My House) – published in 2001, combines humour and intrigue in the gripping story of a university student who receives a mysterious package addressed to a former tenant of his flat. Through the use of colloquial and evocative language, García Ángel brings his characters vividly to life and captures the essence of Bogotá’s urban landscape. A Second Novel
García Ángel intends to continue writing his second novel during the mentoring year. “My work with Vargas Llosa will help me define my own style and find the most personal and appropriate voice in which I want to write,” he says.
Fue como una especie de reconciliación con Antonio García. Qué buenos cuentos, cargados de realidad pero con el toque de humor negro necesario para convertirlos en algo muy divertido. Mis favoritos fueron el del papá noel y el del gordito. 4.4
Temporada de cuentos, como me hizo caer en cuenta una bella mujer.
¡Cuentos, cuentos a todo color! Tan bien escritos, dueños de una prosa envolvente, muy musical. Los temas, variados: desde el amor, la familia y los héroes cotidianos, que son al fin y al cabo los verdaderos héroes ¿cierto gordito… ? jajajajaja.
Y para rematar el libro una “novelita” lumpen, como diría Roberto Bolaño. La historia de una mujer colombiana en Miami que trabaja como empleada interna en la casa de otros colombianos ricos. Esta mujer se encarga de los oficios domésticos: limpiar los pisos, las lámparas; brillar los juegos de cubiertos y las vajillas antiquísimas; cocinar, mantener limpia la piscina y dar de comer a los animales domésticos, además de intentar dar apoyo moral a la señora de la casa. De otro lado su vida.
Siete cuentos para deleitarse, reírse, sufrir (un poquito) e imaginarse finales. Escritos con una prosa que fluye, sencilla y deliciosa en ocasiones. “Había sido un beso inocente, casi infantil, pero sugestivo hasta la médula en los matices de blanco y negro que lo conformaban; sin melodramas de película francesa, preciso en el encuentro de las bocas, generoso en inflexiones, firme en la aproximación y sereno en la retirada”.
Leer estos cuentos es como sentarse a conversar con su autor; fresco, relajado, caleño (de Cali, Colombia), siempre con un toque de humor cuando habla.
Dos de los cuentos tienen voces femeninas, y parecen escritos por una mujer… así de metido en el personaje estuvo el escritor. «Números redondos», «El gran Rafa», «Bobby» y «Animales domésticos» fueron mis favoritos.
Recomendado para leer una tarde de desconexión, para ponerse en los zapatos de las colombianas que se van a hacer el aseo a Estados Unidos (el cuento que le da nombre al libro, «Animales domésticos») y para revivir esas historias de adolescentes de los 80 y 90 en Colombia.
Es un libro de cuentos cortos. Interesantes. Sin lugar a dudas el mejor es el el último que le da título al libro, que es narrado en primera persona por la protagonista. Podría haber explotado mucho más la idea de "Animales Domésticos" para hacerlña una novela corta y no un cuento largo.
Un libro para reír y llorar con las pequeñas cárceles a las que nos acostumbramos en nuestra cotidianidad. Con una pluma rápida y un humor que no admite concesiones, Antonio García teje entre estos relatos algunas de nuestras angustias e ilusiones silenciosas; con todo y que residimos en medio del ruido que otros, viandantes igual de solitarios, hacen al caminar en medio de las ciudades. Ya sea el afán de sexo y redención, últimos bastiones de quien siente que su vida trasega entre labores rutinarias e insulsas, o la necesidad de un trabajo estable o el premio mayor de la lotería como remedios al fracaso y la angustia vital, estas historias convergen en la necesidad de consuelo y sentido en medio de un mundo cada vez más desolador.
Tres relatos me encantaron: "Animales domésticos", fábula moral de lo que implica el desarraigo y la soledad de quien se enfrenta tan solo a su trabajo como píldora para saciar las expectativas vitales; y el relato sobre los ladrones de banco y el pescador, cazadores de tesoros de una sociedad en la que todo lo que brilla parece de oropel.
Una singular recopilación de historias de García Ángel, quien mantiene su estilo particular para contarnos una historia que envuelve y divierte. Aún sigo teniendo problemas con sus finales, aunque nadie ha dicho que sea necesario u obligatorio resolver los conflictos planteados en la historia, hay algo que me molesta en algunos casos. Tal vez son ganas mías de leer más de este autor.