Nacido en el seno del teatro, durante una gira por América de la compañía María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza (1921), Fernando Fernán-Gómez fue educado en Madrid, en el barrio de Chamberí, escenario y microcosmos de la guerra civil española en su obra Las bicicletas son para el verano. Su vocación infantil fue doble: la interpretación y la escritura, pero si públicamente se inclinó por la carrera de actor, nunca dejó de escribir y, desde luego, de leer. A la consagración popular que ya tenía como actor se une el prestigio de un gran escritor, miembro de la Real Academia Española. Los primeros poemas y narraciones breves dieron después paso al teatro: su drama La coartada tuvo un accésit en el Premio Lope de Vega, que luego ganaría con Las bicicletas son para el verano (1984), considerada como su obra maestra. Nuestra edición, precedida de una introducción de Eduardo Haro Tecglen, en donde estudia la producción y la vida de Fernando Fernán-Gómez, se completa con un apéndice documental y propuestas de lectura de la obra, una de las más importantes de la literatura dramática española.
Being probably one of the greatest actors on spanish cinema, Fernando Fernán Gómez also directed many films as adaptations of spanish classic books like "El Lazarillo de Tormes" and wrote scripts, both original and film adaptations. Following this creative side, he wrote many novels and memoir books of his own life and professional experiences.
Ese libro es uno de las lecturas obligatorias de mi instituto así que no hace falta decir que no tenía ganas de leerlo. Cómo tampoco tenía mucho tiempo, es bastante cortito, es una obra de teatro y no quería pasar demasiado tiempo leyéndolo, me desafié a leerlo en un solo día.
No sé si todas las ediciones son así, pero en la que tengo yo (o sea, la de Vicens Vives) hay una introducción dónde explican la infancia del autor, su carrera en el teatro y cosas así. A mí, sinceramente, esa introducción se me hizo insoportable, con tantas fechas, títulos y nombres me confundí más de una vez y no me enteré casi de nada. Pero no pude abandonar ese fragmento, ya que mi querida profesora dijo que esa es la parte que tenemos que leer sí o sí. Lo más interesante que encontré es en qué se ha basado el autor al escribir el libro, pero el resto me pareció un aburrimiento.
Lo que sí me dejó flipando es que en esa introducción hay SPOILERS DEL LIBRO. O sea, te dicen quien va a morir, que sucede en el final y hala, tan tranquilos se quedan. De verdad que al leerlo no supe cómo reaccionar.
Ahora, la historia en sí me gustó. De echo, me gustó mucho. Al ver que trataba de la guerra civil pues mis ganas de leerlo disminuyeron, ya que a mí el tema de la guerra pues ni fu ni fa. ¡La sorpresa que me llevé! El tema de guerra obviamente tiene su importancia, pero el autor se centra más en el día a día de los protagonistas en sí. En medio de bombardeos y disparos, nos encontraremos con familias normales y corrientes con problemas normales y corrientes. Luis, el hijo, empieza a sentir interés por el sexo, Manolita, la hija, quiere actuar en teatros (lo cual era mal visto), Doña Antonia, la vecina, tiene problemas con el dinero... Situaciones que pueden pasar a cualquiera.
Los personajes son bastante sencillos, no creo que haya nada destacable en ellos pero aún así, me gustaron muchísimo. El que sin dudas me encantó es Don Luis: su sinceridad y su sarcasmo me hizo soltar más de una carcajada.
Me gustó esa normalidad y esperanza que introdujo el autor, aunque nuestros personajes viven en medio de la guerra, intentan vivir con tranquilidad, sin desesperarse.
Cómo es una obra de teatro, está compuesto mayoritariamente por diálogos, así que se lee en nada. Además, es una historia que sabe enganchar por su humor e intriga.
En resumen, Las bicicletas son para el verano es un libro que me sorprendió, y que sin dudas me gustó por su sencillez y humor.
Que bueno. Este fue uno de los libros que me mandaron leer en el instituto. Estamos hablando de hace más de 30 años.....me gustó bastante y todavía lo recuerdo....será el pedazo de trabajo que me tocó hacer.....
Cotidiana y entrañable, esta obra de teatro transmite muchas emociones y sentimientos. A ratos es cómica, otras dramática, otras es tierna, otras esperanzadora, otras desoladora, otras muy triste...ese final que te pincha el corazón y caes rendido...ya solo por eso, vale la pena leerla.
Una de las mejores obras sobre la Guerra Civil que he leído. La representación de este conflicto desde la perspectiva civil es muy realista y toca temas muy profundos sobre las consecuencias de la guerra y la posguerra, de una forma muy cuidada y concienzuda. Obra magistral de Fernán Gómez
Fernando Fernán-Gómez construye unos personajes teatrales que tendrán que vivir eternamente en Madrid la Guerra Civil española, desde los días previos al inicio del conflicto hasta meses posteriores a su fin.
Relata de una forma cotidiana la vida de la población civil, con sus aspiraciones, con sus sueños o incluso con sus obligaciones (cómo estudiar en verano la asignatura de Física por haberla suspendido), viéndose estas abruptamente interrumpidas por el comienzo de la guerra. Teniendo que recomponerse a esta nueva situación.
Aun con un panorama tan desalentador el texto no está carente de humor, un humor serio y reposado, que te lleva más aún si cabe al salón de los hogares de estos personajes.
Me encanta tanto Fernando Fernán Gómez... puefe que en mi familia estemos obsesionadas con su faceta de actor como DMendo, pero es que como escritor...
Lo bien que refleja la sociedad de un momento concreto? Su capacidad para exponer de forma directa e indirecta lo que ocurre? Una obra acerca de la guerra mostrando la intrahistoria a través de una familia cuya vida durante esos años completa un círculo.
LA BICILETA aaaaa
(Además, probablemente tenga las acotaciones MÁS graciosas que he leído jamás en una obra de teatro)
La comencé a leer sin tener ni idea sobre qué trataba, creyendo que tenía cierto toque "infantil" por la famosa escena de la bicicleta junto a Charito que representé durante la ESO y, al final, he acabado sorprendido.
Más allá del estilo literario, muy cercano al costumbrismo, a lo sainetesco incluso se podría decir (y que tanto me gusta), esta obra ha sido un continuo aprendizaje a través de una familia de aparente clase media en los días previos a la guerra y su desarrollo a lo largo de esta. Desde la temática política hasta el reflejo de la suerte... todo ha sido una travesía muy enriquecedora a la vez que disfrutable para mí.
Hace bastante tiempo vi la adaptación cinematográfica que dirigió Jaime Chávarri y que me dejó un gran sabor de boca, por eso me decidí a leer la obra en la que se basó. Creía que lo estaba en una novela y me sorprendió doblemente ver que en realidad se trataba de una obra teatral y que su autor era Fernando Fernán-Gómez.
Aparte del tono satírico y del humor ácido que desprenden sus diálogos me ha gustado la manera en que el autor nos va mostrando la evolución de la contienda sin librar ni una sola batalla. Tan solo centrándose en los movimientos, más bien escasos, de la población civil. Cómo las esperanzas en un cambio político se van resquebrajando poco a poco hasta terminar tan muertas como los muchos cadáveres abandonados en las cunetas.
Se nos muestran las vidas estancadas durante los años que duró la contienda y los vaivenes a los que se vieron sometidas en función de la evolución de ese estado de cosas. Cómo la escasez va apoderándose de la vida cotidiana y mermando la esperanza. Y cómo en muy poco espacio Fernán-Gómez es capaz de mostrar la evolución de la guerra y todos los detalles que la rodearon.
Creo que constituye un excelente documento acerca de cuanto sucedió en la Guerra Civil. Una excelente lección de historia, no sólo sobre la guerra en sí misma sino de sus consecuencias más inmediatas, del modo de vida del momento, del aire que se respiraba y de lo que supuso para la gente quedarse atrapada en la zona de uno u otro bando.
Todo el mundo debería leerla, pero de un modo profundo. Se pueden sacar valiosas lecciones sobre esa barbarie que llamamos guerra y que aquí se libró, además, entre hermanos.
Resulta fascinante cómo el polifacético Fernando Fernán-Gómez lleva el realismo renovado a su propia concepción del fenómeno teatral. Aún encuadrándose en pleno estallido de la Guerra Civil Española, la trama gira en torno a los conflictos internos de un la familia que la protagoniza. Totalmente recomendable.
Me ha gustado mucho, la verdad. Creo que lo mejor ha sido que no tenía ni idea de que este libro hablaba de la Guerra Civil, así que ha sido una grata sorpresa porque nunca había leído nada sobre este tema, aunque sí que quería hacerlo.
Es una relectura porque ya fue lectura obligatoria de instituto en su día. Me ha gustado menos que la primera vez, pero ahí estaban esas escenas tan potentes que recordaba y los diálogos tan brillantes que diferencian a los personajes. La primera mitad es la parte que más me ha gustado. Hacia el final todo va bastante rápido y los saltos en el tiempo son grandes. Sin duda, sigo recomendándola.
En el marco de la Guerra Civil, Fernando Fernán Gómez nos muestra una historia familiar como tantas otras, reflejando las dificultades y pequeños dramas que componen su realidad durante esos años trágicos. Lo mejor, tal vez, el epílogo. Y esa frase de "No ha llegado la Paz. Ha llegado la Victoria".
El otro día nos preguntábamos Filardi y yo cómo la censura dejó pasar esto, pero al comienzo del libro dice que salió en los 1980 y claro, nada como que se acabe el franquismo para poderla sacar.
Podríamos decir que es una obra intrahistórica (lo siento, desde que aprendí el término en COU no lo he soltado, ni ganas) sobre la guerra civil, contada principalmente desde un edificio (salvo las escenas inicial y final en el campo de batalla de la ciudad universitaria) donde viven los personajes y va sucediendo la historia, que, por lo demás, es triste. Viendo la fecha de nacimiento del autor (e incluso imaginándola) canta mucho que hay buena parte de su historia personal ahí metida.
Al principio especifica el elenco con el que se estrenó y no he podido evitar imaginar a Agustín González como don Luis, con su socarronería y sentido común.
Mira q el escritor intentó hablar mayoritariamente en contra de la República a lo largo de la obra, y aún así terminas de leerlo y lo que te queda claro es que la guerra no la quería nadie, la sufrieron todos, y el fascismo se cebó al final del día.
Hace tiempo que no leía una obra teatral. En realidad, me gusta más verlas representadas que leerlas per se, aunque haya sido una experiencia magnífica. Está dividida en dos partes: la primera con un prólogo y siete escenas (llamadas cuadros) y la segunda con ocho cuadros y un epílogo.
Las bicicletas son para el verano es la historia de una familia madrileña. Tiene como telón de fondo la Guerra Civil. Es importante subrayarlo: es telón de fondo, por que lo que a pesar de que las referencias se agolpen capítulo a capítulo, se ve cómo la vida seguía de la manera que fuera en la sociedad asediada de la capital. Asimismo, hay referencias a qué ocurría en otros lugares del país que me parecieron interesantes (como, por ejemplo, Valencia).
A pesar de ser una obra en la que la ironía trágica brille por el uso de Fernando Fernán Gómez, tiene unos momentos cómicos muy acertados. Mezclando humor y tragedia, vemos personajes que apoyan al bando republicano y personajes que apoyan al bando sublevado conviviendo durante estos duros años. A pesar de esto, las consecuencias de la Guerra Civil afectan a todos y no se juzgan entre ellos.
El desarrollo de personajes me parece bestial también. En especial, los personajes de don Luis y Manolita son los que más me llamaron la atención.
Le daría un 10 si no fuera porque también he visto la película, dirigida por Jaime Chávarri. Su correlato cinematográfico me parece redondo, ya que usa la estructura circular aprovechando una de las intervenciones del epílogo.
A través de esta obra Fernando Fernán Gómez nos relata un poco de su historia personal pero sobre todo nos ensena con maestría cómo se entrecruzaron la guerra civil y la vida cotidiana, el desarrollo natural de cada familia...
Fernando Fernán Gómez hace un uso excepcional de la palabra siempre. Me parece una obra con un mensaje bastante atemporal y un reflejo fiel a la incertidumbre y esperanzas que quiere transmitir.
"Las bicicletas son para el verano" es una novela que atrapa por la calidez y humanidad de sus personajes, quienes nos sumergen en la cotidianidad de la Guerra Civil española desde una perspectiva profundamente personal.
Cada personaje en la obra es entrañable y está maravillosamente construido, pero Manolita se destaca especialmente por su espíritu independiente y sus sueños de un futuro mejor, a pesar del entorno opresivo que la rodea. Las interacciones entre los personajes están llenas de momentos graciosos, particularmente gracias al ingenio de don Luis, que alivia con humor la tensión de la guerra. Al comienzo, Pablo y Luis representan la inocencia y el optimismo juvenil, soñando con el verano y las promesas de libertad que éste trae. Sin embargo, a medida que la guerra avanza, ambos personajes evolucionan, enfrentándose a la dura realidad que desmorona sus ilusiones. A medida que la trama progresa y la guerra se recrudece, el tono de las conversaciones se oscurece, reflejando un cambio drástico hacia el pesimismo, el aburrimiento y, finalmente, la resignación. Esto se ve claramente en la frase final que resuena en el lector: "quién sabe cuándo volverá a haber otro verano".
La novela es, en esencia, una poderosa denuncia contra la guerra y el sinsentido que representa, mostrando cómo destruye no solo ciudades y vidas, sino también los sueños y la esperanza de las personas comunes. Es imposible no quedar conmovido por la resignación con la que los personajes aceptan su destino al final, dejando una sensación agridulce.
Una lectura altamente recomendada para quienes buscan una reflexión profunda sobre el impacto de la guerra en la vida cotidiana y la inevitable pérdida de la inocencia.
El escritor cataloga su obra como "una comedia de costumbres", pues no quería escribir un drama (que sería lo que se espera al hablar de la guerra). La historia se centra en la vida de una familia y sus vecinos, en cómo vivieron el estallido de la guerra que se da por el golpe de estado de los militares contra La República. Sí, me reí leyendola. Pero aunque no fuera la intención hacer un drama... también lloré. La esperanza y el triunfalismo republicano y especialmente anarquista se ve totalmente aplastada por la realidad del triunfo fascista con Franco en el poder. El terror y la represión son el telón que cierra la obra. Creo que una perspectiva como esta, que no se puede decir que no sea comprometida, que deja ver la posición del autor (¡y que bien por ello!), es necesaria: la perspectiva de la cotidianidad, de la humanidad, de las contradicciones que se dan en la práctica (la vecina que simpatiza con la derecha cuidando en la enfermedad, con esa solidaridad femenina, a su vecina que es cada vez más radicalmente de izquierdas).