Las últimas banderas, de Ángel M.ª de Lera, que aparece laureada con el Premio Planeta 1967, inició, como si dijéramos, un nuevo ciclo –precedido por los famosos relatos de Gironella–, que situó el gran drama histórico en sus verdaderos límites. Se trata de una novela testimonio, escrita por un novelista de acreditada maestría en el género y que fue testigo presencial de los hechos que relata. La acción de Las últimas banderas se desarrolla en pocos días, justamente entre la constitución del Consejo o Junta del coronel Casado y los que inmediatamente siguen a la ocupación de Madrid por las tropas nacionales. Desvela, por lo tanto, uno de los episodios más oscuros y dramáticos de la contienda.
El autor sitúa en primer plano los problemas personales y humanos –la angustia y la incertidumbre– de unos personajes en los momentos que preceden al naufragio inevitable y total de su mundo, y relega a segundo término el acontecimiento histórico propiamente dicho, si bien su gravitación inexorable se percibe en cada momento de la narración, como su propia atmósfera oprimente y fatal. Además, Lera ha intercalado hábilmente capítulos retrospectivos con los que logra dar el contrapunto y ofrecer, al mismo tiempo, una gran panorámica del conflicto político-militar, siempre visto éste desde el campo republicano. Sólo piensan, hablan, actúan, gozan y sufren en Las últimas banderas los que luchan en el lado de la República. Ángel M.ª de Lera, narrador de garra y aliento, consiguió escribir una novela fascinante en el vigoroso y directo estilo que le caracteriza.
Ángel María de Lera Ángel María de Lera nació en Baides, Guadalajara, en 1912. Cursó estudios de Humanidades en el Seminario de Vitoria y de Derecho en la Universidad de Granada. Su actividad literaria empieza en 1947, aunque su primera novela, Los olvidados, no se publicó hasta diez años después, en 1957. Un año después apareció Los clarines del miedo y en 1960 Bochorno. En1964 le llegó el turno a Trampa yen 1967 logró su mayor éxito literario hasta ese momento con Las últimas banderas, Premio Planeta 1967. En 1969 publicó Los fanáticos.
Realizó amplios reportajes de corte literario como, Con la maleta al hombro (1965), sobre la emigración española en Europa; Por los caminos de la medicina rural (1966), dedicada al tema de los médicos de pueblo, o La masonería que vuelve.
Mantuvo una estrecha relación con el cine. En ese sentido, dos de sus obras más conocidas, Los clarines del miedo y La boda —película, esta última, de la que también fue guionista— fueron adaptadas a la gran pantalla.
El tema de la fátidica contienda está, a día de hoy, más que manido. Sin embargo, todas las historias que tienen lugar en esta novela poseen algo especial. Quizá sea que evidencia (más que otras novelas) que el único que siempre padece y paga es el pueblo.
Por desgracia, no he logrado entrar en la novela en ningún momento. Me ha costado mucho seguir la "trama" y saber quién era quien. No sé si por mi falta de atención me ha parecido que la novela no seguía una línea temporal definida y se limitaba a narrar diferentes momentos en la vida de los personajes durante los últimos ¿días? ¿semanas? de la Guerra Civil española. Otro de los elementos que no he logrado entender es la razón por la cual algunos capítulos están completamente escritos en cursiva. Normalmente cuando esto sucede es porque se sigue una línea temporal diferente a la del resto del libro pero no me ha parecido que esta fuera la razón aquí.
Pese a todo y de forma un tanta sorprendente para mí, la novela no se me hizo terriblemente pesada y conseguí leerla hasta el final sin caer en la tentación de abandonar la lectura en ningún momento.
Creo que puede ser una obra que debería volver a releer en el futuro.
Te transporta con detalle al final de la guerra civil desde la perspectiva de los ciudadanos republicanos ubicados en Madrid y como vivieron las últimas semanas.
Se nos narran los últimos días de la guerra en Madrid, a través de Federico, Cubas, desde la zona sur en Málaga, y Trujillo, republicanos. Días de incertidumbre, miedo, pánico, desasosiego, y sobre todo la sensación de soledad, el silencio. Pero la sociedad madrileña está cansada del hambre, de la guerra, y cree que lo que venga no será peor (qué desengaño). Ahora les espera algo peor que el miedo a ser fusilados; el miedo a mendigar la vida, verse aplastados, ser unos vencidos para siempre. Interesante su lectura pues es extraño que una novela se cuente desde el lado perdedor, bueno perdedores fueron la inmensa mayoría de los españoles que tuvieron que sufrir cuarenta años de dictadura.
Me ha gustado mucho la manera de escribir y la creatividad del autor en su prosa. Sin embargo, la novela en sí me ha resultado aburrida, principalmente por lo mucho que se dedica a hablar de política (lo que está haciendo este partido, lo que piensan los otros, etc). A mí no me gusta nada la política y, por lo tanto, nunca me he molestado en profundizar sobre ella, así que cuando hablaban de todos estos distintos partidos yo me perdía con tantos nombres, apodos, sin comprender sus preocupaciones, ni las intenciones de cada uno. También, añadir que la forma en que la historia está estructurada no me ayudó nada a entender mejor lo que estaba sucediendo, ya que hay saltos temporales constantes y largos incisos sin mencionar en qué momento se encuentran los personajes.