Análisis del conocido sociólogo chileno acerca de la compulsión por el consumo de bienes, característico del momento actual, que torna difusa -a simple vista- nuestra propia conciencia de pertenecer a un país subdesarrollado.
Este libro es redondito. Aún cuando el autor reconoce su noción de esbozo, sabe abordar casi todos los temas que plantea de manera concisa y no muy rebuscada. Mi problema con este libro es cuando Moulian se va por las ramas y se nota al tiro. Hay algunos párrafos que tienen un obvio trasfondo freudiano donde, al tratar de resaltar una noción falocéntrica (hueá que me apesta), falla de una. Lo peor es que este elemento pareciera que es abordado cuando se le da la gana al autor. Se menciona y no vuelve a aparecer en hartas páginas. Caso contrario ocurre con los demás temas, donde incluso lanza conjeturas que, leídas en la actualidad, parecen casi una predicción sacada de Los Simpsons.
P.D: Hay una excepción a lo último. Hay un párrafo que, leído después del 18 de octubre, envejeció mal, por suerte. ''Chile, por ejemplo, tiene mala distribución de ingresos y altas tasas de crecimiento económico. Pese a esta disparidad no se han producido protestas globales de los sectores más afectados, ni se vive entre medio de manifestaciones constantes. La sociedad parece haberse habituado al orden neoliberal, originado en una dictadura sangrienta.''
Se lo recomiendo a todxs lxs nacidxs en dictadura que crecieron creyendo ser clase media, y que luego de tener un título universitario tratan de saciar sus traumas de pobreza con la billetera. Son les mismes que siendo adultes se compran las cosas que soñaban cuando niñes. Lo que tienen es consumismo empedernido, y no, no se saciarán nunca porque mientras más acumulan, más se empobrecen del alma. La pregunta es cómo influir a qué partan leyendo este libro sin ponerse a la defensiva.
Relectura para mis clases de Economía. Es impresionante lo vigente que se mantiene este pequeño pero crítico texto sobre el consumismo en la era neoliberal, aunque fue publicado en el 98, el diagnóstico que hace a la sociedad chilena sigue siendo acertado al día de hoy.
El consumo me consume del sociólogo chileno Tomás Moulian nos permite comprender las principales características del consumo como acto revestido de hedonismo. La consecución del placer y la satisfacción a partir de la adquisición compulsiva de bienes, servicios y experiencias que ayudan a construir poco a poco las identidades que anhelamos representar, pero que conlleva aparejado indiscutiblemente todo un sistema de disciplinamiento, castigo y vigilancia a quienes formamos parte de este sistema profundamente incoherente. Lo primero se muestra aparentemente fácil de conseguir, esto a causa de los mensajes comunicacionales que priorizan este tipo de relatos como los más adecuados para alcanzar el éxito y la felicidad en las sociedades modernas, a la vez que sucede la rápida extensión material de la adquisición de los recursos para forjar identidades a partir del desarrollo y proliferación del crédito como herramienta "democratizadora" del consumo, herramienta que permite de una u otra forma acceder a medios diversos para mejorar la calidad de vida de los consumidores. Todo lo anterior por supuesto sujeto a la presencia impuesta (dictaduras) o elegida (democracias) del neo liberalismo en la región latinoamericana, que a partir de sus medidas económicas y políticas han reducido el papel que deben desempeñar los Estados en la promoción y garantización de derechos básicos hacia sus ciudadanos en temas esenciales vinculados estrechamente con mejoras a la calidad de vida en general.
Este breve ensayo recorre la construcción del mito del consumo hedonista y su vínculo con la felicidad instantánea, con el objetivo de analizar en detalle sus paradojas y trampas, y ofrecer a partir de este ejercicio, una nueva perspectiva hacia el acto del consumo que nos permita desarticular su cada vez más acentuada naturalización como supuesto relato y motor inequívoco en la historia del ser humano. Una posibilidad para observar la compulsión extendida del consumo a partir de una mirada ética y contrastada con otras matrices culturales que han estado a la base del mismo acto del consumir, pero tamizado este último a partir de distintas consideraciones y finalidades.
Algunas consideraciones deben ser leídas contextualizadas en la última década del siglo XX, ya que han perdido validez o se han actualizado a partir de fenómenos globales vinculados al rápido desarrollo de las tecnologías o a las mismas transformaciones del capitalismo en clave mundial. Los apartados freudianos si bien interesantes, personalmente siento que no aportan recursos importantes al análisis realizado en el libro. Al menos en lo que respecta a lo que me interesa particularmente del texto.
Interesante análisis del sociólogo chileno acerca de la compulsión por el consumo de bienes, donde explora los diferentes tipos de consumidores, para describir como el comportamiento del individuo incide en la sociedad, con cada escenario de consumo de necesidades, construido en base a la ética, el sentido de la utilidad, la contribucion a la justicia social, solidaridad. Comparando con la Cultura Hedonista, que basado en la Fetichizacion del dinero y orientado al sindrome individualista logra desarrollar la Pasion por el consumo llevado al extremo de la Exclavitud por una vida de goce, lujo y exhibición.
Me parece un buen esbozo para una teoría multifocal acerca del consumismo , pero creo que carece de profundidad. Ideal para lectura escolar aunque algo desactualizada . Sirve para conocer conceptos básicos de comportamientos sociales y política económica .
¿Qué actitud tenemos ante el consumo?, es más que una pregunta sobre qué tan consumistas somos
El autor expone en este breve y preciso ensayo el problema del consumo. Consumir no es un problema en sí, sino que este viene cuando consumir se convierte en un propósito de vida. Todos nosotros somos parte de este nuevo sistema neoliberal que promueve, fomenta y crea una realidad en base al consumo como respuesta satisfactoria de una vida de trabajo arduo. Pues, ¿quién no ha pensado darse un gustito, y así justificar aquella compra?
El autor expone esta realidad definiendo la actitud de las personas, entre ascetas, hedonistas y escépticos. Los primeros, se alejan del mundano consumo privilegiando aspectos trascendentales del ser humano; a los segundos, los mueve el placer y la satisfacción instantánea del deseo; por tanto, los últimos debemos ser nosotros, aquellos que se ubican en un equilibrio entre la vida con sentido y la compra "necesaria" o criteriosamente gustosa.
En esta conformación de la realidad de consumo también se nos muestra cómo la propaganda, la televisión, los malls y as creencias sociales (como "para esto trabajo") van configurando a un individuo (identidad) que se hace parte de este sistema, por lo tanto, ser conscientes de ello, es lo que finalmente promueve el escritor, no negando necesariamente el consumo, sino observando cómo este alejarnos de ciertos propósitos o enseñarnos a una relación sana entre el gasto y la necesidad
Considero un libro necesario y de inicio para una crítica social y auto-reflexión que se puede trabajar con estudiantes para tomar conciencia y desarrollar un pensamiento crítico respecto de los medios y de nosotros mismos.
Es una breve pero una buena crítica al consumismo. Toca muchos temas interesantes y lo relaciona con temas que no hubiera pensado. Me ha expandido un poco la visión y me ha puesto a reflexionar. Por ejemplo nunca había pensado que quizás por el deseo de lo material y el dinero las luchas sociales se podrían haber minimizado , el individualismo ha dominado la sociedad. Un punto que de verdad me ha gustado que además de un lenguaje más o menos simple también integra la definición de unos conceptos que menciona constantemente, el ascetismo , el hedonismo y lo estoico. Esto ahorra gran tiempo que invertirá en la investigación y seguramente me haría perder el interés por no saber el significado de estas palabras; a diferencia de otras críticas habla por si mismo y cita algunas pocas fuentes por lo que no abruma el pensar que debes estudiar demás del libro. Seguramente lo leeré de nuevo porque tiene mucho que rescatar y se merece más de una lectura.
Moulián, como todo buen sociólogo, parece tener una sobresaliente capacidad analítica e interpretativa de la sociedad chilena.
Leerlo en la actualidad (tomándome de otra reseña) parece convertirse en una lectura de Nostradamus chileno o en un símil de cualquier predicción de Los Simpsons.
Se aprecia la sinceridad del autor al retratarse como un individuo inmiscuido dentro de la realidad chilena y no como un genio que se ha resistido al orden social de esta, observando todo desde una burbuja de superioridad que lo diferencia de los demás. Lo anterior ayuda demasiado al lector a la hora de empatizar con la el pensamiento de Tomás y le da un carácter realista a la crítica que se busca entregar.
Estoy muy de acuerdo con varias críticas que hace Moulian, pero me queda la sensación de que, en buen chileno, le falta calle. Me faltan las personas que tienen -porque sí, tienen- que comprar mercadería con crédito, las dinámicas en los hogares desde el consumo -incluso de tipo hedonista-, y yendo más allá, el rol del Estado en todo este asunto.
Si pudiera criticarle algo sería eso, la falta de calle. Entiendo que el libro es de 1998 y hay demasiados aspectos inabarcables temporalmente, pero creo que aún así, no todo el consumo en esta época neoliberal es por placer. Te aseguro, estimado Moulián, que la gente no compra con crédito sus remedios por puro placer.
Hay puntos que no envejecieron bien considerando los eventos del año pasado (estallido social), pese a que hay puntos en los que difiero un poco creo que debió haberlo llevado mas al límite, es un buen texto como para "iniciar una conversación" al poner sobre la mesa cosas que todos sabemos/o tenemos noción pero que no somos plenamente conscientes de ello hasta que alguien más lo cuestiona. Pero se me hubiera hecho más interesante que Moulian se hubiera explayado en mayor profundidad (aunque el mismo reconoce que no lo haría tanto en la intro como en la conclusión del texto)
Es un ensayo redondito, interesante y que te hace pensar respecto del consumo, la construcción de la identidad y del yo, el paulatino proceso de decadencia moral de la sociedad actual y la pérdida de los valores u objetivos trascendentales de la vida, para cambiarlos por la vida desnuda, cuyo máximo valor es la de trabajar para mantener el ciclo de consumo como fuente de felicidad, poder e identidad. Toca temas que otros filósofos también señalan, de forma clara, sin tanto tecnicismos, que permiten al lector reflexionar con mayor profundidad.
Les recomendaría este libro a las personas que les interesa mas conocer este lado del consumismo mas especifico, se aplica muy bien para estos tiempos modernos pero la verdad es que el autor si se enfoca más desde un punto de vista como de la década de los 80. Siento que en algunas partes criticaba a los pobres y tuvo un comentario machista que obviamente hicieron que me desagradara su forma de pensar pero el libro esta muy bien dividido y narrado.
Un ensayo corto del año 98 que es brutalmente vigente. Le pone nombre a toda esa disconformidad que se ve y las modas compulsivas. Se cuestiona por el descontento social y la ausencia de su manifestación sin saber que 20 años después se destaparía en el 18-O.
Muy bueno para reflexionar como estamos, que estamos haciendo y qué queremos hacer.
Moulian va al grano sin pelos en la lengua, escribe de manera cercana. Leerlo es una eterna conversación mental con un amigo chileno. Lo que narra es bastante claro y objetivo, relata la realidad no solo a nivel país, sino latinoamericana y hasta global.
Buen libro, buenas reflexiones que comprendo agotan.
lo tuve que leer para escribir un ensayo y siendo que este definitivamente no es mi género usual de lectura, que jamás se me pasaría por la mente agarrar algo no ficción. este libro para mi grata sorpresa me gustó mucho :)
Es bastante bueno te deja mucho para pensar y cuestionar sin embargo el libro no ha envejecido bien, hay conceptos que no se profundizaron como deberían, en algunas partes se dificulta mucho separar el autor de la obra.
"La aventura de la vida, para que no represente una navegación hacia la muerte sin dejar huellas, sin participar en el acumulado histórico, debe estructurarse en torno a proyectos que desborden al individuo con sus intereses y cálculos".
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"La propaganda seduce, glorifica los productos, ensalza las oportunidades. La ideología explica la moralidad del consumir y lo presenta como el acto pleno de la modernidad ya que constituye el acceso a la felicidad de la época, confort y entretención".
Es una buena crítica al consumismo, pero en algunas partes se hace tedioso, aunque creo que es porque no es de mis gustos literarios favoritos, sin embargo no es un mal libro… diría que es la definición de tres estrellas.
Un buen ensayo que permite reflexionar sobre los propios hábitos de consumo de nuestra sociedad actual y cómo estos han sido generados por el contexto político social de Chile de los últimos años.