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Algo que brilla como el mar

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Las circunstancias han convertido a Midori Edo en un muchacho que siente sobre los hombros todo el peso de una adultez prematura. Vive en casa de su abuela Masako junto a su madre Aiko, y recibe regularmente las visitas de su desvergonzado padre biológico. Pero Midori y su familia no son los únicos que viven constreñidos por el asfixiante lazo de una existencia precaria. Hanada, su amigo de la escuela, quiere vestirse como una mujer para fundirse así con la sociedad que lo rodea y sentir el desprecio ejercido por esta en su propia piel, al tiempo que la enamorada Mizue ha de soportar sus miradas llenas de indiferencia.

272 pages, Paperback

First published April 1, 2005

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About the author

Hiromi Kawakami

111 books3,546 followers
Kawakami Hiromi (川上弘美 Kawakami Hiromi) born April 1, 1958, is a Japanese writer known for her off-beat fiction.

Born in Tokyo, Kawakami graduated from Ochanomizu Women's College in 1980. She made her debut as "Yamada Hiromi" in NW-SF No. 16, edited by Yamano Koichi and Yamada Kazuko, in 1980 with the story So-shimoku ("Diptera"), and also helped edit some early issues of NW-SF in the 1970s. She reinvented herself as a writer and wrote her first book, a collection of short stories entitled God (Kamisama) published in 1994. Her novel The Teacher's Briefcase (Sensei no kaban) is a love story between a woman in her thirties and a man in his sixties. She is also known as a literary critic and a provocative essayist.

(from Wikipedia)

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84 (5%)
1 star
14 (<1%)
Displaying 1 - 30 of 223 reviews
Profile Image for Repellent Boy.
633 reviews655 followers
June 30, 2020
4,5. ¡Qué gustazo haber vuelto a reunirme con Hiromi Kawakami! Desde que leí hace algunos años El cielo es azul, la tierra blanca, libro que me encantó, no había vuelto a leer nada de ella. Siento que decantándome por Algo que brilla como el mar he acertado completamtente, y es que me ha gustado mucho, incluso más que el anterior.

La trama va a seguir los pasos de Midori, un chico introvertido y retraído con una gran incapacidad para demostrar afecto o expresarlo con palabras. Vive en una vieja casa junto con su abuela Masako y su madre Aiko. La relación que mantienen estos tres está lejos de ser la típica relación jerarquica familiar. Más bien parece tratarse de un piso de amigos.

El marco de personajes lo completarán Hanada, amigo de nuestro protagonista, Mizue Hirayama, una chica con quien Midori mantiene una relación y Otori, un extraño "amigo" de la familia que pasa mucho tiempo en casa de Midori. Me gustaron todos los personajes, y el dilema que cada uno plantea me abrió muchas reflexiones propias.

Aunque todos los protagonistas tienen su momento y los conoces perfectamente, claramente los dos que se llevan la historia son el mismo Midori y su amigo Hanada. Además, los dos mantienen una relación ambigua bastante extraña que por momentos incluso parecía ser tensión sexual entre ambos. Al menos, eso sentí yo y fui feliz sintiéndolo jajaja.

La historia nos va a hablar de corazones solitarios, que buscan encajar en el mundo y no consiguen encontrarse a sí mismos. Se unen a otras personas buscando el signicado de lo que sienten, y buscando ese lugar que les haga sentir que están en sintonía, que pertencen a un lugar. Siempre empatizo mucho con este tipo de historias de descubrimiento personal, de crecimiento.

Hiromi es una autora que te hace reflexionar todo el tiempo sobre ti mismo. El recuerdo que tenía de El cielo es azul, la tierra blanca era precisamente ese. Y con esta lectura lo he vuelto a sentir. Esta vez no voy a dejar pasar tanto el tiempo para leer algo más de Kawakami. Quien no se haya iniciado ya con la autora, que se anime, es una autora digna de descubrir.
Profile Image for Lucas Sierra.
Author 3 books602 followers
January 8, 2018
Aproveché un viaje para acercarme por primera vez a la obra de Kawakami. Desconocía su existencia hasta que Alfaguara empezó a distribuir dos de sus títulos, y me sorprendí al encontrar el resto de su bibliografía publicada por Acantilado. Me llamó la atención su habilidad como titulista: El cielo es azul, la tierra blanca, Vidas frágiles noches oscuras, pero, sobre todos los otros, este de Algo que brilla como el mar.

Empecé a leer mientras el día cambiaba de número, con la luz encendida en una habitación extraña, rodeado por el rumor de dos escarabajos ebrios convencidos de romper a cabezazos la bombilla. Especifico las condiciones de mi lectura para ambientar, de cierto modo, la empatía enorme que se generó entre la lectura y yo. La historia de Midori Edo, narrada en su propia voz, tuvo la ventaja de encontrarme con el alma permeable a sus tránsitos y dudas, a ese misterio de ser adolescente dentro de ese otro misterio de estar vivos.

Esta novela de tránsito acompañará a su protagonista en sus dudas existenciales, la búsqueda de una identidad en esos dos vectores-otro de la familia y la amistad, y la tensión sexual producida por el primer amor. En este sentido, no dista mayor cosa de las características propias del género: hay una búsqueda, hay una serie de dudas expresadas en voz alta, hay un viaje, hay un descubrimiento, hay un cambio conjugado con la aceptación de ciertas condiciones catárticas.

A ese modelo común, sin embargo, añade Kawakami una prosa sobria pero bien trabajada, donde las metáforas, pocas, consiguen aciertos poéticos y la descripción de lo cotidiano consigue transmitir al lector algo que no puedo nombrar sino como una ilusión de paz. Leer a Kawakami, aquí, era similar a sumergirse en las profundidades de una piscina y dejar que el bullicio exterior llegue a nosotros asimilado en la canción del agua. Su narración, y me siento afortunado por ello, es sedante e hipersensible: aletarga los efectos de las preocupaciones y dispone a la permeabilidad frente al movimiento del tiempo.

Sumado a lo anterior, el listado de personajes secundarios que configuran Algo que brilla como el mar es digno de un espacio en la memoria. La abuela y la madre de Midori retratan una relación de familia compleja y tierna. Su padre biológico y el profesor de japonés marcan dos puntos de inflexión incómodos y poéticos. Mizue, su enamorada, vista a través de sus ojos, es un encanto y un lío. Pero, sobre todos ellos, Hanada, el mejor amigo, es soberbio.

Tenemos, en esta novela de formación, tres personajes en tránsito: Midori, Mizue y Hanada. El primero ocupa el lugar central del narrador, la segunda aparece misteriosa por la incapacidad del narrador en primera persona para comprenderla, y aunque podría pasar lo mismo con Hanada, aquí, cierta función de compañerismo nos permite asistir a su evolución y sus dudas con la misma nitidez con la que acompañamos a Midori. Y Hanada, en su proceso de crecer, es maravilloso.

En algún punto de la novela, Hanada decide vestirse de mujer. Su explicación de por qué lo hace incluye la escena más memorable de toda la narración: una impactante confesión de nostalgia por el mundo infantil cuando todo era asombro conquistado a fuerza de valentía. Es la escena que le da, además, el título a la novela. Y sólo por esa página y media vale la pena esta obra. Se ha ganado un lugar en mi memoria.

El resto es poético, y bello, y tranquilo. Añadido. Ganancia.
Profile Image for Los libros de Bruno Los libros de Bruno.
337 reviews43 followers
September 11, 2022
Obviamente ya estoy buscando otro libro de Hiromi. Las lecturas asiáticas siempre me generan ese estado de paz , en donde no me estreso. Esta historia es sobre una madre soltera (Aiko) que tiene un hijo adolescente pero llevan una relación algo alejada.Midori , el hijo adolescente, está muy acostumbrado a su abuela.
En la historia vemos cómo su amigo Hanada tiene inquietudes por descubrir su sexualidad y también como Mizue se siente muy atraída por Midori y él es solo un chico que a su vez también está conociendo a quien es su papá.
Me gusto el desarrollo de la historia, la manera evolutiva de todos los personajes y si han leído a hiromi yo creo que es una constante que siempre nos deja queriendo más. Creo que fue una lectura muy tranquila y algo alejada de lo que andaba leyendo y ya extrañaba leer “futón” .
Profile Image for Cami L. González.
1,459 reviews686 followers
March 26, 2019
Creo que no fue para mí, hace poco leí Un grito de amor desde el centro del mundo y me gustó bastante, era una historia cálida y tierna. Pensé que en este encontraría algo similar, por desgracia no fue así.
Ni siquiera sé decir de qué se trata. De un adolescente, de su relación con su abuela y madre y sus dos amigos del colegio. Eso.
Me jugó en contra que era narrado desde el punto de vista del protagonista y era, de verdad, insufrible. De esos adolescentes que no quieren hablar, apático, cortante, etc. No me caía bien y no funcionó conmigo con él como narrador, ni sus decisiones o diálogos.
No me molesta que no pase nada, que solo sea una historia de vida, de un fragmento de la vida de alguien. Pero la verdad es que no lo disfruté, me aburrió bastante y más que eso, Midori me cansaba.
Profile Image for Mery_B.
822 reviews
December 19, 2017
Cuando anochece, tengo tendencia a perderme en mis pensamientos. Pienso en mi pasado y en mi futuro, y vuelvo a preguntarme aquello de: "Vagamos por la vida sin rumbo fijo. Y luego ¿qué?"
Profile Image for Andrea Ladino.
Author 1 book152 followers
September 20, 2019
Tengo muchos sentimientos encontrados, pero no por la calidad de la historia, al contrario. Me vi superada muchas veces al leerlo. Leía y apartaba el libro un rato para tomar aire y seguir leyendo. Casi la misma sensación cuando veo las películas de Koreeda.
Sí, me llegó al kokoro.

Al terminar de leerlo no pude dejar de pensar que si tuviera un hijo, tendría la misma relación que tiene Midori con Aiko, y eso me dio una pena tremenda.

---

Cuando era pequeño, apenas hablaba. Tampoco tenía a nadie con quien hablar, puesto que las lagartijas y las lombrices eran muy silenciosas. Las únicas palabras que decía eran «hola» y «gracias», y las pronunciaba vocalizando mucho, como si estuviera leyendo un guión en voz alta. Mi abuela me había educado así.

Aunque tan taciturno como Chishu, con mi abuela mantenía «conversaciones de adultos». Ella siempre me trataba como a un hombre hecho y derecho. Por eso, cuando era pequeño, yo me sentía como un adulto.

A pesar de mi corta edad, me daba cuenta vagamente de que la familia Edo carecía de una figura paterna. Un padre, un hombre que vistiera con traje y que utilizara el calzador para ponerse los zapatos en el recibidor. Aunque a veces se les cruzaran los cables y se enfurecieran, los padres tenían sus ventajas. Eran útiles para cambiar las bombillas y arreglar los papeles de Hacienda, por ejemplo. Cuando era pequeño, tras mucho pensar, llegué a la conclusión de que la ausencia de un padre no suponía ningún obstáculo considerable en mi vida. Ahora que estudio bachillerato, sigo pensando en el asunto y sigo sacando la misma conclusión.

En realidad, esa madre no era mi madre, sino mi abuela. Por si fuera poco, mi verdadera madre era ni más ni menos que Aiko, una mujer sentimentalmente desequilibrada que sólo me parecía simpática, atributo que no puede considerarse precisamente halagüeño tratándose de la opinión de un hijo hacia su propia madre.

La discusión tiene tres etapas: el inicio, el clímax y el final. La tensión va aumentando progresivamente, como si de una especie de ritual se tratara. En primer lugar, buscan un pretexto para empezar a discutir. Luego viene el desarrollo, que consiste en una retahíla de historias inventadas sobre el pasado. A continuación llega el clímax, basado en una sucesión de ataques y defensas y, por último, el desenlace, es decir, la fase de llantos y reconciliaciones. Las etapas de la pelea siempre siguen el mismo orden. Es un auténtico fenómeno. Quizá un día de éstos sus discusiones pasen a ser consideradas una forma de expresión del arte tradicional más arraigado.

—Para una madre, su hija siempre es encantadora —limpia mi abuela.
—Yo suelo decir cosas que en realidad no pienso —recorta mí madre.
—No debería haberte hablado así, Aiko —limpia mi abuela.
—Yo también te pido perdón —recorta mi madre.
Así es como la discusión llega al desenlace y pone punto final a una tarde muy larga para ambas.

—Masako, tú discutes porque te apetece limpiar, ¿verdad? —le pregunté un día a mi abuela.
—Es posible —admitió ella riendo—. Es posible. Puede que empecemos a discutir para limpiar, ordenar y arreglar todas las pequeñas cosas molestas que tiene la vida.

Sin embargo, tuve la sensación de que lo había entendido perfectamente. Un ligero cansancio indefinible pesaba sobre mí, y los restos de ese agotamiento iban dejando huellas en mi camino, como las pequeñas olas que quedan tras el paso de un ciclón.

—No vales nada —me reprochaba mi madre—. Hay un proverbio que dice que los niños criados por sus abuelas son todos unos inútiles —me decía cuando era pequeño.

A la hora de merendar, me dio un flan y me sentí mucho mejor. La buena comida es el flotador de las personas. Me gustaría decir que el buen sexo también es el flotador de las personas, pero la verdad es que todavía no he tenido ninguna experiencia sexual lo bastante satisfactoria para asegurarlo.

Hacemos el amor. Vagamos por la vida sin rumbo fijo. Y luego ¿qué?, suelo pensar. Entonces, doy un chasquido con la lengua que significa: «¡Qué fastidio!». Quizá sea cierto que soy demasiado infantil. A pesar de todo, no puedo evitar pensarlo. Vagamos por la vida sin rumbo fijo, y luego ¿qué?

Nunca hablo de mis sentimientos con nadie, ni con Mizue Hirayama ni con Hanada. Tampoco lo hago con mi abuela, y mucho menos con mi madre. Si hubiera una persona con quien pudiera compartir mis pensamientos más profundos, ése sería mi padre. Un padre inexistente en el registro familiar.

Por alguna razón, nunca he tenido un padre. Existía la posibilidad de que mi padre hubiera muerto antes de mi nacimiento por motivos desconocidos. También era posible que, antes de que yo naciera, mi padre hubiera emigrado a algún lugar recóndito de Brasil o Canadá y hubiera dejado de dar señales de vida. Por otro lado, cabía la posibilidad de que hubiera embarcado en un transbordador interestelar y hubiera abandonado la Tierra rumbo a la estrella Alfa de la constelación del Cisne. De ser así, aún estaña viajando por el espacio.
Aunque también era posible que…

No tengo a nadie a quien pueda llamar «papá», pero tengo a Otori.

A menudo le reprochaba a mi abuela su tendencia a explicarme ciertas cosas de forma deliberadamente explícita. Ella trataba a todo el mundo como «personas», sin distinguir a los niños de los adultos. Ese era su mayor orgullo. Pero últimamente suelo pensar que también era su mayor defecto. Tratar a un niño como si fuera un adulto puede parecer justo, pero no lo es.

—Aiko es muy enamoradiza. Se enamora del primero que le pasa por delante —dijo mi abuela.

«Mañana será otro día», suele decir mi madre, que, aunque sea escritora, utiliza las mismas frases hechas que la mayoría de la gente. Pero mi mañana nunca es otro día. Mañana soplan los vientos de ayer, que han regresado a través del eje de rotación de la Tierra. Nada vuelve a empezar y tampoco nada sufre cambios sustanciales.

Al fin y al cabo, yo soy su hijo. Un hijo no es un amigo, ni un ex amante, ni un tutor.
Pero mi madre lo olvidaba. Lo olvidaba y, cuando llegaba la noche, o incluso por la tarde, como aquel día, salía de casa e iba a la ciudad.

Supongo que la gente a quien no le sobra ni le falta nada es más fácil de olvidar que los demás.

.—¿Por qué a los japoneses nos gustan tanto las plantas? —musité.

El maestro permitió que los padres asistieran a clase de japonés. Por fin habíamos terminado de aprender el silabario, y estuvimos toda la hora haciendo dictados de palabras para aprender a escribir «lápiz», «sombrero» y «mochila».
Yo, que no tenía muy claro lo que era un padre, volvía la cabeza cada vez que se abría la puerta del fondo del aula y entraba alguien.

—Aunque fuera un niño sin padre, con treinta madres y criado por ratones, no tendría por qué ser infeliz —prosiguió mi abuela.
«¡Qué asco! Un niño criado por ratones», pensé yo para mis adentros.
—El origen de ese trato especial tan absurdo que le dan en el colegio es la creencia de que los niños sólo pueden ser felices en una familia tradicional.
—Ajá —dijo Otori.

—Éste es el momento que más me gusta —dijo mi abuela—. Los momentos que vienen justo antes de empezar algo son los mejores. Siempre hacen ilusión y nunca son tristes.

Yo escuchaba su conversación con aire distraído. De repente, recordé que Mizue me había prestado un libro de relatos en el que había una historia que trataba de un hombre que se vestía con el uniforme marinero de su novia fallecida. «Es magnífico, ¿verdad?», me había preguntado Mizue, mirándome a los ojos, cuando le devolví el libro. «Sí, me ha gustado bastante», le respondí yo. «Si yo muriera, ¿tú también te pondrías mi uniforme marinero, Midori?», me preguntó ella. No supe qué responderle. Pensé para mis adentros que aquella pregunta era una especie de ofensa a la seriedad de los personajes que aparecían en el cuento, pero no se lo dije. «Tú no tienes ningún uniforme marinero», objeté, y ella replicó: «Porque en el instituto tenemos que llevar chaquetas deportivas. ¡Menudo rollo! Yo prefiero los uniformes marineros».

«Nunca te tomes al pie de la letra lo que te digan las mujeres», me aconsejó Otori cuando le expliqué la historia unos días más tarde, pero no me convenció. Si uno no podía confiar en la palabra de una mujer, ¿cómo era posible mantener con ellas una relación de amistad o de amor?
—Hay una forma de poder confiar en lo que te dicen las mujeres, naturalmente —añadió Otori con una sonrisa—. Pero es un camino muy duro —me advirtió, dándome una palmadita en el hombro—. Puede que no haya ni un solo hombre en todo el mundo que haya llegado al final de ese camino.

—Desde entonces, he huido de muchas cosas —suspiró. Tuve la sospecha de que había heredado los suspiros de Otori.
—Ya.
—Huir, huir y seguir huyendo —concluyó.
—Debe de ser duro pasarse la vida huyendo —le comenté tras haber reflexionado un rato. Otori asintió enérgicamente.
—Es duro y muy absurdo —admitió con seriedad.

—Debe de ser duro salir con una chica joven —observó el señor Sato tras una breve pausa.
—¿Duro? —repetí, desconcertado.
—Huyen sin rumbo fijo —musitó él.
—¿Sin rumbo fijo? —repetí.
—«Las doncellas son escurridizas como peces. Cuando están a punto de morder el anzuelo, mueven las aletas y huyen» —dijo el señor Sato lentamente.

Suspiré de nuevo. «¡Qué ganas tengo de ser adulto! —pensé, aunque sin ninguna lógica aparente—. Quiero ser mayor, viajar a una isla deshabitada y vivir solo y tranquilo». Si Mizue Hiramaya me hubiera oído, me habría dicho que ésa no era la vida de un adulto, sino de un mendigo. «Me da igual ser un mendigo», le respondía a la Mizue ficticia que estaba dentro de mi cabeza. A mí me resultaba muy duro tener que enfrentarme a mí mismo, a mi yo actual.

El autor de estos haikus es Koi Nagata, un poeta nacido en el año mil novecientos. Escribió hasta que murió a los noventa y siete años. Estuvo a punto de perder la vida en el gran terremoto de Hanshin del noventa y cinco, pero siguió escribiendo poesía de alto nivel en la residencia de ancianos donde vivía.

Aquella mañana, mi abuela tampoco estaba. La ausencia de Masako era un hecho inusual. Como ya he dicho antes, mi abuela es como un gato. Casi nunca sale de casa y, cuando tiene que salir, termina sus recados lo antes posible y vuelve rápidamente. «¿Tanto te gusta estar en este cuchitril?», le preguntaba de vez en cuando. «Pues sí, me encanta este cuchitril. Cuanto más destartalada es una casa, más a gusto me siento en ella», me respondía, un poco brusca.

«A algunas mujeres les gustan los chicos educados», me decía mi madre, arrugando el entrecejo. «A mí no me gustan los hombres de esa clase —intervino mi abuela a continuación—. No puedes fiarte de un hombre que es educado con todo el mundo». Mi madre asintió con un amplio movimiento de cabeza.

Mizue es de las personas que se mantienen frías como un témpano cuando se enfadan. En aquel momento, su temperatura debía de ser de doscientos grados bajo cero. El frío que desprendía habría congelado hasta el mercurio.

—Siempre fue así. Tú me gustabas mucho más de lo que yo te gustaba a ti.
¿Mucho más? ¿Acaso el amor se puede medir en cantidades? Además, ¿por qué hablaba en pasado?
—Pero no podía hacer nada. Uno no puede elegir ser la persona más importante para el otro.

—También me dijo que, cuando te acercas demasiado a alguien, acabas echándolo todo a perder.

—Por muy simpáticas, imaginativas y psicológicamente independientes que parezcan las mujeres, nunca descubres cómo son hasta el final —me dijo Otori por la noche, para consolarme.

«Qué ganas tengo de ser mayor —susurré—. Quiero crecer y ser libre». De todos modos, bien mirado, quizá fuera entonces, en mi estado actual, cuando era libre de verdad. La libertad es un ser desamparado y solitario.

—Tengo la sensación de que yo no haría muy buenas migas con esa amiga tuya —comentó mi madre, diciendo lo que pensaba sin ningún tipo de consideración.
—Yo tampoco congenio mucho con ella —admitió mi abuela—. Pero también es importante llevarse bien con las personas que no congenian contigo.

—Las personas que se preocupan por todo acumulan cada vez más sufrimiento. No deberías acostumbrarte a sufrir demasiado.

—¿Qué es el amor?
—¿El amor? —repetí.
—¿Tú te enamoras con facilidad?
—No mucho.
—Yo no sé si tengo la capacidad de enamorarme —murmuró Hanada, como si estuviera hablando para sí.

Me acordé de una frase que dijo mi madre un día cuando le pregunté por su historia con Otori. «Al final las cosas fueron así, y no se puede cambiar lo que pasó».

—¿Por qué tienes la mala costumbre de valorar a los demás según el éxito que tengan con las mujeres? —le reproché.

«Los odio —pensé—. Odio a Hanada y odio a Mizue. Y también odio a la señora Nami, a pesar de que me prestó sus pantalones de trabajo y nos ha invitado a comer muchas veces. También odio al viejo de la pensión, que nos preparó bolas de arroz. Odio todo lo que hay en la isla. Odio a Otori y a mi madre».
En aquel momento, odié todo lo que había en la faz de la Tierra.
Pero, por encima de todo, me odiaba a mí mismo.

Durante la celebración del Obon, en la isla de Sagano se representaba el baile de plegaria llamado nenbutsu odori, la danza tradicional procedente de la provincia china de Fujian, según la información que nos había dado Kitagawa unos días antes.

—¿De qué va este festival? —preguntó Hanada.
—Antiguamente, la comitiva visitaba todas las casas de la isla y celebraba un oficio de difuntos por el descanso de las almas de los antepasados, que consistía en bailar la danza de plegaria. Es un ritual llamado omonde —explicó Kitagawa, como si estuviera en clase—. Pero, últimamente, la isla ha perdido muchos habitantes. Antes, los participantes bailaban en el cementerio hasta altas horas de la madrugada, pero hoy en día han simplificado el ritual y sólo pasan por las casas donde ha fallecido algún familiar recientemente y por los lugares sagrados de la isla.

—Dicen que el primer día del Obon es el día en que aparece la libélula roja —dijo alguien. Al levantar la mirada, me di cuenta de que estaba al lado de Kitagawa—. También dicen que, si pegas la oreja al suelo, oyes las almas de los difuntos golpeando las puertas del infierno.

—Pero no me hacías caso, sólo te hacías caso a ti mismo, incluso cuando estabas conmigo.

Entonces, se echó a reír en vez de llorar. Era una risa que surgía de su interior, sincera y hermosa como la espuma de las olas, como una campanilla en medio del mar.

¿Sabes qué? La verdad es que creo que habríamos podido ser lo que la gente llama «amigos del alma». No me hagas caso, no sé lo que digo.

Estoy segura de que no te enfadarías si yo me enamorara de alguien. En cambio, yo me enfadaría mucho si tú te enamorases de otra chica.
Puedo enfadarme, ¿verdad?






Profile Image for Javier.
222 reviews81 followers
April 28, 2023
¿Shibuya o Jinbōchō? Cada vez que cojo un libro de Hiromi Kawakami tengo la impresión de estar leyendo lo típico que encontraría en todas las mesas de novedades editoriales del VIPS-Fnac-Casa del Libro-El Corte Inglés, la novela de moda que regalas a tu madre y aparece reseñada en los medios de comunicación. La única duda que tengo respecto a esta autora, ultra popular en Japón, es que no sé si meterla en el saco de lo puramente comercial o si puede presumir de un aura más literaria: ¿Shibuya o Jinbōchō? Sea como sea, sus historias siempre funcionan bien, aunque se parezcan todas entre sí. Hay una especie de fórmula Kawakami, compuesta por personajes complejos psicológicamente y una atención especial a lo atmosférico, como en la novela romántica o la literatura gótica. Una escritura sutil, delicada, sofisticada, y toda la ristra de adjetivos que el cazurro occidental básico califica como "japonés". Es por esto, quizá, por lo que se consume con tanta facilidad, aunque como obra de ficción no siempre funciona bien.

En este caso, al tratarse de una historia adolescente, el estilo encaja y todo fluye con serenidad. El protagonista es un chaval de Tokio que vive con su madre y su abuela en una casa antigua. Su padre es un perdedor que se desentendió de la familia pero que no para de dejarse caer por allí cuando le apetece. En su otro hábitat, el instituto, aparecen su mejor amigo y su novia, ambos aprendiendo a hacerse adultos, como él, y algún que otro personaje secundario. El chaval, que desde el principio se nos presenta como alguien con una rica vida interior pero incapaz de expresar sus sentimientos, nos va contando sus experiencias, construyendo su relato. La parte más potente, como suele pasar con esta autora, llega al final, cuando por las vacaciones de verano el protagonista y su mejor amigo deciden visitar un grupo de islas al sur de Japón. Un día emprenden una excursión campestre para visitar un templo en un islote abandonado y allí, con gran lirismo, tiene lugar la catarsis que les señala el camino a la adultez.

Buena lectura para iniciarse con Kawakami, de la que no sé si volveré a leer más, dicho sea de paso. Al menos mientras siga publicando obras que, me parece, han derivado a novela rosa. Si a El señor Nakano y las mujeres le puse tres estrellas (siendo un 2.5-3), a este le caen otras tantas, estando, eso sí, un punto por encima.
Profile Image for Eva Guerrero.
201 reviews57 followers
May 13, 2021
4,5
Amo a Hiromi Kawakami, he leído varios libros suyos y me muero por seguir con los que están traducidos al castellano y me faltan. Me encanta cómo cuenta historias sencillas cargadas de vida, de connotaciones interesantes.
En “Algo que Brilla como el Mar” tenemos una de estas historias con varios personajes asisten a una pequeña crónica del cambio a la edad adulta, de la búsqueda de la identidad sexual y otros temas complejos y a la vez contados de una forma fantástica.
Profile Image for El Cuaderno de Chris.
365 reviews99 followers
April 3, 2019
Hace un año leí otro libro de Hiromi Kawakami, y con este segundo libro empiezo a notar en sus historias una especie de tranquilidad y al mismo tiempo de nostalgia. Cuando vi este libro sabía que debía leerlo y siento que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado.

Midori es un chico normal con una familia que no se ajusta a lo convencional (a estas alturas no sé que significa una familia convencional), vive con su madre y con su abuela (a la primera la llama por su nombre de pila y a la segunda le decía mamá hasta que ella le pidió que la llamara también por su nombre), esta última siempre le habló como si fuera un adulto, explicándole muchos temas a una edad muy temprano. Midore sabe de la existencia de su padre pero este resulta un hombre descomplicado y hasta irresponsable.

Midori tiene dos amigos Hanada y Mizue. Hanada, quien se siente muy cómodo con su lugar en el mundo y por esa razón busca sentirse incomodo (Sentir algo como cuando era niño y se subía a la copa del árbol del colegio), Mizue por otro lado es la novia de Midori, pero resulta ser una relación extraña porque Midori no parece saber qué siente por ella.

Es una novela que habla del paso a la adultez, el sexo, las relaciones y la amistad donde los personajes se mueven entre las costumbres y la modernidad. Un libro que me traía una extraña paz al leerlo y en el que no ocurren cosas impresionantes pero que por la belleza de la narración y de las palabras logra transportar al lector.

Muy recomendada.
Profile Image for Jordi Fierro Silva.
Author 2 books147 followers
May 6, 2022
En la tercera novela del reto lector de 2022 me encontré con una sutileza increíble.
Kawakami me demuestra en esta segunda historia que leo de ella como la vida de alguna persona es importante contarla. Midori es un muchacho de colegio que tiene un amigo llamado Hanada, que tiene una fijación con encontrarse en el mundo. También está Mizue Hariyama, que es la chica con la que esta saliendo y que no se sabe muy bien porqué. En esa parte de su vida las preguntas salen y salen a borbotones como lo harían en cualquier joven de su edad. Luego esta su familia, él vive con su madre y su abuela, dos personas diferentes y a la vez muy parecidas. La crianza que ha tenido lo ha llenado de empatía con los demás, eso se nota en la relación con su amigos, y sobre todo con su padre, Otori. Este padre de cierto modo esta ausente, se ve en casi toda la novela una despreocupación por su hijo, para luego darle un giro al final.
Todo esto es la vida de Midori, algo común, diría él mismo. Pero lo que hace Kawakami es encontrar lo extraordinario en su cotidianidad, en sus preguntas y como se relaciona con los otros. Midori pasa por un viaje, tanto físico como espiritual, que lo cambia al final de la novela, pero que para nosotros como lectores es entendible, quiero decir, no es otro personaje, es el mismo pero con sutiles cambios que solo los mas atentos notarán.
Me entregué a la simpleza de su vida, a tal vez no sentirse el protagonista de su propia historia y sobre todo a ese viaje descomunal que todo ser humano tiene en su adolescencia.
Quiero más de Kawakami, ella me recuerda porque la narrativa japonesa me gusta tanto.
Profile Image for Yuly Andrea Guzmán Rojas.
53 reviews1 follower
January 6, 2022
No sé si soy la única, pero como había leído las dos novelas anteriores de ella, esperaba encontrarme un estilo de escritura parecido; que te da tranquilidad pero te cuenta una historia hermosa como la que me cautivó con su sutileza en “El cielo es azul, la tierra es blanca”.

Acá, no lo sentí, las conversaciones que terminaban con ese molesto “ya” de los personajes; como Midori, personaje principal, que parece no asombrarse por nada y como todo es narrado desde el punto de vista de él, hace la novela algo plana.
Profile Image for Alejandro Ferrer.
Author 2 books3 followers
February 3, 2023
"Algo que brilla como el mar" es el ejemplo perfecto de la literatura japonesa que mira la novela como un fragmento de vida. En esta novela suceden muchas cosas, muy cotidianas, que vistas desde fuera parecerían casi banales, pero que resplandecen por el solo hecho de dedicarles unas cuantas palabras. Empecé la lectura esperando una conmoción sentimental, pero al cerrarlo no me sentí conmovido. Eso no significa que el libro no me haya marcado, todo lo contrario, el genio de esta novela radica en su sutileza. Hiromi Kawakami presenta una serie de situaciones que generan muchas preguntas en la cabeza del narrador - y por ende del lector -, preguntas que quedarán probablemente sin respuesta, como las dudas que tenemos a lo largo de la vida y con las que aprendemos a vivir. "Algo que brilla como el mar" nos enseña a asumir que hay preguntas a las que no podremos responder, y que hay que aprender a reconciliarse con esa incertidumbre.

Recomendado.
Profile Image for BNZ.
271 reviews1 follower
January 7, 2015
No está a la altura de "El cielo es azul, la tierra blanca". Pero aún así es un buen libro.
Profile Image for tina.
96 reviews
November 23, 2021
quiero charlar con cada uno de los personajes de este libro
Profile Image for Fa.
113 reviews5 followers
December 21, 2018
Es la segunda historia japonesa que leo (novela, no cuento) y no sé si esperaba la típica estructura occidental pero me sentí todo el tiempo como asomándome a la historia, captando fracciones de ella (imágenes básicamente) pero sin conocerla en realidad.
El lenguaje es bellísimo y realmente podía sentir que VEÍA las imágenes pero en realidad no me contaron una historia. Los personajes son complejos y tienen algunos rasgos entrañables pero siempre me quedé con la sensación de que faltaba más. La historia nunca llega a un clímax; son momentos, sólo momentos bellamente narrados, medio conectados pero nada en concreto. Como ver nubes formando figuras hermosas y después perderlas de vista; como un suspiro, bello pero efímero.
Profile Image for Maria Rosas.
503 reviews19 followers
April 1, 2023
La narrativa es sencilla de entender me gusta como el protagonista aprecia la belleza de los pequeños detalles , su introspección para refugiarse en la naturaleza
Un personaje que madura y evoluciona a su ritmo
Aunque no me gustó el trato con su madre , ella me pareció más inmadura como si fuera hermana menor de el . La abuela si por mucho es más su madre quizás la autora quiso hacer una crítica social al tema de las familias como son las madres solteras , no es que el padre sea un inmaduro sino más bien tenía que soportar estar a la alta expectativa de ella .
Profile Image for Nancy Castro.
227 reviews
October 10, 2025
Fue inusual para mí leer sobre esta transición a la adolescencia, porque lo había leído con escritoras latinoamericanas. A pesar de los descubrimientos sobre quiénes eran, su sexualidad, la convivencia con los adultos, etc.siempre lo sentía infantil, tal vez me acostumbré a lo grotesco de la vida adolescente en Latinoamérica.
Profile Image for mirivashappenin.
64 reviews2 followers
May 18, 2025
me hubiese gustado más si no hubiese sentido que algunas conversaciones súper reflexivas de los personajes se quedaban a medias
chuli la búsqueda de la paz en la conexión con la naturaleza y que haya referencia a otras obras
Profile Image for Isabel.
63 reviews2 followers
March 25, 2025
Si soy sincera lo compré por la portada y el nombre y aunque al principio pensaba que no me iba a gustar me ha parecido muy bonito, transmite calma la conexión que hace con el mar.
Profile Image for Carlos Castilla.
Author 4 books102 followers
March 25, 2020
Descubrí a Kawakami con "El Mar es Azul, la Tierra Blanca" y me enamoró con ese libro. Hacía tiempo que tenía ganas de seguir leyéndola, y cuando di con este libro, no dudé.

Se trata de una novela donde tres chicos en tránsito buscarán respuestas a sus dudas existenciales y su propia identidad. La historia está narrada por uno de los tres chicos, Midori Edo, y los otros dos serán siempre vistos a través de sus ojos. Si bien Mizue, a mi parecer, es la que queda más diluida aunque represente para Midori la atracción y la complejidad que representa el sexo femenino para él, el personaje de Hanada es ESPECACULAR. Mientras que Mizue siempre quedará en un plano de misterio y cierta distancia debido a la incapacidad del protagonista para comprenderla, Hanada, que es su mejor amigo y con el que pasa más tiempo, se nos hace más cercano y asistimos al proceso de transformación que sufre, que, a mi parecer, resulta el más complejo y profundo de todos por todo el simbolismo que cargan sus acciones, como las preguntas que hace y como, por supuesto, lo que obliga a Edo a preguntarse, siendo empujado a conocerse más a sí mismo.

Los personajes secundarios que aparecen en la novela merecen, también, mucho la pena. Pese a vivir en una familia complicada, las relaciones que se crean entre todos los miembros de la familia de Edo son tremendas.

Como ya ocurría con la otra novela que leí de ella, se trata de una novela intimista, casi poética, con mucha carga nostálgica y con esa lentitud tan propia de la literatura asiática. Leer esta novela es transportarse a algún lugar lleno de paz y de silencio, lejos de todo el ruido y el estrés, de las tensiones propias del día a día. Es algo casi catártico.

Hay que seguir leyendo a Kawakami.
Profile Image for Katipza.
43 reviews11 followers
May 26, 2021
No tenía mucha idea del libro al momento de leerlo, y creo que influyó en cuanto a las espectativas que tenía sobre el. Hiromi es una autora que recomiendan mucho, y este libro me tomo por sorpresa.

Como tan los personajes existen de manera sincera, a lo que quiero llegar es a lo siguiente, faltó un poco más de fuerza, siento que la historia fue "normal" para mí gusto. Esperaba encontrar una que otra reflexión, pero no fue así.

No fue algo que me cautivó por completo, pero si pude agradecer que la autora nos mostrará el valor de la sencillez de la vida, y el instante de ella. Lo tomó como un valor de referencia para alguien que busca encontrar un rasgo diferente.
Profile Image for Cesar Ramos.
3 reviews
May 12, 2020
Un libro que se lee muy rápido, pero no encontré nada realmente interesante o remarcable en el, una historia simple y rara, poco natural, y personajes poco desarrollados, sin personalidad.
Profile Image for Seba Candia.
6 reviews
February 21, 2022
4 estrellas porque mi shipeo no triunfó
This entire review has been hidden because of spoilers.
Profile Image for Natilin Alpaca Saurio.
1,268 reviews2 followers
December 24, 2022
...me caia mal el prota...luego me di cuenta que tiena muchas cosas que tengo yo... entendí todo... Qur ganas de irme a la mierda uwu
Volveria pero por lo menos 3 dias de irme a la chota uwu
1 review
August 9, 2021
Reflexionar acerca del significado de la sensación de ver algo "desde lejos" juzgándolo bonito, plácido, brillante, de una calmada palized y al "acercarse" descubrirlo irregular, feo, sucio, manchado y poroso. Sin duda es un libro lleno de sutilezas y de formas muy pausadas de ver la vida (dándole vueltas a cómo expresar los sentimientos, a qué expresiones acudimos para ello, a su impacto en la manera de hablar y pensar de cada uno, por ejemplo). También es interesante las descripciones que se hacen del entorno en el que discurre cada escena, intercalandolas con la interacción humana, como si de algún modo reflejasen parte de los sentimientos asociados a ellas, con sus movimientos lentos pero seguros, siempre melancólicos. O a veces no, a veces no parece que tengan relación alguna con lo que pasa, que son distantes a las preocupaciones y ocupaciones humanas... Y quizás es precisamente eso lo que se busca, enmarcar a las personas en un universo que es ajeno a toda su problemática. Pero de algún modo la historia se mece en el vaivén del canto de los grillos, de la sacudida de una rama en flor, de unas nubes solitarias viajando en el inmenso azul.

Eso si, el protagonista del libro es un completo idiota. No se ni por dónde empezar... Por mucho que piensa (y sin detenerme mucho en que la mitad de lo que piensa son gilipolleces) es el tío mas insensible, soso y neutro del que he sido víctima hasta hoy. Ni un ápice de compasión, ni una muestra de afecto, ni siquiera de curiosidad. Es como un soldadito al que le dan cuerda y que, cuando se mueve se queja y cuando se para, también. Por suerte a su alrededor hay gente más interesante, como Hanada u Otori. O el profesor de japonés. Finalmente, y por suerte para el lector, consigue sacudirse de su invalidez para comunicar sus sentimientos hacia el final de la novela, y se intuye que, consecuentemente, vive mas tranquilo.
Profile Image for Belle Sabattin.
496 reviews42 followers
April 4, 2022
Siempre me han llamado la atención los escritores que son capaces de tomar algo que no parece "normal", llevarlo a unas páginas y convertirlo en una historia que no nos hace sentir normales, nos hace identificarnos y empatizar con cada uno de los personajes. Me he preguntado varias veces si será esa la real magia de la literatura y no la que vemos en los libros de fantasía.

Midori, es un chico normal, al que le pasan cosas normales, pero en la historia podemos ver como no es tan así y como en plena adolescencia emprende este viaje interior de auto-descubrimiento. Es un protagonista bastante aburrido la verdad, pero hace que la historia se sienta como un poema, es delicado y suave al contarse, pero es capaz de traspasar muchas emociones y sentimientos... a pesar de su apatía constante.
Profile Image for Kokelector.
1,079 reviews104 followers
September 18, 2017
Aedo es un joven que no sabe qué ocurre en la vida, pero sabe qué hacer con ella: vivirla. Kawakami nos muestra a través de los ojos de un joven que sale de la secundaria como es ir creciendo intentando aprender del mundo, la amistad, el amor y una relación negligente, maravillosa con su madre y abuela. A través de sus hermosas letras, podemos adentrarnos en un mundo interior ambientado en Japón, pero que nos permite entender que la vida es eso que Aedo hace: vivirla. Gran lectura para el desánimo.
Displaying 1 - 30 of 223 reviews

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