Chin chin el teporocho

by Armando Ramírez

La locura reiterada de Tepito se enardece cuando un muchacho aparece muerto en un parque, luego un hombre es acuchillado con el filo de una botella rota en una bodega que sirve de refugio para clandestinos amores homosexuales. Mientras tanto, el ejército responde al fuego de los disparos paramilitares y atrapa a los jóvenes congregados en la plaza de Tlatelolco en el fuego cruzado. Vendedores de droga, putas, asesinos, policías, golpizas en la delegación, traición, robo y muerte, se conjugan en esta ya legendaria novela en donde Rogelio, un tepíteño de 22 años, cuenta como se convierte en teporocho. Cuando Rogelio cree que ha sobrepasado las pruebas que la vida le ha impuesto, listo para formar una familia con la mujer que ama y preparado para enfrentarse a sus sueños, una serie de atroces acciones descubren en el pasado de las víctimas un inesperado vuelco en el destino, que lo orillan a vivir en las calles tomando "la teporocha", alcohol de 96 grados con refresco de tamarindo.

204 pages, Paperback

First published January 1, 1985

About the author

Escritor, novelista, periodista y cronista mexicano.

Es originario del barrio de Tepito en la Ciudad de México, hijo de un boxeador y de una ama de casa. Estudió en la vocacional número 7 del IPN y participó en el movimiento estudiantil de 1968. No cuenta con formación académica literaria. En 1971 inició su carrera con Chin chin el teporocho, la cual adaptó al cine y rodó en 1975 el director Gabriel Retes. Fue fundador en 1974 del colectivo Tepito Arte Acá con Daniel Manrique, Julián Ceballos Casco, Virgilio Carrillo y Felipe Ehrenberg.

Como comunicador fue jefe de información de Hoy en la cultura de Once TV, guionista de programas de televisión, comentarista de Letras vivas, un programa que era conducido por José Agustín y en Detrás de la noticia con Ricardo Rocha. Ha colaborado en medios como Unomásuno, Imevisión y en el noticiario de Televisa, Matutino Express con el segmento ¿Qué tanto es tantitito?, que presenta crónicas sobre la ciudad y la cultura popular.

Reviews

[Alejandro Carrillo · Rating 3 out of 5]

Hummmmm... me gusta la frescura, la inocencia, lo rústico.... Armando tenía 19 años cuando la escribió, y me parecen bien chingones los hallazgos que se topó, desde la inocencia y la naturalidad:

"Hay veces que llego a conclusiones que me espantan, pienso, que la humanidad es falsa, como la moneda con que se paga, como falsa es la palabra que se da y no se cumple, como falsos son nuestros hermanos que traicionan la verdad, por todo eso yo quisiera ser tan falso como falso puede ser lo falso."

"ahi estan tomando unos hombres desalineados, grotescos, irreales, son como magicos, toman todos los dias y todo el dia alcohol de noventa y seis grados revuelto con refresco de uva o de naranja"

Además, algunas descripciones vitales, chingonas, ritmicas de la vida en la ciudad, de la depresión de un trabajo de 8 horas, de los puestos de comida en la calle... la libertad de decir lo que se quiere, como sea.

Pero, pero... lo que en José Agustín tiene, además de la rabia y el vertigo y la diversión, una profundidad bien cabrona, aquí no, aquí se queda en anecdota, en eventos improvisados, en ingeniudad, en descontrol, en algo en bruto, vomitado, sólo.

Algo más de intencionalidad y técnica habrían hecho de este libraco una verdadera verdura bien cabrona.

Me gustó y no me gustó. Me emocionó y me decepcionó.

[César Torres Hernández · Rating 3 out of 5]

Yo cuando veo a una persona alcohólica tirada en la calle me pregunto qué circunstancias lo habrán llevado a estar así, pues en este libro Armando Ramírez nos cuenta la historia de Rogelio, y nos va llevando de la mano de cómo pasó de ser un joven empleado de supermercado a un teporocho. Aunque está ambientada en el barrio de Tepito, este barrio no pasa a ser un elemento importante en la trama, creo que pudo haber tenido más relevancia.

[EL LIBRERO DE JUDE · Rating 5 out of 5]

Hace tres años compré este libro y hoy decidí comenzar a leerlo... Y no pude soltarlo hasta la última página.
Una historia fascinante.
Trama divertida, cruel y dolorosa.

[Juan Araizaga · Rating 4 out of 5]

2 días y 203 páginas, después. El primer libro que leo del autor, sabía que era cronista y reportero pero no sabía que escribió novelas. Debido a su fallecimiento y por consejo de mi abuela decidí leerlo.

La vida y motivo por el cuál un teporocho (condición cercana a pordiosero, pero con mayor grado de alcohol en su ser) terminó de esa precaria forma, pero al más puro estilo mexicano, y escrito en chilangoñol. Para darle un realismo más profundo a la narrativa la historia mantiene errores de ortografía.

Un libro que dependiendo de los profesores y las escuelas, debería ser considerado con un clásico nacional, ya que muestra una etapa en la clave de la juventud mexicana, e incluso si lo miras de esa forma hasta tiene una lección.

Es algo totalmente mexicano, chilango a más no poder, es una realidad precaria que sigue vigente hasta nuestros días. Me recordó a Chicuarotes, que en pleno 2019, siguen existiendo los mismos problemas sociales (pero enraizados) que hace 60 años. No hemos mejorado, sino empeorado.

Y aunque esta cara o visión del pueblo mexicano, siempre ha sido ignorada o malvista, es lo que somos. Es a lo que pertenecemos, y muchos de nuestros compatriotas aspiran unicamente a ello, a concluir como teporochos. Causas de fuerza mayor.

Creo que este libro fue escrito primordialmene para mexicanos, para entendernos, y no seguir el mismo camino. Creo que a un extranjero le costaria comprender todo lo que lleva (por no decir de su extravagante prosa y lenguaje), ya que es demasiado profundo. Si te quedas con la narrativa unicamente, con lo superficial, podrías decir que es una vulgaridad sin importancia. Pero si te adentras al contexto, lograrás comprender muchas cosas.

No creo que haya reseña.

[Niño Lagartija · Rating 3 out of 5]

¿Cuántas veces me han dicho "te hace falta barrio, morro"? La verdad es que he perdido la cuenta, pero gracias a Armando Ramírez y su Chin chin el teporocho pude recuperar el tiempo que he perdido en un vano intento por blanquear el cobre. Lo que me encanta de este libro es que se le puede tirar directo a la quijada a esas personas que se las dan de muy cultas por "hacer buen uso de la gramática española". A tomar por culo, payasos. Este libro contiene imágenes con sexo, drogas, violencia y chistoretes que valen la pena, además de ser el reflejo de una época que fue arrasada por el progreso. En fin, les dejo una cita:

"Ya no siento nada, todo ha ido perdiendo valor ante mis ojos, la vida, la muerte ya no significan nada para mi, ya todo es igual, da lo mismo que sea lunes que sea domingo, que este borracho, que ecuanime, da lo mismo que sea blanco, que sea negro, que al fin y al cabo todos vivimos en el infierno que nos hemos creado, por eso me dan lastima aquellos que se creen buenos y tratan de arreglar el mundo, cuando lo único que hace falta es hacerse ¡pendejos!"

[Giovaennchen Lozano · Rating 4 out of 5]

Fuerte, fuerte novela de Armando Ramírez narrando la vida de un "teporochito" del centro de la Ciudad de México ... ¿Por dónde empezar? Si desde su nacimiento estaba destinado a la pobreza, la marginación, la sobrevivencia. Y, ¿qué hace para sobrevivir? Si no puede ir a la escuela, no come bien, no tiene a nadie que lo apoye. Trabajando aquí y allá ... intentando salir adelante, de un modo o de otro, pero bueno ... si te la sigo contando no la vas a querer leer. Pero es muy buena. No se si es tan actual, pero si lo pienso bien, yo diría que sí. Muestra uno de esos submundos que muchos de nosotros no conocemos, y no nos podemos imaginar que existen. Tal vez se han vuelto más duros, ya no es el alcohol, sino otras drogas más gruesas y dañinas... Nos lleva a ese "México real", el "México profundo" que muchos no ven.

[Annie Tokee · Rating 2 out of 5]

Si bien me gustan este tipo de lecturas ambientadas en un México de barrio y cargadas de realismo sucio, algo tuvo el ritmo y la forma en la que esta escrita esta historia que no acabaron de convencerme. Comprendo la intención del autor de querer plasmar una jerga de barrio, con todos sus colores y demás, pero vaya, romper las reglas con maestría en la escritura es complicado de hacer bien y creo que esta vez falló. En cuánto al ritmo, sentí que el final pasó muy rápido, me hubiese gustado que no se quedará solo solo un par de oraciones.

La trama y la ambientación fueron los elementos que más la hicieron brillar.

[Ney · Rating 4 out of 5]

Chin Chin el teporcho es una historia que se escucha más que se lee, que tiene un aire despreocupado y que narra lo agotadora que puede ser la vida.

A través de las páginas vamos conociendo a Rogelio, quien cuenta cómo pasó de ser un empleado de supermercado a un borracho de tiempo completo, y cómo tuvo que afrontarse a muertes, peleas y en general, al frenesí del día a día en una Ciudad de México que cuando se intenta enterrar, late con más fuerza.

En definitiva, un libro danzarín, que escupe realidad e incesantes referencias a la cultura de los albures y al juego crudo de palabras que narra todo y nada a la vez, y que hace pensar que si la gente supiera su futuro, probablemente no haría las cosas del mismo modo... o quién sabe, igual y algunos sí.

[Omar Colio · Rating 5 out of 5]

Primera Parte
¡A huevo, Armandito! ¡Lo lograste! A partir de un excelente dominio del lenguaje lograste crear una novela que careciera de toda literatura, te libraste del yugo de la academia, lograste destrozar sus pesadas cadenas y te liberaste. Liberaste la canción de tu corazón cumbianchero y nos regalaste este librazo que pertenece únicamente al barrio, ningún aula, ningún salón de clases merece recibir crédito por lo que hiciste, lo que hiciste es del barrio y para el barrio, lograste crear la prosa perfecta, la prosa de los pobres, la que usa el lenguaje de las cumbias y las salsas. Celebro este libro como el nacimiento oficial de la prosa (poética) nopalera, no teman más hijos de Abya Yala, es nuestra hora, la hora de los hijos de la noche, de los marginados, de los que llevamos llorando 500 años.
Ok…vamos por partes, esta novela es genial por muchas cosas, pero al menos para mí, su lenguaje es su máximo aporte, es la razón por la que debe de estar inscrita en el panteón de las grandes obras de la literatura mexicana. De seguro habrá quien me diga: ¿En serio? ¿el lenguaje? ¿este lenguaje burdo, vulgar y soez escrito con faltas de ortografía? Y yo les diré: sí, ese lenguaje, ese lenguaje perfecto, en el que cada falta de ortografía tiene una razón de ser, no es sólo mala ortografía al azar, hay una razón lingüística (y metafísica) detrás de eso, cada coma mal puesta, cada tilde donde no va, cada minúscula donde va mayúscula está ahí por una razón, porque ayuda a plasmar mejor el dibujo de Ramírez, la prosa es sucia, es imperfecta, está manchada de sangre y de mierda, como lo está todo el barrio, como lo están todos los personajes que describe.
Claro que esto sólo es técnica, es como cuando se ve un bordado muy bonito y después uno se entera que no lo hizo una máquina, sino una persona con sus propias manos, es impresionante, pero la belleza, la parte verdaderamente artística de la literatura radica más bien en lo que cuentas y cómo lo cuentas, en cómo lo manipulas para decirle al lector todo lo que le quieres decir. Ramírez no sólo nos cuenta su historia en una prosa desoladoramente hermosa, sino que además rompe una botella, que está hecha con los cristales transparentes del lenguaje, y con ella asesina a la literatura.
Con esta obra, Ramírez demostró que la literatura no es necesaria (entiéndase literatura como la teoría de la composición de las obras escritas, la academia pues). Nos dice: abandonemos el barroco, saltemos de la nave de los locos y nademos hasta Jauja, ¡Hay que ser completamente iconoclastas!, dejemos de dar misa en latín y usemos el lenguaje del pueblo, hay que contar una buena historia de la manera más sencilla posible, la mente del lector es más poderosa que nuestras refinadas palabras, ella llenará mejor los huecos que nosotros.

Es una maravilla minimalista. Creo que el hecho de que use muchas elipsis, es decir que escriba en capítulos cortos, es benéfico para la historia porque le da un aura de diario, de una narración orgánica que podría estar haciendo cualquier habitante de la vecindad (cualquier hijo de vecino), los personajes evolucionan al igual que la historia, no son estáticos, no son repetitivos, cada vez se van ensuciando más y más en la mierda en la que están metidos y eso afecta sus acciones. Como en todo buen libro en el que los personajes se enfrentan a situaciones extremas, los de la bandurria de este barrio se empiezan a volver ferales, su instinto de supervivencia los empuja a los vicios, a la decadencia, a la perdición, a la venganza, a la muerte, a la chingada.
Y sí, ésa es la otra gran cosa que hace genial esta novela, los personajes, son personajes muy auténticos, muy humanos, aman y odian con un fuego que no deja de arder, arde mientras respiran, platican, pistean, se apuñalan por la espalda, se ponen a prueba. A pesar de lo aparentemente limitado del vocabulario en el que hablan, los personajes del maestro Ramírez son mucho mejores que los de muchos que escriben con un vocabulario amplio, académico y barroco del que salen puros personajes unidimensionales, acartonados y pedorros.
Como insinué en el párrafo anterior, el hecho de que estos personajes se sientan auténticos no sólo radica en su andar y sus acciones que ya conocemos muy bien porque su historia es la misma de siempre, la que han sufrido, sufren y seguirán sufriendo millones de mexicanos, sino también por sus diálogos (¿Ya ven por qué les digo que ésta es una obra maestra del lenguaje?), cada uno de ellos tiene una voz propia que no solamente nos revela su pasado sino también sus ambiciones en la vida, esa voz es el fuego del que hablaba, está perfectamente construido, hablan como habla la gente de a de veras, por eso son tan auténticos.
Y como son auténticos, son entrañables, un crítico malaleche que escriba en hipérbole diría que los personajes no tienen ningún condicionamiento moral, pero eso es mentira, podrán no ser hermanitas de la caridad (y qué bueno porque que hueva una novela sobre esas viejas) pero sí tienen códigos, a mí Rogelio me parece un tipo leña, su familia también, siempre es solidaria, cómo no quererlos, cómo no sufrir por el Ratón y su madre la Piltrafa, hasta un personaje complejo como Agnes a mí me genera muchísima empatía. A pesar de ser un libro muy crudo, a veces es un libro tierno, es un libro que te hace sentir el calor del cariño que existe en estas realidades desamparadas, por eso los personajes son entrañables, Ramírez te hace quererlos, no quieres que les pase nada.
Que no se les escape que esta obra es una obra política, este libro es un libro de protesta, al desnudar la realidad está desnudando el corazón podrido del régimen priista y del sistema capitalista, Rogelio tiene conciencia de clase (al igual que sus primos), por eso relata los horrores diarios que suceden todos los días en nuestro país, es absolutamente crudo al describirlos, no usa ni un eufemismo, por eso digo que no es literatura, es algo más profundo.
Esta gente sufre simplemente porque su vida es un infierno, no un infierno filosófico como el que proponen doctrinas como el budismo, sino un infierno real, están atrapados para siempre en el círculo infinito de la explotación y la pobreza, la muerte siempre está presente, esperando en los pasillos, por eso en su poco tiempo libre tienen que vivir al límite, de ahí parte la crítica no sólo a la religión sino a la fe, Rogelio es un superhombre, un deicida, ni siquiera viviendo en el mismísimo infierno necesita un Dios del que agarrarse.
Segunda Parte (El peor de los caminos)
¡Vale verga! ¡Caíste en la trampa! ¿Por qué, Armandito, por qué? ¿Por qué te nos pusiste, más intelectual, más literato, más obvio? en la primera parte planteabas tan bien esta misma crítica de un modo más sutil. ¿Esto echa a perder el libro? Nel, para nada, sigue siendo un libro chingón, pero cuando se nos pone más intelectual y empieza a usar mucha palabra griega, como paroxismo y éxtasis, pierde su aura de manifiesto, de cachetada guajolotera a la literatura, el lenguaje se vuelve más académico, más estudiado, la prosa sigue siendo preciosa pero pierde algo de su autenticidad, de su visceralidad inocente e iluminada, de su simplicidad, aghh es difícil enojarse con este libro por lo buena que es la primera parte, es tan buena que la segunda parte (que también es excelente) parece mala en comparación.
Bueno ya entiendo por qué se llama “el peor de los caminos”, nah, broma, Ramírez no toma el peor de los caminos, pero sí se deja llevar un poco por su lado literato, esto es como cuando un pitcher pierde un juego perfecto en la novena entrada, su trabajo sigue siendo una joya pero pierde esa aura casi divina que tenía. Otra cosa que no me gustó de la segunda parte es que usa más el recurso del otro narrador (el que está en el presente con Rogelio ya convertido en Chin Chin el Teporocho contándole la historia) en la primera parte lo usa sólo al principio y al final y aquí lo usa ya con más frecuencia, la verdad yo siento que no le aporta nada al libro y si lo hubieran cortado no pasaba nada.
Pero en fin, como dije no es que el libro se caiga por completo, sigue siendo un gran libro, los personajes y la historia avanzan orgánicamente, en el aspecto estrictamente narrativo la segunda parte está a la altura de la primera aunque el autor se ponga más intelectual, más explicativo, más novelesco.


Conclusiones
Esta obra debería ser analizada a detalle por los lingüistas. Hay algo místico en su prosa, te deja con una cosquilla metafísica, es absolutamente poética, ese lenguaje que muchos creen burdo es super expresivo, es capaz de hacer estallar una bomba nuclear de sentimientos sólo con una onomatopeya. De verdad no tiene ni pizca de literatura, es increíble, ése es su gran mérito, es un relato popular, Ramírez encuentra la poesía en la cotidianidad y con ella te da una cachetada.
El maestro Ramírez deja salir el grito de la agonía del hoyo, su libro es pestilente, sórdido, mórbido, te intoxica con los olores (hediondos) en los camiones, en las calles, en los supermercados, en las esquinas, te hace sentir las prisas, los empujones en todos lados, la vida de mierda que se vive en eso que los intelectuales llaman el abismo.
Pero también es muy cagado, tiene un timing perfecto para aventar las frases populacheras en el momento preciso en el que resultan más cómicas, además sabe capturar muy bien la cotidianidad del barrio, su estética, misma que en sus propios términos se convierte en un canto extremadamente poético.
Esta prosa poética dejó un impacto en la cultura nacional, está presente en las canciones de Rockdrigo, El Haragán y todos los demás grandes trovadores urbanos, es la prosa de los beats y de los beatos, habla en la lengua en la que hablan los santos y los sabios. Es la auténtica voz del barrio.
 

[Yobaín Vázquez · Rating 4 out of 5]

Esta es una novela mal escrita. Pero necesariamente mal escrita. Es una propuesta de no respetar las convenciones ortográficas o de estilo. Eso le da mucha frescura a una historia de por sí refrescante. Por qué a nadie se le había ocurrido escribir sobre un teporocho, esas personas que son invisibles a pesar de su mucha visibilidad en las calles. Armando Ramírez detectó allí un universo narrativo y un estilo por romper.

Tenemos el encuentro con Chin chin, con maestría nos va contando su historia, de cuando era Rogelio, un chavo de por allí en los finales de los años sesenta. He de decir, la estructura narrativa es muy coherente, quizá eso hizo que Armando quisiera escribir con faltas de ortografía, para mancharlo o darle caos, como lo haría una narración de alguien perdido ya en el alcohol. Se le perdona es truco porque también es cierto que en un par de ocaciones se detiene la historia porque Chin chin pierde el hilo.

Pero la trama: Rogelio vive en un barrio duro, sabe las condiciones en las que vive y a lo que puede aspirar. Su vida es la de trabajar en un supermercado y salir con sus amigos, tener encuentros o "caldeos" con las chavas. No hay mucho conflicto, es más la recreación de un contexto, una mirada casi antropológica. Rogelio encuentra a una chava, la hija del que tiene un poco más de capital en el barrio. Pero está claro que ella no lo va a hacer cambiar. Rogelio es un tipo machista, imprudente, con sus derroches de fantochería.

Es lo que se dice realismo sucio, pero muy a la mexicana, se sienten los personajes, se pueden ver. Es raro que dentro de la generación de la onda casi no se hable de Ramírez. Esta novela tiene sus momentos de crítica, de reflexión, de casi poesía. Lo que yo no me tragué es la última parte, cuando se manifiesta la hipocresía de los que se acomodan o los que se dan golpes de pecho. Me parece demasiado efectista, entre lo cómico y lo patético, pero que no llega a cazar con todo lo que se ha contado. No sé, no me convenció.

Pero por todo lo demás, una novela que merece ser más leída. Es un gran personajes Chin chin, pero quizá faltó conocerlo más como el teporochito y no tanto como Rogelio. Es lo primero que leo de Armando y me gustó.

[Emiliano · Rating 5 out of 5]

Cada extremidad mía ha sufrido estragos, y todos causados por una borrachera interminable. Un día, dos días, tres días, siete días, en cada marca de posición temporal y sin distinciones fui dejando los trozos de mis falanges, de mis huesos, de mis nervios, de mis músculos. Llegué al mes, y ese mes se convirtió en medio año, y esa larga carrera se estiró aún más hasta completarse sobre sí misma otro par. Pensaba que controlaba la forma en que mi codo caía encima de mi rostro bailando de izquierda a derecha el cáliz asustadizo que revertía sus temores -mis temores- en el centro de mi corteza, pero la razón no bastaba para llenarme los bolsillos y las piedras pesaban más. Así me fui, con una juventud hinchada, el dolor sobre el hígado y el riñón con cicatrices voluminosas. Así me voy, con el estrago de la botella, del brandy, de la caña, del whisky, de la cerveza, del tequila, de la sed y de la sangre y de la sed de la sangre misma porque el miedo lo tengo aún muy cierto bombeando en la fibra última de mi nervio corazonado. Espero, poder dejar esto. La botella, el toque, la navaja, la herida, el cielo y un abrazo.

[Yael · Rating 5 out of 5]

Me da gusto que existan libros de la ciudad de México y de su gente, pero de la gente que más habita el país, los de abajo. Están Las batallas en el desierto, La edad de la punzada, Los años savandija, pero son novelas de gente acomodada con problemas exclusivos de su condición económica, en cambio Armando Ramírez desempaca la podredumbre de las cloacas para dar a luz a personajes fuertes, entrañables y siempre en guardia para que no se los frieguen.
Las escaramuzas, los albures,el contexto histórico los paseos por las calles, la ausencia de gramática y el texto sin justificar, los diálogos crudos y graciosos,las mentadas de madre, las frases desoladoras y lapidarias; incluso la historia de cómo nació el texto le dan en conjunto carácter a la novela cómo pocas lo tienen.
Literatura que se acerca a la verdadera realidad de un capitalino.

[Yael · Rating 5 out of 5]

Me da gusto que existan libros de la ciudad de México y de su gente, pero de la gente que más habita el país, los de abajo.
Están Las batallas en el desierto, La edad de la punzada, Los años savandija, pero son novelas de gente acomodada con problemas exclusivos de su condición económica, en cambio Armando Ramírez desempacar la podredumbre de las cloacas para dar a luz a personajes fuertes, entrañables y siempre en guardía para que no se los frieguen.
Las escaramuzas, los albures, los paseos por las calles, la ausencia de gramática y el texto sin justificar, los diálogos crudos y gracioosos,las mentadas de madre, las frases desoladoras y lapidarias; incluso la historia de cómo nació el texto le dan en conjunto carácter a la novela cómo pocas lo tienen.
Literatura que se acerca a la verdadera realidad de un capitalino.

[José F. · Rating 4 out of 5]

Esta novela es como ver una película de aquellas que salen en Galavisión los domingos. (ciertamente debió ser precursora del género). Cruda, con pretensiones claramente antiacadémicas pero finalmente sincera.
Es una historia que te hace más sentido cuando vienes del barrio, piensas en los muchos Rogelios que has visto pasar, loquearse y tal vez hasta morir.
La falta de una técnica literaria consolidad de un joven Armando Ramírez no dejó relucir a una historia potencialmente brillante, pero ¿la necesitaba? Yo creo que no. La novela da de qué hablar por sí misma. Hoy en día la considero vigente, aunque ese lenguaje de la literatura de onda me resulta por demás cringeante.
Me encantaría saber cómo se recibió en su momento.

[Marijose_bookstory · Rating 4 out of 5]

La redacción de Armando Ramírez quizá no sea la mejor, en el libro se encuentran fácilmente faltas de ortografía, pero eso no le impide a este libro transmitir los sentimientos de un teporocho de la Ciudad, por lo menos yo muchas veces me he preguntado ¿Qué tiene que pasar en la vida y en la mente de una persona para terminar en esa situación? esta pregunta es respondida de forma amena, divertida y entrañable para los habitantes de la Ciudad. En sus escasas 154 páginas cuenta la vida de un joven en la que la tragedia, la pobreza y el alcohol siempre han estado presentes. Intenso, divertido, exagerado el relato tiene muchos adjetivos pero el más importante es "imprescindible"

[Omar Salcedo · Rating 3 out of 5]

Es una historia interesante, aunque al principio comienza un poco floja, retrata la cruda realidad de la ciudad de México, pero en algunos puntos al hacerlo sale del ritmo de la novela (como cuando explica el movimiento del 68), juega con las reglas de la ortografía pero es un resultado regular (algunas veces tienes que leer dos veces para entender el sentido), hay varios personajes y no todos tienen la profundidad necesaria, pues te quedas con la duda de que sucedió con ellos. Recomendables a secas.

[Carlos Díaz Reyes · Rating 4 out of 5]

La historia se supone que la cuenta un borracho que hace una recapitulación de su juventud y las circunstancias que lo llevaron a caer en los vicios. Pero lo mejor de esta novela es que está narrada buscando un ritmo, una especie de conversación casual que no se detiene en reglas ortográficas, que ignora acentos y cualquier otra formalidad en favor de transmitir una esencia muy sucia, cotidiana y a la vez maravillosa y descarnada, que de verdad te transporta a una realidad dura de alcoholismo y violencia, con mucho humor y mucha honestidad.

[Mextli · Rating 4 out of 5]

La vida tiene sus altas y sus bajas, por lo que preguntar a otros sobre su vida, nos lleva a pensar que es muy posible que se aprendan nuevas experiencias de vida aunque no se hayan sentido en carne propia. Y aunque la pregunta haya sido hacia un joven bebedor y en estado de calle, la respuesta puede llevarnos a pensar que es muy posible que lo que hayan visto y nos comuniquen no es solo reflejo social de una época, sino también de una forma de pensar.

[Joss Flores · Rating 3 out of 5]

Ligero, cortito y aunque da muchas vueltas para decir las cosas sabe hacerlo con gracia tal como es en Mexico, me gustó que retrata muy bien la sociedad de su época y contexto.
Al principio sentí que exageraba las expresiones, poco a poco se regula eso. El final me pareció apresurado, podría haber sido mejor desarrollado.

[Samuel Lopez · Rating 4 out of 5]

Me dejó con muchas emociones, no encontradas pero sí emociones un tanto de nostalgia, tristeza, pesadumbre, me quitó mis energías ya al final del libro. Y la primera pregunta que se vino a mi mente: ¿es real esta lectura? Quizás es una forma de no querer darme cuenta, y la segunda pregunta que se asomó fue: ¿qué será de la persona? En caso de que el primer escenario sea correcto.

[Julieta Zavala · Rating 4 out of 5]

La vida de un teporocho

Nos relata la vida de un teporocho ,con lujo de detalle va narrando cómo decidió aventarse al vicio , a reconocer que le damos mucho valor a la vida y que cualquiera de nosotros podríamos también mandar todo a la chingada y volveremos teporochos.

[Manuela Collazo · Rating 1 out of 5]

entiendo que el propósito del libro aunque por la forma en que estaba escrito me costó muchísimo leerlo, no tiene mucha forma ni ritmo, solamente el final parece que va más fluido e interesante; creo que al terminarlo acabe con unas cuantas neuronas menos

[EthelHR · Rating 5 out of 5]

Una historia en extremo realista, que me puso a reflexionar sobre lo que lleva a una persona a abandonarse a tal punto.

[Yaotl Altan · Rating 4 out of 5]

Relatos entretenidos sobre la vida en el barrio bravo de Tepito. El autor manejaba perfectamente bien la jerga lingüística de la capital mexicana.

[Erick Santiago · Rating 4 out of 5]

Laberintos de alcohol y rastros históricos, amena la novelita

[Gerardo · Rating 5 out of 5]

Una vez que inicie, no lo pude dejar de leer

[Hilda-Karina Flores · Rating 5 out of 5]

Excelente

Empece a leer y simplemente no podia parar. Mi mente claramente imaginaba esa Ciudad de Mexico de los años 60's de la que tanto hablaba mi padre.

[Wendy Torres · Rating 2 out of 5]

Parte del encanto en que trata de envolver el "estar platicando con un borracho" pero me resultó confuso sin entonación ni buena puntuación.

[st · Rating 2 out of 5]

probablemente no soy la audiencia a quien va dirigido este libro 💀

[Iván · Rating 5 out of 5]

El lenguaje de Armando siempre me recordó a los diálogos entre conocidos; un Acto de resistencia contra el Formalismo de las Letras-Masa.