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208 pages, Hardcover
First published January 1, 2010

Platón: "la literatura era una mera sombra de la realidad"
La literatura es un arte nos conmueve, una de las razones fundamentales de su existencia
La catarsis considera que la mejor literatura es la que más nos conmueve.
La literatura es la ambigüedad. Es polivalente por naturaleza.
Una primera lectura de un libro nos da un código hermenéutico recopilamos datos, de forma imparcial, sin estar seguros de lo que resultará importante. Una segunda lectura respondemos de forma más situacional, prestaremos más atención al código simbólico.
Clásico es una categoría que define lo que consideramos culturalmente importante; lo que debe preservarse cuando todo lo demás se está resquebrajando. El concepto de clásico aísla tres elementos : imperialismo, civilización y antigüedad.
Un clásico sobrevive al autor, todavía se leen y constituyen el arquetipo por el que juzgar a otras obras del mismo género.
La esencia de un clásico está en su propia flexibilidad. Se acomoda allí donde esté. Lo que define un clásico como una pluralidad infinita es su habilidad para ser a la vez antiguo y, sin embargo, moderno.
La obra literaria no pertenece al autor sino a los lectores.
La intención de una obra es un hecho interpretativo. La intención no se queda fuera del sistema textual y es tan susceptible de análisis como el propio texto. El significado de una obra literaria no es siempre lo que el autor quiere que signifique.
Historia y narrativa. Historia dirige nuestra atención hacia lo que se cuenta, mientras que el término narrativa lleva nuestra atención hacia cómo se cuenta, hacia la técnica y no hacia el tema.
Literatura épica: Es larga, heroica, nacionalista y en su forma más pura, poética.
La traducción se pierde. El aspecto semántico no es lo único que se va a traducir.
Cada año se publican 150.000 libros entre los dos mercados de habla Inglesa. Solo un 10% se considera literatura.
La irrupción de un MacGuffin, un elemento de suspense que cautiva al espectador.
No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos.
La autoría de la literatura es más escurridiza que un pez.
Alegoría. El truco más inteligente de la literatura es decir algo por medio de algo completamente diferente.
La alegoría nos indica que hay palabras que tienen más de un significado. La alegoría extiende ese doble significado a textos enteros. Si deseamos una verdad única, desnuda y sin ornamentos no debemos entrar en la literatura.
La ironía consiste en decir algo para expresar lo contrario. Suele ir acompañada: sarcasmo, sátira, subversión y escepticismo.
La ironía menoscaba el idealismo, el optimismo y la fe.
La literatura miente siempre pero lo hace de forma inteligente.
Henry James : El aire de realidad me parece la virtud suprema de una novela. El mérito del que dependen de modo inevitable y sumiso todos los demás méritos.
Teoría de la recepción. Existe un único contexto para el autor pero existen infinidad de contextos del lector.
Tres áreas sobre la recepción:
1) El medio de comunicación por el cual la literatura llegaba al lector.
2) El lector implícito o textualizado en oposición al lector real.
3) La relación entre el lector individual y el público lector.
Existe el lector ideal a los que el autor aspira de forma optimista.
Tres maneras de responder al mensaje del autor:
1) Someterse a la típica instrucción dominante del autor.
2) Oponerse y luchar contra el texto.
3) Es aplicar una forma de compromiso o pacto de lectura.
McLuhan: El medio es el mensaje. Los medios crean la literatura.
En un año se publican tres veces más libros que los que se publicaron en la década de 1960. Nos encontramos con la paradoja de que nuestra ignorancia (por libros pendientes de leer) crece más rápido que nuestro conocimiento.
John Naisbitt: Nos ahogamos en información pero nos morimos de ser de conocimiento.
Opciones :
1) Encuentre una zona cómoda y acampe allí.
2) ¡Discrimine!
3) El long tail. Cartografiar nuevos océanos.
Arthur Schopenhauer: Sería bueno comprar libros, si se pudiera comprar a la vez el tiempo para leerlos.