Bernardo Souviron
Born
Córdoba, Spain
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“Cuando la lucha entre los titanes y los dioses comenzó, el mundo tembló. Durante innumerables lunas el futuro de todos los seres, los creados y los que todavía estaban por crear, se jugó en cada batalla, en cada escaramuza. Con la ayuda de los hermanos de Crono, los dioses lograron por fin la victoria: los cíclopes forjaron para Zeus el rayo, para Hades, un casco que lo volvía invisible como la muerte, y para Poseidón, un tridente con cuyo choque temblaban mares y tierras. Ya vencedor, Zeus ordenó que Crono y los demás titanes fueran encadenados para siempre en el Tártaro, y que los monstruosos hecatonquiros, de cien brazos, fueran sus guardianes. El mundo de los dioses comenzó así a despoblarse de seres excesivos tras ser estos relegados, por fin, a las profundidades del oscuro Tártaro y nadie volvió a tener noticias de ellos. El gran Zeus, el dios atronador, se hizo así con el poder en los cielos después de dos generaciones.”
― PROMETEO y el secreto del fuego (MITOLOGÍA)
― PROMETEO y el secreto del fuego (MITOLOGÍA)
“Prometeo contuvo la respiración, cerró los ojos y tuvo la sensación de advertir muy bien lo que significaba aquella ceremonia. Los hombres necesitaban el fuego. Necesitaban su calor en los días de frío y en las noches de helada; necesitaban su fuerza para poder defenderse del ataque de los otros animales. Entonces se dibujó en su mente la imagen del hombre que dirigía la patética danza: su rostro era casi hermoso, los ojos delataban el profundo pozo de sus preocupaciones y en su frente arrugada se dibujaban los valles, las colinas, los desiertos y las encrucijadas del futuro. Y en ese instante, Prometeo supo que los movimientos de aquella criatura eran, en realidad, una especie de ritual propiciatorio. Aquel hombre parecía haber comprendido que, sin los dioses, todo equilibrio, toda supervivencia eran imposibles. Aquellos seres estaban pidiendo a los dioses un don y, a la vez, una limosna que les permitiera disfrutar del gozo del bienestar y de la esperanza del futuro. Los hombres necesitaban el fuego.”
― PROMETEO y el secreto del fuego (MITOLOGÍA)
― PROMETEO y el secreto del fuego (MITOLOGÍA)
“Prometeo, en cambio, miraba con frecuencia al porvenir. Su carácter inquisitivo y su propensión a intentar comprender en el presente las razones que habrían de dar forma al futuro, le hacían observar el mundo y a las criaturas que habitaban en él. Veía los efectos de la lluvia y de las sequías, sabía que algunos tipos de plantas arraigaban mejor en los valles, otras, en las laderas de las montañas, e intentaba averiguar qué clase de principios, qué suerte de características posibilitaban su supervivencia.”
― PROMETEO y el secreto del fuego (MITOLOGÍA)
― PROMETEO y el secreto del fuego (MITOLOGÍA)
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