Alonso Cueto

“La soledad es un destierro y al mismo tiempo un refugio. El sepulcro de los que han sido de algún modo derrotados, la soledad también es un modo de preservarse en la pureza sentimental, de recogerse en la tienda de campaña de los que no han salido ni saldrán al frente, lejos del fragor de la convivencia. Una persona que está sola ha perdido mucho pero también ha ganado. Se ha liberado de todas las angustias de la dependencia. La soledad nunca es culpable. Siempre hay un aura de dignidad, de lástima, en torno al solitario. La gente lo mira con la tibieza de la compasión que es una forma --la más lúcida-- del afecto. Además hay algode elegante, de sobrio, de superior en el hecho de estar solo, de no estar arrastrado al destino colectivo de una familia. Así pensaba yo entonces, para defenderme.”
― Alonso Cueto, Cinco para las nueve y otros cuentos