“
¡Oh!-dijo Cándido-; he conocido ese amor, ese soberano de corazones, esa alma de nuestra alma; ese amor que sólo me brindó un beso y veinticinco puntapiés en el trasero. ¿Cómo tan bellísima causa ha podido produciros un efecto tan abominable?
”
― Candido - L'ingenuo
― Candido - L'ingenuo
















