«—¿Me odias? —preguntó Szeth desde detrás, calmado, casi insensible. Demasiado calmado, demasiado insensible para estar dirigiéndose a la persona a quien había hecho enviudar.
—Sí.
—Bien —respondió Szeth, y la palabra resonó en la pequeña celda—. Bien. Gracias.
Estremecida y asqueada, (x) huyó de su presencia.»
🚬🚬
— Sep 12, 2025 07:32AM
Add a comment