La loba lo vio acercarse, pálido y con los ojos muy abiertos, con el hacha brillando al sol. Pero no dio ni un solo paso para retroceder, no bajó la mirada. Siguió caminando hacia su encuentro, con las manos llenas de amapolas rojas, comiéndoselo con sus ojos negros.
-¡Ah, maldita sea tu alma! -balbució Nanni.
diooos lo romantico que puede ser a veces el machismo agobiante del pueblo
— Nov 29, 2024 05:05PM
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