No había nada que pudiera sustituir la pura felicidad que se experimentaba cuando aparecía en el buzón un sobre de verdad, grueso, bien lleno, con ese olor del papel, y cuando lo sostenías en tus manos, intentando descifrar la letra y preguntándote de quién sería. Entonces le dabas la vuelta y ahí estaba la primera pista. Lo abrías, desdoblabas las páginas...
— May 18, 2024 11:59PM
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