Quetzal Noah's Blog
February 21, 2025
Mi estilo de escritura
Hace unos días comencé a leer un libro en inglés porque quería entrenar mi mente para crear más conexiones. Por si no lo sabías, cuando lees un libro en otro idioma tu procesamiento cognitivo cambia, comienzas una codificación de cada palabra para entender los contextos y buscar alguna similitud cultural con la tuya. A diferencia de que lo que pasa cuando lees en tu idioma dejándote llevar por ciertos sentimentalismos, cuando lees en otra lengua te vuelves más objetivo con lo que lees. Básicamente, leer en otro idioma te brinda un mejor criterio.
Este libro lo compré porque era un “bestseller”. No tengo nada en contra de los “bestseller”; todo lo contrario, sé que puedo aprender mucho de las historias que venden. Se trataba de un libro llamado “Hello beautiful world, where are you?” en español: Hola Mundo Bonito ¿Dónde estás? de la escritora irlandesa Salley Rooney. Lo primero que noté es que la historia, es una trama de primer mundo. Problemas de gente privilegiada en países desarrollados. Este tipo de literatura me recuerdan a las películas de los Derbez y Martha Higareda. No hay pecs, es un contexto, cada uno tiene sus problemas y tiene el deber de experesarlos como guste; eso no le quita valor. Al menos eso creo.
Lo otro que noté, que fue lo que en realidad me trajo a escribir esto, es que el libro está lleno de detalles innecesarios. Cosas como: “Entró a la casa que tenía una puerta color café y junto a la puerta una silla de madera en donde la gente se sienta”. Por eso comencé a sentir flojera de terminar el libro, no porque la historia fuera mala sino porque hay un montón de detalles que están quitando tiempo y espacio al lector.
Hace rato, me topé con un tiktok de la controversial Avelina que decía: No tienes que leer de todo, hay narrativas que no son pura información. En cambio si lees por ejemplo a Tolstoi, te das cuenta que las cosas pasan, que de pronto un personaje ya está en otro conflicto.
Eso me recordó a otra cosa: los escritores. Hay escritores que crean mundos mágicos y universos, esos son escritores de asiento. Pero hay otros como yo, que me formé leyendo a Jack Kerouac, Annie Earnaux, Burroughs, José Agustín, Bukowski, Hemingway, Whitman, Roberto Bolaño, Ernesto Sabato, Carlos Castaneda; nos llaman vivenciales. Nosotros no creamos universos ni dimensiones paralelas porque ya la propia realidad es digna de asombro y vida se encarga de llevarnos a la contemplación de nuestro propio ser como algo extraño y complejo de existir.
Si alguna vez lees mis novelas como “Teoría de la Fragilidad”, “¿Cómo volverse mochilero?”, “Guadalajara, mi amor” o mis cuentos como “El hombre del telescopio”. Te darás cuenta que no doy muchos detalles de lo que pasa, que las cosas que suceden tienen su propia fuerza y decoro para existir.
Pero bueno, cada quien se identifica y se siente atraído hacia ciertos libros y autores. ¿A ti qué te gusta escribir o leer ? ¿De caguamas, morras y bares? ¿Dragones o seres espaciales? ¿Fuerzas extrañas y mundos de fantasía?
Sólo escribo esto para que estén conscientes, de que tanto la poesía como la narrativa no se pueden encasillar en un estilo. Y que el ignorante es el que va repitiendo lo que todos le dicen sin tener ningún punto de vista.
Quetzal Noah
Acá puedes leer más de mi narrativa
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January 29, 2025
Me caga ser creador de contenido
Me cae en la punta de la verga esa mamada de “creador de contenido”. Todos son creadores, hasta yo y me fastidia. Te diré por qué. Hace unos años cuando comencé en esto de escribir, sólo con compartir los textos y generar interacción era suficiente para que la gente preguntara por mis libros. Hoy en día, compito contra otros mil a diario y quizás menos talentosos, con menos obra. Me abruma, me agota, porque sinceramente cuando yo comencé a compartir mi trabajo no lo hacía en afán de demostrar que era buen o compitiendo con otros, siempre estuve en contra de eso. Hoy en día hay muchos fracasados, resentidos y mediocres que no le aportan nada a tu obra, así como miles de personas embobadas scrolleando el teléfono que no tienen la capacidad de detenerse a leer al menos diez segundos. Y me he tenido que volver de alguna manera un “creador de contenido” porque tengo que decir pendejadas, hacer uno que otro baile ridículo o gesticular estupidez con un audio viral porque así funciona el mercado. En fin, ya no quiero ser creador de contenido. Renuncio a todo, me largo a escribir y si no lees poesía chtm.
Quetzal Noah
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January 28, 2025
No dejes de crear
Hola. ¿Hace cuánto que no escribes poesía? ¿Notaste que hace tiempo el desánimo es la visita más frecuente? ¿Cómo permitiste eso? ¿Cómo fue que te dio verguenza expresarte? Ya no cantas, no lees poesía, no bailas, no escribes, no compones, no tocas la guitarra. Es como si alguien te hubiese dicho que no tiene sentido. Pero encontrar un rincón para nuestras alegrías es una victoria que debe consumarse a diario. No estamos como para no merecernos un abrazo de nosotros mismos. Deja de complicar todo, disfruta la serenidad de no ir a ningún lado, de no buscar reconocimiento, de renunciar a las recompensas inmediatas, haz lo que te gusta porque solamente te hace más feliz y humano. Encuentra tu propio ritmo y un momento para aprovechar este corto tiempo que tenemos para respirar. Honra tu sensibilidad, tu artista silencioso, no dejes de crear.
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January 14, 2025
Consejos que te harán ganar dinero escribiendo
Sólo porque a mí me tomó casi diez años ganar mis primeros dólares escribiendo, no significa que a ti también te deba llevar ese tiempo. Si bien, el arte de la escritura (como todo arte), es un camino largo y del que nunca se termina de aprender, pero hay un par de consejos que a mí me hubiera gustado saber antes de estar todo el tiempo en internet viendo cómo otros que parecen menos talentosos que yo, son capaces de triunfar. Al principio esto me frustraba, pero cuando algo de alguien te causa incomodidad, en realidad te está forzando a explorar en ti qué es lo que te molesta y cómo puede ayudarte esto en tus proyectos.
Así que te daré una serie de consejos que probablemente harán que si le dedicas el tiempo suficiente, dentro de poco tú también estés generando algunos dólares extra con tu escritura.
Deja de criticar a todos los escritores que están haciendo las cosas que tú no has hecho. Y no te lo digo porque esté bien o mal criticar, sino porque es una pérdida de tiempo, tu opinión no cambia al mundo, tu resentimiento o punto de vista diferente no hará que un escritor deje su trabajo y se ponga a hacer las cosas como a ti te gustaría o de acuerdo a lo que tú consideras valioso en la escritura.
En lugar de estar viendo lo que no te agrada de los escritores que aparecen en tus redes sociales, cambia tu enfoque y pregunta ¿Por qué estoy viendo esto? ¿Qué están haciendo bien ellos que yo no no pueda hacer? Haz una lista de ideas y palabras de lo que crees que le funciona a ellos y cómo podrías llevarlas más lejos para ganar audiencia.
Deja atrás la idea de que eres un genio incomprendido y adelantado porque nadie lee tu basura. La verdad es que esa idea solamente está hiriendo tu ego en lugar de llevarte a aprender nuevas formas de comunicarte a través de la escritura. Toma en cuenta que no has escrito ni dicho nada nuevo, solamente vamos reinterpretando el mundo a través de nuestra experiencia y hay miles que lo están intentando a diario.
Toma un taller de escritura. Busca uno, por internet, en tu ciudad, busca formar parte de alguna comunidad de escritores. Las ideas de otros van a enriquecer tu trabajo y vas a poder saborear distintas perspectivas de la escritura que te van a animar a crear mejores poemas e historias.
Quetzal Noah
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November 29, 2024
¿Qué tienen en común la literatura y Breaking Bad?
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October 21, 2024
Las intermitencias del viaje
Viajar en trenes. Perder un par de buses. Beber cerveza barata y de gran calidad. Batallar para comprar billetes de tren o encontrar personal de información turística. Leer un par de libros en el trayecto de los viajes. Contemplar cuadros y cuadros de pinturas que te provocan extrañas mareas de bichos en las entrañas de la felicidad. Comer kebabs a falta de tacos. Ser mal atendido por personal turco o pakistaní. Buscar un imán en cada lugar. Beber café negro y pesado. Desayunar a diario cruasán. Caminar más de quince kilómetros diarios. Decepcionantes habitaciones reservadas por booking. Intentos de estafa en cada plaza. Yunkies y migrantes carcomidos por la desesperanza y el olvido en las estaciones de tren. Hedores insoportables de humanos que detestan el baño diario en el transporte público. Pinchos de frutos del mar e iglesias que te cobran por encender una vela. Vendedores neuróticos y chinos amables atendiendo en sus tienditas. Nostalgia por los jardines de Viena y un leve hastío por el turismo masivo en Roma y Venecia. El fracaso en la expectativa de la vida nocturna en Ámsterdam y la asombrosa calidad laboral y de vida en Luxemburgo.
Son algunas de las cosas latentes que yacen en el diario de mis viajes. Y pienso en algo: un libro me trajo todo esto.
Quetzal Noah
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September 28, 2024
Europa ¿Qué hacer en Roma con 950 pesos?
Muchas personas me preguntan qué cómo le hago, que dónde me quedo. Si bien es mi segunda vez recorriendo el viejo continente gracias a mis libros que están mamalones. Lo cierto es que, ya le he aprendido algunas cosas para que ahorres y tengas la posibilidad de conocer más lugares.
En estos días he andado bien paseado de Roma. Fui al Vaticano, La Fontana de Trevi, El Barrio de Trastevere y recorrí las ruinas del Coliseo Romano. Mi presupuesto, sin contar el hospedaje, fue de $45 euros para dos días, Algo así como $980 pesos.
Se los desgloso:
1. Viaje de ida y vuelta de mi hospedaje hasta el centro y me salió en 3 euros. Cabe de recalcar que tienes 1 hora con 40 minutos para llegar a cualquier punto de la ciudad por el precio de ese pasaje. Son como 66 pesos.
2. El Vaticano no tiene costo y la Basílica de San Pedro tampoco. Después de darte una vuelta por ahí puedes caminar todo el Río Tiber hasta llegar al hermoso barrio de Trastevere. Yo me eché dos chelas y comí pizza y pasta por 15 euros. Algo así como $320 pesos.
3. Al día siguiente se toma el mismo transporte y se viaja en Metro hasta la Fontana de Trevi para luego caminar por las ruinas de la ciudadela y el Coliseo. Entonces son 3 euros por ida y vuelta.
4. Para desayunar antes de salir de mi hospedaje fui al súper y compré lo básico: yogurt, pan tostado, manzanas y plátanos para dos días por 5 euros. Algo así como $100 pesos.
5. Para cenar comí pollo con papas del súper por 6 euros.
6. No podía quedarme sin ir a un buen lugar a comer pasta. Me costó diez euros. Fue la mejor que he comido en mi vida y nunca se va a parecer a lo acostumbramos a comer de pasta en restaurantes de nuestro país. Es una experiencia culinaria que vale la pena.
7. Ya por último, un buen vino italiano , dos caguamas y un tiramisú por 7 euros.
PD: Según mi iPhone, he caminado 53 km desde que llegamos a Europa y ya bajé 2 kilos.
Por cierto, aquí puedes llevarte todos mis libros de poesía en tu cel
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August 10, 2024
La morra hippie Cap.1
Tú y esa pinche costumbre culera de irte sin dejar rastro cuando más te traigo ganas. Tú y esa pinche maña tan ogt de dejarme en visto porque se le acabó la batería a tu teléfono o te quedaste sin datos. Y lo que más me caga es que no saber predecir tus movimientos y que cada vez que te veo parece que te transformaste en algo distinto; y eso de ti me apendeja.
Hubiera preferido saber qué hacer con mi vida antes de conocerte, pero tú me enseñaste que lo que creí que quería no estaba tan chido. Llegaste para dejar un hermoso desastre en mi vida. Desmadraste mi sistema de creencias y me hiciste soñar con la libertad y la poesía. ¿Cómo no querer hacerte el amor? Si llenabas mi cabeza de mundos que no imaginé y cada palabra de tus labios era la filosofía de mis insomnios.
Te recuerdo ahí, en la plaza de Xilitla, sentada junto a tu paño de artesanías en el suelo. Bebías una michelada en un vaso de unicel mientras tejías un collar de macramé con un jade de Guatemala. El jade era verde pastel y tus ojos cuando el sol de la tarde se hacía menos intenso tenían el mismo tono. Tenías un piercing en la nariz y pecas diminutas parecidas al café molido en tus mejillas. Y tus trenzas rastafari decían de ti: ando sin prisas por el mundo. Había un libro viejo con varias páginas dobladas junto a tus pinzas para cortar alambre. No alcancé a leer bien de qué se trataba pero al menos eso me decía que te gustaba leer. Y ese es el tipo de personas a las que invitarles una chela o un café son una buena inversión, porque te contarán una historia que no conocías o te hablarán de un autor que vale la pena tener en el librero.
Miré detenidamente lo que había en tu paño mientras pensaba en preguntar algo que me hiciera mantener una conversación interesante. Para que no creyeras que era otro pendejo godín, que quiso desconectarse de la rutina, con sombrero de Indiana Jones en un pueblo mágico y que se empeda con una botella de bacacho y dos micheladas. Pero ¿para qué pensarlo tanto? Si cualquier cosa que dijeras me iba a llevar a querer saber más de ti. Porque considero que el sólo hecho de que hubieses existido ese día, fue suficiente argumento para sostener que las personas que llegan de forma inusual a nuestra vida son las que nos revelan nuestro destino. ¿Por qué pensar tanto en hacer una pregunta interesante? Si tú vendías artesanías y hubiese bastado con que yo me hiciera pasar por un viajero curioso que tiene ganas de escuchar relatos de gente que no se preocupa tanto por el futuro.
Tú tomaste la iniciativa
-Pregunta amigo, lo que gustes, te hago precio.
-Muchas gracias, ando viendo.
Me apendejé y me dio pena. Me paralicé tras escuchar tu voz. Era una voz valiente, segura y relajada.
-¿Dónde compraste la miche?
-Me la regaló un compa que tiene su puesto ahí por el castillo.
No es que Xilitla fuera un viejo pueblo medieval pero tiene un castillo. El Castillo de Edward James; el principal atractivo del pueblo. Edward James era un gringo con un chingo de feria de los tantos que venían a México a invertir y en uno de sus viajes un ejército de mariposas voló sobre la parte del bosque donde se alza su castillo. Pensó que era una señal divina y decidió construir algo memorable ahí. La obra arquitectónica es de tintes surrealistas porque le mamaba esa onda. Tanto así que después se hizo amigo de Leonora Carrington y se volvió su mecenas en México al igual que el de Salvador Dalí. Leonora pasaba largas temporadas agarrando el pedo ahí, dándole rienda suelta a su talento para las artes plásticas y a la escritura. Quizás lo de la escritura fue algo que le brotó después de que tuviera un breve romance con el dadaísta Max Ernst.
Y todo eso lo supe al día siguiente luego de que recorrí el castillo y no supiera qué chingados estaba viendo. Porque hay obras muy bonitas que uno contempla sin comprender sus contextos, pero luego de conocer su historia dejan de ser algo ajeno o pasajero y se vuelven parte de uno. Y tú sabías mucho de historia y no sólo porque leyeras, sino también porque cada gente que se acercaba a tu puesto sentía la profunda necesidad de compartirte algo. Y tú como eras tan abierta y libre, te volviste una viajera culta que no pertenecía a ningún sitio. Por eso te movías de un lado a otro. Un día te ibas al temazcal y a comer peyote en Real de Catorce para limpiar la energía y al otro conseguías un aventón a San Pancho o Sayulita para buscar coral y caracoles.
CONTINUARÁ
La morra hippie, Quetzal Noah
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July 26, 2024
Ganas de irse
El tequila ardía en mi garganta como mi conciencia. Me senté en el taburete del bar, rodeado de sombras y olvidos. La ciudad de Monterrey siempre me parecía triste, con la gente yendo de un lado a otro sin saber quiénes son, comprando cosas de marca para darle sentido a su vida porque no conocen otra manera de ser felices. Parecía un lejano eco que nunca me alcanza, un rumor de vidas que seguían adelante sin mí. Había perdido a Sarah en una discusión estúpida, una de esas que te dejan sin aliento y sin sentido.
Recuerdo su rostro, pálido y tenso, sus ojos llenos de lágrimas y reproche. «No puedo más», me dijo, y se fue. Ahora, aquí estaba yo, viendo mi pasado en el fondo de la botella de Don Julio 70, porque un dolor también se celebra. Pero el dolor no se ahoga, solo se esconde, esperando a que te quedes solo para saltar sobre ti como un animal hambriento.
Pensé en viajar, en irme lejos, en perderme en el mapa. Tal vez en Palenque, embriagarme de chela artesanal en Tijuana, irme a gentrificar Mazunte con los ahorros que me quedaban o partir a cualquier lugar donde el sol quemara mis recuerdos. Pero sabía que no funcionaría. Los recuerdos te siguen, como un perrito de la calle al que le das de comer. El bartender me miró con ojos compasivos, como si supiera mi historia. «Otra botella, amigo?», me preguntó. Pero te echas una conmigo. Cuando estás solo y no hay nadie con quien hablar el bartender se vuelve tu mejor amigo. No había nada que decir.
La noche avanzaba, lenta y pesada, como un cadáver que no quería ser enterrado. Pensé en Sarah, en su sonrisa, en sus piernas largas, su falda que siempre le quería arrancar , en su olor. Y me odié por haberla perdido. El viaje, tal vez, sería una huida, un intento de escapar de mí mismo. Pero sabía que no funcionaría. Porque, al final, siempre te encuentras con tus propios demonios, en cualquier lugar del mundo.
Así que me quedé ahí, en el bar, bebiendo y pensando, sumergido en mi propio infierno. Porque, en realidad, no había ningún lugar al que ir, ningún viaje que tomar. Solo estaba yo, mi dolor, y el tequila que ardía en mi garganta.
«Pedí una cerveza y me trajeron un recuerdo», Quetzal Noah
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July 18, 2024
Lección 2
Aprende a confiar en ti. No es lo más sencillo, pero es lo más indispensable. Te lo agradecerás. Te darás cuenta que el mundo está lleno de idiotas que están seguros de que son genios y de genios ignorados que nunca aprendieron a confiar en sus capacidades. Crecemos comparándonos, viendo lo que los otros hacen, subestimando nuestros pasos y tratando de encajar en lugares que no logran enseñarnos a desarrollar todo nuestro potencial. Por eso a veces es bueno estar solo, para alejarse, para descubrir lo que habita en uno, para escuchar esa voz que dice: sigue adelante, confía en ti. No guardes las ganas de hacer algo nuevo que el día de mañana probablemente no tengas la misma energía, te volverás más inseguro. Aprendemos a confíar en la medida en que perdemos el miedo a probar cosas nuevas, a crear sin reprocharnos, a compartir sin compararnos. Ignora cualquier cosa que te aleje de aprovechar tus verdaderos dones, tu naturaleza creativa y tu experiencia.
Quetzal Noah
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