Paloma Robles's Blog
January 16, 2019
Amy & Isabelle (Elizabeth Strout)
Amy & Isabelle, debut literario de Elizabeth Strout publicado en 1988, narra la relación entre una madre soltera, Isabelle, y su hija Amy, en un pequeño pueblo industrial llamado Shirley Falls. La trama gira alrededor de la relación clandestina que Amy entabla con su profesor de matemáticas, y que tras ser descubierta por Isabelle, transformará los vínculos entre madre e hija, obligándolas a remover el pasado y a desvelar un profundo secreto que encierra la clave de sus circunstancias.
La novela de Strout se va engarzando poco a poco a medida que se van entretejiendo los detalles de las vidas de los personajes. Así, Isabelle se nos presenta como una mujer soltera, pudorosa y algo excéntrica que trabaja como secretaria en una fábrica y lleva dieciséis años viviendo sola con su hija en un pueblo en el que no conoce a nadie. Solo al final de la novela se desvela el porqué de las decisiones que ha tomado y las circunstancias que la han conducido hasta su presente y la han convertido en la persona que es ahora.
La relación entre madre e hija es el tema principal de la novela, en particular los claroscuros de la maternidad, y las consecuencias de los sacrificios que realizamos por otras personas, así como el peso de nuestras decisiones, y la forma en que un giro insignificante puede cambiar nuestras vidas para siempre.
Todo esto se refleja en el personaje de Isabelle, protagonista indiscutible de la novela, para quien el amor incondicional hacia su hija se mezcla con resentimiento y amargura al constatar que los sacrificios que ha realizado por ella han cambiado su vida por completo sin que Amy parezca darse cuenta de ello. A esto se añade la frustración de Isabelle ante la distancia que impone Amy en sus relaciones, el miedo a perderla, a no saber quién es, y también la falta de confianza que le genera la conciencia de no estar a la altura de sus expectativas.
Por su parte, el personaje de Amy, una chica solitaria, que no encuentra su sitio, refleja perfectamente los pensamientos y las experiencias de una adolescente en su transición hacia su condición de mujer y hacia la edad adulta. A la vez que experimenta el despertar de su sexualidad y su primera relación amorosa, Amy también lucha por esclarecer un laberinto de sentimientos contradictorios hacia su madre, hacia sí misma y hacia su propio cuerpo.
No es una casualidad que los títulos de muchas novelas de Strout coincidan con los nombres de sus protagonistas. Los personajes, sus reflexiones, sus monólogos interiores, a menudo constituyen el eje central de sus historias, y son descritos en su complejidad y sus contradicciones con una sensibilidad y una profundidad asombrosas.
En mi opinión la mayor cualidad de la prosa directa y depurada de Strout es su talento para poner de relieve la textura que se esconde detrás de los aspectos aparentemente banales de la vida diaria. Sus personajes son gente con vidas ordinarias, y son esas vidas ordinarias lo que la novela va desgranando a través de escenas y detalles, consiguiendo al final poner de relieve y consagrar, con gran lirismo y sensibilidad, la luminosa esencia de lo cotidiano.
Todo esto se observa no solo en Isabelle y Amy, sino también en los personajes secundarios: las compañeras de Isabelle en la fábrica, las amigas de Amy o las mujeres del pueblo, a través de los cuales Strout logra construir una estampa costumbrista de la vida provinciana de Shirley Falls que le otorga aún más textura y realismo a la historia de las dos protagonistas.
Así, el mayor logro de Strout sea tal vez su talento para poner de relieve que bajo la aparente simplicidad de nuestras rutinas se esconden siempre dramas, o pequeñas grandes historias que nos convierten en héroes de nuestras propias vidas.
Esta es en definitiva una gran novela que explora con sutileza, sensibilidad, y una prosa impecable en la que nunca falta ni sobra nada, temas universales y muchos aspectos de la condición humana.
La novela de Strout se va engarzando poco a poco a medida que se van entretejiendo los detalles de las vidas de los personajes. Así, Isabelle se nos presenta como una mujer soltera, pudorosa y algo excéntrica que trabaja como secretaria en una fábrica y lleva dieciséis años viviendo sola con su hija en un pueblo en el que no conoce a nadie. Solo al final de la novela se desvela el porqué de las decisiones que ha tomado y las circunstancias que la han conducido hasta su presente y la han convertido en la persona que es ahora.
La relación entre madre e hija es el tema principal de la novela, en particular los claroscuros de la maternidad, y las consecuencias de los sacrificios que realizamos por otras personas, así como el peso de nuestras decisiones, y la forma en que un giro insignificante puede cambiar nuestras vidas para siempre.
Todo esto se refleja en el personaje de Isabelle, protagonista indiscutible de la novela, para quien el amor incondicional hacia su hija se mezcla con resentimiento y amargura al constatar que los sacrificios que ha realizado por ella han cambiado su vida por completo sin que Amy parezca darse cuenta de ello. A esto se añade la frustración de Isabelle ante la distancia que impone Amy en sus relaciones, el miedo a perderla, a no saber quién es, y también la falta de confianza que le genera la conciencia de no estar a la altura de sus expectativas.
Por su parte, el personaje de Amy, una chica solitaria, que no encuentra su sitio, refleja perfectamente los pensamientos y las experiencias de una adolescente en su transición hacia su condición de mujer y hacia la edad adulta. A la vez que experimenta el despertar de su sexualidad y su primera relación amorosa, Amy también lucha por esclarecer un laberinto de sentimientos contradictorios hacia su madre, hacia sí misma y hacia su propio cuerpo.
No es una casualidad que los títulos de muchas novelas de Strout coincidan con los nombres de sus protagonistas. Los personajes, sus reflexiones, sus monólogos interiores, a menudo constituyen el eje central de sus historias, y son descritos en su complejidad y sus contradicciones con una sensibilidad y una profundidad asombrosas.
En mi opinión la mayor cualidad de la prosa directa y depurada de Strout es su talento para poner de relieve la textura que se esconde detrás de los aspectos aparentemente banales de la vida diaria. Sus personajes son gente con vidas ordinarias, y son esas vidas ordinarias lo que la novela va desgranando a través de escenas y detalles, consiguiendo al final poner de relieve y consagrar, con gran lirismo y sensibilidad, la luminosa esencia de lo cotidiano.
Todo esto se observa no solo en Isabelle y Amy, sino también en los personajes secundarios: las compañeras de Isabelle en la fábrica, las amigas de Amy o las mujeres del pueblo, a través de los cuales Strout logra construir una estampa costumbrista de la vida provinciana de Shirley Falls que le otorga aún más textura y realismo a la historia de las dos protagonistas.
Así, el mayor logro de Strout sea tal vez su talento para poner de relieve que bajo la aparente simplicidad de nuestras rutinas se esconden siempre dramas, o pequeñas grandes historias que nos convierten en héroes de nuestras propias vidas.
Esta es en definitiva una gran novela que explora con sutileza, sensibilidad, y una prosa impecable en la que nunca falta ni sobra nada, temas universales y muchos aspectos de la condición humana.
Published on January 16, 2019 12:02
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Tags:
narrativa


