Alejandro Rodriguez Morales's Blog
January 2, 2025
Los 5 mejores libros que leí en 2024
Nuevamente ha finalizado un año, y afortunadamente ha sido uno más en que me han acompañado buenas lecturas y libros (un total de 43 títulos) que hicieron mejores los pasados 366 días (recordando que 2024 fue un año bisiesto, así que hubo un día adicional para leer, lo que a los lectores no nos cae nada mal).
Como en años anteriores he querido compartir aquí mi modesta lista de los que, en mi opinión (que en este caso no pretende ser nada imparcial ni objetiva), fueron los 5 mejores libros que leí en 2024, por lo que no dudo en recomendárselos a quienes no los hayan leído, pues los disfruté mucho y me brindaron muy buenas horas de lectura.
En 2024 leí de todo un poco y, sorprendentemente, en la lista no he incluido, a pesar de ser mi género literario predilecto, ningún libro de poesía. Entretanto, en el primer lugar he puesto un libro que, aunque es un diario, podría decirse perfectamente que es poesía, no solamente porque su autor fue un poeta genial sino porque su diario tiene una esencia que en efecto es poética. Además, por primera vez un diario, y soy muy lector de diarios, aparece en el primer lugar de mis listas. Por otra parte, una vez más un libro de Haruki Murakami está en la lista, lo que no es raro pues, de hecho, libros suyos han estado también, por ejemplo, en mis listas de 2023 y 2022. Adicionalmente hubo dos libros que, y obsérvese el verbo que voy a utilizar, me estremecieron, teniendo en cuenta las historias de sus autores y el contexto en que los escribieron: “El asalto”, de Reinaldo Arenas, y “Cuchillo”, de Salman Rushdie.
Sin más preámbulos, entonces, comparto los 5 mejores libros que leí en 2024, esperando que puedan despertar la curiosidad y el interés de otros lectores, y aprovechando nuevamente para recomendar su lectura:
1. Diários, de Al Berto
2. La ciudad y sus muros inciertos, de Haruki Murakami
3. El asalto, de Reinaldo Arenas
4. Cuchillo, de Salman Rushdie
5. Si te gusta la oscuridad, de Stephen King
Menciones especiales:
– Amarilla, de Rebecca F. Kuang
– La clase de griego, de Han Kang
(Alejandro Rodríguez Morales)
January 2, 2024
Los 5 mejores libros que leí en 2023
Otro año se ha ido, y no es novedad que así sea. Lo que sí es novedad, en cambio, es leer aquellos libros que todavía no habíamos leído y que llegaron a nosotros en 2023. En mi caso tuve la fortuna de leer más que en 2022, por lo que de 28 libros que leí aquel año, en 2023 pude leer en cambio 45 libros. Esto, por supuesto hace un poco más difícil la selección de los 5 mejores, y digo mejores simplemente en el sentido de ser aquellos cuya lectura disfruté más. Es por eso que me veo obligado a hacer unas menciones especiales adicionales a mi tradicional lista de 5 libros.
Durante 2023 tuve la suerte, y esto me alegra mucho, de leer muy buena poesía, género que prefiero entre todos pero que no por ello ha estado tan presente en mis listas anuales de lo mejor que leí. En esta ocasión, han sido 3 de los 5 libros que integran la lista y por mucho fueron efectivamente los que más satisfacción me brindaron. Por lo demás, uno de esos libros logré que me fuera autografiado por su autor, el gran poeta nadaísta colombiano Jotamario Arbeláez, a quien conocí en persona y de quien asistí a un recital poético. Por otra parte, descubrí al poeta mexicano Max Rojas, de quien nunca había leído nada y quedé gratamente asombrado, algo que fue posible gracias a que conseguí uno de sus libros en el Festival de la Lectura que se llevó a cabo en el centro comercial Parque Cerro Verde, en Caracas. Este año también tuve la ocasión de leerme la excelente trilogía de Ferdinand Von Schirach (Crímenes, Culpa y Castigo), que me pareció genial, especialmente el primero. Por su parte, la literatura japonesa también estuvo entre mis lecturas, como afortunadamente ha sido desde hace mucho, por lo que están en la lista los “Cuentos de Ise”, un peculiar y extraordinario libro de poesía entremezclado con breves cuentos o historias, y la novela, tan larga como maravillosa, “El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas”, de Haruki Murakami, uno de mis autores favoritos cuyos libros ya han aparecido en mis listas de años anteriores.
En cuanto a las menciones especiales, 4 de 5 son libros que se caracterizan por ser un cúmulo de enseñanzas y reflexiones filosóficas y espirituales cuya lectura me hizo mucho bien durante el año y que ahora me acompañan y atesoro. El otro libro mencionado, es la novela “Salvo mi corazón, todo está bien”, de Héctor Abad Faciolince, que fue de los primeros libros que leí en 2023 pero que no podía olvidar porque es la ratificación, para mí, de que se trata de un autor que quiero seguir leyendo y cuyos libros ya han estado, como los de Murakami, en mis listas de años previos.
Aquí, pues, los 5 mejores libros que leí en 2023:
1. Mi reino por este mundo. Los poemas de la vida, de Jotamario Arbeláez
2. Funerales del ahogado en la noche y otros textos inéditos, de Max Rojas
3. Cuentos de Ise (Anónimo japonés)
4. Crímenes, de Ferdinand Von Schirach
5. El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, de Haruki Murakami
Menciones especiales:
1. Wen-Tzu, de Lao Tse
2. Meditaciones, de Marco Aurelio
3. Analectas, de Confucio
4. A los pies del maestro, de Krishnamurti
5. Salvo mi corazón, todo está bien; de Héctor Abad Faciolince
¡Feliz y próspero 2024, y que sea un año de muchas y buenas lecturas!
(Alejandro Rodríguez Morales)
December 28, 2023
Algunas reflexiones sobre la lectura (y algunos libros para leer en 2024)
En estos días finales de 2023, como suele ocurrir cada vez que termina un año, comienzan a hacerse recuentos de todo tipo. Entre ellos se encuentran los típicos listados de los mejores libros publicados o de los mejores libros que uno ha leído durante el año, algo que, en mi caso, hago también por mi entusiasmo como lector y que agradezco a quienes también lo hacen pues me permite conocer autores o libros de los que quizá no había tenido noticia, o me permite simplemente compartir preferencias literarias.
Sin embargo, es cierto que, también, esos listados de libros son utilizados en ocasiones para vanagloriarse de la cantidad de libros que se han leído en el año y, peor aún, para intentar exhibir que se es superior o mejor que aquellos que no leen o no han leído tanto como supuestamente tendrían que haber leído. Tal cosa no puedo compartirla, y no solamente eso, sino que me parece repudiable en tanto no es más que una muestra de soberbia que envilece. Lev Tolstói, en su libro “El camino de la vida”, dijo: “Así como las malas hierbas crecen en los trigales, absorben la humedad y los nutrientes de la tierra e impiden que el sol llegue al trigo, así la soberbia absorbe todas las fuerzas del hombre e impide que llegue la luz de la verdad”.
Reitero que las listas de libros tendrían que ser simplemente para recordar aquellos libros que uno disfrutó y pensando que, tal vez, puedan disfrutar otras personas si les provoca y pueden leerlos en algún momento.
Por otra parte, la referida soberbia con la que algunos hablan de sus lecturas parte de un presupuesto que es necesario desmentir. Por mucho que, en mi caso concreto, uno ame la lectura y los libros, y por mucho que estos hayan sido una fuente de alegría, satisfacción e, incluso, crecimiento personal, debe reconocerse que el hecho de leer mucho no garantiza para todos esas virtudes. Así, leer no te hace mejor o peor persona por ese mero hecho. Una persona puede ser extraordinaria sin leer montones de libros, y otra puede ser vil y miserable a pesar de haberlos leído. Marcel Proust, en un breve texto titulado “Sobre la lectura”, expresó lo siguiente: “El poder de nuestra sensibilidad e inteligencia no podemos desarrollarlo más que en nosotros mismos, en las profundidades de nuestra vida espiritual”.
No obstante, como veremos que el mismo Proust también pone de manifiesto, los libros pueden ser de un gran valor espiritual. Así, el autor de “En busca del tiempo perdido”, resaltaba: “Es en ese contrato con las otras almas que es la lectura en donde se forja la educación de los modales del espíritu”. Es por eso que, para muchos lectores, en efecto los libros constituyen, por decirlo quizá de una forma cursi pero no por ello desacertada, “alimento” para el alma. En mi caso, así ha sido de una manera sumamente tangible y notoria para mí. Eso no quiere decir que tal apreciación sea válida para otras personas, que perfectamente pueden ser excelentes personas sin necesidad de leer una determinada cantidad de libros al mes o al año.
Sumado a todo lo anterior, hay otros factores que evidentemente entran en juego. Así, por ejemplo, estoy muy consciente de que tengo la suerte de haber podido contar con el dinero y la “logística” (esto, por cierto, muy importante en el caso de quienes vivimos en Venezuela) para adquirir libros que deseaba leer, algo incluso vinculado al mero azar de haber podido viajar al extranjero y comprar en otro país uno u otro libro. Leer es, no nos llamemos a engaño, algo costoso si uno quiere adquirir libros en físico y tener una gran biblioteca. Eso ha sido, hasta cierto punto (sólo hasta cierto punto) solventado gracias a Internet y la posibilidad de descargar libros de manera gratuita para leerlos en digital (aunque a no todo el mundo le gusta leer en digital).
También se trata de haber podido hacer el tiempo (que aunque siempre se puede hacer, es más sencillo si, por ejemplo, no tienes varios empleos, hijos, preocupaciones cotidianas, actividades extenuantes, etc.); de manera que esto es de igual forma un privilegio tanto como el ya referido del dinero y la “logística”.
En definitiva, leer más o menos, e incluso leer o no leer, que quede claro, no hace a nadie mejor o peor persona. Claro está que, desde mi punto de vista, que simplemente es mío y por lo tanto no puedo pretender imponer a los demás, leer es una actividad extraordinaria de la que he obtenido grandes beneficios en términos humanos, por lo que no titubeo en lo absoluto al recomendar a cualquiera que esté leyendo esto en este momento que se amigue con los libros, que se haga el hábito de la lectura, porque, entre otras cosas, quien ama leer nunca está solo y está aprendiendo siempre.
Por mi parte, quisiera incluso leer más de lo que leo, pero, mucho o poco, me brinda una gran felicidad hacerlo, y creo que se trata de algo que no dejaré de hacer jamás. Simplemente es algo bueno para mí, lo que no implica que sea bueno para los demás, pues ya se dijo líneas atrás que depende de nosotros mismos el cosechar o no los frutos de la lectura, no siendo una mera actividad mecánica ni algo netamente numérico o estadístico.
Para quienes disfrutan la lectura y, por qué no, para quienes estas modestas y puede que no muy bien escritas palabras pudieran motivarle a leer, comparto aquí una breve selección (totalmente arbitraria, debo advertir) de libros que podrían ser excelentes lecturas para el año 2024. Antes, quiero finalmente traer a colación las palabras de Montaigne en sus “Ensayos”, las cuales hago mías aquí: “No quiero romperme la cabeza por nada, ni siquiera por la ciencia, por mucho que sea su valor. En los libros busco solamente deleitarme con una honesta ocupación; o, si estudio, no busco otra cosa que la ciencia que trata del conocimiento de mí mismo y que me enseña a morir bien y a vivir bien”.
Acá, entonces, algunos libros que, si quieren, podrían leer en 2024, si todavía no los han leído:
1. Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa. Se trata de uno de esos libros a los que yo denomino “infinitos”, en el sentido de que uno puede leerlos una y otra vez, miles de veces, y siempre va a ser una lectura satisfactoria. Una especie de diario o cúmulo de reflexiones profundas y escritas de una manera poética del gran escritor y poeta portugués. Imprescindible para mí.
2. El camino de la vida, de Lev Tolstói. Un libro de este gran escritor ruso que, en español, estuvo inédito hasta 2019, cuando fue publicado por la editorial Acantilado. Como lo sugiere su título, es un compendio de máximas sobre cómo vivir bien, recorriendo temas, entonces, de carácter vital como el amor, la fe, el alma, los excesos, la violencia, el esfuerzo, el pensamiento o la muerte.
3. El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince. Un libro que conmueve y que golpea fuerte porque, además, se trata, no de una historia ficticia, sino personal y real que le ocurriera al escritor colombiano y a su familia. Aunque se suele decir que el libro siempre es mejor que la película (y en este caso se hizo una película de este libro), a mí me gustaron en esta ocasión tanto el libro como la película, que sin duda recomiendo.
4. Primera persona del singular, de Haruki Murakami. Un libro de relatos que me gustó mucho de este escritor japonés cuyos libros he leído ya desde hace varios años. En este caso, los relatos son amenos, interesantes y hacen que uno quiera seguir leyéndolos hasta el final. Uno sobre el béisbol (mi deporte favorito) y otro sobre un mono que habla son de los que más me gustaron.
5. Ordesa, Manuel Vilas. Un libro que se lee con un nudo en la garganta, y en que la pérdida del padre, pero también de un pasado que se ha ido pero sigue estando presente, se transmite de una forma tal que no es posible quedar inconmovible. Todo ello escrito de una manera indiscutiblemente poética, por lo demás tratándose de un escritor que cuenta con una cuantiosa y excelente obra precisamente en el ámbito de la poesía.
6. Los habitados, de Piedad Bonnett. Si esta gran escritora colombiana ya había entregado una obra en prosa desgarradora sobre el suicidio con su libro, que también recomiendo, “Lo que no tiene nombre”, en “Los habitados” ha hecho lo propio pero mediante la poesía. Un libro lleno de poemas que dejan al lector sin aliento y con ganas de leer más poemas así de honestos y contundentes.
7. En torno a Basho y otros asuntos, de Rafael Cadenas. El que, desde mi punto de vista, puede considerarse el poeta venezolano más importante aún con vida, Rafael Cadenas, es uno al que sin duda hace bien leer. En este libro de corta extensión (como los haikús que escribía Basho, a quien se alude en el título), el lector encuentra un conjunto de poemas breves que sosiegan al lector y le brindan una muy buena lectura. Valga añadir que la poesía es un género literario que, de entre todos, ha sido para mí el más satisfactorio y el que más felicidad me ha otorgado al leerlo.
8. Te me moriste, de José Luís Peixoto. Otro libro breve en cuanto a su extensión, pero inmenso en cuanto a lo maravilloso que es. Escrito en prosa, es un libro contundente, sólido y sumamente poético, lidiando con un tema estremecedor como lo es la muerte del padre.
9. El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, de Haruki Murakami. Un libro que disfruté mucho. Me pareció una alegoría brillante del arquetipo de la sombra así como de la relación entre el consciente y el inconsciente. No pude evitar pensar en Jung al leerlo. Un recordatorio literario de la libertad y las limitaciones que podemos darnos a nosotros mismos así como de que la belleza de la vida entraña necesariamente dificultades y la alegría no puede existir sin la tristeza.
10. Crímenes, de Ferdinand Von Schirach. Este autor alemán, además de ser un excelente escritor como queda evidenciado en esta obra, es también abogado y penalista. En este su primer libro (al que le siguieron los excelentes “Culpa” y “Castigo”, también recomendados), plantea al lector un conjunto de interesantes relatos cortos basados en casos penales con los que tuviera contacto el autor y que aseguran una buena lectura.
11. Los vencejos, de Fernando Aramburu. Una novela genial que, aunque casi tiene mil páginas, puede leerse rápidamente porque definitivamente la historia atrapa al lector. Una reflexión sobre la vida y sobre la muerte y el suicidio, llena de reflexiones sentidas pero también de episodios divertidos bien escritos.
12. Los errantes, de Olga Tokarczuk. Ganadora del Nobel de Literatura de 2018 (anunciado en 2019), esta escritora polaca brinda en este libro una historia intrigante que hace difícil desprenderse de ella una vez que se ha comenzado a leerla. El viaje, el tiempo, el cuerpo y el alma recorren las páginas de esta obra genial. Aunque se trata de una novela, bien pudiera considerarse también como un conjunto de relatos que se van hilando perfectamente.
13. Todos los poemas, de Miyó Vestrini. Poeta nacida en Francia pero que viviera en Venezuela desde los 9 años, es autora de una obra poética confesional y de gran contenido lírico. Pienso que la poesía de Miyó debiera ser mucho más conocida y leída porque sin lugar a dudas su obra es imprescindible en el panorama poético de la literatura venezolana contemporánea. Algunos poemas son un golpe al estómago, dado su marcado carácter autobiográfico.
14. El hundimiento, de Francis Scott Fitzgerald. Una excelente edición de los textos más autobiográficos del genial autor de “El Gran Gatsby”, en una época de su vida marcada por la crisis y el insomnio. Las primeras palabras de este libro son un evidente presagio de la forma como sigue: “Está claro que vivir consiste en hundirse poco a poco”.
15. La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Un gran clásico que he querido incluir en esta lista porque fue de los primeros clásicos que leí y que, utilizo muy acertadamente el verbo, me fascinó. Quien no haya leído aún esta magna obra le recomiendo hacerlo, le llevará en su lectura a un viaje extraordinario al infierno, el purgatorio y el cielo, de la mano de una buena cantidad de relatos interesantes en cada paso del recorrido.
16. Diarios, de Alejandra Pizarnik. La poesía de esta gran escritora argentina es una maravilla que también recomiendo, pero incluyo aquí sus Diarios porque sin duda me han resultado de una lectura maravillosa y, como lo dije respecto al Libro del desasosiego de Pessoa, infinita. Agudas reflexiones sobre la vida y la muerte por parte de Pizarnik que son el complemento ideal para su obra poética.
17. Ariel, de Sylvia Plath. Para quienes todavía no han tenido ocasión de leer esta poeta estadounidense, el 2024 podría ser el año para conocerla. Su último libro de poemas, póstumo, es un conjunto de textos que cortan por lo filoso y explícito de su contenido, su uso de las palabras encaja de una manera tan perfecta que simple y llanamente no cabe poner ni quitar siquiera una letra. Se trata de poemas que uno puede leer y releer muchas veces.
18. Manual de estoicismo, de Epicteto. Una de las obras fundamentales de la corriente de pensamiento estoica, se trata también de un clásico. Este libro contiene un conjunto de máximas y reflexiones sobre la vida y cómo hacer frente a ella, tanto en los buenos tiempos como en la adversidad. Junto a las “Meditaciones” de Marco Aurelio, resulta una excelente lectura de la que ciertamente el lector puede extraer numerosos aprendizajes.
19. Esto es agua, de David Foster Wallace. Un libro que, aunque bastante breve y sencillo, recoge un discurso de este gran escritor estadounidense que de alguna manera resume algunas de sus ideas literarias fundamentales que, en definitiva, trasciende el ámbito de la escritura para alcanzar la vida misma. Una lectura recomendada e inspiradora.
20. Tao Te Ching, de Lao Tse. Cierro la lista con este libro que, como La Divina Comedia, podría considerarse un clásico, como en efecto, desde mi perspectiva, lo es. Se trata de un breve libro de sabiduría. No sé si podría calificarse como poesía, pero de no ser así, se le parece demasiado. Creo que leer este libro es un antes y un después para quien lo hace. Sus enseñanzas son profundas y duraderas en el alma de quien lo lee. Quien aún no lo haya leído, le sugiero aprovechar el 2024 para hacerlo; es una lectura edificante y gratificante (“El Tao es como un pozo de agua que nunca se extingue por más que se emplee”).
Feliz y próspero año 2024 a quienes han tenido la gentileza de llegar hasta aquí. Y que sea un año de buenos libros y buenas lecturas.
(Alejandro Rodríguez Morales)
December 14, 2023
6 poemas de Fiama Hasse Pais Brandão
Luego de algún tiempo sin compartir ninguna traducción aquí en el blog, vuelvo a ejercer de traidor como en ya unas cuantas otras ocasiones. En esta oportunidad, comparto mi traducción de seis poemas de Fiama Hasse Pais Brandão, poeta portuguesa que, en idioma español, hasta donde alcanzo, no es muy conocida pues no parece haberse traducido su obra, vasta y extraordinaria, a nuestra lengua. Por ello, ojalá esto pueda servir también como una pequeña contribución para difundir su poesía y, quizá, darla a conocer a quienes no hayan tenido la oportunidad de leerla anteriormente.
Obituario
Todo el libro existe como un desperdicio.
La finalidad futura. Lo terrenal
y lo celestial. Las ruinas volátiles.
Léelo con la paciencia de la muerte.
Mensajero de lo real más allá de la metá-
fora. Letras superpuestas en la pira.
La agonía después de la lectura.
Verso a verso
Nada existe
sin la faceta real y el verso imaginario.
De ese modo repito
emociones que ya sentí
en otros versos.
En este o en aquel motivo
que también en la vida se repite
cada verso reencuentra en otro poema
el mismo verso.
Sin título
Tal vez el contraste
entre el exceso y la parsimonia
me lleve a escoger por fin
el estado último del movimiento
de los seres, el más armónico,
el del eterno reposo.
De la voz de las cosas
Sólo la ráfaga de viento
da el sonido lírico
a las aspas del molino.
Solamente las cosas tocadas
por el amor de otras
tienen voz.
Sin título
En la Tierra duele
compartir la breve eternidad,
y sólo en lo Eterno ignoto
el tiempo es todo tuyo,
para que puedas estar solo.
Poética
La luz y la tiniebla que muestran el
prodigio. La literatura muda
que nace del fondo del silencio. Alfa y
omega o la mañana y la noche.
Seres hechos de materia y pensa
miento hecho de memoria. Aquí
el verso reposa en su figuración.
(Traducción de Alejandro Rodríguez Morales)
November 26, 2023
Este que soy
Yo que por las justas
me he salvado seis veces
de la muerte,
yo que he soportado
puertas cerradas,
puertas que se cierran
y portazos en mis narices,
yo que he probado los sinsabores
de enamorarme solo,
de pasar totalmente desapercibido
por mujeres hermosas
con que se deleitaron
solamente mis ojos,
yo que he sido menospreciado
y echado de múltiples lugares,
yo que he sido ignorado,
yo que he escrito cantidades ingestas
de poemas como este
que nadie lee
y que quizá nunca serán leídos,
yo que el poco dinero
que alguna vez gané
lo gasté en autopublicar
mis libritos de poemas
que de otro modo
no hubieran sido publicados nunca,
yo que soy un poeta maldito
y de culto
porque nadie me conoce
y mis versos
son difíciles de encontrar,
y también, cómo no,
por el deseo de morirme
que me ha poseído tantas veces,
yo que he tenido que pasar
por el quirófano y el consultorio,
que me he producido llagas en los pies
caminando hacia metas
hasta las que no llegué nunca,
yo que estudié madrugada tras madrugada
para obtener un título
que en mi país
no me sirve ni para comprar pan duro,
yo que he pasado hambre,
yo que me he quedado tantas veces
mirando absorto en las vitrinas
aquellas cosas de las que apenas
me separaba un vidrio
pero cuyo grosor equivalía
a una distancia
de la tierra a la luna,
yo que conozco la soledad
como la palma de mi mano
y he pasado con ella
tantas noches de insomnio,
yo que he llegado a tener mucho
y a perderlo todo,
yo que soñé con cosas sencillas
que al parecer eran en cambio
supremamente difíciles,
yo que he tenido como sola compañía
un poco de música
y un poco de poesía,
yo que he dormido en mi cama
siendo contemplado únicamente
por libros.
Yo que tantos días y tantas noches
me he sentido cansado
que es otra forma de decir
agobiado y desesperado,
sigo aquí
y escribí este poema.
(Alejandro Rodríguez Morales)
January 3, 2023
Los 5 mejores libros que leí en 2022
Nuevamente tengo el gusto (y la ocasión) de compartir aquí en mi blog la lista (que retomé a comienzos del año pasado) de los 5 mejores libros que leí en 2022, año que recién acaba de terminar. Durante 2022 pude, por fortuna, incrementar el número de libros que leí respecto a 2021, teniendo además el privilegio de que fueran extraordinarias lecturas que incluyeron poesía, novelas, relatos y crónicas. A diferencia de 2021, año en que no llegó a la lista, extrañamente, ningún libro de poesía, esta vez una de mis lecturas más entrañables fue precisamente un libro de poesía. Algo llamativo de esta lista es que se repiten dos autores que estuvieron en la lista de 2021, Fernando Aramburu y Héctor Abad Faciolince, pues ciertamente son autores cuya escritura me ha gustado mucho y por eso los he seguido leyendo.
Así, pues, aquí la lista, sin un orden específico, de los que considero los mejores libros que leí en 2022:
Daniel. Voces en duelo; de Chantal Maillard y Piedad Bonnet. Se trata de un libro de poesía a dos manos de dos grandes poetas a las que he leído mucho, por lo que presentía que sería una gran lectura, como en efecto lo fue. Un libro impresionante por la coincidencia de la muerte, en similares circunstancias, de los hijos (ambos llamados Daniel) de estas dos poetas.Los vencejos; de Fernando Aramburu. Una novela genial que, aunque casi tiene mil páginas, leí rápidamente porque definitivamente la historia atrapa al lector. Una reflexión sobre la vida y sobre la muerte y el suicidio, llena de reflexiones sentidas pero también de episodios divertidos.En otras palabras; de Jhumpa Lahiri. Una crónica biográfica de esta escritora cuyo idioma natal no es el italiano pero que decidió escribir en ese idioma, el cual adoptó y demuestra amar profundamente. Un libro con un significado especial para quienes hablamos otros idiomas además del materno.El olvido que seremos; de Héctor Abad Faciolince. Se supondría que este libro de Abad Faciolince tendría que haberlo leído antes que, por ejemplo, Traiciones de la memoria, pero no fue así, y llegó a mis manos cuando tenía que llegar. Un libro que conmueve y que golpea fuerte porque, además, se trata de una historia personal y real. Aunque se suele decir que el libro siempre es mejor que la película, a mí me gustaron en este caso tanto el libro como la película, que sin duda recomiendo.Primera persona del singular; de Haruki Murakami. Un libro de relatos que me gustó mucho de este escritor japonés cuyos libros he leído ya desde hace varios años. En este caso, los relatos son amenos, interesantes y hacen que uno quiera seguir leyéndolos hasta el final. Uno sobre el béisbol (mi deporte favorito) y otro sobre un mono que habla son de los que más me gustaron.(Alejandro Rodríguez Morales)
June 7, 2022
Mi traducción de un poema de Jorge Sousa Braga
(“Lendo Orpheu No.2”, de José de Almada Negreiros)
Uno siempre vuelve a las cosas que ama. En mi caso, tengo la fortuna de amar unas cuantas cosas que la vida me ha permitido conocer. Entre ellas se encuentra la poesía portuguesa, que he venido leyendo desde hace algunos años con gran pasión, una que se incrementó cuando, en 2016, visité Lisboa y me enamoré más de la poesía de Portugal. Es por eso que ya en este mismo blog he traducido del portugués algunos poemas de diversos autores de ese país. En este post, entonces, he querido compartir con quienes leen el blog mi traducción de un poema de Jorge Sousa Braga, el cual se encuentra en su más reciente libro “A matéria escura e outros poemas” (La materia oscura y otros poemas). Espero que disfruten de este breve y extraordinario poema que se titula “O cérebro” (El cerebro).
El cerebro
El cerebro tiene diez millones de células en contacto
unas con las otras y diez trillones de conexiones
Tanta conexión
y tanta soledad
(Traducción de Alejandro Rodríguez Morales)
January 26, 2022
Los 5 mejores libros que leí en 2021
Retomando escasamente una tradición que interrumpí respecto a mis lecturas de 2019 y 2020, comparto aquí los 5 mejores libros que leí durante 2021, entre los cuales, como peculiaridad en cuanto a mis lecturas, no hay ninguno de poesía, aunque he seguido leyendo predominantemente este género. En todo caso, me parece que en todos estos libros hay poesía, por lo que no me resulta extraño que hayan sido los libros que más disfruté leer el año pasado.
Aquí la lista, sin un orden particular:
La Visión Eterna. Cartas, manifestos y ensayos; de William Blake (una belleza no sólo por su contenido sino por la edición extraordinaria de La Felguera)La doble muerte de Unamuno; de Manuel Menchón (más luces sobre los últimos días del gran Miguel de Unamuno y el mítico acto del 12 de octubre en Salamanca)Traiciones de la memoria; de Héctor Abad Faciolince (un libro muy poético que, de hecho, gira en torno al enigmático poema de Borges que encontrara el autor en un bosillo de su padre el día en que fue asesinado – por cierto, el año pasado se estrenó la película “El olvido que seremos”, basada en el libro del mismo nombre y del mismo Abad Faciolince, en torno al referido asesinato de su padre, película muy recomendable)Da igual. Los 25 cuentos despiados; de Agota Kristof (una compilación extraordinaria de relatos breves de una escritora excepcional aunque menos conocida de lo que debiera ser dada su gran calidad literaria)Autorretrato sin mí; de Fernando Aramburu (un conjunto de textos escritos a manera de diario y en consecuencia bastante íntimos que muestran la raíz poética de este autor)(Alejandro Rodríguez Morales)
August 9, 2020
Mi traducción de 3 poemas de Franco Arminio
Mi traducción de 3 poemas de Franco Arminio
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(Una de las fotos que le tomé a la Fontana di Trevi, en una noche romana)
Por esas cosas inexplicables y hermosas de la vida (y lo hermoso suele ser inexplicable así como lo inexplicable, hermoso), en el mes de enero de este año 2020 tan complejo, tuve la ocasión visitar (diríase que en el límite, dada la imposibilidad de viajar impuesta poco después) la ciudad de Roma, Italia. Sin duda, una capital impresionante que abruma de tanta historia, tanta imponencia y tanta belleza. En ese viaje, como hago siempre en todos mis viajes, compré libros. Entre los libros que compré está “L’infinito senza farci caso. Poesie d’amore”, del poeta Franco Arminio.
De ese libro, que he leído desde mi escaso conocimiento del idioma italiano, he tenido el atrevimiento de traducir (y quizá toda traducción sea ineludiblemente un atrevimiento – uno que he cometido ya demasiadas veces) tres poemas, que ahora comparto con los amables lectores de este blog, esperando disfruten la lectura de este poeta que, quizá, no hubieran leído antes.
Tenemos la necesidad
de un lugar: se necesita
una mano,
una casa, una sonrisa,
alguna cosa que haga
de perímetro.
El animal sin lugar
se enferma,
ama sin amar,
sufre sin sufrir.
Amar es construir un lugar,
es decir, un pedazo de mundo
con un dios adentro.
—
—
Curarse con la boca,
con los ojos,
curarse con el cielo,
sintonizar el corazón
con las hojas,
con las hormigas.
Curarse
leyendo poesía,
curarse con el sol,
con el viento,
con la oración,
tomar la medicina
del amanecer,
el jarabe de la lengua.
Volverse a los ojos,
a la mirada,
tu mirada salvavidas.
—
—
Puedo entender que me dejas,
no las palabras
que recogí como flores,
como anillos para tus dedos.
(Traducción por Alejandro Rodríguez Morales)
February 28, 2019
Mi traducción de un poema de Rui Pires Cabral
Mi traducción de un poema de Rui Pires Cabral
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La poesía portuguesa se encuentra desde hace algún tiempo en el corazón de mis lecturas, y tengo la fortuna de contar con unos cuantos libros que adquirí en Portugal o que me han llegado gracias a ese puente invisible y generoso que es el servicio postal. Confieso, de otra parte, que tengo la fortuna de poder leer directamente en portugués, siendo, además, que no es posible encontrar demasiados libros de autores portugueses traducidos al español. En este modesto post, entonces, quiero compartir con los lectores del blog la traducción que hice de un pequeño poema de Rui Pires Cabral. Se trata de un texto que he tomado del libro “Morada”, en el cual se reúne casi toda su obra poética y del cual ya publiqué en este blog la traducción de otro poema incluido en ese mismo título.
“Paso de peatones”
Al volver del supermercado
me dice el pequeño monstruo
que a veces me hace compañía:
«¿Y cuál es tu razón de ser?»
En la calle, la tarde rueda despacio
entre predios marchitos – y él
añade: «No me digas
que son los versos.»
Y se ríe.
(Traducción de Alejandro Rodríguez Morales)


