Loles López's Blog

No os podéis ni imaginar la ilusión que me hace escribir estas líneas… [image error]
ATARDECER PARA DOS está disponible en libro de bolsillo en México.
¡Sí, MÉXICO! [image error] 
Lo podéis encontrar ya en cualquier librería del país.
GRACIAS a mí editorial por esta gran oportunidad.
Espero que disfrutéis mucho con la historia de Emma y Damon. [image error]

https://www.planetadelibros.com.mx/libro-atardecer-para-dos/429687

Me hace muy feliz deciros que el 4 de febrero sale en libro de bolsillo ARRIESGADA FARSA DE AMOR.
Si aún no la has leído, tienes una oportunidad de oro para hacerlo.
Os dejo la sinopsis:
¿Preparada para vivir el fake dating más apasionante con una estrella del fútbol americano?

Jessica solo quiere encontrar el amor para que sus padres dejen de emparejarla con Duncan, su mejor amigo.

Cameron, amigo de Duncan y jugador de fútbol americano, necesita limpiar su imagen tras una temporada desastrosa para asegurar un contrato en la NFL.

Jessica y Cameron llevan años sin verse, hasta que Duncan los reúne en su casa de Florida. Cameron se ha convertido en un gruñón con fama de chico malo, y Jessica, en una experta en complicarlo todo con solo abrir la boca.

Una exnovia sin escrúpulos y una arriesgada farsa que solo les puede traer problemas.

Entre momentos ardientes, amistad, miedos y superación personal, ¿podrá Jessica tomar el control de su destino y Cameron salir del infierno en el que vive?

Una semana después de su lanzamiento, NO CON ESE COWBOY, se encuentra entre los más vendidos de Editorial Planeta.[image error]
GRACIAS por hacerlo posible.
GRACIAS por vuestro apoyo y por querer leer la historia de Kate y River.
GRACIAS también a mi querida editora, Esther, por confiar en mí y estar siempre cuando la necesito. [image error]
Y si todavía no la has leído, no esperes más y corre a por este Cowboy Romance que te enganchará desde el principio.

¡YA A LA VENTA! [image error]
Espero que disfrutéis mucho con la historia de River y Kate.
Sinopsis:
Ella es la mujer que prometió no amar. Él, el hermano del hombre que le destrozó el corazón.

Después de una ruptura sentimental muy complicada, Kate Olson regresa al rancho familiar para pasar el verano. Lo que Kate no sabe es que su abuelo tiene un objetivo claro: que se enamore, se quede y tome las riendas del legado familiar.

River, el capataz del rancho y hermano mayor de su ex, tiene sus propios planes: comprar el rancho y alejarla a toda costa, por lo que hará lo que sea para espantar a cualquier hombre que se le acerque.

Entre reproches, deseo y mucha tensión, comienzan a saltar chispas que ninguno sabe apagar.

¿Puede el odio convertirse en otra cosa?
¿Y si el corazón tiene sus propios planes?

Un romance adictivo, emocional y sexy que nos transporta a un paisaje tan salvaje como un rancho de Montana.

Prólogo
River
⸺¿Quería verme? ⸺Me quito el sombrero ante el señor Olson en señal de respeto, pero también para sentir el viento fresco en la cabeza después de tantas horas usándolo.
⸺Necesito que averigües qué trabajadores del rancho están solteros y me hagas una lista detallada con sus nombres, apellidos y edad ⸺contesta con seriedad y no puedo evitar fruncir el ceño extrañado porque es una petición inusual.
⸺Claro.
⸺¡Ah! Y si sospechas que son… ¡Ya sabes! ⸺suelta moviendo la muñeca de un lado a otro, con la mano flácida, como si realmente yo tuviera alguna idea de lo que me habla. Supongo que mi expresión le da la pista que precisa para lanzarse a decírmelo sin tapujos, porque no sé a qué se refiere⸺. Que no les gusten las mujeres… ⸺pronuncia tan bajito que ahora mismo sí siento que estoy manteniendo una conversación surrealista con mi jefe⸺… no hace falta que los añadas a esa lista. No puedo perder el tiempo, necesito ir sobre seguro. Solo tengo esta oportunidad y todo tiene que salir perfecto.
⸺¿Ir sobre seguro? ⸺me atrevo a preguntar, porque una cosa es hacer una simple lista de los trabajadores del rancho que no tienen pareja y otra adentrarme en los gustos sexuales de esos hombres.
⸺Tengo un plan infalible en mente para que al fin se cumpla mi mayor deseo.
⸺Con todos mis respetos, señor Olson, si no especifica para qué desea esa lista, dudo que pueda hacerla. No quiero que los chicos malinterpreten sus intenciones.
⸺No tenía pensado explicártelo porque, cuantas menos personas lo sepan, mejor me saldrá. Pero eres mi mano derecha, el capataz de este rancho desde hace ya años, y necesitaré tu ayuda en más de una ocasión ⸺dice, y asiento, porque este puesto me lo he ganado a pulso trabajando como el que más y dejando de lado la diversión y el tiempo libre⸺. He convencido a mi nieta para que venga a pasar el verano al rancho, pero mi verdadera intención es que se quede para siempre. ⸺Siento como si me acabaran de pegar una patada en todo el estómago al oír hablar de esa mujer⸺. Me temo que ya no tengo las fuerzas que tenía antes y necesito cerrar este tema antes de que sea demasiado tarde para mí. Sé que Kate ni siquiera se plantea la posibilidad de llevar el rancho, pero, si encuentro a un buen cowboy del que se enamore, no dudará en quedarse.
⸺¿Y si no encuentra a nadie? ⸺Al preguntarlo, la boca se me seca de golpe.
Odio hablar de esa chica, aunque sea con su propio abuelo, pero más aborrezco la idea de volver a verla después de tanto tiempo sin saber de ella.
⸺Haré todo lo que esté en mi mano para que lo haga, aunque tenga que presentarle a todos los hombres que trabajan en estas tierras o que vivan cerca. Esa niña tiene que asumir sus responsabilidades de una vez. ¡Ya ha pasado demasiado tiempo en la ciudad y tiene que coger las riendas de su legado como hizo primero su padre, que en paz descanse, yo e incluso mi padre, que Dios guarde en su gloria! ⸺brama con garra para después soltar un suspiro mientras se quita el sombrero y se intenta recolocar el escaso cabello blanco con resignación⸺. Si no consigo que se enamore antes de que llegue el otoño y se marche, supongo que me tocará vender el rancho…
⸺Espero que me considere antes que a nadie para comprarlo ⸺indico sin dudar y el señor Olson, mientras se pone de nuevo el sombrero, asiente.
No es la primera vez que hablo de esto con él y, aunque nunca me ha negado tal posibilidad, tampoco me ha dado la esperanza de que algún día este lugar sea mío.
Eso es algo que deseo con cada partícula de mi ser por un par de razones, pero la principal es arrebatárselo a la última sucesora de esta familia.
⸺Llegado el momento, lo haré, muchacho. Y sé que contigo estas tierras crecerían todavía más, pero, desde que mi tatarabuelo las adquirió hace ya demasiado tiempo, han ido pasando de padre a hijo y me gustaría seguir con el legado familiar.
⸺Lo entiendo.
⸺Aunque todo depende de mi nieta y de lo que ocurra este verano ⸺musita con pesar⸺. Cuando tengas la lista, entrégamela sin importar la hora que sea. Necesito estar preparado para cuando ella llegue. Voy a conseguir que Kate se enamore del rancho y de un buen cowboy, aunque eso sea lo último que haga en esta vida.
Se da la vuelta y comienza a caminar con paso lento, apoyándose en su bastón negro. Me coloco el sombrero sin dejar de observarlo. Sé que les prometí a mi padre y a él mi lealtad cuanto empecé a trabajar aquí con diecisiete años, pero tengo claro que jamás permitiré que Kate Olson sea la propietaria de todo esto. Y no es porque sea una mujer, si fuera otra ni siquiera dudaría en aceptar la voluntad del viejo Olson, simplemente por respeto a la familia. Sin embargo, ella no merece heredar este lugar y, si por mi fuera, la obligaría a quedarse en la ciudad, donde lleva escondida desde hace años.
Me acerco a mi caballo, me subo a su lomo y comienzo a trotar lentamente para recorrer toda la propiedad. Tengo claro que voy a cumplir el trabajo que me ha mandado el señor Olson y le haré esa lista con el nombre de todos los hombres disponibles del rancho, pero no voy a consentir que esa chica se quede aquí para siempre.
Antes de que eso ocurra, quemo todas estas tierras, para asegurarme de que heredará una montaña de cenizas.
Antes de que ella mande aquí, soy capaz de cualquier cosa para hundir a esa despiadada y egoísta mujer.

1
Kate
Creo que no he sido consciente, hasta ahora, de lo que he accedido a hacer en un arranque de valentía. Ni siquiera cuando he subido al avión y he tardado dos horas en volar de Portland, Oregón, a Billings, Montana, he asumido la realidad, como si estuviese en mitad de un sueño. Sin embargo, el hecho de estar sentada en esta camioneta roja, una GMC Sierra 1500 que nunca había visto antes, ha conseguido, a medida que las millas van pasando ante mis ojos y me voy acercando demasiado rápido a mi destino, que comprenda que estoy a punto de enfrentarme a mi pasado.
Que ya no hay vuelta atrás y que voy a hacerlo.
Y de repente el pánico se cuela en mi interior provocando que me falte el aire.
¡No me puede estar pasando esto aquí!
Miro al conductor de reojo, un chico que tendrá más o menos mi edad, al que seguramente han obligado a venir a recogerme porque mi abuelo se ha empeñado en que no cogiera un taxi, y me esfuerzo en revivir mentalmente cómo ha sido verlo de pie sujetando un cartel con mi nombre completo escrito con letra irregular y en negro mientras intento controlar mi respiración y mi cuerpo, centrándome en ese momento y no en el que está desencadenando que toda yo me acelere.
Johnny ⸺larguirucho y con la cara tostada por el sol⸺ me ha parecido un joven tranquilo y seguro de sí mismo cuando lo he visto de lejos, pero en cuanto me he acercado a él y le he dicho que era Kate Olson, se le han puesto las orejas muy rojas y ha comenzado a moverse inquieto y a balbucear al saludarme; entonces, simplemente, he pensado que me he equivocado en mi primera impresión. Porque ha sido estar delante de él y demostrarme que es puro nervio, por cada movimiento rápido que ha hecho y porque no ha parado de echarme miradas furtivas. Lo he seguido ⸺después de que me quitara de las manos mis maletas entre frases inaudibles y un ligero tartamudeo⸺ hacia el parking del Aeropuerto Internacional de Billings-Logan. He intentado charlar con él mientras caminábamos ⸺aunque más bien, corríamos⸺ hacia la camioneta y gracias a eso he averiguado su nombre, pero poca cosa más. Porque solo asentía o negaba con la cabeza, como si no quisiera abrir la boca.
Cuando he vuelto a intentar hablar otra vez con él ya dentro del vehículo, el chico, simplemente, ha agarrado con fuerza el volante, como si entablar una conversación
conmigo fuese la peor experiencia del mundo. Por supuesto, visto lo visto, me he mantenido callada, aunque tenía ganas de averiguar cómo estaban las cosas por el rancho, y me he conformado con ver pasar los minutos con angustia. Menos mal que solo se tarda una hora y cuarto en llegar a mi destino, porque no sé qué hubiese pasado en esta camioneta, en la que el silencio y la incomodidad se pueden cortar con un cuchillo, si el trayecto fuera mucho más largo.
Me seco las palmas sudadas en mis vaqueros cuando pasamos por delante de Hysham, mi pueblo natal, para avanzar a través de este camino flanqueado por las tierras de mi familia que nos llevará al rancho. Hace años, cuando vivía aquí, hubiese podido cruzarlo con los ojos cerrados; recordaba cada piedra, cada bache, con exactitud. Ahora todo me parece distinto, pero, a la vez, igual… como si descubriera cosas que antes no estaban en un lienzo conocido. Creo que es demasiado pedir que la naturaleza no se altere con el paso del tiempo; como esas flores amarillas que hay al borde del sendero y que rompen un poco la monotonía del marrón de la tierra y el verde de la vegetación. De todos modos, también encuentro elementos que no se han alterado en absoluto, como este suelo pedregoso, como el viejo árbol antes de la curva, como este cielo azul interminable salpicado de nubes…
Miro de nuevo a Johnny dispuesta a volver a intentar arrancarle alguna palabra antes de llegar; sin embargo, sus orejas se vuelven a poner coloradas cuando se da cuenta de que lo estoy observando e incluso aprieta con fuerza los dientes, como si me temiese, y vuelvo a mirar al frente aterrorizada al no saber cómo lidiar con los recuerdos que comienzan a acecharme.
De no saber qué me espera cuando lleguemos al rancho Olson.
De no poder controlar el pánico que ahora mismo amenaza con ahogarme, y me pregunto por qué accedí a volver…
«Necesito cerrar el círculo», me recuerdo, porque por eso estoy aquí.
He cometido muchos errores en estos últimos seis años, pero creo que el más destacable, el que me ha arrastrado a vivir el día de hoy con tanta ansiedad y temor, es sin duda haberme marchado a vivir con mi primer novio a los cuatro meses de estar saliendo juntos…
Me fui a la Universidad Tecnológica de Montana, en Butte, con él. Compartimos un pequeño apartamento, amistades e incluso alguna asignatura. Ese primer año volvimos juntos a casa tanto en fechas señaladas como en verano porque ambos vivíamos en el rancho ⸺él, en una cabaña de madera cerca del río, y yo, en la casa grande de los Olson⸺, pero el resto del año lo pasamos fuera, porque el trayecto, cuatro horas y media en coche, era demasiado como para afrontarlo a diario.
No recuerdo el momento exacto en el que ocurrió, pero cada vez me costaba más permanecer en este rancho donde un día había sido feliz y contaba las horas que faltaban para regresar a Butte. Lo achaqué a multitud de motivos, meras excusas que se me pasaron por la cabeza para no afrontar la cruda realidad. Ahora sé que fue una equivocación no hacer caso a mi instinto, no escucharlo, porque no dejaba de repetirme que había algo que iba mal en mi vida… que debía estar atenta.
Sin embargo, hice caso omiso y me cerré en banda en nombre del amor.
La última vez que pisé estas tierras fue tras el fallecimiento de mi padre; se trató de un viaje relámpago, ni siquiera hice noche en el rancho, y de esto hace ya casi un año.
Siempre he pensado que ese lúgubre día, junto con todo lo que viví antes, durante y después, fue el desencadenante de todo. Como si necesitara un último motivo plausible para dar de una vez por todas ese difícil paso. Porque también hace casi un año que puse punto final a una relación que llevaba agonizando desde hacía una eternidad.
Y a partir de entonces no he vuelto a pisar este lugar por miedo.
Temerosa de no ser lo bastante valiente como para lidiar con las consecuencias de cada una de mis decisiones, con cada momento que me arrastró a vivir algo que todavía me pesa, en mi conciencia, en mi corazón, y que me ha hecho ser la mujer que soy.
Una cobarde, que intenta encontrar su propia voz en medio de tanto ruido.
Una indecisa, que no puede elegir cómo será su futuro.
Una desconfiada, que teme volver a cometer el mismo error y que huye de cualquier hombre que intenta conocerla.
Por eso he vuelto a la casilla de salida y es posible que la llamada de mi abuelo fuera el empujón que necesitaba para tomar esta decisión, pero llevaba meses rondando en mi mente tal posibilidad.
Había llegado la hora de enfrentarme a mis demonios de una vez por todas y dejar de ocultarme. Llevaba demasiado tiempo mal y necesitaba hacer algo para poder cerrar ese episodio de mi vida que todavía me afectaba. Tenía que volver a casa y confiar en que esa decisión sanaría una herida que todavía seguía abierta; que me ayudaría a ser la persona que quería ser y no la que había sido durante tantísimo tiempo.
Sé que no va a ser fácil; a una parte de mí le habría gustado seguir escondida bajo un mar de excusas para no estar justo aquí, a punto de enfrentarme a eso de lo que llevo huyendo desde hace demasiado. Pero necesito demostrarme que puedo avanzar, que soy más fuerte de lo que creo, y la única manera de hacerlo es volver al lugar donde todo comenzó.
Johnny empieza a aminorar la velocidad y de repente, delante de mí, aparece mi casa, aunque ahora mismo no la sienta como tal. Sigue igual a como la recordaba: grande, de madera, rústica, con su tejado inclinado acabado en punta para que la nieve no se acumule en invierno, rodeada de vegetación, de altos árboles, cerca de los establos de caballos y próximo al río Yellowstone… Sé que cualquiera que viese esta estampa pensaría que es una postal idílica de rancho del oeste americano. Para rematar tal retrato, bastaría añadir a unos cuantos cowboys alrededor para darle esa imagen romantizada de este estilo de vida tan duro y solitario. Sin embargo, ahora mismo no hay nadie a la vista, supongo que los hombres que trabajan para mi abuelo están ocupados.
⸺Ya-ya hemos llegado, se-señorita Olson ⸺me avisa Johnny con un susurro cuando detiene el motor muy cerca de la gran casa, de nuevo con ese ligero tartamudeo que me da a entender que este chico es muy tímido.
⸺Por favor, llámame Kate ⸺le repito por segunda vez y este agacha la cabeza mientras abre la puerta⸺. Gracias por venir a por mí y traerme a casa.
Johnny ni siquiera me mira y mucho menos me contesta y, antes de que cierre tras él, veo sus orejas otra vez rojas. Reprimo una sonrisa nerviosa mientras deslizo la mirada hacia la puerta principal de la vivienda, la cual tiene un increíble porche donde hay una mesa con sillas alrededor, un balancín acolchado y diversas macetas con plantas y flores que le dan color y calidez al lugar. Me vuelvo a secar las manos frotándomelas en los muslos, animándome a salir de la camioneta. Me quito el cinturón y, cuando tengo la mano en la manija, veo cómo se abre la enorme puerta para ver aparecer a mi abuelo.
Trago el cúmulo de emociones que en este instante me impiden respirar bien, bajo del coche y comienzo a acercarme a él cuando veo a Johnny cargar con mi equipaje para llevarlo a la propiedad. Sé que hace menos de un año lo vi en el funeral de mi padre, pero en aquel entonces ni siquiera presté atención a su imagen. No paré de llorar en ningún momento y, si soy sincera, no recuerdo quién estuvo o no en la ceremonia. Supongo que, por esa razón, ahora mismo camino lenta sin dejar de observar a mi abuelo paterno, que está dando instrucciones al chico desde el porche, y me percato de que han añadido una rampa al lado de los cuatro escalones que separan la tierra de la casa.
Está de pie apoyándose en un bastón de madera negro, con su sombrero de cowboy del mismo color ocultándole su cabello blanco. El pasado mes de febrero cumplió los setenta y nueve años, y es posible que esa rampa se haya puesto para él, aunque dudo que la utilice. Mi abuelo es un hombre muy terco y orgulloso; un ranchero acostumbrado a trabajar de sol a sol sin quejarse; un hombre que no ha faltado ni un día a su trabajo, sin importar que estuviera enfermo o que hubiese perdido a su único hijo por culpa de un desafortunado accidente con un tractor…
Trago saliva intentando bajar el nudo que en este momento me asfixia y me centro en él. Su rostro está curtido por las arrugas y por el sol; su cuerpo ahora parece más enclenque, como si hubiese perdido músculo y la fortaleza que recuerdo; sus ojos grises, tan distintos a los míos, ahora no tienen brillo y están como apagados. Aprieta sus finos labios e incluso podría jurar que se tensa a medida que acorto la distancia que nos separa, irguiéndose, para demostrarme que sigue siendo el que era y que ni la vejez, ni nada, lo va a hacer cambiar. Era la roca en la que se apoyaba mi padre. El patriarca de la familia y el dueño y señor de todas estas tierras que dan de comer a tantísimas familias en Hysham y alrededores.
Cuando estoy a un paso de él, me quedo quieta, deseando tener otro tipo de relación con él y poder abrazarlo como haría cualquier nieta con su abuelo. Sin embargo, ni con mi padre, que en paz descanse, tuve esa relación estrecha y cariñosa, así que mucho menos con mi abuelo. Los hombres Olson siempre han trabajado de sol a sol y, cuando quería ver a alguno de ellos, tenía que buscarlos donde se encontraban sus animales o sus cultivos. Por eso, simplemente, me quedo mirándolo, algo que él también hace conmigo, pero en su caso con dureza, como si todavía dudara de que realmente estoy aquí después de tanto tiempo.
⸺¿Qué tal el viaje? ⸺me pregunta con esa voz tan ronca característica en él.
⸺Sin sobresaltos ⸺susurro para después señalar el bastón⸺. ¿Estás bien?
Nos quedamos mirándonos lo que parece una eternidad. Mi abuelo suspira con brusquedad para después llevarse una mano a la cabeza, quitarse el sombrero y peinarse con los dedos su fino cabello blanco, para luego volver a colocárselo con la precisión de alguien que lleva ese accesorio toda una vida.
⸺Por supuesto que estoy bien, niña ⸺suelta, brusco, y reprimo un suspiro de frustración, o tal vez de alivio, porque acaba de aparecer el carácter agrio que recuerdo de mi abuelo.
⸺¿Y esta rampa?
⸺No sabía que habías venido a interrogarme ⸺masculla molesto y me encojo de hombros⸺. Daisy se empeñó en ponerla y es imposible hacerle cambiar de opinión cuando se le mete algo entre ceja y ceja.
⸺¿Sigue trabajando aquí?
⸺Por supuesto. Hay mucha gente que adora estas tierras hasta el punto de no marcharse nunca ⸺suelta, y siento cómo ese comentario me va directo al corazón. Sé que lo dice por mí⸺. Cada día te pareces más a tu madre, tan preguntona como ella…
Y no puedo evitar deslizar una sonrisa divertida, porque la anterior afirmación me temo que también iba por ella. Mi madre se fue del rancho nada más separarse de mi padre y no ha vuelto jamás, ni siquiera para su funeral. Sé que, si se lo hubiese pedido, me habría acompañado, pero también soy consciente de que a ella nunca le ha gustado este mundo y que la relación con mi padre se había enfriado muchos años atrás, mucho antes del triste suceso. Además, es cierto que mamá es muy habladora y pizpereta y, aunque no me parezco tanto a ella como dice mi abuelo, si me comparo con él o con mi padre, ambos tan callados y taciturnos, es normal que me vea más como ella.
⸺Te manda recuerdos ⸺le digo, y él abre ligeramente esos ojillos grisáceos como si se sorprendiese de que mi madre tuviera ese detalle.
⸺Señor ⸺nos interrumpe Johnny y ambos lo miramos⸺, ya he subido el equipaje a la habitación de la señorita Olson. ¿Necesita algo más? ⸺pregunta sin ni siquiera echarme una mirada y me asombra que no haya rastro de ese tartamudeo que he apreciado antes.
⸺No. Gracias, Johnny, puedes descansar hasta la tarde.
⸺Gracias, señor. Se-Señorita…
Me echa un vistazo de reojo, agacha la vista y sale escopetado de aquí, provocando que mi abuelo arrugue el ceño.
⸺Este muchacho cada día está más raro ⸺rumia mientras niega con la cabeza⸺. Anda, vamos dentro antes de que te arrepientas y te vuelvas a ir.
⸺Te di mi palabra.
⸺Y espero que la cumplas, Kate ⸺susurra mirándome de soslayo mientras avanza, con paso lento y apoyándose en ese bastón negro, hacia el interior de la casa⸺. Tienes que quedarte en el rancho todo el verano.
⸺Lo sé, me lo dijiste.
⸺Y no me vale que sean tres semanas o seis, tienes que estar aquí hasta el inicio del otoño.
Se me instala un nudo en la garganta porque sé que ese momento llegará a finales de septiembre y estamos a 8 de junio. Le he dado mi palabra a mi abuelo, pero sé que no será fácil estar aquí tantos meses.
En este lugar donde tengo tantísimos recuerdos.
En estas tierras donde me enamoré locamente, me sentí tan rota que perdí mi esencia, me avergoncé de la persona en la que me estaba convirtiendo y me di cuenta de que el amor me había cambiado por completo.

Disponible en digital a partir del 22 de octubre de 2025

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Y hoy toca conocer un poco a ella, a la chica que vuelve al rancho para intentar sanar su corazón. [image error]
¡Ya en preventa!
22/10/2025
KATE:
Volver al rancho, al lugar donde nací y crecí, debería ser motivo de alegría, sin embargo, para mí significa rememorar la peor decisión que he tomado en mi vida… Llevo años retrasando este momento, pero tengo que afrontar el dolor de una vez por todas y he decidido pasar este verano con mi abuelo.
La verdad es que llevo demasiado tiempo mal… Mi ex no solo me destrozó el corazón de una manera que me temo es imposible de reparar, sino que también demolió mi confianza, aniquiló mi autoestima y marchitó mi alma…
Sabía que iba a ser complicado volver al lugar donde todo empezó, pero se me olvidó que tendría que ver a su hermano mayor… Pero ¿cómo iba a recordarlo? Nunca he hablado con River, ni siquiera cuando salía con su hermano y ahora… Es como si estuviese en todos los lugares a los que voy y me lo encuentro, con su sombrero de cowboy calado hasta las cejas, tapando sus ojos, dispuesto a todo para convertir mi estancia en una pesadilla.
Lo peor es que mi abuelo confía en él. Es el capataz del rancho, el hombre que ejecuta sus órdenes, pero no entiendo qué le he hecho para que me trate con tanto rencor…
No sé cómo saldrá esta historia, pero tengo claro que River Levine, no va a conseguir que me marche. Y es posible que esté pagando el cabreo que siento por su hermano con él, pero… quien empezó este maldito juego fue ese indómito hombre con la mirada más intensa y única del mundo.
Voy a por todas y no pienso rendirme.
Ya no…
Voy a demostrar a este malhumorado y callado cowboy que se equivoca conmigo y que ni siquiera su hermano pequeño sabía quién era Kate Olson.
¿Mi abuelo quiere que me case para poder heredar el rancho? ¡Pues que así sea!

La semana que viene llega una historia de esas que enganchan sin remedio y que se quedará grabada en vuestros corazones. [image error]
Hoy nuestro protagonista, va a hablar un poco de él.
Espero que os guste y tengáis tantas ganas como yo de que llegue el miércoles. [image error]
RIVER:
Me encanta mi trabajo y vivir rodeado de naturaleza, por eso llevo años detrás del señor Olson para que me venda el rancho y poder ser yo el que manda. Pero ahora mismo mi plan está colgando de un hilo muy fino que lo sujeta la última persona que pensé que volvería a ver: Kate Olson. Ella es la nieta de mi jefe y la mujer que odio por muchas razones.
Lo peor no es que haya vuelto, es que su abuelo se ha empeñado en buscarle un cowboy para que se enamore y que así se quede en el rancho para siempre. Lo siento, pero antes prendo fuego a estas tierras antes de que esa despiadada mujer sea la que mande.
Ahora mi prioridad es que Kate se largue lo antes posible del rancho y que, por supuesto, ninguno de mis hombres se acerque a ella bajo ninguno concepto. Haré todo lo que esté de mi mano para conseguir que el señor Olson me venda a mí el rancho. Lo que sea. Sin importar los límites. Aunque el don de gentes no sea lo mío y que en el pueblo me consideren más un cowboy solitario que alguien capaz de arruinar cada cita que esa mujer tenga.
Kate y sus expresivos ojos del color del café más cargado, sus labios carnosos y esa manera descarada de enfrentarse a mí, se puede ir por donde ha venido.
Aunque me lo ponga difícil.
Aunque desbarajuste todos mis planes.
Aunque mi cuerpo comience a despertarse de una manera que no debería a su lado.
Aunque comience a pensar que tal vez mi hermano no me ha contado toda la verdad…
Porque ella no es solo la nieta de mi jefe, sino que también es la exnovia de mi hermano pequeño y la culpable de que su vida se haya convertido en un infierno.
La odio y estoy dispuesto a jugarme el puesto con tal de que se marche de vuelta a la gran ciudad.

Ella es la mujer que prometió no amar. Él, el hermano del hombre que le destrozó el corazón.

Después de una ruptura sentimental muy complicada, Kate Olson regresa al rancho familiar para pasar el verano. Lo que Kate no sabe es que su abuelo tiene un objetivo claro: que se enamore, se quede y tome las riendas del legado familiar.

River, el capataz del rancho y hermano mayor de su ex, tiene sus propios planes: comprar el rancho y alejarla a toda costa, por lo que hará lo que sea para espantar a cualquier hombre que se le acerque.

Entre reproches, deseo y mucha tensión, comienzan a saltar chispas que ninguno sabe apagar.

¿Puede el odio convertirse en otra cosa?
¿Y si el corazón tiene sus propios planes?

Un romance adictivo, emocional y sexy que nos transporta a un paisaje tan salvaje como un rancho de Montana.

¡Sorpresaaaaa! 
Os presento la que será mi próxima novela que verá la luz el 22 de octubre solo en digital. Me hace muchísima ilusión mostraros la increíble portada y desvelaros el título, hoy que es el día mundial del Country.
Estoy deseando poder contaros más de River y Kate, del rancho Olson y de todo lo que vais a encontraros en esta intensa y maravillosa historia de amor ambientada en Montana.
Un pequeño pueblo, caballos, un cowboy solitario e indómito, y una chica con el corazón roto.
Dentro de muy poco la sinopsis.

¿Qué os parece la portada? ¿Y el título? Solo adelantaros que esa frase: NO CON ESE COWBOY, marca un antes y un después en esta historia.

Un lugar paradisiaco como es Bar Harbor (Maine), tres hermanos forjados por el pasado, el presente y el futuro y tres historias de amor que no os dejarán indiferentes.

Esta serie constará de tres libros, uno por cada hermano, y se podrá leer de manera independiente, aunque, claro está, en todas estas historias aparecerán los hermanos Crowell.