Micky Bane's Blog

April 15, 2016

Obsolescencia





No es más que un computador portátil que yace muerto sobre la cama.Sus venas negras, amarillas, rojas y verdes dejaron de circular la sangre eléctrica.
¿Importa? Desde luego. Todo muere en la vida así como nació de otra muerte, así como morirá y volverá a nacer. Piensa, medita. No es sólo un computador portátil. Es también lo que tuvo dentro, lo que vivió entres sus cavidades circuíticas: letras, imágenes. Toda una vida que no sirvió para nada.

Es así también la vida humana, que cuando muere no deja más que un recuerdo que también morirá con el tiempo, porque esa vida humana, la humanidad, un día dejará de ser y cada recuerdo se separará en átomos y cada átomo por sí solo no valdrá nada.


Un átomo aquí y otro a millones de años luz que juntos podrían conformar la millonésima parte de algo que no volverá a ser.


No es más que un computador portátil que yace muerto sobre la cama: Eres tú, la Tierra y su historia.
-Micky R. Bane.

15/04/2016
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Published on April 15, 2016 09:33

Obsolescencia





No es más que un computador portátil que yace muerto sobre la cama.Sus venas negras, amarillas, rojas y verdes dejaron de circular la sangre eléctrica.
¿Importa? Desde luego. Todo muere en la vida así como nació de otra muerte, así como morirá y volverá a nacer. Piensa, medita. No es sólo un computador portátil. Es también lo que tuvo dentro, lo que vivió entres sus cavidades circuíticas: letras, imágenes. Toda una vida que no sirvió para nada.

Es así también la vida humana, que cuando muere no deja más que un recuerdo que también morirá con el tiempo, porque esa vida humana, la humanidad, un día dejará de ser y cada recuerdo se separará en átomos y cada átomo por sí solo no valdrá nada.


Un átomo aquí y otro a millones de años luz que juntos podrían conformar la millonésima parte de algo que no volverá a ser.


No es más que un computador portátil que yace muerto sobre la cama: Eres tú, la Tierra y su historia.
-Micky R. Bane.

15/04/2016
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Published on April 15, 2016 09:29

April 14, 2016

(Redactado en noviembre de 2015, cuando la ilusión revuel...

(Redactado en noviembre de 2015, cuando la ilusión revuela en la cara, y no puede respirarla).

Es mi vida más tuya que míadesde el momento mismo en que me mirarontus ojos eternos que se apropiaron de mi yo completo, de mi aura toda.Mi corazón inerte ha revividogracias a tu cuello blanco, alabastroa los besos de tu boca encendida en el mar rojo de tu pelo.He creído a veces que eres sueñoque tu calidez, tu mirada, tu sonrisatienen cualidades divinas. Y temo despertar algún día.Déjame seguir durmiendo en tus brazoscoloreados, blancos y tiernos, y besarte hasta el último cabello.reposar mi cabeza en tu vientreSumérgete en mi pechonada en mi alma navega en mi cuerpo.Como siempre, te espero.
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Published on April 14, 2016 21:18

December 10, 2014

Extensa y generosa reseña de BLAINE



Agradezco a www.libromagno.com, y sobre todo a Ariel Quesada por la generosa reseña realizada a BLAINE, mi primera novela, la que pueden leer aquí:

http://www.libromagno.com/2014/12/blaine-micky-bane.html

Saludos a todos.
M.B.
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Published on December 10, 2014 06:23

Extensa y generosa reseña de BLAINE



Agradezco a www.libromagno.com, y sobre todo a Ariel Quesada por la generosa reseña realizada a BLAINE, mi primera novela, la que pueden leer aquí:

http://www.libromagno.com/2014/12/blaine-micky-bane.html

Saludos a todos.
M.B.
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Published on December 10, 2014 06:22

September 29, 2014

Recazo






Caminaba ella por la avenida Larco; seis y treinta de la tarde. La garúa oblicua rociaba nostalgia, suspiros involuntarios. El aire helado le llenaba los pulmones de recuerdos mientras alcanzaba la Ricardo Palma.

Manos en los bolsillos de la casaca verde remangada que dejaba ver unas cuantas marcas de tinta que significaban algo para ella y nadie más. El vapor tibio exhalado se perdía en la atmósfera gris. El chullo negro le guarecía la cabellera y le calentaba las curiosas orejas.

A paso firme transitó las veredas miraflorinas sinuosamente, esquivando a cuanto parroquiano estorbara su tránsito. Y así anduvo hasta que vio una espalda: su espalda. Reconoció de inmediato los anchos hombros cubiertos por una casaca verde, del mismo color que la suya, la cabellera oscura que hacía juego con el jean de donde colgaba una cadena plateada. Las zapatillas de lona.

Se puso nerviosa y desaceleró el paso. Dudaba sobre si alcanzarlo o mantenerse detrás de él sin ser vista. Se aceleraron los latidos y apareció un sudor frío. Mierda. De pronto él también se detiene. ¿Por qué se detiene? ¿Por qué te detienes? Ella sólo atina a detenerse también y volver la mirada. Busca con los ojos un objetivo inexistente que evite un encuentro de pupilas. Mueve los ojos y lo mira de soslayo y lo ve dando media vuelta. Puta madre, me va a ver.

Cuando ella se dispone a cruzar la pista con apuro para evitarlo, él la ve.

El dolor se agolpa todo en su pecho y aquél va tras ella a pedirle explicaciones. Que por qué te fuiste y no supe más de ti. Que si es cierto que me sacaste la vuelta con el gringo. Que si es verdad que ya no me quieres.

Ensimismado da el primer paso para seguirla, manos en los bolsillos, cigarrillo en la boca, ojos entrecerrados. Ella, en media pista, se apura y se vuelve unos grados para ver qué tan cerca lo tiene. No esconde las intenciones de perderlo de vista. Él la llama por su nombre, ella sigue su camino.

Se refugia en un centro comercial de fachada negra y vidrios templados, baja al sótano, agitada, y se esconde detrás de unas escaleras. Espera que allí no la encuentre. Siente cerca sus pasos, por encima de ella. Su olor. El perfume que le cerraba los ojos cuando le besaba el cuello. Ella aguanta la respiración y cierra los ojos, esta vez adrede. Cuando los abre está frente a ella. Ahoga un grito con la mano. Los grandes ojos apuntan al pecho del muchacho y entonces alza la vista. Tiene cara de molesto. Seguro está molesto. Él muestra un mohín indescifrable.

Lo mira unos segundos sin decir nada y se encarama de su cuello y lo besa con ardor. Él, sorprendido primero, en trance después, se deja llevar. 

Un dolor filoso, foráneo. Un líquido caliente y denso que se desliza entre sus piernas. Recuerda lo que sentía cuando consciente se orinaba en la cama de niño. Se toca donde duele. Al despegar la mano, las hebras sangrantes dudan si quedarse en la ropa o en la piel. Siente cómo desde el tajo se le escapa la luz interna de la vida. Ella guarda el puñal.

Esto no duele ni la mitad de lo que me dolió sacarme a tu hijo de las entrañas, hijo de puta, piensa ella, pero no se lo dice.

Se marcha dejando tras de sí una línea de sangre que se pierde en el bolsillo de su casaca verde. Del mismo color de la suya, pero que hace un rato se está tiñendo del color de la muerte.

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Published on September 29, 2014 16:36

Recazo






Caminaba ella por la avenida Larco; seis y treinta de la tarde. La garúa oblicua rociaba nostalgia, suspiros involuntarios. El aire helado le llenaba los pulmones de recuerdos mientras alcanzaba la Ricardo Palma.

Manos en los bolsillos de la casaca verde remangada que dejaba ver unas cuantas marcas de tinta que significaban algo para ella y nadie más. El vapor tibio exhalado se perdía en la atmósfera gris. El chullo negro le guarecía la cabellera y le calentaba las curiosas orejas.

A paso firme transitó las veredas miraflorinas sinuosamente, esquivando a cuanto parroquiano estorbara su tránsito. Y así anduvo hasta que vio una espalda: su espalda. Reconoció de inmediato los anchos hombros cubiertos por una casaca verde, del mismo color que la suya, la cabellera oscura que hacía juego con el jean de donde colgaba una cadena plateada. Las zapatillas de lona.

Se puso nerviosa y desaceleró el paso. Dudaba sobre si alcanzarlo o mantenerse detrás de él sin ser vista. Se aceleraron los latidos y apareció un sudor frío. Mierda. De pronto él también se detiene. ¿Por qué se detiene? ¿Por qué te detienes? Ella sólo atina a detenerse también y volver la mirada. Busca con los ojos un objetivo inexistente que evite un encuentro de pupilas. Mueve los ojos y lo mira de soslayo y lo ve dando media vuelta. Puta madre, me va a ver.

Cuando ella se dispone a cruzar la pista con apuro para evitarlo, él la ve.

El dolor se agolpa todo en su pecho y aquél va tras ella a pedirle explicaciones. Que por qué te fuiste y no supe más de ti. Que si es cierto que me sacaste la vuelta con el gringo. Que si es verdad que ya no me quieres.

Ensimismado da el primer paso para seguirla, manos en los bolsillos, cigarrillo en la boca, ojos entrecerrados. Ella, en media pista, se apura y se vuelve unos grados para ver qué tan cerca lo tiene. No esconde las intenciones de perderlo de vista. Él la llama por su nombre, ella sigue su camino.

Se refugia en un centro comercial de fachada negra y vidrios templados, baja al sótano, agitada, y se esconde detrás de unas escaleras. Espera que allí no la encuentre. Siente cerca sus pasos, por encima de ella. Su olor. El perfume que le cerraba los ojos cuando le besaba el cuello. Ella aguanta la respiración y cierra los ojos, esta vez adrede. Cuando los abre está frente a ella. Ahoga un grito con la mano. Los grandes ojos apuntan al pecho del muchacho y entonces alza la vista. Tiene cara de molesto. Seguro está molesto. Él muestra un mohín indescifrable.

Lo mira unos segundos sin decir nada y se encarama de su cuello y lo besa con ardor. Él, sorprendido primero, en trance después, se deja llevar. 

Un dolor filoso, foráneo. Un líquido caliente y denso que se desliza entre sus piernas. Recuerda lo que sentía cuando consciente se orinaba en la cama de niño. Se toca donde duele. Al despegar la mano, las hebras sangrantes dudan si quedarse en la ropa o en la piel. Siente cómo desde el tajo se le escapa la luz interna de la vida. Ella guarda el puñal.

Esto no duele ni la mitad de lo que me dolió sacarme a tu hijo de las entrañas, hijo de puta, piensa ella, pero no se lo dice.

Se marcha dejando tras de sí una línea de sangre que se pierde en el bolsillo de su casaca verde. Del mismo color de la suya, pero que hace un rato se está tiñendo del color de la muerte.

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Published on September 29, 2014 16:36

September 26, 2014

Blaine (Crónicas de un vampiro real) - Promoción descarga GRATUITA

Desde hoy, viernes 26 de setiembre hasta el domingo 28, "Blaine" (primera parte de "Crónicas de un vampiro real) se encuentra de promoción para descarga gratuita en Amazon, a través del siguiente link:

http://mybook.to/Blaine


Sólo se necesita tener un cuenta en Amazon (gratuita), y se puede leer desde tu navegador o cualquier dispositivo con la aplicación Kindle.

Saludos.

M.B.





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Published on September 26, 2014 10:43

August 27, 2014

El yanqui

Dicen que mi estilo de vida

es americano

-o estadounidense si prefieres-,

pero no es cierto

es una vil mentira-aunque mientras escriba

piense en hamburguesas

y en malteadas de fresa-.


¿Americana dices?

Bullshit.

Dejo la pluma y salgo de casa

En vaqueros y negra chamarra,

me trepo en el Chevy 57

que tiene un espejo

-muy bonito espejo-,

y veo el pelo engominado

peinado hacia el sur

como corresponde.


Enciendo la radio:

suena la guitarra de

Eddie Jones.


No mientas, no seas así.

Mi vida está lejos (lejísimos)

de ser americana

-o estadounidense si prefieres-.


No me quites tiempo

con críticas destructivas

que me dan hambre

-por cierto-:déjame comermis Buffalo wings.



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Published on August 27, 2014 16:15

"La hermosa historia de un hombre horrendo" GRATIS

Hola,

Les comunico que pueden descargar gratuitamente mi novela breve "La hermosa historia de un hombre horrendo" GRATIS, hasta el día viernes 28 de agosto.

Aquí los enlaces para Amazon.com, Amazon España y Amazon México:

http://amzn.com/B00KBA8UR4

http://www.amazon.es/dp/B00KBA8UR4

http://www.amazon.com.mx/dp/B00KBA8UR4


Un abrazo.

MB.



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Published on August 27, 2014 16:12