Acepta que, si no eres profesional, en cualquier momento podrás encontrarte con un error ortográfico donde menos te lo esperes.
Pero es responsabilidad tuya reducir al máximo tales faltas ortográficas, omisiones voluntarias, lapsus o errores de dedo. Ni del hipotético editor, ni del programa corrector de textos, ni de tu lector beta, ni del primo al que le pasaste el manuscrito..., como si lo
Published on July 16, 2016 12:27