Odiados autores
Si hay algo que detesto, es el ego de los autores. Y hablo de autores, no escritores, porque autoría hay en muchos sentidos. Autoría en las letras, la música, el habla, los estilos y, hasta, el sexo. No sé quién inventó el 69, pero debe ser un puto egocéntrico de mierda. Pero, sobre todo, y por supuesto, odio el ego de los escritores. Obviamente hay excepciones, tengo amigos cercanos que con excelentes plumas y trabajos, no proyectan el don y verdad de sus textos; mientras que, en otra vereda, hay cientos de mediocres que se alumbran con los flashes de sus celulares para ver si alguien los escucha. Esto último, es lo detestable. Como ya dije, de entre todos los autores egocéntricos detestables, hay un grupo selecto que detesto más, y son los escritores que no saben escribir nada más que de ellos mismos. Está bien. Todos comenzamos a escribir a partir de nuestras vidas, historias, experiencias, sensaciones, blablá; pero en algún punto hay que superarlo. El germen de la literatura está en la creación, la imaginación de nuevas fantasías y mundos, y por supuesto, nuevas realidades. Qué mierda de creatividad hay en un escrito donde cambias solamente el nombre de tus familiares por personajes, y narras lo mismo, una y otra vez. Detestable. Realmente triste. Sé que parezco un loco sicópata, porque en este mismo blog, hay cientos de entradas donde hablo de mí mismo. Lo sé. Pero cuando lo hago, me acuso de hacerlo, y por supuesto, exagero la realidad para crear un texto, intencionadamente, gracioso. No lo oculto. Es como el típico fulano inseguro que cree que, repitiendo su nombre al mundo, nadie se entera de su inseguridad. Todos lo sabemos, amigo, y te compadecemos. Una vez, un amigo me dijo que, en mis cuentos, obras y novelas, encontró a personas de nuestro pasado. La tal es la fulanita, ¿cierto? No, no, estúpido, no. La tal no es la fulanita, la tal es la tal, por eso se llama tal. No hay nada detrás, no hay nadie escondido detrás de un texto. No en mi trabajo, no en el trabajo de cientos de escritores realmente profesionales. Las temáticas se pueden repetir, los lugares, los estilos, mucho se puede repetir, pero no el germen de realidad. No podemos repetirlo infinitamente, nos agotaríamos.
Y hablo todo esto porque es un odio personal, algo interno que siempre pienso cuando escucho hablar a un escritor, o cuando leo algún mensaje de uno de ellos; esto es algo que quise postear porque me gusta hablar de mí, de lo que siento, de lo que percibo, porque en parte, me detesto, y porque también me considero un autor, un escritor, un… oh wait...
Y hablo todo esto porque es un odio personal, algo interno que siempre pienso cuando escucho hablar a un escritor, o cuando leo algún mensaje de uno de ellos; esto es algo que quise postear porque me gusta hablar de mí, de lo que siento, de lo que percibo, porque en parte, me detesto, y porque también me considero un autor, un escritor, un… oh wait...
Published on November 11, 2017 13:56
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