No es un secreto que no me llamo Lulu sino que tengo un seudónimo. Y como yo un montón de escritores. Hay muchísimas razones para ello. A veces, más que para poner tu nombre real.

Un día, tomando unas cervezas con Israel Alonso, el editor de cerbero, me preguntó:

—¿Tu vas a publicar como Lulu Von Flama? —En un principio le dije que sí.

—¿Y lo vas a registrar?

—Claro —contesté.

—¿Y estás segura de que no te vas a cansar de él dentro de diez años? —Aquí también contesté que sí pero mi mente empezó a dudar.

Israel me dio el ejemplo de “So blonde” que es un personaje que está, digamos, por delante de una persona. Ella no tiene cara (está oculta bajo un matojo de pelo rubio) y ya tiene una carrera literaria a sus espaldas. Tiene un bagaje ya con ese seudónimo.

Es lógico que quiera mantener todas sus obras bajo un mismo nombre.

Eso también me lo dijo Israel. Si después de un tiempo te cansas, es difícil que todas tus obras vuelvan a ti y las relacionen contigo. Confundes al público. Se dificulta el marketing. Tienes que volver a trabajar tu imagen.

Y yo estoy empezando. Aún puedo elegir.

Me quedé reflexionando durante cuatro días sobre mi seudónimo.

¿Por qué me lo había puesto?

Principalmente para esconder mi apellido paterno por una mala relación familiar.

Pero para eso simplemente podría haber inventando un seudónimo que mantuviese mi nombre y alterase mis apellidos.

Pero es que yo soy Lulu.

Me crié en internet y vivo aquí. En un mundo digital.

Coral me llama mi madre y muy pocas veces. Me siento muy identificada con Lulu (que viene de LuLunática) porque me lo han llamado siempre personas que han sido muy especiales para mi. Entonces me decidí y después quedaba la tarea de elegir un apellido. el “Von” me lo puse por sonoridad, siempre me ha gustado. Y el “Flama” porque me gusta el calor y el fuego.

Al final acabé así, como “Lulu Von Flama”. Y me gustaba.

Me había reinventado a mi misma.

Pero claro, vender libros de terror o ciencia ficción como Lulu es una pésima estrategia de marketing (odio el marketing y la publicidad y cada vez que hago caso de estas cosas siento que venod mi alma al diablo). Si ya hay mujeres que firman solo con las iniciales para evitar el sesgo de género, yo lo estaba dejando muy claro. Y además que era joven.

Tengo un relato publicado como “Lulu von flama” en la antología de Fuenlabrada Fantástica. Y he de decir que ver mi seudónimo no fue tan gratificante como esperaba.

Así que al final decidí firmar con mi nombre y mi apellido materno y obviar el paterno que era sobre todo el problema más grave que quería cubrir.

Cuando mi madre y mi prima segunda se enteraron de esto les encantó. Principalmente porque el apellido va a desaparecer por esa parte de la familia y es característico del norte. Somos muy pocos los que quedamos de la zona de León (aunque creo recordar que es original de Zamora).

En el I Premio Ripley ya aparezco como “Coral Carracedo”.

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Y así seguiré firmando.

Pero por favor, llámame Lulu.

 

 

Además de mi historia, hoy te traigo un par más de personas para que te convenzcan (o no) de tenerlo. Explicarán sus razones y su relación con algo tan importante que es el nombre.

Escritores con seudónimo:

(que puedes encontrar en twitter y están empezando su carrera literaria).

Rafa de la rosa

Rafa, también conocido como Dragón mecánico por su blog, aunque no lo creas, usa pseudónimo.

De hecho, acaba de autopublicar “Hijas de Lilith: el legado de la sangre” usándolo y mirad qué preciosidad de portada.

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Y aquí está su porqué del seudónimo:

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Sigrid Valkyrie

Sigrid es mi madre adoptiva para el proyecto #AdoptaUnaAutora y está escribiendo una antología que firmará con su pseudónimo. ¡Los betas están leyéndola!

Su blog es “El aullido del lobo“. No dejéis de visitarlo. Tiene reseñas muy buenas hechas siempre desde el cariño y con la dosis adecuada de hype.

Aquí nos cuenta como buscó su nuevo nombre:

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Logan R. Kyle

Logan es fotógrafa y escritora y tiene un relato en lektu por pago social con una portada preciosa que ya ha firmado con este pseudónimo. Su blog, donde deposita relatos, reseñas y artículos sobre personajes LGBT lleva su pseudónimo también. Estad atentos porque veréis este pseudónimo con frecuencia. Le auguro a Logan mucho éxito. Está preparando cosas secretas que espero poder betear pronto.

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Y aquí nos cuenta su porqué:

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Enerio Dima

Enerio firmó su primera novela con su nombre real pero tiene ya un relatos publicado con su flamante pseudónimo (Grimorio 13 por Carlinga Ediciones) y uno que sale en breves (No son molinos, una antología de cachava y boina por la Editorial Cerbero y además, una novela de cyberpunk que acaba de mandar a editoriales. ¡Crucemos los dedos por ella!

Visita su blog: “La gofrera Nihilista”

Y por si todo esto te parecía poco: también es ilustradora.

Os dejo que ella misma os cuente sus andanzas porque es muy válida.

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Cris Melgosa

Cris es otra de las autoras que ya tiene publicaciones con su maravilloso pseudónimo. Tiene un relato corto autopublicado llamado “Azul” que fue mención de honor en el concurso del I Premio Ripley, un folletín editado por Pulpture ediciones titulado “Los muertos no pueden matar” y un relato en la antología “Mundos fantásticos” que se puede conseguir por pago social en lektu. Definitivamente no para.

Su blog es lo más cuqui del mundo: “El sugus azul”

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Eduardo Norte

Pues no, Edu no se llama Edu. Pero le seguiremos llamando Edu. Ya le he acostumbramos en la Hispacon. Tiene un blog maravilloso con un acabado profesional que envidio mucho y una newsletter a la que os animo a apuntaros. Siempre tiene buenas recomendaciones y me encanta los salseos de su vida. En su blog hay reseñas y está empezando a hacer unos artículos que llaman mucho la atención.

Espero tener noticias literarias suyas pronto.

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¿Conocíais los pseudónimos de todos estos escritores? ¿Os gustan? ¿Creéis que son necesarios?

¡Contadmelo en los comentarios!

 

 

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