Me encontraba aburriéndome graciosamente en el salón francés del club antes de caer en el sopor, cuando apareció el consocio Carlos Cheddar (su segundo apellido es Cheesewill) buscando algo de sosiego espiritual y unos oídos que sirvieran de solaz para su atribulada lengua. Cheddar posee un cerebro dotado de una descomunal base de datos sobre las vidas y milagros de nueve décimas partes de los miembros del club así como de una capacidad comunicativa abundante y, a pesar de ello, amena.
Y no...
Published on April 08, 2020 05:43