ME HABÍA METIDO EN MUCHOS MARRONES A LO LARGO
de mi vida, pero el último no tenía parangón. Le acababa de decir a Érika que pensaba ir al bautizo de nuestros ahijados acompañado. Yo pensaba que ella me prohibiría que hiciera tal cosa, que pondría la excusa de que faltaban apenas tres días para el acontecimiento y que no eran horas de invitar a nadie. Esperaba que pusiera pegas, vamos, y no solo no lo había hecho, sino que, además, me había alentado a que llamara a mi cuñada Marina y se lo co...
Published on April 16, 2021 02:14