Fragmento 53 - Heráclito

(Clasificación A // Rated A)


«Inmortales mortales, mortales inmortales, viviendo la muerte de aquéllos, muriendo la vida de aquéllos.»

 

El fuego permanece, el mundo en llamas quedará y todo en él arderá hasta las cenizas. El hombre en su interior, en su centro, al igual que la Tierra, no es sino fuego, lumbre, chispa y llama. La sangre es roja, candente y abrasadora como la piel del infierno; el derrame sanguíneo enciende la humeante voracidad de los mil demontres. Es fuego la avaricia; es fuego la codicia; es fuego la ambición; son el poder y la riqueza un incendio inextinguible. La paz sólo es una mecha corta, un pabilo carbonizado sobresaliendo en dos centímetros de un barril de ochenta kilogramos relleno de pólvora, rechoncho de explosivos, obeso de humanidad.

 

«La guerra es común a todos; la justicia es discordia. Y todas las cosas se engendran por discordia y necesidad.»

 

¿Qué busca el humano al cavar una mina? ¿Qué se obtiene al cavar una tumba?

¿Qué se pierde al morir? ¿Qué se gana al matar?

Si la sangre, el sexo y el oro son partículas de poder, felicidad y éxito, ¿qué diablos conforma la poesía, la virtud y el amor?

 

«Si la felicidad estuviera en los deleites del cuerpo, llamaríamos felices a los bueyes cuando encuentran legumbres para comer.»

 

He aquí la voz del ingente, magnánimo e incendiario Heráclito (544 – 484 a. C.) “El filósofo del fuego”.

 

«Si no existiera el sol, por lo que respecta al resto de los astros, siempre sería de noche.»


https://youtu.be/ElsEzBB-OHo
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Published on March 30, 2022 11:28
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