Queridos lectores:

Quedaría tan cosmopolita poder deciros que ayer me flipé y que se me olvidó escribir el prometido artículo de los jueves debido a la extravagante vida bohemia de la que suscribe..., pero no sería cierto. Me acordé y mucho. De hecho, fue como un martilleo constante en mi cerebro, solo que no podía moverme. 

PILTRAFA es la palabra que mejor me definió ayer jueves, y sobre todo, la que más me describió también el miércoles, porque oigan, una es humana y como tal, tropieza con la misma piedra año tras año. Y quién dice piedra, dice aire acondicionado, que para este caso es lo mismo. Tengo el trancazo habitual de principios de verano provocado por la conjunción infalible de calor+ducha+aire acondicionado con el pelo chorreando. El resultado ya lo sabéis: moñazo, constipado, enfriamiento, mocos, dolor de cuerpo, de garganta, de dientes, de cuero cabelludo, de espíritu y hasta de conciencia por no ser capaz de corregir tanta gilipollez de una vez por todas. Lo peor es que, además, con todos esos síntomas, ahora también, y desde hace un par de años, nos sometemos a la tortura de los test de covid. Dos llevo ya. Voy a reconocerlo de entrada: estoy hasta la coronilla del palito.

Y toda esta explicación es para pedir disculpas por no haber publicado el artículo ayer, que era para cuando estaba programado. Soy consciente de que es un artículo peculiar y que puede llevar a comentarios, pero te invito a que lo leas desde el sarcasmo y con la mente bien abierta.

Vamos allá. Aquí os dejo mi particular visión de los diferentes tipos de escritores y escritoras.

 ¿A cuál perteneces tú?

ESCRITORES DE ÉLITE SUPERIOR: Aquellos que escriben como si fueran la Espasa-Calpe. Su mayor afán es demostrarle al mundo lo cultismos que son, lo muchísimo que conocen la lengua de Cervantes (o la que sea) y sobre todo, intentar conseguir que nadie comprenda lo que quieren decir. Esto último es básico, entiéndelo. JAMÁS podrás ser considerado un escritor de ÉLITE SUPERIOR si se entiende una sola de tus frases. Los epítetos y bizarrismos absurdos son sus más claros exponentes. Consejo del día: si te encuentras con uno de sus libros, huye lo más lejos posible o de lo contrario, te explotará la cabeza intentando descifrar una de sus incongruentes metáforas. Podrás identificarlos porque en las ferias estarán  más solos que la una, en casetas donde solo se venden (bueno... igual vender no es el verbo más apropiado) ejemplares de este tipo.

ESCRITORES DE MODA: De cuyo nombre no te acuerdas, pero de las pelis, tazas, bolis, libretas, carpetas, camisetas, sábanas, calcetines... que han hecho basados en sus libros, sí. A este tipo de escritor lo definen perfectas campañas de marketing orquestadas por organizaciones tipo masónicas que consiguen atravesar tus neuronas con concienzudas políticas publicitarias. Lo más característico es que logran lanzar una historia mala, normalmente insulsa y sospechosamente escrita de una forma tan bestial que todo Dios hablará de ella en cualquier foro, medio de comunicación o corrillo de pasillo. Consejo del día: Asume que vas a caer, que vas a leerte el libro y vas a ver la/las pelis tarde o temprano, quieras o no. Podrás identificarlos porque no los verás en ferias. Son como entes flotantes a los que nadie les pone cara (muchas veces porque son un compendio de seres humanos que escriben y reescriben un libro con el único fin de que sea un Best Seller y la peli, un taquillazo).

ESCRITORES DE POLLA: Y sí, lo lanzo así sin subterfugio ninguno porque básicamente no me da la real gana hacerlo de otra forma ya que me tienen muy hartita. Suelen ser hombres de más de cincuenta que han encontrado en la escritura la manera perfecta para fliparse. Por supuesto, aunque escriban un panfleto de tres líneas que no va a leer ni su gato, salen en toda la prensa local y se les da bombo y platillo porque sí, ser hombre y autoproclamarse escritor les otorga ese poder infinito. Que luego no te lea nadie es otra cosa, pero tú eres escritor y como tal te paseas por la vida, envuelto en un ego al que deberías echarle un vistazo. Consejo del día: cuánto más lejos estés de ellos, mejor. Los reconocerás porque les gusta darse palmadas entre ellos y que les entrevisten periodistas con su mismo nivel de misoginia.

ESCRITORES DE BILLETERA: Los voy a definir muy rapidito para que duela menos. Son aquellos que pagan o intentan pagar a editoriales de renombre con el fin de publicar con ellas y lograr un ascenso y un éxito fulgurante para después pavonearse de sus logros ante los demás. Más ambiciosos que talentosos, harán lo que sea para figurar. (Dentro de "lo que sea" no está incluido el formarse, el trabajar duro o el ser honesto, desde luego. Eso no les aporta la fama RÁPIDA que desean). Consejo del día: no te quedes cerca de uno de ellos. Son un fraude. Los reconocerás porque repetirán hasta la saciedad uno de sus "éxitos (normalmente conseguidos a base de soltar euritos) y por las enormes ojeras que su negra conciencia les provoca en las noches.

ESCRITORES CON AMOR PROPIO: Son los mejores. Trabajan, se forman, se ayudan entre ellos desde la humildad sin creerse mejor que nadie y ponen toda su alma en cada cosa que hacen. Pasan nervios genuinos mientras escriben y muchos más cuando presentan una novela nueva. Se dejan la piel en cada proyecto. Se documentan hasta la saciedad y sobre todo se esfuerzan lo más grande por ofrecer lo mejor de sí mismos en cada historia, no solo por ellos, si no porque sienten que le deben el máximo respeto a sus lectores. Este tipo de escritor suele tener éxito, un triunfo que se habrán labrado escalón a escalón a base de tesón y trabajo. Consejo del día: sus libros te harán sentir, vivir, experimentar emociones. Te provocaran reacciones viscerales en muchos aspectos y sobre todo, te envolverán, así que lee todo lo que escriban sin duda alguna. Los reconocerás porque se ganan lector a lector en las ferias y al final, forman una comunidad genial. 

ESCRITORES CHAPUCILLAS: Son aquellos que han descubierto que se puede ganar algún dinerillo escribiendo y se dedican a publicar sin parar "novelas" cortas, mal escritas, llenas de faltas de ortografía, sin maquetar, con portadas espantosas y cientos de aberraciones más, sin ningún tipo de remordimiento. Es más, les importa un soberano pimiento porque "la pela es la pela" y cuánta más, mejor, de ahí que publiquen una historia cada quince días, sin problema alguno. Lo curioso del caso es que suelen tener una preocupante orda de seguidores (casi siempre seguidoras) que te arrancarán la piel a tiras como oses en dejar una mala reseña en cualquier plataforma. Consejo del día: no te cabrees y pasa del tema. Los reconocerás porque... ¡Ay no!¡ A estos no los reconoces en la vida porque se ocultan detrás de pseudónimos surrealistas.

ESCRITORES POR AMOR AL ARTE: Escriben porque lo necesitan, porque les hace feliz, porque es su momento con ellos mismos y con su imaginación. Escriben porque les resulta terapéutico y hacerlo les reporta tantos beneficios personales que no piensan dejar de escribir jamás, básicamente porque no pueden. Si además consiguen pasarlo bien, conocer gente e intercambiar experiencias, mejor aún. Suelen ser hippies, generosos y algo melancólicos. Cuando venden un libro flipan en colores y en general les importa un pito el éxito. Son felices viendo sus escritos en formato libro y les importa un pito si les publica una editorial o si lo llevan ellos directamente a la imprenta. Consejo del día: conócelos. Muy a menudo suelen encontrarse tesoros entre sus novelas. Los reconocerás porque tienen ausencia total de ego y suelen acudir a clubes de lectura camuflados como lectores, cosa que por supuesto, también son.

Y hasta aquí mi artículo de hoy. Espero que os haya invitado a la meditación y a la reflexión personal.

Feliz fin de semana,

Yolanda Quiralte