La joven estaba nerviosa, no sabía qué esperar de que la cita a ciegas que le había organizado su abuela.
«Como si necesitara complicarme la vida» pensó, pero su abuela le habló tantas maravillas del nieto de su vecina, que logró despertar su curiosidad. Era demasiado bueno para ser verdad.
Cuando la joven llegó al sitio exacto y se vio rodeada de tanta naturaleza, se sintió fuera de lugar con su abrigo rojo resaltando en toda el área y rezó para que sus stilettos favoritos no se dañaran con la tierra húmeda.
Tendría que hablar seriamente con su abuela, no podía organizar una cita en el medio de la nada sin advertirle qué vestir.
—Me siento como la maldita Caperucita Roja —dijo entre dientes.
La carcajada ronca y varonil detrás de ella la tomó por sorpresa.
—Eso me dejaría a mí como el maldito lobo feroz.
«Y te dejaría comerme entera», pensó ella, divertida, observando al hombre y agradeciéndole a su abuela por su alocado plan.
Published on November 28, 2022 08:22