Pepa
Suecia es de los escasos países,incluido el nuestro, en los que Pepa y yo no parecemos extranjeros. Yo mido 1’90y ella 1’75, ambos tenemos ojos azules y la piel y el pelo claros (en mi caso,el pelo demasiado claro y ausente). Por supuesto, en cuanto abro la boca disipotoda opción de exotismo y me transformo en el ceñudo y cejijunto ibérico que enel fondo de mi ser soy (aunque albergo una teoría en la que se relacionan mimadre, el puerto de Barcelona, los marineros nórdicos y el inexplicable ydesmesurado tamaño de los tres hijos de mis padres). Sin embargo, Pepa seexpresa en su fluido y exquisito inglés y sigue manteniendo viva su aparienciade reina vikinga. Porque lo es (también tengo otra teoría sobre su madre, elpuerto de La Coruña y, por supuesto, los marineros nórdicos).
Cuento esto porque Pepa y yoacabamos de volver de pasar quince días recorriendo el sur de Suecia. Era elpaís escandinavo que nos faltaba. ¿Qué nos ha parecido? Que es un país muybello, aunque nos ha hecho un tiempo de perros. Según confesión de loslugareños, el peor verano en décadas. También he podido comprobar que lo que sedice de las suecas no es un mero tópico; creo que es el país con más mujeresguapas por metro cuadrado de este universo. Supongo que con los hombres pasarálo mismo, aunque yo no los he visto, al menos con atención; pero los hay yalgunos muy altos, eso hay que reconocérselo a los jodíos.
El caso es que Suecia bien, nos hamolado; incluso hemos visto dos o tres veces el sol. Pero eso era lo quebuscábamos, ¿no?; huir del horno español y viajar al norte, impulsados pornuestros potenciales genes nórdicos y en pos del fresquito. A Pepa y a mí nosencanta el norte; el de España y el de Europa, cualquier norte. De los paísesescandinavos, el que más nos gusta es Noruega, porque su belleza te dejaboquiabierto (y sus precios también). Luego, personalmente, me fascinó el nortede Finlandia, más allá del círculo polar. Es un lugar raro, raro. Dinamarca ySuecia también están muy bien, aunque algo menos.
Pero no he venido aquí para hablarosde nuestras vacaciones suecas, sino de Pepa, mi mujer. ¿Cómo es? La gran escritora,y gran amiga, Susana Vallejo dice que somos dos machos alfa. Y es cierto: yosoy la torpe imitación de un macho alfa, mientras que Pepa es la indiscutiblejefa de la manada. Pepa es una fuerza de la naturaleza, una roca a la queasirse cuando el mundo se tambalea, una fuente de cariño y protección. Esinteligente, honesta, con un corazón de oro, trabajadora incansable, justa,amable, tan fuerte como encantadora, la mejor compañera de viaje que puedaconcebirse, tanto en el sentido literal como en el metafórico. Sencillamente,Pepa es una gran mujer, una gran persona.
A estas alturas, os estaréis preguntandoque cómo es posible que un merluzo como yo haya conseguido pillar a semejantemaravilla. Solo puedo deciros que, en lo que respecta a ella, cualquiera puedetener un mal día. Y en lo que me atañe, Pepa es, sencillamente, lo mejor que meha pasado en la vida. He tenido mucha suerte.
Vale, no es perfecta; quéaburrimiento si lo fuese. Tiene defectos. Hay dos, sobre todo, que me ponen nerviosillo:es terca como una mula, y yo diría que la persona más torpe del mundo con lasmanos, si no fuera porque algunas de sus hermanas la superan en torpeza. Enfin, dos minucias que en nada opacan su resplandor.
Hay algo sobre ella que aún no hedicho; no porque lo haya olvidado, sino porque lo reservaba para el final: Pepaes muy guapa. Recuerdo que hace unos años, estando en Noruega, un lugareño ledijo que parecía sueca. Entonces no lo entendí del todo, pero era un granhalago. Y una gran verdad: Pepa parece sueca de puro guapa. Peeeeero, no es loúnico: Pepa, además, aparenta al menos quince años menos de los que tiene. Yeso es una virtud, ¿verdad? A mí me encanta, pero también me toca un poco lasnarices. Me explicaré:
Solo soy tres años mayor que ella.No voy a negar que soy viejo, que tengo sobrepeso, que soy calvo y canoso(herencia, respectivamente, de papá y mamá), que ando ayudado por una muleta, yque estoy muy cascado. Pero más o menos aparento la edad que tengo, lo que yaes de por sí bastante deprimente. Pero, insisto, solo soy tres años mayor quePepa.
Pues bien, la cosa comenzó hace yala friolera de dieciséis años, cuando un camillero hijo de puta se refirió a mícomo el padre de Pepa. Con los años, la confusión se fue repitiendo; elencargado de una librería me tomó por el padre de Pepa, la cajera de un supermercadopensó que yo era el padre de Pepa, varios individuos más me confundieron con elpadre de Pepa... y el colmo ha sido durante estas vacaciones, cuando dos putostaxistas suecos se refirieron a mí como el padre de Pepa.
El primero..., bueno, al final fuemuy amable. Pepa había perdido la cartera en su taxi, ya os hablado de laproverbial torpeza que la adorna. Afortunadamente, por una vez, tuve mi breve momentode gloria como macho alfa: No solo recordaba que compañía de taxis era, sinotambién el nombre del taxista: Nelson. Lo localizamos y el buen hombre volvió ala plaza para devolver la cartera. Y para confundirme a mí con el padre dePepa. En fin, gracias, Nelson; pero la próxima vez te callas.
El segundo taxista no eraescandinavo, sino un gilipollas internacional. Cuando llegamos a nuestrodestino, me señaló con un dedo y le preguntóa Pepa: Your dady? Y lo repitióvarias veces, como el sonriente bobo que era: Your dady?, your dady?, your dady?...
¿Dady?Tu puta madre, cabrón.
¿Entendéis ahora por qué me toca unpoco las narices la eterna juventud de Pepa? Vale, que sí, que me alegro muchopor ella, y también por mí, soy afortunado. Pero, demonios, me hace sentir aúnmás viejo de lo que soy, lo cual supone enfrentarse a un abismo de inconcebiblenegrura.
Ah, aún no os he dicho cómo se llamaPepa. Se llama María José; pero todos sus íntimos la llamamos Pepa. De hecho,solo la llamo María José cuando me enfado con ella. Teniendo eso en cuenta:
Querida María José: comprendo quecada vez que me confunden con tu padre sea para ti un subidón de autoestima.Pero, ¿te importaría no correr a contárselo a todo el mundo como si fuera la cosa másdivertida que ha sucedido en el planeta desde los tiempos de Adán y Eva? Coño,un poco de respeto, que soy tu padre.
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