Hiperbólico, volcánico y a ratos delirante. Como lector, me abre a una geografía lejana (humana y natural) con imágenes poderosas. Como escritor, me despliega decenas de recursos técnicos y dispositivos complejos en la presentación de textos. Como editor-corrector, me reafirma en la idea de que siempre conviene seleccionar o recortar unos textos frente a otros para no caer en la repetición o el peligro de resultar farragoso. Aun así, obra magna para conocer el sentir americano.

La Vida Nueva