Arcén – Borja Navarro
“Arcén”, de Borja Navarro, es un libro de cuentos cuya unidad proviene de dos aristas: la primera, geográfica (todos los cuentos suceden, de una manera u otra, en las inmediaciones de la CV-500, carretera que une el sur de Valencia con Sueca); la segunda, temática (situaciones marginales, puntos de no-retorno, violencia o desesperanza).
A momentos, las historias de “Arcén” podrían ser calificadas, incluso, de nihilistas (en el sentido que todo carece de sentido, y que los relatos que sostenían a la generación anterior se han derrumbado). En “Tanto cariño, amor”, por ejemplo, sucede la siguiente escena:
El padre cogió la Coca-Cola y la mano de su hija al mismo tiempo. Reteniéndola unos segundos la miró a los ojos. Era la mirada de un perro viejo y asustado entrando en trance.
—Conforme oscurece el día también lo hace el espíritu. Lo que comemos es un reflejo de cómo nos sentimos, cielo. Tu madre no cena nada, está vacía. Yo me como esta pizza, y me siento miserable -soltó la mano de Marian y abrió el refresco . Te he preparado yo la habitación, buenas noches.
Marian se quedó unos segundos escuchando el chicloso masticar de su padre.
Más adelante, en “Arde”, el narrador interviene:
Sin embargo, el sentido común le ha dado la espalda a su generación, y por culo y sin su consentimiento.
Por sentido común estamos todos como estamos. Por sentido común el horizonte tiene esa calima y mañana es un remake de hoy, con menos presupuesto, con menos motivación, con peores actores. Por sentido común, se ha reivindicado el concepto de sacrificio, que es la mayor estafa. Por sentido común hay, a miles de kilómetros, en estos momentos, en un estado de EE.UU., un chaval de la edad de Paula, en un colegio, con una escopeta que pesa más que ella, acribillando a niños que están experimentando por primera vez la tragedia. Así que, cuando tengas dudas sobre cómo actuar, haz lo opuesto a lo que indica el sentido común que tienes tan interiorizado, porque se lo han inventado una panda de ineptos desgraciados. Gente que ha dejado de ser un referente.
En el prólogo, María Bastarós escribe que los personajes de Borja están «llenos de matices, de almas tornasoladas, habitados por deseos que ni ellos mismos saben identificar pero con los que al final todos nos topamos cuando cae la noche, cuando suenan las chicharras en el camping, cuando nos quedamos a solas con nuestra radio, nuestro cartón de vino, nuestra silla plegable». En este sentido, su escritura recuerda, sobre todo, a la literatura norteamericana post-Vietnam (pienso, sobre todo, en Denis Johnson y su primer libro de cuentos, “Jesus’ son”).
Cierro esta reseña con la siguiente cita del cuento “Quién es quién”, que me parece sintetiza la poética de este conjunto:
Escucharte dormir cuando has bebido es horrible. Y das grima. Mucha. Porque te victimizas”. Y me dejaba sin palabras. Y pensaba: si le meto una hostia se acaba el mundo tal y como lo conozco. Así que no lo haré. Pero qué hostia le daba. La enterraba de un guantazo. Entonces me tumbaba en vaqueros en el sofá a dormir la mona. Tenía un problema. Ahora no es el mismo problema. O sí pero más reducido. Porque estoy solo. Porque tengo otros más grandes que eclipsan este —o que lo justifican—.
He reflexionado mucho al respecto. ¿Cuándo probé la bebida de una manera diferente? ¿Cuándo acudi a ella? Mis problemas no nacen en el alcohol. Acaban en él. ¿En qué me convierte eso? Supongo que en otra clase de bebedor. Más decente. Quizá más elegante.
Si quieren leer más de este libro, he publicado en este blog el cuento “Chandaleros” del mismo libro.
La entrada Arcén – Borja Navarro se publicó primero en El Anaquel | Blog Literario.
El Anaquel
- Roberto Wong's profile
- 24 followers

