Sus manos se deslizan sobre la rugosa hoja, tras la cortina de humo del café. Su rostro aguado se apoya sobre una mano pensante, el índice señalando al oscuro infinito de la soledad. Sus piernas tiemblan, sacudiendo un par de rodilleras que golpetean contra los apoyabrazos.
Un bostezo devora el desperdicio de ideas. Un restregón de ojos desvela las palabras dormidas. Un borrón y cuenta nueva destroza la hoja ajada. Un día perdido.
O no.
Porque la hoja rugosa de aquel maldito cuaderno bien se merecía un maltrato inmisericorde. Porque el rostro ya no soportaba las bofetadas del destino insolente. Porque las piernas se agotaban de yacer inertes, sin trazar un camino.
Basta de bostezos, restregones y arrugadas. A ganar el día. Borrón y cuenta nueva.
Ahora sí.
Publicado en Letras & Poesía.
Published on November 12, 2024 03:24